La geografía ha sido tradicionalmente un cuerpo de conocimientos estadocéntrico; Taylor1 cree que la geografía política debería ser algo más que una ayuda al arte de gobernar, y su obra fue escrita en oposición al estadocentrismo predominante en la disciplina. El análisis de sistemas mundiales plantea la cuestión de cómo conceptualizamos el cambio social. La ciencia social ortodoxa acepta esta concepción que podemos llamar el supuesto de la sociedad múltiple, pero el análisis de sistemas mundiales no acepta que este supuesto sea un punto de partida válido para comprender el mundo de hoy. En vez de defender que el cambio social tiene lugar país por país2, postula la existencia de un sistema mundial que en la actualidad tienen una extensión global. Si aceptamos este enfoque, las numerosas sociedades nacionales se convierten simplemente en partes de un todo mayor, por lo que un determinado cambio social sólo puede ser comprendido en su totalidad en el contexto más amplio del sistema mundial. La política no evoluciona aisladamente país por país, sino que todos los países forman parte de un sistema económico político más amplio.
Según este enfoque, la economía mundo está inherentemente polarizada, las ventajas políticas de la democracia liberal o burguesa y de la democracia social en algunos países desarrollados nunca pueden ser trasladadas por completo a la periferia, motivo por el que el ideal de Estado social democrático liberal que se ofrece a la periferia está fuera de su alcance, Taylor se pregunta, ¿por qué debería la gran mayoría de la población de un Estado participar en unas elecciones si apenas hay o no hay política de redistribución? Esto significa que una simple apelación a la vuelta a la democracia en los países pobres tampoco constituye un objetivo alcanzable. En las áreas que no son del centro, que no cuentan con una política de redistribución viable, no existe el mecanismo fundamental para retener la lealtad del votante.
Ahora bien, es importante indicar que la economía mundo consiste en un mercado único que es capitalista, lo que supone que la producción está destinada al intercambio más que al uso, es decir, los productores no consumen lo que producen sino que lo intercambian en el mercado3 al mejor precio posible.
Taylor indica que: “el precio de las mercancías no es fijo, hay competencia económica entre los productores, en la cual, los más eficaces pueden vender más barato que los demás con el fin de aumentar su participación en el mercado y eliminar a sus competidores; así el mercado mundial determina a la larga la cantidad, el tipo, y la ubicación de la producción”4 no obstante, debemos matizar en gran medida esto pues no estamos de acuerdo con Taylor en lo antes expuesto toda vez que la economía mundo capitalista neoliberal no funciona con el libre mercado, ni mucho menos hay una gran cantidad de oferentes que compitan en las mismas condiciones; como ya habíamos establecido en párrafos anteriores, la evolución del sistema capitalista5 ha sido tal que ha producido gigantes monopólicos y oligopólicos los cuales han puesto sus condiciones en los mercados, por tanto, no es que los mercados estén desregulados, no, están regulados precisamente por aquéllos, los mercados no tienen vida propia, el mercado no asigna posiciones, son más bien los intereses de los poderosos, los que están al frente de los grandes capitales de la triada capitalista y por lo tanto del mercado.
El resultado tangible de este proceso ha sido un desarrollo económico desigual en el mundo: Desde la segunda guerra mundial, las empresas multinacionales han dominado el mercado mundial. No es casual la promoción de ciertos “acuerdos” como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o la alta promoción, pero sin resultados, del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y que éste haya sido rechazado por la mayoría de los jefes de estado de América del Sur entre ellos Hugo Chávez, presidente de Venezuela quien ha hecho ver las los efectos devastadores de esas políticas en países como México y otros que se han subsumido y sometido a los intereses económicos y políticos de Washington.
Ahora bien, Taylor6 indica que al contrastar la existencia de un mercado económico único, siempre ha habido varios Estados políticos en la economía mundo. Este factor, forma parte de la definición del sistema; porque, si un Estado llegara a controlarlo por completo, el mercado mundial estaría sometido a un control político y el sistema se transformaría en un Imperio mundo. No obstante, estamos convencidos que si bien es cierto que no hemos llegado aún a un Imperio mundo, si lo hemos llegado a un Oligopolio mundo, en donde pocos países dominan en la economía internacional aventajando, en cierta medida, Estados Unidos y esto ya lo decía Samir Amin en su obra publicada en 2003, los países que se han convertido en los centros del sistema o modo de producción capitalista son precisamente aquellos de la triada: Estados Unidos, Unión Europea y Japón; mientras que el primero podría calificarse como un centro de centros.
Como ya habíamos establecido, dentro de la economía mundo existen los conceptos de centro y periferia. El concepto de periferialización o proceso que reduce a la periferia, implica que estas zonas no se incorporaron a la economía mundo en calidad de socios de pleno derecho, sino que se incorporaron en condiciones desfavorables respecto a los antiguos miembros; en otras palabras, dicha incorporación ha sido de manera subordinada, dependiente, atrasada y, en muchos de los casos, hasta servil; en realidad se incorporaron a una parte determinada de la economía mundo que se denomina periferia7.
El autor establece que no se trata de un argumento semántico sin importancia, sino que se relaciona directamente con la forma en que se modela la estructura espacial. El espacio por sí mismo no pude tener un carácter de centro o de periferia, son los procesos de centro y de periferia los que estructuran el espacio.
Pero como habíamos comentado, son precisamente los países del centro o de los centros los que han dominado en términos globales la llamada economía mundo, o bien, como hemos indicado, oligopolio mundo, oligopolio global o bien globalización neoliberal.
De alguna manera ya lo adelantaba Taylor: “en la economía mundo actual, los acontecimientos más importantes se producen a escala global, que es la escala final de acumulación en la que el mercado mundial define los valores que acabarán imponiéndose en las comunidades locales”8. En ese oligopolio mundo, existe un estado nación que tiene grandes anhelos de que ese sistema se convierta en Imperio mundo: los Estados Unidos, sin embargo, con su actual crisis y la del capitalismo neoliberal en general, hoy en día le será mucho más difícil a menos que inicie un conflicto bélico disfrazado o no que lo pudiera reposicionar, ese ha sido su accionar histórico, la política belicista, cuando ese país se encuentra en crisis o en una profunda recesión.
Después de esta exposición, ya estamos preparados para poder discutir más de cerca algunos efectos de la llamada globalización neoliberal:
2 Wallestrein, I, The capitalist world Economy, CanbridgeUP, Cambridge, UK. Citado por Taylor, Idem.
3 El mercado capitalista, según la teoría económica, es una institución que establece los precios a diferencia de los mercados precapitalistas que se basan en precios fijados tradicionalmente.
4 Taylor, Meter J, Geografía política. Economía-mundo, Estado-nación y localidad, Opus Citatum.
5 Ya no es necesario introducir el adjetivo neoliberal.
6 Taylor, Meter J, Geografía política. Economía-mundo, Estado-nación y localidad, Opus Citatum.
7 Hoy es corriente definir el mundo moderno utilizando los términos de centro para referirse a los países ricos de América del Norte, Europa Occidental y Japón, y periferia, para referirse a los pobres del otrora llamado Tercer mundo (hoy el Sur) por una parte, y por la otra, los países denominados: el Este.
8 Taylor, Meter J, Geografía política. Economía-mundo, Estado-nación y localidad, Opus Citatum. pp. 40–41. Pero esa influencia no es directa, en el mercado mundial hay un filtro constituido por determinados agrupamientos de comunidades locales que forman los estados nación. La política del estado nación puede reducir o aumentar las influencias que ejercen estos procesos globales en las comunidades que lo integran.
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