En este capítulo se analizará el marco contextual, para lo que se revisarán y clasificarán las aportaciones más significativas, tanto en términos conceptuales como metodológicos, con el objeto de poder definir y delimitar el concepto más adecuado utilizable como referencia en este estudio.
Estamos inmersos en un mundo que cada día es más cambiante, en donde el punto de quiebra de las organizaciones está a la orden del día, esto conlleva a abandonar las prácticas cotidianas que son una costumbre de las organizaciones y que suelen realizar la alta gerencia, también en el punto de buscar nuevos modelos que rompan con lo tradicional y que permita generar nuevas estrategias para así mejorar la capacidad de adecuación y generar mayor competitividad.
Históricamente si los individuos poseían más recursos naturales gozaban de grandes ventajas de tener más capital, esto les permitía contar con tecnologías superiores o más habilidades que sus competidores. En el siglo XIX los recursos naturales como el carbón y la máquina de vapor otorgó al Reino Unido ventajas competitivas sobre de otros países. Esto permitió que los británicos pudieran ahorrar más a diferencia de otros países y que se enriquecieran a través de dichos ahorros, con más ahorros tuvieron oportunidad de invertir en fábricas y nuevos equipos además de conducirlos a una productividad más elevada, salarios más altos y con mayores ingresos. Por ende se generó un círculo virtuoso ya que siendo poseedores del capital era fácil que continuarán en posesión de su riqueza.
Otro país que tuvo gran influencia de los británicos fueron los Estados Unidos ya que contaban con mayores habilidades y trabajaban con más ingenio, Thurow (1992), plantea las características distintivas de la economía propone.
“Es interesante destacar que en la nueva economía el tamaño de los países y de las regiones es “lo de menos”. En esta economía el tamaño no es lo determinante, sino que es la rapidez con que uno se mueve y la capacidad de las personas. Es verdad que hay que construir infraestructura para tener acceso a la economía global, pero se debe de tener la capacidad de desarrollar la HOLOGRAMÁTICA. Ésta es una observación muy interesante para la enorme mayoría de las regiones en todo el mundo, que la mayoría son pequeñas, ya que las oportunidades son para los hábiles y rápidos, así como las amenazas son para quienes no pueden “ponerse a tono” con las exigencias del entorno”.
Cuando viajamos alrededor del mundo, observamos que existen enormes diferencias entre los niveles de vida. La renta de la persona media de un país rico como Estados Unidos Japón o Alemania es más de 10 veces más alta que la renta de la persona media de un país pobre, como la India, Indonesia o Nigeria. Estas grandes diferencias de renta se traducen en diferencias de los niveles de calidad de vida. Los países más ricos tienen más automóviles, más teléfonos, más televisores, mejor nutrición, viviendas más seguras, mejor asistencia sanitaria y mayor esperanza de vida. Incluso dentro de un mismo país el nivel de vida varía mucho con el paso del tiempo.
En Estados Unidos la renta media medida por medio del PIB real per cápita ha crecido en los últimos 100 años alrededor de un 2% al año. Aunque esta cifra parezca baja, implica que la renta media se duplica cada 35 años, como consecuencia de este crecimiento actualmente la renta media es alrededor de ocho veces mayor que hace 100 años. El estadounidense representativo disfruta de más prosperidad económica que sus padres, sus abuelos y sus tatarabuelos. Las tasas de crecimiento varían significativamente de unos países a otros. En algunos países del este asiático como Singapur, Corea del Sur y Taiwán la renta media ha aumentado alrededor de un 7% al año en las últimas décadas. A esta tasa la renta media se duplica cada 10 años, estos países han pasado en una sola generación del grupo de países más pobres al grupo de países más ricos del mundo. ¿A qué se deben estas diferencias?, ¿Cómo pueden estar seguros los países ricos que mantendrán su elevado nivel de vida?, ¿Qué medidas deben de adoptar los países pobres para acelerar el crecimiento económico y sumarse así al mundo desarrollado? Estas son algunas de las preguntas más importantes en macroeconomía.
