V.2. La Asociatividad en el Contexto del Desarrollo Local
De acuerdo a los autores en los que se fundamenta teóricamente esta investigación (Vázquez Barquero, Alburqueque, Berumen, Cepal, Amozane) los modelos y estrategias de desarrollo económico local, están condicionados por el comportamiento y características de una serie de variables estratégicas entre las que destacan: la organización del tejido empresarial, las fuertes y dinámicas articulaciones de la pequeña y mediana con grandes empresas implicadas en proyectos productivos de largo plazo, así como la cooperación institucional para el fomento productivo; estas variables–fundamentalmente- se relacionan con la articulación que debe existir entre los actores del desarrollo local. Esta fase de la investigación, se enfoca a evaluar el nivel de colaboración inter-empresarial e institucional que existe entre los actores DEL en el estado de Baja California Sur y se aborda, básicamente, a través de dos dimensiones: el de la asociatividad y el de la gestión pública local, indicadores que se relacionan directamente con la hipótesis referente a la integración de los actores del Desarrollo Económico Local.
Cabe hacer notar que el análisis de la asociatividad se realizó con base en la valoración de los indicadores de cooperación informal y de asociación empresarial, partiendo del supuesto que la afiliación de las empresas a sus asociaciones económicas representativas, puede representar un importante estímulo para el desarrollo empresarial, a la vez que podría fomentar el encadenamiento productivo entre empresas.
V.2.1 Relación económica entre empresas.
La articulación económica entre empresas se analiza con base en el índice de cooperación informal, el cual genera información que permite establecer la existencia de una limitada o reducida dinámica de cooperación entre las empresas. En general, solo un 49.3% de las empresas manifiesta realizar algún tipo de cooperación interempresarial; esta situación justifica el postulado de que existe una limitada articulación y cooperación entre los actores del tejido empresarial de BCS, ya que más de la mitad de los entrevistados (50.7%) manifiesta no tener ningún tipo de mecanismo de cooperación formal o informal con otras empresas y, en caso de existir, estas se dan–preferentemente- con negocios de su mismo ramo o giro (49.3%).
Del total de empresas que registran algún grado de cooperación formal o informal (solo 102 de las 207 encuestadas) un 80.4% de ellas, refiere que las realiza con negocios de su propio ramo o giro y en la mayor parte de los casos, estas se propiciaron o generaron a partir de reuniones y actividades de relaciones sociales ó bien por mantener algún tipo de lazo familiar entre ellos; es decir, esta modalidad de cooperación dista mucho de la que teóricamente debía realizarse, esto es a través de reuniones convocadas y organizadas por asociaciones empresariales o con el liderazgo del gobierno como gestor institucional.
Los principales niveles de colaboración se dan en las áreas de: “Comercialización Conjunta” (con un 18.8% y “Proyectos de Imagen para la Promoción del Producto y/o Servicio” (con un 15.9%), acciones que –preferentemente- llevan a cabo las empresas del sector servicios ubicadas en Los Cabos. En las actividades agropecuaria y pesquera de BCS en general, se destaca la cooperación que existe en materia de reducción de riesgos (15.5%).
El segundo modelo propuesto se enfoca a valorar la dimensión de cooperación informal para proyectos conjuntos entre las empresas de BCS. Este modelo se integra de dos componentes:
En general, todos los indicadores presentan altas cargas factoriales, que oscilan en un rango de 0.88 a 0.97. Lo que indica que explican bien el constructo que se pretende medir, igualmente todos los estadísticos son significativos y positivos, los valores obtenidos se corresponden a magnitud y sentido con los planteamientos del modelo teórico, la varianza se explica entre un 0.59 a 0.95 para el caso de las cinco variables que mide el modelo.
V.2.2. Asociación empresarial.
