La región como definición conceptual parece en Francia a finales del siglo XIX como consecuencia del desarrollo de la llamada geografía humana, la cual va a heredar de los naturalistas las concepciones acerca de las regiones naturales y las va reestructurar, incorporando criterios de índole social.
Su principal exponente sería Paul Vidal de la Blanche, geógrafo, historiador y filósofo, criticó el determinismo ambiental y el modo de observar las concepciones acerca del espacio regional como construcciones naturales donde el hombre solo forma parte pasiva del mismo, adecuándose a las condiciones del medio.
Vidal de la Blanche observó desde la geografía el espacio como un todo interrelacionado, pero a su vez con elementos distintivos para cada uno de los paisajes geográficos. El hombre aparece, según Vidal, en el entorno natural como elemento trasformador del mismo y se convierte en su quehacer en parte integra del contexto geográfico.
Las regiones para Vidal de la Blanche constan de varias acepciones en su concepción: primeramente se observan como entornos naturales desprovistos de trasformaciones, pletóricos de vínculos evolutivos en la escala biosférica; luego, el agregado humano no exime a las regiones de su condición natural porque “…el hombre es parte íntegra del paisaje. Él lo modifica y lo humaniza en cierto modo…”1 , simplemente se le agrega un componente concientemente trasformador que otorga elementos histórico culturales al espacio regional; posteriormente la región concebida como tal que es la suma inseparable de todos los elementos naturales y humanos, el cúmulo de trasformaciones y relaciones que se establecen entre la naturaleza y el hombre como elementos en los cuales se observa una relación, según Vidal de la Blanche, de tipo simbiótica, el conjunto de relaciones que a escala social se llevan a efecto y los elementos periféricos al modelo conceptual de región que actúan como entes trasformadores y que constituyen pares al protagónico pero con características distintas en su formación histórica.
Existe un común denominador en la teoría de Paul Vidal de la Blanche acerca de la construcción de las regiones: la historia. “El estudio de la evolución de los fenómenos terrestres supone el uso de una cronología que esencialmente depende de la historia.”2
Para este, la región, más que un organismo consolidado per se, es el resultado de un proceso histórico en el cual los hombres juegan un papel protagónico. De ahí el desdén que observa hacia las concepciones de los naturalistas al dar por sentados las construcciones regionales y separar el componente humano trasformador del natural.
El enfoque historicista de Paul Vidal de la Blanche otorga al concepto de región nuevos elementos de análisis. Las regiones son el resultado de procesos y a su vez objetos no acabados de procesar. El cúmulo de contradicciones regionales originadas en las más diversas aristas contextuales hace del espacio regional un objeto en constante evolución, no solamente espacial (en relación extensión-reducción), sino también de las estructuras que lo componen como organismo.
Las dificultades para conceptuar el espacio regional estriban precisamente en ello, Vidal de la Blanche pretendió conceptuar la región en su proceso de evolución, sin embargo, a juicio del investigador, dio por sentado un concepto aplicado a construcciones preestablecidas en el espacio y de ello se derivan las sucesivas contradicciones de los teóricos de las ciencias regionales acerca del concepto.3
Vidal de la Blanche no estableció para sus investigaciones una región modélica, ni se pudo apartar de los elementos descriptivos para su estudio, de ahí el carácter posibilista que se plantea en la teoría. El contexto en el cual desarrolla su obra pretende rescatar de la derrota sufrida a manos de Prusia a una Francia que deja ya para esta etapa, finales del siglo XIX, de ser la primera potencia económica, luego de conocer el florecimiento en tiempos del segundo imperio, para convertirse en mediadora de las economías europeas.