El crecimiento económico se puede identificar como el aumento del valor de la producción de un país, en términos reales y en un periodo de tiempo. Este concepto es de vital importancia para un país porque se relaciona con el nivel de bienestar de la sociedad, de tal manera que una economía en crecimiento conlleva a aumentar los niveles de vida de una población y mejorar las expectativas de los agentes económicos, además de generar un círculo virtuoso. Para medir el crecimiento económico de un país se utilizan indicadores como el PNB (Producto Nacional Bruto) y el PIB (Producto Interno Bruto). El Producto Interno Bruto mide la renta total ganada en la economía como el gasto total en la producción de bienes y servicios de dicha economía. El nivel del PIB es un buen indicador de la prosperidad económica de un país y su crecimiento es un buen indicador del progreso económico. Se puede afirmar que la economía de un país crece al aumentar la cantidad de factores de producción, de capital y de trabajo como:
a) Crecimiento de producción: en este factor existen tres piezas claves: la inversión en capital humano, la inversión en investigación y desarrollo, el logro de economías de escala. Para incrementar la productividad en estos factores se deben de buscar las variables que determinen los aspectos mencionados y la posibilidad que se tiene de influir en ellos. Esto depende directamente del rendimiento de las inversiones en capital humano, en investigación y el desarrollo.
b) Crecimiento del capital: en una economía donde el sector público y el sector externo se encuentran en equilibrio, permite que se genere un ahorro interno y esto se traduce a una inversión productiva es decir se entiende como el aumento del stock de capital. Se deben encontrar los determinantes del ahorro interno y con cuál variable es más sensible.
c) Crecimiento del trabajo: el aumento en la cantidad de trabajo en una economía de un país proviene directamente del aumento de la población ya que se supone que el desempleo es una tasa natural. Entonces, el aumento en el empleo tendrá que ser igual al crecimiento de una población. Esto es un supuesto puesto que en la actualidad se encuentra lejos de cumplirse. En este caso incorporar a las personas que no cuentan con un trabajo mediante la creación de fuentes de empleo implica un crecimiento, ya que se está evitando el desperdicio de los recursos.
Parece ser que la evidencia empírica nos dice que es de suma importancia fomentar un ambiente financiero propicio para el ahorro, en donde nos generará una certidumbre de los agentes que intervienen en el entorno macroeconómico, esto será fundamental. La teoría del crecimiento económico busca explicar los determinantes de la tasa de crecimiento de un país y el peso que tiene cada una de dichas variables en la misma tasa las cuales tendrán condiciones concretas en cada economía. En México su crecimiento se mide con la tasa de variación del PIB es decir el PIB que se generó el año pasado contra el PIB que se genera en el año actual, el PIB es el valor de los bienes y servicios finales producidos en el país, en un período determinado.
Como ya se mencionó anteriormente el PIB y el PNB son los principales indicadores de una economía y son los más usados por la mayoría de los países del mundo. La principal diferencia entre estos indicadores radica en que el PIB hace referencia a aspectos geográficos del lugar donde se realiza la producción, independientemente de los factores utilizados. Y el PNB considera que los factores de producción son propiedad de los residentes del país.
El desarrollo regional, se basa en situaciones y condiciones de política mundial. El desarrollo regional se ve impactado por la política pública de los países, tiene su origen en las instancias locales y se manifiesta principalmente a través de proyectos y programas que conforman los planes de desarrollo departamental y municipal. Sin embargo, lo que tiene que ver con la política de desarrollo económico regional, no existe pleno consenso teórico respecto a la forma y las bondades de tal intervención. Lo anterior se hace evidente a partir de un recorrido por las principales teorías del desarrollo económico regional.
En primer término, la teoría de la base económica considera que el crecimiento regional es determinado fundamentalmente por lo que define como las actividades básicas regionales, que no son más que sectores de producción de bienes y servicios para exportación a otras regiones. En la figura 2.1 se esquematizan estos planteamientos, en términos de la problemática observada y de los objetivos e instrumentos de política. Según esta perspectiva, una expansión inicial de las exportaciones estimula en gran medida a toda la región, por la acción del multiplicador de la renta. Estas ventajas, a su vez, refuerzan la competitividad del sector exportador, todo lo cual se traduce en un factor de atracción de trabajadores y capital productivo proveniente de otras regiones, para sostener la continua expansión. Se genera así un proceso de causalidad circular en el crecimiento.
Cada vez más las organizaciones se enfrentan a mercados más competitivos. Esto significa que deben de prepararse para poder competir, porque de lo contrario el mercado no perdona y por lo tanto no permitirá su participación. Antes la ineficiencia tenía lugar, hoy en un mercado que es tan competitivo la ineficiencia de las instituciones hace que no se pueda permanecer en el mercado. En materia de cambios se puede observar que hay cambios diariamente en el mundo, que estos se dan en todos los países y en todos los escenarios. Se ve un avance en las comunicaciones y esto nos da la pauta para que la información y el conocimiento junto con la innovación se tornen claves, ya sea desde las ventajas competitivas de las organizaciones como desde la conducción.
