Es la capacidad de reunir, organizar, y optimizar, de una forma eficiente y eficaz, los recursos tecnológicos disponibles, con miras a la implantación y cumplimiento de la estrategia formulada por la dirección de la empresa.
La estrategia para la innovación es aquella parte de la estrategia corporativa que se refiere a los activos de la compañía relacionados con la innovación-tecnológica.
Las funciones a desarrollar para la gestión de la innovación según (Rodríguez, 1998):
1. Optimizar los recursos tecnológicos disponibles
2. Enriquecer el patrimonio tecnológico
3. Proteger patrimonio tecnológico
4. Inventar los recursos tecnológicos
5. Evaluar el entorno tecnológico de la empresa
6. Vigilar el comportamiento innovador de los competidores directos
Así mismo la evolución histórica expone:
a) Enfoque intuitivo: El I+d se consideraba como una partida más del
presupuesto. No hay comunicación entre los distintos expertos
funcionales.
b) Enfoque sistemático: Se definen objetivos y unos presupuestos acordes a
estos.
c) Enfoque estratégico: El departamento de I+D se integra en el plan
estratégico de la empresa. La asignación de recursos financieros se hace
de forma flexible adaptándose a las necesidades.
Riesgo de estrategias de diversificación no relacionada con sus competencias genéricas:
Esta valoración nos lleva a que los bienes y servicios desarrollados son producto de una experiencia adquirida. Cambios necesarios para potenciar la creatividad según (Longoria, 2005):
Para ello debemos de intensificar esfuerzos en la dirección de la organización y fomentar la comunicación. Reducción del tiempo de lanzamiento puede conseguirse acortando el calendario de planificación de desarrollo.
Podría decir que la innovación es el proceso de generación de nuevas tecnologías. Ello implica tanto innovaciones de procesos como de productos , es decir, una innovación de proceso (como se produce) supone la introducción de un nuevo método de producción o la modificación y mejoramiento de un proceso de producción o de gestión ya existente. En el mismo sentido, la introducción de un nuevo producto o de una característica particular en un producto con el que el mercado no esta familiarizado aún, supone una innovación de producto (León, 1992).