LA DESILUSIÓN SEXENAL

Óscar Antonio Jiménez Morales

Inversión extranjera

Al término de 2006, la inversión extranjera acumulada en la economía mexicana, en sus diferentes modalidades, registró un monto de 500 mil millones de dólares.1
La inversión extranjera total representa el 59% del PIB, el capital foráneo controla las principales ramas de la actividad productiva del país, al sistema financiero, y el 80% de la producción exportadora. El 43 por ciento del capital foráneo en la economía mexicana corresponde a inversión extranjera directa (IED) la cual registra 216 mil millones de dólares por reinversión de utilidades, operaciones de subsidiarias con su casa matriz y nuevas inversiones.
En el mercado bursátil se asienta otro 42 por ciento, mientras el 15 por ciento restante, representa depósitos en el sistema financiero.2
En los 6 años del gobierno foxista arribaron a México por concepto de IED 67 mil millones de dólares con lo que el capital foráneo consolidó su predominio en las principales ramas productivas. En el mercado de valores, el saldo acumulado del capital foráneo en cartera3 rebasa 210 mil millones de dólares.
Hasta octubre de 2006 se registró una salida neta de capitales por 3 mil 600 millones de dólares principalmente en el mercado de deuda interna de bonos gubernamentales realizada ese año por el gobierno federal.4

Inversión Extranjera Directa

Los flujos anuales de  Inversión Extranjera Directa (IED) en México en el periodo 2001-2006 muestra una tendencia decreciente (ver gráfico 10). Sólo en los años de 2004 y 2005 dichos flujos frenaron la tendencia hacia la baja, pero nunca pudieron registrar el nivel de flujo del año 2001, vamos,  los porcentajes de decremento con respecto al 2001 superaron el treinta por ciento. En el 2003 el porcentaje de decremento con respecto al mismo año fue cercano al 50 por ciento, mientras que en el año 2006, se presenta el porcentaje de decremento más bajo del sexenio el cual llega a un poco más del 90 por ciento (ver cuadro 9).

Cuadro 9
Flujos anuales de inversión extranjera directa, México, 2001-2006

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México.

El informe sobre las Inversiones en el mundo elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo revela que durante 2005, México registró un descenso de inversión extranjera directa (IED) de un poco más del 3 por ciento con respecto a 2004 (y así es, si se revisan las cifras del cuadro 9), y una salida de capitales de 6 mil 200 millones de dólares, que representó 18 por ciento del total que emigró de América Latina y El Caribe por 33 mil millones de dólares.5 Sin embargo, el informe se queda un tanto corto si es que consideramos que éste es el decremento anual más estrecho de todo el sexenio.

Observemos que las tasas de decremento anual en el flujo de la Inversión Extranjera Directa en el periodo 2001-2006 son negativas con excepción de la alta tasa de crecimiento en este rubro en el año de 2004 (31.65%), no obstante, como podemos apreciar en el cuadro 6 dichas tasas negativas fluctúan omitiendo a las tasas mencionadas (en los años 2004 y 2005) entre -22.38% y 85.95 por ciento.
En este tenor, la falta de competitividad del país es un hecho, México ha dejado de ser atractivo para los inversionistas extranjeros en el ámbito productivo (directo) al ofrecer, en cartera, las tarifas (tasas de interés) más altas en materia de telecomunicaciones y energía, además de tener una infraestructura deficiente, por lo que ese tipo de inversiones (en cartera) dejan poco o nada de beneficio para la economía mexicana.
Esa falta de competitividad ha traído consecuencias: desde el 2004, México ha sido desplazado por China como el principal proveedor de mercancías a Estados Unidos. Así mismo se explica la salida, en los años recientes, de numerosas maquiladoras que habían llegado al país atraídas por condiciones ventajosas, como la mano de obra barata, punto que parece ya no ser suficiente para los inversionistas foráneos.6
México ha sido en gran medida sustituido por economías emergentes que han realizado las medidas adecuadas para mantener la competitividad internacional; Fox constantemente se vanaglorió durante todo su sexenio del “esfuerzo que hizo su gobierno” para alentar la inversión extranjera directa y fortalecer la competitividad en México, sin embargo, los resultados están a la vista.
En este tenor, el economista David Ibarra establece que “el vínculo entre la IED y el crecimiento económico es, por decirlo con indulgencia, notablemente débil: En 2001 la inversión extranjera directa se expandió 68%” con respecto a 2000, “en parte por la venta del Banco Nacional de México (Banamex), pero el producto decreció 0.2%, la inversión bruta interna registró -7.4% y la inversión privada -5.1%. La comparación puede no ser enteramente rigurosa, pero es ilustrativa de la falta de engranaje entre el tipo de inversión que se recibe y el comportamiento general de la economía”.7
Pero además nos podemos preguntar: ¿Y esto qué? ¿Qué relación hay entre la venta de Banamex y la inversión extranjera directa? Pues no hay ninguna relación, para empezar, esa venta queda sólo en el ámbito financiero y no el ámbito productivo y, ¿desde cuándo a las privatizaciones se les llama inversiones? Eso es absurdo en términos económicos.
Debemos decir que esa venta fue altamente corrupta toda vez que no se pagaron los impuestos correspondientes por parte del entonces dueño de Banamex, el empresario Roberto Hernández, en ese sentido, la Hacienda pública dejó de recibir millones de pesos por esa transacción, esto fue un nuevo atraco a la nación.
Por otra parte, ¿cuál fue el derrotero que siguió la fracción más importante del sector paraestatal en el sexenio de Fox Quesada?

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