Para esto se hace necesario un adecuado entendimiento y análisis del escenario local (económico, tecnológico, sociocultural, demográfico y del político legal) para así contemplar todas las variables del escenario macro. Cuando hablamos de variables del escenario macro no nos referimos solamente a lo que es nuestro país, ya que hoy interesa el escenario del mundo. Como comenta Madoery (2001), existen dos elementos que tienen un alto impacto en el escenario, derivados de las transformaciones globales y que deben tenerse en cuenta:
a) Las interacciones sociales, estás atañen directamente al desarrollo, las cuales se despliegan hoy en nuevas geografías, en otros territorios, permitiendo que ciudades y regiones adquieran responsabilidades basadas en el Estado – Nación.
b) El desarrollo territorial se convierte en algo que va de manera creciente y que depende de las capacidades de los actores locales.
Esta perspectiva teórica considera igualmente que el crecimiento regional es un proceso desequilibrado, y que prevé una mayor dinámica que surge en una de las regiones y que no impulsa a las colindantes, sino que genera un mayor empobrecimiento relativo. Plantea que las regiones que presentan ventajas iniciales experimentan un mayor crecimiento, favorecidos por la acumulación industrial y el desarrollo de la infraestructura que se encuentra en esa zona, que en conjunto generan importantes economías internas y externas. Esto explica el aumento en las disparidades y la presencia de un flujo de recursos productivos hacia ellas. En relación con ello, la teoría de la causalidad acumulativa de Myrdal (1957), advierte que:
“El crecimiento regional es un proceso desequilibrado y pronostica que un mayor desarrollo inicial en una de las regiones, antes que favorecer el de sus similares vecinas, termina siendo un factor de estancamiento relativo en ellas, al atraer para sí las inversiones y los recursos más productivos, contribuyendo de esa manera a una mayor polarización geográfica de la economía y explicando una tendencia natural a la divergencia en rentas por habitante entre regiones”.
Los principales flujos interregionales que se conocen son los siguientes:
• Fugas de ahorro y atracción del capital por parte de la región más desarrollada, ya que ofrece rendimientos más altos y seguros en términos comparativos.
• Migraciones de mano de obra desde las zonas desfavorecidas hacia la región desarrollada (México – EUA), con un alto grado de selección en lo referente a formación, preparación y edad de los inmigrantes en detrimento de las regiones más pobres.
• El comercio interregional se efectúa cada vez más entre regiones desarrolladas y subdesarrolladas.
Las regiones y territorios en general se enfrentan a dos retos paralelos para poder lograr su crecimiento, 1) mayores exigencias competitivas que se generan de la globalización y 2) la necesidad de fortalecer el entorno territorial ante los cambios ocurridos en las formas de producción, organización y gestión. De ahí que la eficiencia productiva y la competitividad están basadas en la calidad de los recursos humanos, la capacidad de aprender y la incorporación de innovaciones a partir del valor agregado de conocimiento en cada ámbito territorial. Además de generar redes de colaboración entre empresas e instituciones, el apoyo es esencial para la innovación y la competitividad.
La innovación no es un fenómeno individual de beneficios inciertos, la innovación es, más en estos días, un factor clave para el desarrollo económico. Una cultura emprendedora o innovadora junto con una organización social adecuada es la base a partir de la cual se desarrolla la pirámide de riqueza de una nación. Thurow (2000), sustenta la teoría de que los empresarios innovadores con éxito económico se vuelven ricos y poderosos, pero sin ellos, las economías se vuelven pobres y débiles y, que para que esto sea posible, es necesario que las sociedades sean organizadas o reorganizadas de manera tal que puedan surgir empresarios innovadores. Cuando los antiguos intereses no pueden dejarse de lado esto genera que las sociedades no estén organizadas además de que no pueden aparecer empresarios innovadores. De ahí que si las organizaciones o una nación no están interesadas en un cambio no habrá empresarios que sea de su interés general generar herramientas innovadoras.
Para dar paso a la innovación es necesario que se den las condiciones sociológicas para que así surjan productos revolucionarios y que sirvan como fuente de energía para la producción económica. Las sociedades que se encuentran dominadas por individuos temerosos nunca son sociedades ricas. Esta sociedades permiten que sobresalgan los hombres que cuentan con una mentalidad inquieta. Si un país busca desarrollar su economía debe basar su estrategia en tres aspectos fundamentales, los cuales son:
a) Educación: cada país debe asegurarse de que cada individuo tenga la mejor preparación y esto se genera a través de una posible educación, esto es a través de un proceso social y no individual.
b) Infraestructura: cuando los trabajadores son bien calificados tienen acceso a satisfacer sus necesidades esenciales.
c) Investigación, desarrollo e innovación: se debe de buscar ser líderes en investigación y desarrollo además de que los empresarios deben de tener la capacidad de convertir sus ideas en productos reales, para así poder competir con empresas más competitivas.
