VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

Victorina María Reyes Salas (CV)

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Circulaciones

En un edificio hay dos tipos de circulaciones en su interior, la circulación horizontal que  se da en el mismo nivel, y en el caso de la UPN se realiza  a través de pasillos y puente, y en el caso de una institución educativa también permite el acceso a los salones. El segundo tipo de circulación es la vertical definida como el conjunto de elementos con la función de salvar las diferencias de nivel existentes. El tercer aspecto es la relación exterior- interior,  en este caso adquiere una  alta relevancia por ser tratada desde la óptica del funcionalismo lecourbusiano, donde hay una clara intencionalidad arquitectónica de componer un espacio de transición, es decir, evitar una separación absoluta donde se pueda señalar una frontera donde es necesario atravesar una puerta o reja para estar en el interior. Resulta atractiva la manera como los arquitectos de la UPN lo resuelven creando varios pórticos monumentales de acceso y una calle peatonal para el ingreso a las secciones privadas.
Circulación horizontal: Pasillos y accesos a los salones
Con un modelo teórico llamado  Análisis informacional de la arquitectura, Javier Covarrubias (1985) realiza un estudio experimental para obtener el índice de legibilidad de un recorrido visual, mediante el cual establece si hay indicadores de concordancia entre la estructura espacial y la estructura temporal.
En el estudio de Covarrubias (1985) los sujetos experimentales deben ordenar una serie de nueve imágenes fotográficas donde presentan un recorrido visual  de movimiento en un  espacio: los pasillos de salones de un edificio de la UAM, una calle de Azcapotzalco, un cerillo encendido y el movimiento del péndulo de un reloj.  El índice de legibilidad depende de la cantidad de aciertos-errores para encontrar el orden correcto, el no hacerlo significa no poder distinguir la escena pasada y futura, debido a una imagen ahistórica, lo cual no permite establecer una secuencia real, e inclusive en algunos casos si es tomada a la inversa tampoco se nota la diferencia, no hay cambios. Covarrubias atribuye la percepción de  la secuencia correcta a un proceso visual asimétrico, con historia y evolución, Para Covarrubias (1985) la asimetría del tiempo ilustrado es una propiedad de las imágenes y la explicación debe buscarse en la estructura del mismo universo arquitectónico explorado. En su análisis sobre el academicismo arquitectónico contemporáneo, como el caso de los corredores de la UAM Azcapotzalco, deduce “donde la monotonía y la esterilidad, la repetición y la reversibilidad son sus ingredientes fundamentales, es como si el tiempo se anclara a un espacio que permanece inmóvil e idéntico a sí mismo”.  (Covarrubias, 1985, pág. 70)
En el programa arquitectónico de construcción de un espacio escolar, se indica una serie de salones a los cuales se ingresa mediante un pasillo, es difícil poder romper la monotonía, repetición y reversibilidad mencionadas por Covarrubias, un gran mérito lo alcanzan González de León y Zabludovsky en el caso de la UPN, su solución formal permite en primer lugar establecer un recorrido visual irreversible, en segundo lugar disminuyen la monotonía al dar secuencia lineal mixta, compuesta de una línea recta de la pared lateral del salón y una línea oblicua o diagonal para el acceso del salón, esta ruptura se incrementa con el uso de un color intenso de la pared y el blanco de la puerta, obteniendo un ritmo visual. Compárense las fotos de los pasillos de los siguientes edificios escolares, tomado de ida y de vuelta, después los de la UPN.  La diferencia  produce una mejor solución para determinar el tiempo y ubicación de recorrido.
La solución formal de Teodoro González y Zabludovsky permite además distinguir en la ida, el número de salón, esta una señal incrementa el índice de legibilidad y no puede ser observada de modo anticipado cuando hay una linealidad simple.
Como conclusión, en la estructura arquitectónica de los salones y pasillos de la UPN existen acontecimientos arquitectónicos que se suceden y permiten establecer un nivel de concordancia entre la estructura espacial y la temporal, es decir la estructura espacial es histórica o temporal además de facilitar su legibilidad. En los muros y accesos de salones y pasillos hay un ritmo en su recorrido visual.
