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Costa Rica. La Administración Orlich (1962-1966).
Este texto forma parte de la tesis doctoral
El cambio estructural del sistema
socioeconómico |
En 1962 el liberacionista Francisco Orlich alcanzó la Presidencia de la República derrotando en las elecciones al ex Presidente Calderón Guardia; también la Asamblea Legislativa quedó en manos del PLN, por lo que, unido al control de las instituciones autónomas, no existieron obstáculos para que se siguiese desarrollando en Costa Rica el creodo político-institucional intervencionista.
En el contexto político internacional, son los años de la Revolución Cubana y de la contrapartida norteamericana, la Alianza para el Progreso, con la que se pretendía mejorar la situación socioeconómica de América Latina para evitar el avance del comunismo. Una cuantiosa ayuda material y técnica fue destinada a Centroamérica por organismos norteamericanos, a lo que debemos añadir la ayuda financiera, en forma de créditos blandos, prestada por dos instituciones públicas creadas al amparo de esta iniciativa, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID). En este ambiente político de cooperación internacional los flujos financieros privados, en forma de créditos e inversiones directas dirigidas hacia la industria, fueron la tercera inyección económica de la región y, por tanto, de Costa Rica. Entre 1961 y 1970 el capital extranjero aportó el 19,8% de toda la inversión directa y el 43,7% del crédito, por lo que el 63,6% de la inversión procedía de recursos externos.
La Administración Orlich tuvo que enfrentarse a varios problemas económicos, como fueron los bajos precios del café, las erupciones del Volcán Irazú en 1963 (que afectaron seriamente a las cosechas del 63 al 65) y los problemas fiscales heredados de administraciones pasadas.
En este orden de cosas, respecto a la producción agropecuaria se continuó con la política de incorporación de nuevas variedades de cafetos y nuevas técnicas de cultivo, se firmó el Convenio Internacional del Café (1962), se ingresó en la Organización Internacional del Café y se apoyó la creación de cooperativas de caficultores (en 1962 se creó la Federación de Cooperativas de Caficultores, restando de esta forma fuerza a la burguesía cafetalera). En el subsector del banano se terminó con el monopolio de la Compañía Bananera de Costa Rica (subsidiaria de la United Brands, antigua United Fruit Company) permitiendo la entrada de otras empresas multinacionales del sector (Standart Fruit Company -que se instaló en 1956-, Banana Development Company -BANDECO- y Compañía Bananera del Atlántico); este hecho dio paso al desarrollo de una nueva burguesía bananera dedicada al cultivo de este producto para suministrárselo a las multinacionales (Rovira, 1982, pp. 87-114).
TABLA 3.9
DEUDA EXTERNA SEGÚN PRESTAMISTA (1959-1970).
AÑO
BID
BIRF
OM
AID
OP
BP
OA
TOTAL
1959
-
-
-
-
24,1
3,7
-
27,8
1960
-
-
.
0,4
23,5
3,8
-
27,7
1961
-
-
-
0,9
23,8
3,6
-
28,4
1962
1,9
11,1
16,4
5,2
23,3
14,2
2,0
61,1
1963
4,6
15,6
33,1
6,5
33,2
16,0
1,4
90,2
1964
6,3
19,6
37,6
10,5
32,7
22,6
0,7
104,1
1965
9,0
30,2
63,1
16,0
33,7
34,3
0,4
147,5
1966
12,7
35,1
73,6
19,1
31,2
36,1
0,8
160,8
1967
26,7
41,1
84,4
21,8
20,7
25,5
0,6
153,0
1968
25,4
39,7
91,6
46,4
20,2
16,9
0,3
166,4
1969
25,2
37,7
89,7
30,8
16,3
19,7
-
156,5
1970
27,9
40,6
84,5
33,6
13,0
27,8
5,1
164,0
Fuente: MIDEPLAN (1982, p. 292).
Datos en millones de dólares; BID: Banco Interamericano de Desarrollo; BIRF: Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento; OM: organismos multilaterales; AID: Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos; OP: otros países; BP: bancos privados; OA: otros acreedores.
Otros subsectores agropecuarios que vieron crecer su producción fueron el azúcar (Costa Rica ocupó parte de la cuota de mercado del azúcar cubano tras el embargo y se creó en 1965 la Liga Agrícola e Industrial de la Caña de Azúcar -LAICA-), la carne (respondiendo a la demanda del mercado estadounidense donde se estaban desarrollando las cadenas de restaurantes de comidas rápidas), el algodón y las frutas, continuando así con la política de diversificación agropecuaria.
