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Nueva Geografía Económica
La Nueva Geografía Económica ofrece un marco teórico para el estudio de los mecanismos de aglomeración de las actividades económicas y el impacto de las disparidades geográficas sobre las disparidades económicas
El modelo geográfico de base es el modelo de Krugman[1]. Comprende dos sectores: un sector tradicional perfectamente competitivo que fabrica un bien homogéneo transportable sin coste alguno, y un sector industrial con rendimientos crecientes que produce bienes finales diferenciados, transportables, esta vez, con coste. El reparto espacial de la actividad económica responde al equilibrio resultante de la acción de dos fuerzas contrapuestas.
La fuerza centrípeta, denominada de demanda o de tamaño de mercado, es la responsable de la aglomeración geográfica. Esta fuerza es tanto mayor cuanto, a igualdad de condiciones, mayor sea el grado de economías de escala y el gasto en bienes industriales. Se caracteriza por el hecho de que el salario real tiende a ser más elevado allí donde el tamaño de la economía es mayor, y ello atrae a los trabajadores de las regiones circundantes. Estas condiciones, con cierto grado de simplificación, caracterizan las economías desarrolladas.
La fuerza centrífuga, responsable de la dispersión de las actividades económicas, proviene de los efectos de la competencia entre empresas y por la demanda de bienes industriales del sector agrícola. La mano de obra resulta más barata en la región más pequeña, lo que puede ser un elemento atractivo para las empresas sometidas a una fuerte competencia en la región con elevada densidad empresarial.
En situación de equilibrio centro-periferia, esto es, cuando la totalidad del sector industrial se concentra en una sola región, el efecto de demanda o de tamaño del mercado domina. El equilibrio centro-periferia es estable. En situación de equilibrio simétrico, domina el efecto de la competencia entre empresas, pero este tipo de equilibrio resulta generalmente inestable.
En cuanto las condiciones económicas favorecen a una región en particular, la fuerza centrípeta genera un efecto acumulativo de concentración del sector industrial en dicha región, a través de la movilidad de los trabajadores en respuesta a los diferenciales salariales. Ello se produce, en particular, cuando los costes de transporte son reducidos y el grado de economías de escala y el gasto en bienes industriales resultan elevados.
En tales condiciones, toda política de integración regional dirigida a reducir los costes de transporte o, por extensión, los costes de interacción en los intercambios de bienes industriales, conduce a un esquema de tipo centro-periferia, favorecedor de la región más desarrollada.
A partir del modelo básico de Krugman descrito, se han ido derivando otros modelos geográficos a través de la modificación de ciertas hipótesis y de la introducción de nuevos elementos. Por ejemplo, los intercambios del bien homogéneo pueden tener coste[2], o resultar imposibles[3]. Puede introducirse también, en cada región, un sector público proveedor de infraestructuras que permitan reducir los costes de intercambio del bien industrial[4] o que permitan mejorar la productividad del sector industrial[5].
Otra opción ha sido la de sustituir la fuerza centrípeta basada en la movilidad del factor trabajo por otra basada en relaciones verticales de complementariedad entre sectores industriales[6] (vertical linkage): las empresas productoras de bienes terminados ahorran en costes de transporte situándose cerca de aquellas productoras de bienes semi-terminados, y éstas últimas buscan a su vez la proximidad de los mercados.
En todos estos modelos, los esquemas de equilibrio de las localizaciones son todavía múltiples, pero debe destacarse el hecho de que la configuración centro-periferia favorable a una u otra región resulta estable, mientras que las configuraciones simétricas son, por lo general, inestables.
La conclusión extraíble de este conjunto de aportaciones no puede resultar más rotunda: la formación de las aglomeraciones parece inevitable. Aún cuando las dotaciones iniciales de cada región resultasen idénticas, cualquier perturbación exógena origina la formación de procesos acumulativos que conducen a la formación de la aglomeración en una sola región. Puede hablarse incluso de la existencia de una “causalidad circular”, en el sentido de Myrdal, como muestra la siguiente secuencia de efectos[7].
Por un lado, “la producción industrial tendrá tendencia a concentrase en aquellos lugares donde existan mercados de gran tamaño, pero el mercado será de gran tamaño en aquellos lugares en que la producción esté muy concentrada.” Es el efecto backward linkage[8]. Por otro lado, “en igualdad del resto de condiciones, será deseable vivir y producir cerca de una concentración de producciones industriales, dado que el precio de los bienes producidos en este lugar central será allí inferior.” Es el efecto forward linkage[9]. El reparto equilibrado de las actividades en el espacio parece, por ello, altamente improbable[10].
[1] Krugman, P., “Increasing returns and economic geography” Journal of Political Economy 99, 1991, pp. 483-499.
[2] Calmette, M.F. y J. Le Pottier, “Localisation des activités: un modèle bi-sectoriel avec coûts de transport”, Revue Economique 46, 3, 1995, pp. 901-909.
[3] Helpman, H., The size of region, Working Paper of the Foerder Institut for Economic Research, 14-95, Université de Tel-Aviv, Conférence Universitaire de Suisse Occidentale, CEPR. 1996
[4] Martin, P. y C.A. Rogers, “Industrial location and public infrastructure”, Journal of International Economics 39, 1994, pp. 335-351.
[5] Charlot, S., Dépenses publiques, localisation des activités et croissance régionale, Congrès de l’ASFE, Paris, 18-19 septiembre 1997.
[6] Venables, A.J., “Equilibrium locations of Vertically Linked Industries”, International Economic Review 37, 2, 1996, pp. 341-359.
[7] Krugman, P., op. cit., 1991.
[8] Vinculación hacia atrás: el tamaño del mercado atrae más productores.
[9] Vinculación hacia adelante: la concentración de productores atrae más consumidores, y, por tanto, agranda el tamaño del mercado.
[10] En el caso europeo, la tendencia descrita se ve reforzada por la escasa movilidad de la fuerza de trabajo: por un lado, las zonas más favorecidas en términos de capitalización o de eficiencia generan una mano de obra más cualificada a nivel local, con más estudios o mayores habilidades productivas. Esto, a su vez, genera externalidades positivas sobre la producción y logra incrementos en la productividad de la zona. Y, por otro lado, la movilidad de la mano de obra cualificada es superior a la de la fuerza laboral sin cualificar. Ello supone que prácticamente la única reasignación de factor trabajo que se produzca sea a favor de las áreas más productivas.
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Este texto forma parte de la tesis doctoral
"El factor espacial en la convergencia de las regiones de la Unión Europea",
de Mª Amparo Toral Arto, cuyos datos y texto completo son accesibles desde la
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