La democratización de la enseñanza se inicia, según Rueda (2007:15) al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958. Para caracterizar este proceso histórico se han tomado en cuenta los indicadores siguientes:
1.- La política educacional en Venezuela en la formación inicial docente.
2.- El proceso de enseñanza aprendizaje en la formación inicial docente.
Para viabilizar este aspecto se han determinado las etapas históricas en correspondencia con los hechos educativos en los períodos:
Período 1961---1979
En Enero de 1961, es promulgada la Constitución de la República de Venezuela, la cual contemplaba en los artículos 73 al 83 lo referente a la política educativa, establece el derecho de todos los venezolanos a recibir educación y afianza la gratuidad de la enseñanza oficial, se asegura el deber del Estado de construir los planteles necesarios para garantizar el acceso al sistema a todo ciudadano venezolano, así como la formación y preparación del personal docente necesario.
En este sentido, y con relación a la educación primaria, ya para 1960, según informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Venezuela revela un aumento del 42% en la matricula de este nivel educativo. Motivado a lo anterior, asegura Rueda, ya citada, se hizo necesario asegurar su prosecución en el nivel medio, por lo cual se da mucho énfasis a la construcción de los locales escolares adecuados para ese nivel, así como la formación y preparación de los docentes requeridos.
En tal sentido, se da impulso a la educación normal, es decir, la formación de maestros para los niveles de preescolar y primaria, al aumentar su matrícula a 31.641 alumnos; al propio tiempo, según Peñalver (2005:25) se emite el Reglamento para la Educación Normal, donde se establecen: estudios de cuatro años de duración, formación profesional para preescolar y primaria, planes y programas con nuevas finalidades y la posibilidad de autorizar el desarrollo de cursos para la formación de niños excepcionales y de educación de adultos.
El proceso de enseñanza aprendizaje en la formación inicial sigue el modelo tecnicista el cual se caracteriza, según Matos (2006:34) por ser un enfoque profecionalista tecnocrático del docente, centrado en el manejo de técnicas, normas y conocimientos instrumentales que garanticen la eficacia en el logro de objetivos. De acuerdo a este modelo, formar docentes es convertirlos en técnicos eficaces. La formación del docente se organiza siguiendo una secuencia lineal que comienza con el conocimiento científico básico, luego el conocimiento aplicado y finalmente el desarrollo de competencias profesionales.
La práctica se sitúa al final del currículo, concebida como aplicación de normas y técnicas derivadas de la investigación científica. Esto, a criterio de Parra y Pasillas(1991:6) se relaciona con un modelo deductivo-aplicacionista de actuación, donde la teoría y práctica se separan y se inmoviliza mutuamente. Sólo se requiere la teoría que justifique la acción y sólo se reconoce la acción que realice el ideal de la teoría.
El modelo tecnocrático se apoya en el paradigma de investigación proceso-producto que establece correlaciones entre comportamientos observables del profesor y rendimiento de los alumnos. Investigaciones de este tipo permiten determinar cuáles son las características o conductas que los docentes deben tener, y en consecuencia se entrena a éstos en el dominio de tales competencias de modo que su aplicación garantice resultados óptimos de enseñanza.
A manera de conclusión, en este periodo se sientan las bases de la democracia representativa, el Estado define su política educativa a través de la Constitución Nacional de la república, aumentando la matrícula escolar y dando impulso a los centros de formación de educadores como lo son las escuelas normales.
El proceso enseñanza aprendizaje asume el modelo tecnicista el cual se caracteriza por capacitar al docente bajo un esquema de investigación proceso –producto. Vale decir, se responde a la pregunta ¿Cuál es la conducta que debe tener el docente para que se correlacione directamente con el rendimiento en los alumnos?
Período 1980--1999
La década de los ochenta se inicia con la aprobación de la Ley de Educación y el 13 de junio de 1980 se decreta la creación del sub sistema de Educación Básica, con duración de nueve años y la obligatoriedad del preescolar. Tal situación marca el inicio del declive de las escuelas normales en Venezuela.
En tal sentido, en cuanto a la profesión docente, la Ley declara que el ejercicio de la profesión estará fundamentado en un sistema de normas y procedimientos relacionados con ingresos, reingresos, traslados, promociones, ascensos, estabilidad, remuneración, previsión social, jubilaciones y pensiones, sanciones y aspectos relacionados con la prestación de servicios profesionales docentes. El personal docente estará integrado por quienes ejerzan funciones de enseñanza, orientación, planificación, investigación, experimentación, evaluación, dirección, supervisión y administración en el campo educativo. Se definen como profesionales de la docencia, los egresados y las egresadas de los institutos universitarios pedagógicos, las escuelas universitarias de educación y otras instituciones de nivel superior con programas de formación docente.
