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¿Por qué interesa estudiar la evolución reciente de una economía en desarrollo?
Este texto forma parte de la tesis doctoral
El cambio estructural del sistema
socioeconómico |
Han pasado más de cincuenta años desde que los llamados pioneros del desarrollo iniciaron sus estudios y el problema del subdesarrollo persiste; son contados los casos de países subdesarrollados que han alcanzado niveles de desarrollo que los equiparen con los países del Primer Mundo. Así pues, la Economía del Desarrollo, en particular, y la Ciencia Económica, en general, tienen el problema del subdesarrollo entre sus asignaturas pendientes; aunque lo mismo puede decirse del resto de las Ciencias Sociales.
Por otro lado, los artífices de la política económica de los países subdesarrollados han de enfrentarse permanentemente con la tarea de hacer que éstos avancen por la senda del desarrollo; por ello, no se trata de un simple tema de interés teórico. La utilidad práctica de los estudios de desarrollo es incuestionable. Teniendo en cuenta todo lo anterior, la presente investigación se centra en el estudio del proceso de desarrollo de una economía subdesarrollada, de una economía latinoamericana subdesarrollada.
La mayoría de las colonias latinoamericanas de España y Portugal pasaron a ser naciones independientes en el primer cuarto del siglo XIX y este hecho generó una especie de mutación de los sistemas socioeconómicos latinoamericanos que tuvo entre sus manifestaciones un cambio estructural, lo que permitió a su vez que, desde entonces, dichos sistemas funcionasen siguiendo las pautas de un modelo primario-exportador. La nueva estructura socioeconómica mantenía a estas economías en una situación de subdesarrollo, por lo que a medidos del siglo XX, tras una serie de cambios políticos y sociales, comienzan a implementarse de forma generalizada en la región las llamadas políticas de industrialización por sustitución de importaciones; dichas medidas generaron un nuevo cambio estructural que hizo que los sistemas socioeconómicos latinoamericanos funcionasen conforme a un modelo primario-exportador doméstico-industrial. Sin embargo, la crisis de la deuda en los años ochenta puso en cuestión la estrategia de desarrollo de las décadas anteriores y, tras una serie de cambios políticos y sociales, favoreció la aplicación de las políticas reformistas (ajuste estructural) como nuevo modelo de desarrollo; el resultado está siendo la conformación de una nueva estructura socioeconómica en la región.
La importancia del tema queda refrendada por el sin fin de trabajos que en los últimos diez años se han estado publicando sobre los procesos de reforma económica (ajuste estructural) en todo el mundo, mucho más prolijo para el caso de América Latina en los últimos cinco años. Entre estos trabajos podemos citar, a modo de ejemplo, las obras y recopilaciones de: R. H. Bates y A. O. Krueger, Political and Economic Interactions in Economic Policy Reform: Evidence from Eight Countries (1993); de V. Bulmer-Thomas, The New Economic Model in Latin America and its Impact on Income Distribution and Poverty (1996); de S. Edwards, Crisis y Reforma en América Latina. Del desconsuelo a la esperanza (1997); o de J. Cypher y J. Dietz, The Process of Economic Development (1997).
Respecto de la actualidad del tema, podemos decir que, hoy en día, la mayor parte de los países latinoamericanos han renunciado a los viejos esquemas proteccionistas y, en un contexto democrático, están aplicando políticas de reforma económica como políticas de desarrollo; así pues, el estudio de algún proceso reformista, relativamente exitoso y con suficiente trayectoria temporal para apreciar sus efectos, podría ser de importancia para comprender los demás procesos que se están llevando a cabo en la región.
Hemos elegido como nuestro objeto de estudio la economía costarricense a partir de 1948. El hecho de centrar el estudio en los últimos cincuenta años se debe fundamentalmente a que la Economía del Desarrollo se ha ido conformando desde el final de la Segunda Guerra Mundial y, por tanto, las políticas económicas de desarrollo implementadas en los diferentes países con distintos resultados, se corresponden con los enfoques teóricos de esta disciplina.
La elección de Costa Rica se debe a varias razones; entre ellas a que es uno de los países que aplicó con éxito la política de industrialización por sustitución de importaciones, alcanzando niveles de desarrollo bastante destacados no sólo a escala regional, sino en el contexto de los países en vías de desarrollo. Y lo hizo a raíz del cambio político acontecido en el país tras la Guerra Civil de 1948 y la promulgación de la Constitución de 1949, vigente hasta la actualidad.
Además, fue uno de los primeros países latinoamericanos en iniciar la implementación de políticas reformistas tras la crisis de la deuda, a raíz de un nuevo cambio político. Dichas medidas han logrado generar una transformación de la economía costarricense que le ha permitido mantener un crecimiento sostenido desde mediados de los ochenta (aunque debemos reconocer que la evolución de los últimos años pone en cuestión dicha sostenibilidad). Este proceso se ha caracterizado por unos indicadores macroeconómicos bastante aceptables para el conjunto de la región latinoamericana, por unos efectos sociales mínimos y por una reducción de los niveles de pobreza, que crecieron durante la crisis.
Y debemos añadir que el proceso de desarrollo de Costa Rica ha tenido lugar en un marco político democrático con un amplio consenso nacional. Tras la abolición del ejército en 1948, este pequeño país centroamericano se ha convertido en un oasis de paz, estabilidad y alternancia política en el tumultuoso contexto de la América Latina del último medio siglo, caracterizada por golpes militares, guerras civiles, dictaduras y gobiernos sin alternancia democrática.
Pero concretamente, nuestra investigación queda limitada al estudio del cambio estructural del sistema socioeconómico costarricense a raíz de la crisis de principios de los años ochenta y de la nueva estructura socioeconómica que se ha ido conformando. Esta acotación de nuestro objeto de estudio viene condicionada por dos hechos; el primero es la abundancia de estudios que sobre esta temática existen para el periodo 1948-1980, por lo que difícilmente podríamos aportar nada nuevo en relación con dicho periodo; el segundo es que nos interesa la realidad económica presente y dado que ésta no es una investigación de historia económica sino de estructura económica, creemos que debemos centrarnos en lo reciente, lo cual no es óbice para que mantengamos una perspectiva histórica.