El desarrollo de cualquier territorio depende, en gran medida, de su capacidad para utilizar al máximo todos sus recursos de conocimientos, aptitudes y creatividad emprendedora. En este sentido, además de la actividad que pueda desplegar el sector privado empresarial, las autoridades públicas territoriales (estatales, municipales y regionales) como entidades intermediadoras, pueden desempeñar un papel fundamental en la movilización de dichas potencialidades, fomentando así la creación de redes de empresas locales y vinculándolas con las instituciones de apoyo, así como con el sector de la educación superior como universidades e institutos de investigación regionales, estableciendo así enlaces eficientes entre unas regiones y otras, a fin de fortalecer el crecimiento de la capacidad innovadora de cualquier país, desde la heterogeneidad de su propia base territorial. El conocimiento es el elemento que permite generar avances en la tecnología los cuales crean un desequilibrio en la sociedad además de generar crecimiento económico. Dicho conocimiento permite generar cosas nuevas de nuevas maneras.
De ahí el que se diga, si quieres obtener nuevos resultados hay que generar las actividades cotidianas de una forma diferente. Toffler (1999), sostiene que hoy en día, en las naciones ricas que tan de prisa están cambiando y a pesar de las desigualdades en ingresos y riquezas, la futura lucha por el poder irá evolucionando cada vez más hacia una lucha sobre la distribución del conocimiento y el acceso a él. La ciencia, la transferencia de tecnología, la inversión en innovación, la tecnología y las políticas económicas orientadas hacia la creación de procesos tecnológicos son variables determinantes en el desarrollo de las naciones. Los teóricos del crecimiento económico han privilegiado el carácter de la tecnología en el avance de las naciones. Sin embargo, existen diferencias abismales entre ellas. Los procesos tecnológicos son una muestra evidente de cómo la brecha entre naciones se ensancha cada día más. Y se profundiza, sin remedio alguno.
Para el caso de las economías en desarrollo parece apropiado explicar la diferencia entre ciencia y tecnología. La ciencia puede desarrollarse y difundirse sin necesidad de convertirse en una aplicación productiva o ser un propósito en la planeación de las actividades científicas. Por el contrario, la tecnología está vinculada de manera directa con el sistema productivo en su conjunto. Sus resultados deben ser cuantificables y apropiados a sus objetivos. Para su amplio desarrollo y difusión se necesita la existencia de un sistema integrado de producción e innovación que incluya a las políticas de estado, las empresas y las instituciones necesarias poseedoras de la cultura de la innovación y con capacidad para desarrollarse, vincularse y apropiarse de los resultados de la actividad innovadora.
En este tipo de economías, la ciencia se desarrolla de manera divergente con las actividades del desarrollo tecnológico. Se nota por lo tanto, la ausencia de la vinculación en el sistema de políticas públicas en torno al desarrollo de capacidades productivas tecnológicas. Las relaciones forzadas y obligadas son imposibles e inconvenientes en una única línea entre la ciencia y la tecnología. Las empresas en la actualidad están obligadas a ser innovadoras si quieren sobrevivir en el mercado. Si no generan innovación, pronto serán alcanzadas por los competidores. La presión es muy fuerte, ya que los productos y los procesos tienen, en general, un ciclo de vida cada vez más corto. Esta tendencia procede de tres aspectos fundamentales:
a) El progreso técnico. Los productos actuales pueden desaparecer bruscamente debido a la aparición de nuevos productos con funciones mejoradas. El esfuerzo que se está haciendo por encontrar nuevas tecnologías o mejorar las existentes es inmenso.
b) La internacionalización de la economía. La competencia se agudiza, no solamente por parte de los países vecinos de la Unión Europea, sino de países insospechados, como, por ejemplo, los países de Asia.
c) La desmasificación de los mercados, es decir, la tendencia a fabricar productos cada vez más personalizados, hechos a medida, dirigidos a mercados específicos. Esta trayectoria empuja hacia una mayor flexibilidad en los procesos productivos.
