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CAPÍTULO VI
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El PRODECOP ha demostrado ser un programa de alivio a la pobreza exitoso. En la muestra de la población beneficiaria estudiada en este trabajo se detectaron efectos positivos en el nivel de ingreso. Asimismo, se detectó un aumento en los niveles de participación de los usuarios en organizaciones socio-comunitarias, financieras y económico-productivas que permitió atacar la pobreza desde otros ángulos.
La participación en las organizaciones socio-comunitarias fortaleció los activos sociales de las familias al permitir su organización, mejorando las relaciones entre los miembros de la comunidad y desarrollando una identidad colectiva necesaria para atacar los problemas de la comunidad. Al mismo tiempo se han fortalecido los vínculos intercomunitarios dándoles mayor empoderamiento e influencia política para demandar soluciones a los gobiernos locales y estadales. Esto podría rendir importantes dividendos en el marco de la nueva Constitución, que introduce la figura de los comités locales de planificación, propiciando la participación de las comunidades que ahora pueden proponer planes para la inversión del 20 por ciento del presupuesto municipal. Se ha producido un cambio de paradigma. En lugar de pedirle al gobierno, se proponen proyectos específicos aportando mano de obra y recursos que complementen los aportes gubernamentales. De esta manera se han creado y fortalecido vínculos con los gobiernos locales y estadales. Además, los activos físicos de la comunidad han aumentado mediante el desarrollo de proyectos para mejorar la infraestructura y los servicios públicos.
La participación en las cajas rurales ha fortalecido los activos financieros. Los miembros de las cajas no sólo tienen un vehículo para invertir y ahorrar, sino que tienen acceso al crédito para financiar actividades productivas, mejoras a la vivienda o gastos imprevistos, disminuyendo la vulnerabilidad de las familias. El éxito de las cajas rurales se refleja en un crecimiento exponencial tanto en los recursos captados como en la cartera de préstamos. Hoy en día ya existe una asociación municipal de cajas rurales y se está pensando en asociaciones a nivel estadal y nacional. De continuar el proceso de crecimiento y consolidación de las cajas rurales, éstas podrían convertirse, en el mediano plazo, en instituciones financieras sólidas y en una solución exitosa al problema del acceso al crédito de las familias pobres. Pero los efectos de las cajas rurales van más allá, al mejorar el autoestima de los usuarios y consolidar sus hábitos de ahorro. Esta experiencia, al igual que otras similares llevadas a cabo en otros países, indica que los pobres pueden desarrollar hábitos de ahorro y, además, ser buenos objetos de crédito.
La participación en organizaciones económico-productivas ha permitido mejorar la producción de las familias rurales y, en consecuencia, su nivel de ingreso. Además, la conformación de cooperativas también ha mejorado las relaciones entre los miembros de la comunidad y fortalecido su identidad colectiva.
Tomando en consideración la anteriormente señalado, se puede afirmar que el PRODECOP ha sido efectivo en el logro del valor final y que el objetivo logrado se adecua a la solución del problema público. Adicionalmente se encontró un alto grado de satisfacción entre los beneficiarios del PRODECOP.
Dentro de las recomendaciones podemos mencionar la necesidad de fortalecer el control y evaluación del desempeño de las cajas rurales, impulsando el uso generalizado de computadoras y de programas de computación de finanzas que permitan llevar la contabilidad y elaborar índices de eficiencia operativa, sustentabilidad financiera y calidad de la cartera. Asimismo, se sugiere remunerar la labor del tesorero, por lo menos, para fortalecer la eficiencia operativa, especialmente en aquellas cajas que han tenido mayores tasas de crecimiento, y apoyar la creación de sedes propias.
Otra recomendación es evaluar la posibilidad de ampliar la gama de servicios ofrecidos por las cajas rurales, incluyendo servicios de seguro con el objeto de disminuir la volatilidad del ingreso y del consumo de las familias pobres, tal y como lo sugiere Séller (2001).
Finalmente queremos destacar la necesidad de hacer evaluaciones similares en los otros siete estados donde se está aplicando el PRODECOP. Si el éxito es similar al observado en el estado Táchira, sería conveniente estudiar la posibilidad de profundizar este programa para ampliar su cobertura, no solo en los ocho estados donde está siendo aplicado, sino en el resto del país.