La circulación vertical se obtiene mediante rampas, escaleras y ascensores. Las escaleras exteriores están al aire libre y  se usan ante diferencias de nivel de terreno. La escalera interior comunica los distintos niveles del edificio.
Como parte de la composición arquitectónica, las escaleras pueden ser de diferentes tipos y dimensiones, es importante una ubicación adecuada para el usuario a fin de ser fácilmente identificadas y de no obstruir o interferir con otros espacios, ni verse obstruidas por ellos.
Andrea Palladio señala la necesidad de tres tipos de vanos para las escaleras:
“… el primero es el lugar por donde se accede a la escalera…debe verse y encontrarse con facilidad. El segundo vano es para las ventanas necesarias para iluminar los escalones; las ventanas deben colocarse al centro y en la parte alta, de tal forma que la luz se difunda de igual manera por todos lados. El tercer vano es donde se encuentra el desembarque en el piso superior, este vano debe conducirnos a espacios amplios y bellamente adornados”  (Palladio, 2005, pág. 78)
En la UPN hay un solo ascensor para los edificios longitudinales. Y hay uno pequeño en el edificio de gobierno. 
En la UPN las escaleras del interior son rectas, con tramos de ida y vuelta con ojo, están bien iluminadas, son amplias y cómodas para un buen desplazamiento, están bien integradas a los edificios, cumplen todas las condiciones dictadas por el manual clásico de Palladio, salvo la ornamentación que no va con el estilo internacional. Como algunos niveles entre sí son muy altos las escaleras utilizan tramos dobles, se aprecian las escaleras rectas de ida  con su descanso intermedio; las escaleras tienen diez escalones, un descanso, otros diez escalones, tienen otro descanso intermedio para dar la vuelta y otra serie de dos tramos, esto las hace cómodas para el reposo de la gente o en el caso de transportar objetos. En el vano superior el desembarque conduce a pasillos anchos donde además de aprovechar la luz natural,  es posible la distribución izquierda o derecha.
La longitud  de las escaleras rectas exteriores de la UPN, excede el doble de su altura, son amplias y permiten la circulación simultánea de dos a cuatro personas, que pueden cruzarse sin necesidad de darse el paso, gracias a lo ancho de las escaleras.
Son escaleras cómodas para subir, los escalones miden entre 4 y 6 pulgadas de altura, sus huellas entre 1 ½ y 2 pulgadas y además curiosamente tienen escalones impares, de este modo se puede iniciar la marcha con el pie derecho y terminar con el mismo pie; en tiempos antiguos esta costumbre se consideraba propiciatoria de un buen augurio.
También se puede observar  cómo el diseño  aprovecha el espacio inferior de las escaleras para resguardo, formando un pequeño cuarto de almacenamiento.
Hay tres escaleras en el edificio B y cuatro en el edificio C, en el edificio B uno de los cubos de las escaleras son independientes  o exentas al edificio.
Las escaleras rectas de los exteriores de la UPN tienden a un carácter monumental, sus dimensiones exceden la altura y la longitud de un piso común, sin embargo son sobrias, no se ostentan.
       La mayoría de los cubos de escaleras ocupan una posición discreta hacia la parte externa, desde donde se ven como muros con pequeñas oberturas. Hay un solo cubo dirigido a la calle peatonal en su sección baja aparece expuesto y en la superior se inserta al edificio longitudinal. La parte baja fue abierta en varias secciones y permite visualizar el interior de la calle peatonal.
La escalera más sugestiva es una escalera de caracol  exenta, va a dar a un puente, es decir, comunica a un siguiente nivel pero se encuentra liberada del interior de un edificio y permite arribar a dos edificios. Es un caso singular por ser una escalera de caracol con doble acceso desde su base. Uno de ellos va directo a la entrada de la biblioteca. Tiene columna al centro. Por su posición es un punto nodal dentro de la estructura total. La siguiente ilustración la muestra en su vista original, antes de ser intervenida con una cubierta.
Las escaleras de caracol (también conocidas como Chiocciola) cuando tienen una columna al centro, se hacen dividiendo  el diámetro en tres partes, se dejan dos para los escalones y una para la columna, o se divide en siete dejando tres para la columna y cuatro para los escalones. (Palladio, 2005, pág. 79)  
La escalera de caracol es bastante ancha para comodidad y seguridad, se puede observar en la siguiente ilustración como caben bien dos personas en el escalón y su altura no presenta impedimento.