En 1988, los Institutos Oficiales de Formación Docente, existentes para el momento, son integrados a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, con el fin de estructurar un sistema coherente y coordinado, conjugado por intereses formativos de alcance nacional.
Para 1999, existían en el país 40 universidades, siendo 19 de carácter público y 21 de carácter privado. En este sentido, es de hacer notar que la creación de universidades privadas ha venido sosteniendo un ritmo acelerado de crecimiento con respecto a las públicas. De allí, que Quevedo (2001) afirme que la educación venezolana se caracterizó por ser elitista y excluyente.
Al final de este período, se emite la Resolución N°1 por parte del Ministerio de Educación Superior, la cual define los aspectos centrales en cuanto a la formación docente:
a) Considera que es un elemento clave para una educación de calidad. b) Corresponde al Ministerio de Educación el establecimiento de directrices y bases generales para el diseño de planes y programas de la formación profesional docente.
c) urge una política de formación docente adaptada a las nuevas orientaciones del proceso escolar.
d) junto al creciente déficit de profesionales docentes, al ejercicio de la profesión docente se han venido incorporando personas sin titulación.
e) las tendencias de formación profesional conducen a enfatizar no la hiperespecialización, sino una formación básica consistente que permita la permanente actualización.
f) necesidad de un marco y medios de interrelación entre el Ministerio de Educación Superior y las instituciones de educación superior con programas de formación docente.
g) realizar un esfuerzo colectivo para la revalorización de la dignidad y el respeto de la docencia como profesión.
En consideración a los referentes anteriores, se definen cinco líneas prioritarias: la definición y rasgos del perfil profesional del docente a formar, los elementos básicos de la estructura curricular, los títulos y certificados de competencia a otorgar, la profesionalización de los docentes en servicio y la formación permanente.
En cuanto se refiere al proceso de enseñanza-aprendizaje se deja atrás la visión tecnicista por la aplicación de una formación docente inspirada en el constructivismo, percibiéndose la homologación de los contextos de formación docente con el contexto del aprendizaje en el aula, reproduciendo en la capacitación del docente, según Voglioti (2002:4), los lineamientos didácticos derivados de las teorías psicológicas.
La característica fundamental del constructivismo, desde el punto de vista de la formación docente, fue haber permitido la entronización de una visión reflexiva-crítica. Se conoce así, en alusión a su implicación especulativa en pos de innovaciones, modificaciones o transformaciones a través de la práctica educativa. En esta visión la teoría y la práctica son componentes necesarios del conocimiento por cuanto los sujetos no pueden conocer separadamente de su acción, de su vivencia como tampoco pueden accionar sin reflexión. Este es el sustento en el cual descansa el principio de reflexionar sobre la propia práctica docente como una instancia ineludible de innovación.
Como corolario se puede afirmar que, en este periodo, lo más importante fue la promulgación de la nueva Ley Orgánica de Educación, la cual consagra una educación básica de nueve grados lo que decreta la liquidación de las escuelas normales en nuestro país. A partir de ese momento, la profesión de docente la otorgan los institutos pedagógicos universitarios (que posteriormente se fusionaron en la UPEL), las escuelas universitarias de educación y otros institutos de educación superior con tales competencias. Asimismo, se emite la Resolución N°1 del Ministerio de Educación Superior, la cual define los aspectos centrales en cuanto a la formación docente.
En cuanto al proceso de enseñanza- aprendizaje, se evoluciona hacia el modelo constructivista; es decir, se homologan los contextos de formación docente con el contexto del aprendizaje en el aula. Todo ello, a partir de una visión reflexiva-crítica, según la cual la teoría y la práctica se deben unir de manera indisoluble.
Período 1999---2010
Vigente la presidencia de Chávez, la educación se sustenta en la nueva Constitución Nacional promulgada hacia 1999 y establecida en la política del Ministerio de Educación y Deportes, a través del Proyecto Educativo Nacional donde se define la educación en función de una visión de sociedad, desde una perspectiva de transformación social, humanista y cooperativa.
En el marco del Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, emitido según Decreto N° 1011 del 4-10-2000 se entiende por personal docente tanto a quienes tengan la condición de personal ordinario como a quienes ostenten el carácter de personal interino. El ejercicio profesional de la docencia constituye una carrera y, como tal, está supeditada al cumplimiento de funciones determinadas en las condiciones, categorías y jerarquías que establece el Reglamentoy estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de idoneidad docente comprobada.