Al realizar una investigación sobre una nueva tecnología, el progreso es muy lento. Se soluciona un obstáculo pero aparece otro inmediatamente. Sin embargo, llega un momento en que los principales problemas están resueltos, y con un pequeño gasto adicional las prestaciones mejoran rápidamente. Después de esta etapa de rápido crecimiento, el progreso se estabiliza de nuevo. La empresa debe gastar más que en el pasado para mantener la misma tasa de progreso o bien se ve obligada a aceptar una tasa de progreso menor. Esto sucede porque la tecnología se halla cerca de su límite.
Durante las dos últimas décadas la importancia de la tecnología en el éxito empresarial fue imprescindible, ya que condiciona la calidad y el costo de sus productos además de determinar su competitividad (presente y futura), las cuotas de mercado y los resultados financieros. Hace más de dos décadas, la investigación y el desarrollo empezaron a recibir la atención de los especialistas en el crecimiento económico, pero la gestión de la tecnología y su inclusión en la estrategia de la empresas no ha sido del todo satisfactoria en su totalidad. Sin embargo, en la actualidad en muchas organizaciones la tecnología se gestiona al más alto nivel, como una variable estratégica principal para el desarrollo de dichas organizaciones y por ende en la de la zona. Es de vital importancia que las organizaciones elaboren una estrategia tecnológica, la estrategia debe de ser siempre original, y por tanto, nunca podrá ser el resultado de la aplicación de una receta determinada. Debe de surgir de las experiencias empresariales tales como:
a) La importancia del uso de herramientas que sirvan para, suscitar ideas y promover la discusión en las etapas previas
b) La necesidad de que la estrategia tecnológica se elabore conjuntamente con la estrategia global de la organización, mediante un proceso iterativo que se dirija a la formulación simultánea.
c) Plasmar la estrategia tecnológica en un plan de desarrollo tecnológico que muestre con claridad las opciones efectuadas.
Las decisiones tomadas por la empresa se deben de ver reflejadas y llevadas a cabo en el plan estratégico que genere la organización, ya que son fruto de la reflexión previa que surge de un listado de preguntas como:
• ¿Cómo evoluciona el entorno?
• ¿En qué negocio hemos de competir en el futuro?
• ¿En qué sectores/negocios se presentan oportunidades de éxito comercial?
• ¿En qué estado se encuentran nuestras tecnologías?
• ¿Están cerca de sus límites físicos?
• ¿Qué alternativas se prevén?
o ¿Qué nuevas tecnologías pueden tener impacto en nuestra cadena de valor, aumentando nuestra rentabilidad? ¿Qué tecnologías se están desarrollando?
o ¿Qué estrategia adoptan nuestros competidores?
o ¿Cómo se relaciona nuestra estrategia tecnológica con la estrategia global de la empresa?
o ¿Cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles?
Las preguntas anteriores pueden clasificarse en dos grupos; por un lado, las que están directamente relacionadas con la tecnología (estado de las tecnologías, aparición de tecnologías emergentes). Y el otro grupo son las que hacen referencia a la marcha general de la empresa, es decir a las oportunidades de nuevos negocios y las nuevas estrategias de los competidores). La figura 2.2 ilustra el proceso descrito por Matthews (2008), en donde evidencia la estrecha interrelación de la organización y la tecnología. Las "consideraciones tecnológicas" que se mencionan son las responsables de las otras áreas de la empresa que permitirán emerger la estrategia corporativa de la cual se generará de la estrategia tecnológica, que se traducirá en el plan tecnológico.
Porter (2011), comenta que la tecnología permite desarrollar las ventajas de ser la primera o ser seguidora, cómo obtener o conceder licencias. Porter recomienda examinar de manera sistemática todas las tecnologías de la empresa que posibiliten una reducción de costos que favorezcan las diferenciaciones, y concentrarse en ellas. Los pasos finales que recomienda para poder formular la estrategia tecnológica son:
a) Identificar las tecnologías que intervienen en las actividades de la empresa.
b) Identificar las tecnologías relevantes en otras industrias potenciales o centros de investigación.
c) Determinar la evolución probable de las tecnologías claves.
d) Determinar las tecnologías y los cambios tecnológicos potenciales que afecten a la ventaja competitiva y la estructura del sector.
e) Valorar la capacidad de las empresas en las tecnologías importantes y desarrollar mejoras.
f) Seleccionar una estrategia tecnológica en consonancia con la estrategia competitiva global de la empresa. Los distintos proyectos de Investigación más desarrollo (I+D) no deben aprobarse si no tienen un efecto sobre los costos o la diferenciación.