La colocación de la escalera y su inserción al puente fue  planeada con sumo cuidado para permitir la iluminación natural durante el día.
       La escalera de caracol de la UPN en su exterior se ve como una gruesa columna cilíndrica, son de las pocas volumetrías de este tipo  integrada al eje de simetría longitudinal, enriqueciendo la composición. Tiene un lugar estratégico, se encuentra justamente en el intercepto entre dos pórticos  monumentales de acceso formados de manera natural por la estructura de los edificios. No soporta realmente al puente al que se une, solo parece dividir el espacio de abajo en dos secciones al parecer de medidas áureas.
Tienen las imágenes de caracol una asociación especial con la geometría sagrada, con la sucesión progresiva numérica, un simbolismo asociado al conocimiento, al desarrollo en espiral, a la superación o maduración personal.

Rampa
Sobre la comunicación vertical exterior en la UPN destaca una gran rampa en el primer acceso viniendo de la calle exterior hacia el patio o calle central de la universidad. Las rampas se definen como planos inclinados para facilitar un ascenso o descenso suave o lento. La rampa de entrada debe salvar cuatro pisos de altura, contiene algunas escalinatas y descansos. Es suave que la gente no alcanza a apreciar la altura real que sube. Varias imágenes la contienen, la siguiente ilustración es desde su perspectiva de bajada, por el contorno de las personas en primer plano comparando con las del fondo se puede apreciar la distancia y la diferencia de altura. En imágenes actuales se observa una rampa para discapacitados.   
Para complementar los desniveles y como parte del diseño estructural, la UPN cuenta con varias escalinatas cuyo desembarco es una plataforma, o puede verse al revés tiene varias plataformas a las que se accede mediante escalinatas. Todos los escalones son de adocreto las escalinatas siguen las formas topográficas, adoptando también un diseño en zig zag. Sus líneas corren paralelas a los edificios incrementando el efecto de perspectiva.
Hay escalinatas exentas en las áreas verdes, contribuyen en dar una imagen de jardín y a salvar los desniveles pronunciados. Una escalera en un área natural siempre va a denotar la intervención humana y va a imprimir una ordenación, señalizando el recorrido y haciendo más ligero y seguro el esfuerzo de avanzar en la altura. De la misma manera,  las escalinatas de la arquitectura del pedregal carecen de barandales, favoreciendo la integración al contexto, sin invasión de visuales.
Pórticos monumentales
Dentro del concepto de circulación es interesante la manera como se resuelve la frontera y el tránsito de lo exterior a lo interior.  En el caso de la UPN se puede  observar  en la relación entre el eje de simetría y el patio en cuanto su conversión en calle peatonal, ligado a los accesos principales.
Para De Anda “la arquitectura de  TGL establece presupuestos urbanos, la calle, la plaza, el sitio y la jerarquía del acceso, implementan conceptos de diseño en las fachadas con presencia urbana que mantienen el diálogo y participación directa con su entorno inmediato.”
La circulación por la calle interior sigue un trazo en zigzag, junto con los puentes de unión entre  los edificios se enriquecen las perspectivas interiores.
La universidad cuenta con un gran pórtico para su entrada principal y la repetición del pórtico al fondo, como una salida final. Son pórticos pareados.
Para González de León (1994)  un tema de reflexión constante ha sido el acceso del edificio. El funcionalismo en su reacción al ornamento y al academicismo del siglo XIX se vierte contra sus tipos de entrada y solo las trata como elemento accesorios, González de León las aborda desde una perspectiva diferente: “Las entradas y las circulaciones son los espacios comunes de los edificios”, siguiendo la metáfora de Alberti acerca de que todo edificio es una ciudad, las avenidas serían las circulaciones, los espacios públicos y la entrada su inicio. Dice González:
 “La entrada es el lugar en el que el visitante recibe la primer imagen del edificio, y por la que siempre pasa, He llegado a más: a crear un espacio de transición entre la calle, con su ajetreo, y la entrada; una especie de pórtico abierto… que da tiempo al visitante para recibir el mensaje plástico del edificio…ese espacio es la prolongación del acceso. Y dentro del edificio, en el mismo orden de ideas, son las circulaciones- los espacios que todos usan- las que deliberadamente he tratado de privilegiar, en ambientes en los que el usuario  tenga una sensación de totalidad” (González, 1994,  págs. 24-25)
El gran pórtico ubicado en la fachada frontal arquitectónicamente se establece como entrada principal, es señalizado mediante las gigantes letras doradas  anunciando el nombre de la universidad.