Un elemento importante a considerar en cualquier análisis que mida la relación económica entre empresas, es la capacidad de los entes económicos por establecer instancias que permitan la organización u asociación de las actividades económicas en una región como BCS; por ello, como una medida tendiente a evaluar el grado de asociación empresarial en BCS, se aplicó el “Índice de Participación en Asociaciones Empresariales”, el cual refleja el interés, preocupación o desinterés del empresariado por participar en instancias organizacionales con sus pares económicos. Es así como (en promedio) un poco más de dos tercios de los entrevistados (un 68.5%) declara participar en alguna asociación empresarial, destacándose las empresas del sector pesquero de las cuales un 89.3% está registrada en una asociación; le sigue el sector servicios (con un 69.7%).
En general, el porcentaje de empresas que pertenece a organizaciones se ubica en torno a la media en casi todos los sectores, siendo el agropecuario y el industrial los que presentan menores índices de asociación (58.0% y 52.1% respectivamente); no obstante, no es de extrañar que el más bajo índice de asociación se presente entre las empresas del sector industrial, dado que la mayor parte de ellas son micro o pequeñas, las cuales se caracterizan por su resistencia a participar en organismos de representación empresarial.
En lo referente a la variable de asociación a organismos formales como factor de articulación en el tejido empresarial de BCS (ver gráfica V.7), se valoró a partir del “Indice de Afiliación” o asociación empresarial, cuyos resultados refieren que -del total de la muestra- 207 empresas (es decir el 68.6%) está adscrito a algún organismo o cámara empresarial relacionada con el giro de su empresa, el cual es superior a la relación que se da entre empresas pero de carácter informal el cual fue del 49.0%. De tal forma que, para el sector empresarial, resulta más importante estar adscrito a organismos empresariales, porque consideran que mediante éstos pueden tener mayor acceso a información, defender sus intereses sectoriales, contar con asesoría legal, además que les otorga un cierto estatus.
Por sectores, el mayor “Índice de Asociatividad” se presenta entre las empresas pesqueras y mineras, las cuales (en su mayoría) están adscritas a la Federación Regional de Cooperativas de Producción Pesquera o a la Cámara Nacional de la Industria Minera; le siguen los servicios, cuya participación se registra principalmente en la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos, o bien en organismos similares tales como la Asociación de Hoteles o la Asociación de Unidades de Desarrollos de Tiempos Compartidos. Tal como puede observarse en la Gráfica V.8, el restante 31.4% (66 empresas), manifestaron no pertenecer a ningún tipo de asociación de carácter empresarial por alguna de las siguientes razones:
Por municipios, el mayor índice de asociación se encuentra en Los Cabos con un 78.0% de las empresas, destacándose las del sector servicios; por el contrario, el menor índice se ubica en el municipio de Comondú con un 52.0%. Estos resultados permiten vislumbrar la importancia que se le atribuye a la asociatividad, especialmente cuando la economía de un sector depende de una demanda derivada (tal como sucede en el caso del sector servicios respecto del turismo y el comercio en Los Cabos) y cuando no es así (que es el caso de las empresas en Comondú).
V.2.3. Cooperación institucional.
Desde hace mucho tiempo, en BCS se discute si el desarrollo de las actividades económicas está directamente articulado con la gestión gubernamental y las políticas públicas que se impulsan desde los gobiernos federal y estatal. Para tratar de obtener más antecedentes que permitan dilucidar (aunque sea en parte) este problema y enriquecer la discusión al respecto, se analizó la información correspondiente a la variable “Cooperación Institucional para el Fomento Productivo”, misma que se evaluó a partir de tres grandes aspectos:
Con base en la información obtenida a partir del total de la muestra, resulta importante destacar:
El tipo de estímulos que -en mayor medida- reportan las empresas que han utilizado en la entidad, son los tradicionales “Incentivos Financieros” (23.2% del total); los cuales, para el caso de los sectores agropecuario y pesquero fueron aplicados para capital de trabajo, adquisición de equipo y artes de pesca, siendo la mayor parte de los beneficiados micro y pequeñas empresas. En el caso de los incentivos para innovación de procesos productivos, estos se ubican –principalmente- en las medianas y grandes empresas, también de los sectores pesquero y agropecuario, beneficios que se han orientado al mejoramiento de procesos y calidad, así como para procesos de certificación del cumplimiento de normas internacionales necesarias para acceder a los mercados de exportación; en general, solo el 11.1% de las empresas obtuvo este tipo de incentivos. Finalmente, es necesario referir que tan solo el 2.9% de las empresas reporta el uso de programas de fomento gubernamental enfocados a la innovación de productos o servicios, el 4.8% para actividades relacionadas con la comercialización de sus productos y el 0.5% para la formación de recursos humanos; esto último corrobora o reafirma el planteamiento de la hipótesis, en relación a que el sector empresarial de la entidad no muestra mucho interés en la aplicación de recursos para la formación y capacitación de los trabajadores, ya que tampoco utiliza incentivos para tal fin.
