LA CALIDAD DE LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PRIVADAS EN ZACATECAS

Beatriz Herrera Guzmán

II.8.1. La Colonia: el Colegio de San Luis Gonzaga y las primeras cátedras

La época colonial se caracteriza por ser un espacio donde la Ilustración se relaciona de manera importante con la educación novohispana. Al preparar a la sociedad en la ciencia vendría consecuentemente el progreso de la sociedad, considerado hasta entonces como  limitado por la estricta impartición de una educación religiosa. Las ideas de la Ilustración son retomadas en la nueva España, difundidas en las instituciones de educación, sobre todo en el nivel de enseñanza superior, impartida en la Real y Pontificia Universidad de México (García González: 1998).
El impacto que del despotismo ilustrado en todo el país repercute de manera importante en Zacatecas, en el ámbito religioso-educativo. Ello por las dos corrientes de opinión existentes: por un lado, las posturas de los frailes franciscanos y, por el otro, la idea del Ayuntamiento de Zacatecas de crear Colegio de San Luis Gonzaga (García González: 1988). Dicho Colegio empieza a promoverse a partir de 1750 y más fuertemente en 1754, a partir de la donación del P. Francisco Pérez de Aragón. Es abierto hasta 1759, ocupando el edificio que más adelante alberga no sólo al Real Colegio de San Luis Gonzaga, también al Instituto Literario, al Instituto de Ciencias y hoy a la Escuela Preparatoria No. 1 de la UAZ (Ávila G: 2001: 41).
Otros autores aseguran que es en el año de 1752 cuando se habla del proyecto de este Colegio (Amador: 1982). El interés del Ayuntamiento es brindar una educación acorde a las necesidades de la juventud, debido a que ninguna escuela otorga una buena instrucción. El 13 de septiembre de 1774, el Ayuntamiento solicita al Virrey de Nueva España que se erija tal institución educativa, demanda que finalmente se concede para el 17 de Diciembre de 1784 (Amador: 1982).
Según consta en el Archivo del Estado, el Colegio se abre un poco después de la fecha en que el Ayuntamiento hace la solicitud. Este documento menciona que el Colegio se funda antes de la expulsión de los jesuitas, previo permiso del gobierno de la Nueva Galicia, y que el 5 de abril de 1754 el P. jesuita Don Francisco Pérez de Aragón  dona las rentas o réditos de la hacienda de Linares, jurisdicción del Partido de Fresnillo, la cual se había enajenado al Conde de Regla en 85 mil 676 pesos. Asimismo, indica que también dona unas casas para que en ellas se establezca el plantel referido, donde se enseñaba Gramática, Historia, Teología, Moral y Escolástica, a cuyas clases se agrega también la de Filosofía (Amador: 1982).
Del documento mencionado, se deduce que el Colegio queda desde entonces bajo la dirección de los padres de la Compañía de Jesús, pero en años posteriores, debido a que éstos son expulsados en 1767, no hay quien continúe con su labor y las clases se suprimen por algún tiempo. No es sino hasta finales del siglo que se logran restituir las funciones en dicho plantel. A partir de la expulsión de los jesuitas, el Ayuntamiento de Zacatecas acude a México solicitando el restablecimiento de los estudios de este centro educativo. En tanto se concede de conformidad, se procede a la nueva apertura bajo las condiciones siguientes: que se llamara Real Colegio de San Luis Gonzaga y que se instituyeran dos cátedras de Gramática (Amador: 1982).
Según Ibarra Santos (2003), los antecedentes de la ES en Zacatecas se remontan a 1786, con la apertura del instituto ya mencionado. Sin embargo,  Amador (1982) sostiene que la fundación del Colegio de San Luis Gonzaga, se realiza el 13 de septiembre de 1754. Para estas fechas, las materias que se enseñan son Gramática, Historia, Teología, Moral, Escolástica y Filosofía. Tales cátedras, como el Colegio mismo, quedan, como ya se ha dicho, bajo la dirección de los padres de la Compañía de Jesús (García González: 1988). Según Flores, de Vega, Kuntz y del Alizal (1996) el Colegio de San Luis Gonzaga es la única institución de entonces que ofrece una enseñanza posterior a la de las primeras letras.
El interés porque los jesuitas abran sus colegios se debe a que en ellos se fomenta el estudio de la filosofía como base de la teología, apegada a la tradición medieval, pero también con las aportaciones del humanismo. El interés práctico radica en el hecho de que esta ciudad hasta el momento carece de universidad y a la vez cuenta con un número importante de familias acomodadas. El bachillerato, en Artes o en Filosofía, es un paso previo en su formación e incluso título suficiente para aspirar a un buen destino burocrático, por eso muchas ciudades como Zacatecas regalaron edificios y rentas a los jesuitas,  para gozar de las ventajas de tener un “colegio superior”,  lugar donde se forma una buena parte de la intelectualidad mexicana del siglo XVIII (Ávila G: 2001).
El Colegio es clausurado cuando se da el destierro de los jesuitas en 1767, abriéndose nuevamente hasta 1786, adoptando las ideas académicas de los Colegios Mayores de San Pedro y San Pablo, al igual que las del Colegio de San Idelfonso de la ciudad de México. Una vez vuelto a abrir se ocupa de impartir materias orientadas a las humanidades, en áreas semejantes a los colegios mencionados –Latinidad, Retórica, Filosofía, Historia y Teología eclesiástica-, adoptándose para su régimen la constitución y el reglamento del Colegio de San Idelfonso (Amador: 1982).

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