Vidal de la Blanche no rebasa la observación paisajística del entorno regional, ni se adentra en las relaciones económicas, políticas y socioculturales que se establecen en el espacio regional desde que es habitado por el hombre. Sus enfoques son diseccionados hacia la relación paisaje-construcción humana y, aunque se dice ser crítico del determinismo geográfico alemán de Friedrich Ratzel, parte en cada uno de sus trabajos del medio como determinante en la concepción y construcción del paisaje regional por parte de las comunidades que lo habitan. 4
Vidal de la Blanche no supera los límites de la ciencia natural para insertarse en las ciencias sociales, lo cual acuña con su frase “la geografía es la ciencia de los lugares, no de los hombres”5 , y resta así elementos de incorporación en los estudios de la geopolítica y la economía al campo de la geografía.
Otro de los elementos en la concepción sobre el espacio regional en Vidal de la Blanche que queda al margen de sus investigaciones, es la relación existente entre el espacio rural y el espacio urbano. Es quizás uno de los problemas que presupone la no modelación de la región como ente espacial. Vidal no se preocupa por establecer un modelo de clasificación de los diferentes entornos regionales a partir de la recomposición modélica del ente regional, tomando en consideración la concentración de los grupos humanos en el espacio. Por lo que subordina su trabajo a las formaciones primigenias de la región en la historia y no a la evolución de las comunidades que la forman.
El concepto de región de Paul Vidal de la Blanche está estrechamente vinculado a otro concepto que maneja el autor en su obra: el de “género de vida”, según el cual, el medio natural se encuentra en condiciones de ser habitado por el hombre, y este a su vez, no se adapta, sino que está condicionado para insertarse al mismo.
Los “géneros de vida” pueden ser según Vidal de la Blanche, activos o pasivos, teoría esta que se manifiesta en los últimos años de autor y que corresponde con las primeras décadas del siglo XX. Los “géneros de vida” pasivos deben ser dominados pues suponen el poco intercambio que se establece entre el hombre y el medio.
Esta afirmación justifica las oleadas neocolonizadoras europeas hacia Asia, el Medio Oriente y África, pues para Vidal de la Blanche, estas áreas están habitadas por “géneros de vida” pasivos, tomando en consideración que estas regiones no han superado la fase de la economía de apropiación y la agrícola, a diferencia de Europa y América del Norte que ya se encuentran en la fase industrial, lo cual para el autor determina el fin del ciclo evolutivo en la relación paisaje-hombre, pues supone la inserción más acabada de los grupos humanos en el espacio regional. El concepto de “género de vida” aporta el definitivo carácter determinista a la teoría regional de Vidal de la Blanche y es utilizado hasta la fecha actual por la historiografía y la geografía positivista.
1 Vidal de la Blache, Paul. “…l’homme est partie intégrante du paysage. Il le modifie et l’humanise en quelque sorte…” De l'interprétation géographique des paisajes. Édition électronique réalisée avec le traitement de textes Microsoft Word 2001. http://www.uqac.uquebec.ca/zone30/Classiques_des_sciences_sociales/index.html. Pág. 3
2 Vidal de la Blache, Paul. “L'étude de l'évolution des phénomènes terrestres suppose l'emploi d'une chronologie qui diffère essentiellement de celle de l'histoire.” Des caracteres distinctifs de la géographie. Édition électronique réalisée avec le traitement de textes Microsoft Word 2001. http://www.uqac.uquebec.ca/zone30/Classiques_des_sciences_sociales/index.html. Pág. 7
3 Ver en: Vidal de la Blache, Paul. Routes et chemins de l’ancienne France. Édition électronique réalisée avec le traitement de textes Microsoft Word 2004 pour Macintosh. http://www.uqac.ca/Classiques_des_sciences_sociales/. En este artículo, Vidal de la Blanche da por sentada la formación de las regiones francesas a partir del tipo de economía predominante en ellas y se debate entre si Francia es en sí misma una región o está compuesta por varios organismos regionales.
4 Ver con más detenimiento en: García Ballesteros, Aurora. Vidal de la Blanche en la crítica al neopositivismo en Geografía. Anales de Geografía de La Universidad Complutense. núm. 3. Ed. Univ. Complutense, 1983.
5 Ídem. Pág. 31