A los profesionales de la docencia, además de los derechos consagrados en el Reglamento de Ejercicio de la Profesión Docente, y en la Constitución y las Leyes de la República, se les garantiza, entre otros, el derecho a participar en los concursos para ingreso, ser promovidos o ascender en jerarquía o categoría; ser incorporados en idéntica jerarquía y categoría al cesar responsabilidades en cargo de libre remoción, percibir las remuneraciones correspondientes, realizar estudios de perfeccionamiento, actualización, especialización, maestría y doctorado; participar en actividades de investigación y estudios en el campo pedagógico, cultural y científico; gozar de beneficios económicos para estudios, asociarse en agrupaciones académicas, gremiales y sindicales para participar en el estudio y solución de los problemas educativos.
En cuanto al proceso enseñanza- aprendizaje en la formación inicial, propone la práctica pedagógica dentro de una política de democratización, orientada hacia una educación permanente y de calidad para todos, vinculada a la práctica comunitaria y a los medios de comunicación social, con una concepción del aprendizaje como el proceso “aprender a aprender” con una visión globalizadora e integral. Asimismo, se plantea el aprendizaje globalizado e integral para formar individuos capaces de asimilar otras tecnologías.
Se asume el aprendizaje significativo como expresión de potencialidades del hombre en un conjunto de valores y habilidades. La educación para la vida y la libertad, como una nueva forma para mediar el protagonismo democrático en los asuntos públicos. El desarrollo moral-cívico regido por el respeto de las necesidades y valores comunitarios para propiciar el estado de derecho, estado de justicia y equidad social. Incluir a todos los venezolanos en el contexto educativo nacional.
En este propósito, nace la Misión Sucre, mediante Decreto N° 2601 de fecha septiembre del 2003, de carácter estratégico, no permanente, orientado a facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los bachilleres, quienes a pesar de sus aspiraciones no habían sido admitidos en ninguna institución de educación superior.
En esta perspectiva y el contexto de la Misión Sucre, el Ministerio de Educación Superior y el Ministerio de Educación y Deportes se concretan esfuerzos para un nuevo proyecto de formación de educadores, denominado: Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE). El PNFE tiene como objetivo general: formar un Educador Bolivariano, solidario, laborioso, honesto, justo, latinoamericanista, consciente de su papel transformador, que aplica en su labor profesional métodos científicos que le permiten interactuar con los educandos, la familia y la comunidad en general, atendiendo la diversidad del ser humano y contextualizando el proceso docente educativo, para lograr el nuevo republicano.
El (la) licenciado (a) en Educación, se desempeñará en las funciones vinculadas con el proceso formativo del nuevo ciudadano, la familia y la comunidad. Se caracterizará por ser un profesional:
- Comprometido con el nuevo proyecto de país y su modelo educativo.
- Poseedor de valores que caractericen al ciudadano venezolano, latinoamericano, caribeño y del mundo: patriota, solidario, justo, laborioso, entre otros.
- Consciente de su labor social, capaz de asumir diferentes roles y de actuar en consonancia con las necesidades emanadas del diagnóstico de sus estudiantes, la institución educativa, la familia y la comunidad.
- Ejemplo ante todos los actores involucrados en el proceso formativo.
- Culto, creativo e innovador constante de la praxis pedagógica, que articule de manera coherente los ejes del ser, saber, hacer y convivir, en plena dinámica de los principios que sustentan el PNFE: desaprender, aprender a aprender y aprender haciendo.
Como conclusión se puede afirmar que en este periodo la política, en cuanto a la formación inicial docente, se encuentra establecida en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en 1999, según la cual se desea un modelo de sociedad sustentado en una perspectiva de transformación social, humanista y cooperativa. El docente requerido debe estar dotado de una comprobada idoneidad profesional, solidaria, honesta y comprometida. Desde el punto de vista del proceso enseñanza aprendizaje propone la práctica pedagógica dentro de una política de democratización .Como respuesta a tal necesidad nace la Misión Sucre siendo su plataforma fundamental el (PNFE).
Este epígrafe permitió al investigador conocer la evolución histórica de la formación inicial docente en Venezuela, la cual ha pasado de una visión tecnicista, basada en la concepción del paradigma investigación proceso- producto, pasando por el constructivismo, hasta llegar a una visión educativa actual promotora de la vida y la libertad, a través de aprendizajes significativos y cónsona con un desarrollo moral que propicie el estado de derecho y la equidad.
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