Por su localización espacial, Río Grande do Sul se convirtió en el límite extremo de la localización portuguesa en el Sur del continente latinoamericano. En el inicio de su ocupación, el Estado pasó a ser un local estratégico, cuya manutención era vital para garantizar la presencia portuguesa junto a las áreas de colonización española.
También cumplió siempre la función de enriquecedor de alimentos y otros bienes para las demás regiones del país. Como estaba situado fuera del eje de comercio de Brasil con Portugal, cabe a Rio Grande el papel principal de enriquecedor de ganado que sustentó el ciclo del oro en Minas Gerais y el del charque, que era el alimento básico de los esclavos y de la población de bajo recursos de las ciudades brasileñas.
En el Estado, el noroeste gaucho, fue el último espacio ocupado. Hasta inicios del Siglo XX, se constituyó en la frontera entre campos e selvas. Sus procesos de ocupación y desdoblamiento definen sus características actuales.
Según Lazzarotto1 , la región fue ocupada por indios de diversos grupos étnicos, tapes, charruas, guaraníes, kaygangs, entre otros. Solamente en 1926, ocurrió el primer contacto con la civilización europea, a través de los jesuitas españoles originarios de las Reducciones de Guairá, en fuga de las acciones de los bandeirantes cazando indios para esclavizarlos. Los jesuitas y un gran contingente de indios, atravesaron el río Uruguay para instalarse en el margen oriental, en un movimiento que culminó con la fundación de los Siete Pueblos de las Misiones entre 1687 y 1707.
En ese movimiento, ingresaron también españoles y sus descendientes, que venían a tomar posesión, para Dios y para la Corona, las tierras y almas del oeste del meridiano dictado en Tordesillas.
Más tarde, el conflicto entre portugueses y españoles por la delimitación de las fronteras entre los territorios de las respectivas colonias, hizo que este modelo de organización social, distinto de otros espacios, fuese completamente desarticulado.
La conquista definitiva del territorio por los portugueses, según Lessa 2, en 1801, ocurre a través de la destrucción de los Siete Pueblos de las Misiones. Entre los pocos indios que consiguieron salvarse, algunos huían para el otro lado del margen del río Uruguay, otros se refugiaron en la selva densa de la propia región y otros, se presentaron a los propietarios de tierras próximas, para trabajar como peones de estancias, a cambio de medios para la sobrevivencia.
Así, el contexto económico de este primer movimiento de ocupación se traduce en el desenvolvimiento de la agropecuaria a lo largo de las áreas de campo y de la extracción, principalmente de la yerba mate, en las áreas de selva, cuando fue motivo de disputas entre los caudillos uruguayos y riograndenses hasta mediados del siglo XIX y centro de atracción de nuevos estancieros.
Un segundo proceso de ocupación del espacio regional a través de la penetración de los arrieros, bandeirantes y otros aventureros, en busca de esclavos y de mulas para el trabajo. El ciclo de los arrieros se originó de la gran demanda de las minas de oro de Minas Gerais, que necesitaban de mano de obra y ganado rústico para el transporte de carga, a finales del siglo XVIII y se extendió, durante el siglo XIX, debido a la demanda paulista por ganado bovino para abastecimiento3 .
Aunque, no tuvieron mayor interés en la ocupación directa de las tierras, los arrieros contribuyeron decisivamente en la fijación de poblados a lo largo de los caminos recorridos. Es el caso de los municipios actuales de Vacaria, Cruz Alta, Passo Fundo, Palmeira das Missões, entre otros.
El municipio de Cruz Alta, emancipado de Río Pardo en 1834, se convirtió en centro político y económico del plan alto gaucho durante el siglo XIX. Con un área inicial de 60.000 km2, fue el principal municipio madre de toda la región norte del Estado, del cual se emanciparon, de las tierras de selva, Ijuí y Santa Rosa, los otros dos municipios en estudio.
Un tercer camino de ocupación y doblamiento de la región fue abierto desde el sur, a través del río Jacuí, alrededor de 1750, en una tentativa del gobierno provincial de asentar parejas de inmigrantes açorianos en tierras misioneras. Fue una tentativa frustrada, que no se viabilizó principalmente debido a la falta de canales de transportes y comunicación, pero indicó el camino y algunos de los requisitos fundamentales para el proceso de colonización que ocurriría posteriormente4 .