Las trabes de los pórticos son una proeza contemporánea de la arquitectura. En términos físicos es una estructura pesada de cemento, pero su estimación visual es ligera por la altura donde se ubican y por su espesor. La longitud de la trabe y el gran hueco acentúan  la horizontalidad y la unión de los edificios en un solo conjunto arquitectónico.
Estos pórticos de dimensiones monumentales marcan la jerarquía de acceso, con muros cerrados al exterior, sólo atravesando pórticos es posible ubicarse en la calle peatonal, donde están todas las puertas al interior de los diversos espacios universitarios. El pórtico indica la circulación en la calle peatonal.
Además hay dos estructuras porticadas para facilitar el acceso al espacio abierto interior. Estas estructuras se forman a través de voladizos formados por la desviación en zigzag de los edificios rectangulares pero sólo al nivel del segundo piso del  edificio anterior o frontal y del cuarto en el edificio posterior, este segundo voladizo anticipa la estructura de lo que será el edificio de Santa Fe, denominado el pantalón. El efecto es monumental para ambos edificios; en el primero porque es un acceso de la pendiente más baja, marca una entrada ascendente y el segundo por su altitud  real entre la planta baja y el cuarto nivel, en un edificio de escala monumental, ambos pórticos son monumentales.
Calle peatonal
El acceso principal hace una transición suave y completa al interior abierto, enseguida tiene una desviación axial hacia una avenida interna  conducente al patio central; al atravesar el patio, al final hay dos opciones un nuevo acceso o salida hacia el lado derecho o una nueva desviación hacia el lado izquierdo, que conduce a otra salida, y hacia el lado derecho una nueva calle, una  plaza y al fondo el pórtico final, como un último acceso.
González en la presentación del proyecto anuncia “El trazo de la calle peatonal sigue la dirección sigue la dirección norte-sur para conseguir la orientación adecuada en los edificios paralelos que la conforman. El trazo sigue, además, el sentido de las curvas de nivel del terreno para evitar cortes en la roca y lograr que la calle peatonal se desarrolle, a nivel, en un trayecto de cerca de 300 metros.”  (González, 2009 pág. 97)
Al contar la UPN con cuatro diferentes espacios monumentales de entrada, se hace un juego de accesos del espacio exterior al espacio público interior: una explanada y calle en diferentes niveles; el espacio abierto interior permite la introducción libre a los interiores de los edificios, éstos por su lado externo son inaccesibles. Para ingresar a cualquier zona edificada hay que ingresar al espacio interior mediante la calle peatonal. El espacio interior no tiene cubierta  y es arbolado, es el gran distribuidor hacia los espacios internos cubiertos. Del espacio público urbano se pasa al espacio público edicial y de ahí a cualquier zona interna privada. Es el lugar de cruce por excelencia, para ingresar , salir, trasladarse de un edificio a otro, o simplemente para tomar sol o sombra.
González de León menciona “La ciudad está compuesta de espacios abiertos y edificios. Una parte del espacio abierto es pública – las calles, las plazas, los parques- y esa parte ordena la posición de los edificios. Cuando el arquitecto diseña el espacio púbico hace urbanismo. Pero no sucede en las áreas de crecimiento llamado “espontáneo” (González, 1996, pág.72)
El principio ordenador de acuerdo a la teoría es el eje de simetría, el equivalente a la calle peatonal, como tal es jerárquico el espacio público. Y se hace arquitectura y un miniurbanismo, simultáneo, en la UPN, hay calle, hay edificios, hay plazas y hay parques.