El desarrollo de esta investigación, permitió captar una serie de sugerencias que plantean los empresarios para fomentar el desarrollo de sus actividades económicas, siendo las más trascendentes:
En referencia a las principales acciones que las empresas sugieren para mejorar el desempeño de la actividad de los gobiernos, se destacan:
Estas fueron las principales demandas que plantean los empresarios como acciones que, necesariamente, tiene que realizar el gobierno como políticas de apoyo y fomento del tejido empresarial de la entidad.
Los planteamientos anteriores, se complementan con la percepción de las empresas respecto de las principales regulaciones gubernamentales que limitan y/o afectan el desempeño y/o creación de empresas en BCS (ver Cuadro V.9); el primero de ellos está relacionado con los trámites, requisitos y permisos, respecto del cual un 70.0% de las empresas los consideran procedimientos limitativos y complicados; le siguen, las elevadas y complicadas regulaciones medioambientales con el 63.0% del total; seguido del proceso para obtener un crédito o beneficios de programas gubernamentales con un índice de 64.0%; además del cumplimiento de obligaciones fiscales (cuestión que siempre es criticada por parte de las empresas en cualquier tipo de estudio).
De acuerdo al análisis de la información presentada anteriormente, es posible señalar que el empresariado de la entidad reconoce la importancia de la asociatividad y que esta puede ser benéfica para el desarrollo de las actividades económicas. Sin embargo, en Baja California Sur no se registran índices elevados en ninguna de las tres variables (cooperación informal, asociatividad empresarial y cooperación institucional) que se analizan para abordar esta dimensión (asociatividad); al mismo tiempo, se observa poca articulación entre pequeñas y medianas con grandes empresas que lideren el desarrollo económico, además de la existencia de una limitada red de cooperación entre empresas (la cual se manifiesta casi exclusivamente entre empresas del mismo giro).
En relación a la Cooperación Institucional, en base a la información obtenida tanto en el cuestionario a empresas como en la entrevista a expertos, puede decirse que los actores tanto públicos como institucionales (de los tres niveles de gobierno) han desempeñado -hasta el presente- un rol fundamentalmente de acompañamiento (pasivo) en la dinámica del sistema productivo, lo cual se manifiesta en el reducido impacto que han tenido en la entidad los programas y políticas de promoción y fomento económico, una limitada inversión pública en apoyo a la infraestructura para el desarrollo de negocios y un débil apoyo al establecimiento de sistemas de interconexiones y sinergias entre empresas, buscando un mayor valor agregado.
En resumen, con base en los resultados de la investigación empírica, es posible señalar que la asociatividad (como una dimensión del DEL) resulta limitada en las tres variables en las que fue valorada; en primer lugar, son reducidas y poco eficientes las relaciones de cooperación entre las empresas; a su vez, el papel del gobierno (como gestor a nivel institucional) no ha sido el más adecuado en materia de políticas para la promoción y fomento de las actividades económicas. A manera de ejemplo, solo el 50.7% de las empresas mantiene relaciones económicas con sus similares; el 57.7% de las empresas no ha sido beneficiaria de algún tipo de incentivo o apoyo gubernamental; mientras que el 68.0% participa en alguna asociación u organismo de tipo empresarial; en general, estos resultados distan bastante de lo que debería presentarse en un modelo de desarrollo económico local, en donde la asociatividad resulta ser uno de los principales factores a considerar, por lo cual se reafirma el planteamiento propuesto en la hipótesis principal y la hipótesis número 3 de esta investigación.