Para tener una idea de las dificultades de la época se puede visualizar la iniciativa de la Cámara de Cruz Alta que, en 1877, ofrecía gratuitamente 115 lotes de tierra a los colonos inmigrantes que quisieran establecerse en los márgenes del río Ijuí. Pero el Ministerio de la Agricultura rechazó la oferta alegando no haber condiciones de mercado para la creación de una colonia en la región, teniendo en vista el proceso de colonización de la región de la Sierra5 .
El cuarto camino retoma la estrategia del anterior, cerca de 100 años después. Un nuevo contexto político y económico representado por la Abolición de la Esclavitud (1888) y por la Proclamación de la República (1989) posibilitó la remoción de los obstáculos burocráticos y la creación de mecanismos legales (Servicio de Tierras y Colonización) y logísticos (línea férrea hasta Cruz Alta, en 1894) de apoyo a la colonización del norte y noroeste de Rio Grande do Sul 6.
Las tierras de la región de la Sierra (colonias viejas) ya estaban ocupadas y el crecimiento de la populación exigía que se abriesen nuevas fronteras para los hijos de los colonos y para lo nuevos colonos inmigrantes. Varios proyectos de colonizaciones estatales y privadas fueron realizados y florecieron a fines del siglo XIX e inicio del siglo XX, permitiendo una masiva migración de los colonos rumbo a las nuevas tierras.
En ese contexto, el municipio de Ijuí7 tiene su origen en una colonia oficial, fundada en 1890, dentro de la nueva política de colonización, sobre el control de los gobiernos estatales, en un modelo de colonia mixta compuestas por inmigrantes recién llegados de Europa (alemanes, italianos, poloneses, rusos, lituanos, austriacos, húngaros, suecos, franceses, españoles, etc. ), descendientes de colonos excedentes de las colonias viejas (São Leopoldo, Caxias do Sul, Santa Cruz do Sul, etc) y pueblos nativos (caboclos, mestizos y diverso). Con el rápido crecimiento la colonia fue elevada a la condición de municipio, ya en el año de 1912, con una población de 28 mil habitantes.
Ya las tierras que hoy pertenecen al municipio de Santa Rosa pertenecían al territorio de la Misión de Santo Ângelo Custódio, actualmente municipio de Santo Ângelo, separado en 1873 de Cruz Alta. En 1915 fue creada la Colonia Santa Rosa, para asentar familias de nacionales o caboclos que ocupaban las tierras próximas a el río Santo Cristo. Después de estos, los primeros pobladores fueron los funcionarios de la Comisión de Tierras. Esta población creció mucho con la llegada de los inmigrantes alemanes e italianos, venidos de las viejas Colonias, seguidos por los rusos, poloneses, entre otras etnias. Las familias llegaban y se instalaban en las proximidades del campamento, destruían selvas, construían sus casas y hacían trabajos de plantación. La ocupación de estas tierras ocurre rápidamente, siendo que, en 1920, la Colonia ya contaba con 11.215 habitantes 8.
Así, el proceso de ocupación y doblamiento de la región de extendió hasta mediados del siglo XX a través de un flujo continuo de emigrantes en busca de tierras en la última frontera agrícola del estado. La presencia de los colonos inmigrantes europeos y de sus descendientes se tornó hegemónica, en detrimento de los pueblos nativos, indios e caboclos, excluidos del proceso de apropiación privada de las tierras y empujados para las últimas reservas de tierras públicas o hacia fuera de la Región y del Estado 9.
1 LAZZAROTTO, Danilo, História de Ijuí, Ijuí, Editora Unijui, 2002.
2 LESSA, Luis C. B. Rio grande do Sul: prazer em conhecê-lo. Rio de Janeiro: Globo, 1984.
3 LESSA, Luis C. B. Rio grande do Sul: prazer em conhecê-lo. Rio de Janeiro: Globo, 1984.
4 LESSA, Luis C. B. Rio grande do Sul: prazer em conhecê-lo. Rio de Janeiro: Globo, 1984.
5 LESSA, Luis C. B. Rio grande do Sul: prazer em conhecê-lo. Rio de Janeiro: Globo, 1984.
6 LESSA, Luis C. B. Rio grande do Sul: prazer em conhecê-lo. Rio de Janeiro: Globo, 1984.
7 LAZZAROTTO, Danilo, História de Ijuí, Ijuí, Editora Unijui, 2002.
8 LAZZAROTTO, Danilo, História de Ijuí, Ijuí, Editora Unijui, 2002.
9 ZARTH, Paulo. História agrária do Planalto Gaúcho 1850 – 1920. Coleção Ciências Sociais. Ijuí: Ed. UNIJUI, 1997.
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