Jerarquía, pauta y volumetría
       Un principio ordenador la jerarquía es la articulación de la importancia  de una forma o un espacio, en función de su dimensión. Mientras la pauta se obtiene mediante la línea, plano o volumen, por su continuidad y regularidad y sirve para reunir, acumular y organizar un modelo de formas y espacios. Mediante el estudio de los volúmenes o volumetría se puede determinar el papel de esos principios en la obra arquitectónica.
En la UPN los volúmenes más altos en jerarquía son los dos edificios en banda  corriendo paralelos en forma de zigzag, uno de estos  volúmenes se conecta con otros dos edificios más pequeños de características singulares,  que, en palabras de Teodoro González  “se desparraman” hacia la parte baja. También existen varios volúmenes con una pauta singular irrumpiendo cualquier la monotonía posible en dos cuerpos rectangulares muy alargados.
Además del movimiento por encontrarse en zigzag, los volúmenes rectangulares se articulan mediante puentes y trabes , formando pórticos monumentales, al unirse integran un solo conjunto arquitectónico. Con sus juegos de niveles rompen el espacio aéreo dando diferentes perspectivas de altura a los transeúntes.
 Parecido a un divertimento estético, hay volúmenes  exentos, introduciendo  grandes formas geométricas regulares y seccionando los espacios principalmente del interior; de esta manera producen un contraste que dinamiza el espacio: son pilastras triangulares, sin función de carga, articuladas a puentes, dividiendo el espacio de abajo. También hay algunas formas cilíndricas, una muy grande en planta baja ocultando  maquinaria. La esquina aguda  de un edificio terminado en forma triangular, incrementa la volumetría. A estas dimensiones espaciales se les une el diseño de las plataformas y las formas fijas de mobiliario público en la calle central que a manera de bancos de adocreto o maceteros reportan claramente formas circulares, cuadradas o semicírculos, distinguidas perfectamente desde las alturas de los puentes o pasillos o por el simple paso peatonal. El espacio público se enriquece con esta pauta de variedad volumétrica a la cual se le suma el complemento de salones vegetales y plazas.
En el lenguaje clásico de la arquitectura la columna es un pilar redondo y puede obedecer a cinco tipos de órdenes según su composición1 , después se hicieron variantes como la columna salomónica; cuando adoptan la forma rectangular se les denominada pilastras. Columnas o pilastras se les llama exentas si son independientes y adosadas si están adheridas a un muro. El habla común  le denomina columnas a todas. En el caso de la UPN se les debe llamar pilastras en tanto no son cilíndricas sino de caras rectangulares, todas son exentas, y de manera peculiar, contemporánea y forma parte del lenguaje arquitectónico de Zabludovsky y González son triangulares. Algunas de ellas tienen dimensiones monumentales y no se cree que sean estructuras de carga porque fueron construidas después de los cuerpos horizontales donde se insertan y por la manera como se insertan. Por ejemplo la pilastra  de la zona perimetral bajo la estructura porticada de salida al bosquete, se trata de un voladizo, fue construida después de que estaba listo el cuarto nivel, sin embargo no tiene una función de soporte, aun con su altura monumental, además por la posición donde se encuentra, en una orilla, al paño.  En cuanto al uso u origen de la columna De Anda refiere:
“El camino de la columna monumental como elemento plástico y simbólico tiene su origen en el INFONAVIT; en él una columna parteluz se exenta del cuerpo del edificio y conforma – a manera de quilla- la esquina sur-poniente; en el Colegio de México, una columna monumental  en forma de canal define el espacio del patio; en la Universidad Pedagógica, una gran columna triangular de doble altura se aloja en el pórtico de acceso del estacionamiento, y dos columnas monumentales en forma de triángulos pareados de la fachada principal de NAFINSA (1982 con Francisco Serrano) indican y simbolizan el acceso…” (DeAnda, 1996, pág. 11)
Puede deducirse que el principal papel jugado por  las pilastras triangulares es estético, son monumentales, escultóricas, señalan y seccionan los espacios de tránsito y contribuyen a la pauta de la edificación.

1 Palladio: Toscano, dórico, jónico, corintio y compuesto. Pilar es un elemento resistente  de edificación que transmite cargas verticales y momentos.