TABLA 3.10
VOLUMEN DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA (1961-1970).
AÑO
1960
1963
1966
1969
BANANO
348,3
346,3
451,2
794,6
CACAO
12,1
10,7
8,5
9,8
CAFÉ
56,7
63,4
69,8
84,1
AZÚCAR
833,3
1.258,1
1664,4
1792,2
VACUNO
69,3
74,7
80,7
118,5
PORCINO
7,0
6,8
8,0
7,2
HUEVOS
222,5
245,3
269,4
277,4
LECHE
109,2
129,7
174,4
198,1
MADERA
0,3
0,3
0,4
0,6
ARROZ
35,3
48,1
50,1
51,1
MAÍZ
49,1
59,0
77,5
76,7
FRIJOLES
17,5
20,9
17,0
15,3
Fuente: BCCR (1986, p. 134).
Todos los productos en millones de kilos, salvo huevos en millones de unidades, leche en millones de litros y madera en millones de metros cúbicos.
Este aumento de la producción agropecuaria, vinculada a la exportación (café, banano, azúcar y carne), respondía en cierta medida a la necesidad de obtener divisas con las que hacer frente a los pagos internacionales por la importación de materias primas y bienes de capital necesarios en el proceso de industrialización.
Sin embargo, la principal medida de política económica adoptada por la Administración Orlich fue sin duda la incorporación en 1963 al MCCA. Al margen de ser una pretensión del PLN, dicha decisión era consecuencia lógica de la implementación de una política de industrialización por sustitución de importaciones; al ser Costa Rica un país pequeño, la dimensión de su mercado era insuficiente para absorber una producción industrial que tendiese a aprovechar unas mínimas economías de escala, por lo que la integración en un mercado común con arancel exterior fue una salida a la citada producción en un entorno competitivo restringido.
Los indudables perdedores con esta integración fueron los comerciantes importadores (agrupados en la Cámara de Comercio y en la Asociación Nacional de Representantes de Casas Extranjeras); mientras que entre los beneficiarios se encontraban los industriales, tanto nacionales como extranjeros. Entre la nacionalización de la banca, la creación de la Oficina del Café y del movimiento cooperativista y la política de sustitución de importaciones, los tres sectores de la burguesía tradicional (financiero, agro-exportador y mercantil-importador) fueron arrinconados en beneficio de la burguesía industrial y la, cada vez más poderosa, burocracia estatal (Rovira, 1982, pp. 87-114).
En este periodo comenzó a desarrollarse la planificación de la economía con la creación de la Oficina de Planificación Nacional (OFIPLAN) en 1963 y la elaboración del primer Plan Nacional de Desarrollo (1965-1968), al que seguirían otros siete más hasta la Administración Rodríguez. Dentro de dicho plan cobraron especial relieve los aspectos territoriales y así se dio un gran impulso a la política de obras públicas con un ambicioso plan vial, la canalización de las lagunas de Tortuguero y la elaboración de innumerables estudios para futuras obras. En la misma línea se creó en 1962 el Instituto de Tierras y Colonización (ITCO), con el que se trató de fomentar la explotación de terrenos baldíos propiedad del Estado por campesinos sin tierras, la compra, parcelación y venta en pequeños lotes de grandes propiedades, la mediación en los conflictos entre propietarios y poseedores de la tierra y la creación de cooperativas agrarias (Rovira, 1982, pp. 87-114).
Otras dos instituciones creadas bajo esta administración fueron la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA) en 1963, para la modernización del puerto de Limón, y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) en 1965, para la cualificación de la mano de obra necesaria en el proceso de industrialización.
Respecto de la situación fiscal, los problemas presupuestarios heredados de las anteriores administraciones, unidos a las exoneraciones masivas de la Ley de Desarrollo y Promoción Industrial y al establecimiento del sistema arancelario común del MCCA (de escaso poder recaudatorio), obligaron al Gobierno a adoptar una serie de medidas fiscales de corte restrictivo; se generalizó la imposición directa y se combatió el fraude en el impuesto sobre la renta; se creó un impuesto de consumo para compensar las pérdidas de los impuestos sobre los bienes importados que entonces se producían en el interior; aumentó la morosidad del Estado con la CCSS; se suspendieron algunas de las obras públicas programadas y se acudió a la emisión de bonos para financiar otras.