LA DESILUSIÓN SEXENAL

Óscar Antonio Jiménez Morales

Desarrollo humano

Lo que una persona puede ser o hacer establece su calidad de vida como ser humano. La libertad que gozan las personas para elegir formas de vida alternativas en función de sus objetivos establecidos es indicativa del desempeño de una sociedad que respeta y promueve el valor de sus miembros, así como por el desarrollo de la ciudadanía social e integral. El objetivo básico del desarrollo humano es ampliar las oportunidades abiertas a los ciudadanos para vivir una vida saludable con educación y vivienda dignas, creativa y con los medios adecuados para participar en su entorno social. Para el PNUD, democracia y desarrollo humano, comparten una visión y un propósito común: “el desarrollo humano es un proceso para fortalecer las capacidades del ser humano, que expande las oportunidades de cada persona para alcanzar una vida respetable y valiosa, por lo que necesita como correlato una forma política que lo asegure, a saber, la democracia”.1
El hombre está sujeto a ciertas necesidades materiales a las que ha de atender para mantenerse en existencia, la libertad de una persona no sólo es un asunto de elegir sin ser obstaculizado por otros, también consiste en el número de alternativas para escoger y del significado que tienen para las metas que define quien elige. En otras palabras, sin la posibilidad de mantener su integridad física, ejercer su capacidad de reflexión o integrarse con dignidad a su sociedad, lo que un individuo pueda seleccionar entre las opciones disponibles, tiene un valor muy limitado.
La libertad cobra sentido en la medida en que existen condiciones materiales para formarse propósitos propios, elegir y actuar en consecuencia, de forma que una situación de pobreza o de merma gradual o constante de su bienestar económico y social la coarta. Las libertades y derechos individuales importan demasiado, pero las personas se verán restringidas en lo que pueden llevar al cabo  con esa “libertad” si son pobres, y no sólo esto, si además están enfermas, son analfabetas, o discriminadas, si se ven amenazadas por conflictos violentos o se les niega participación política.2 Dante Caputo3,  expresa que la libertad significa ejercer la capacidad para conocer y decidir lo que queremos hacer con nuestras sociedades ésta no nació espontáneamente; protestar, hablar, pensar y decidir con la dignidad de mujeres y hombres fue una conquista dura y prolongada, sin embargo, podemos decirle a Caputo que esta lucha podría no tener ningún significado si las situaciones de precariedad material, económica o socioeconómica vinieran en constante ascenso o se mantuvieran en  un prolongado estancamiento, aunque esto Caputo no lo menciona, pero estamos seguros que lo sabe y entiende perfectamente.
Es preciso indicar que la expansión sostenida de la calidad de vida de una sociedad requiere mantener un crecimiento económico con certidumbre, sin embargo, aún cuando se pueda pensar que la expansión continua y estable del Producto Interno Bruto (PIB)4 sea una condición necesaria para el desarrollo humano y la reducción de la pobreza5 no es una condición suficiente, no es en la expansión del ingreso y de la riqueza donde debe buscarse el desarrollo humano, sino en los resultados de esta expansión (mejor distribución y equidad) para la vida de los miembros de una sociedad, veamos el caso de México y de otros países en donde existe un mediocre crecimiento económico y una polarización de la riqueza y de los ingresos descomunal, en este país se tienen localidades o poblaciones con niveles de pobreza similares a los de África, mientras que se tiene a los hombres más ricos de América Latina y al segundo hombre más rico del mundo.
En este tenor, el desarrollo humano es el estado en que se encuentran las libertades de las personas, es la ampliación de las posibilidades de elegir de los individuos. La democracia, pero la democracia intregral, no sólo es un valor en sí mismo, sino un medio necesario para el desarrollo, mientras que la gobernabilidad democrática es un elemento central de desarrollo humano, porque a través de la política y no sólo de la economía por sí sola (la supuesta mano invisible del mercado establecida por Adam Smith que hoy anda pidiendo limosna6), es posible generar condiciones más equitativas y aumentar las opciones de las personas.7
Desarrollo humano es el aumento de las opciones para que las personas puedan mejorar su vida, democracia es desarrollo humano en la esfera de lo público, esto significa aumentar las opciones de carácter colectivo que inciden sobre la calidad de nuestras vidas.8
Como hemos indicado antes, tres de las capacidades fundamentales de la realización del potencial humano, independientemente del tiempo y del lugar en que se ubiquen los miembros de una sociedad, son la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable9, poder adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tener la oportunidad de obtener los recursos económicos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decoroso. El paradigma de desarrollo humano que consideramos para este apartado teórico es el modelo más holista posible, dado que abarca múltiples dimensiones, en el entendido de que es el resultado de un proceso complejo que incorpora factores sociales, económicos, demográficos, políticos, culturales y sexuales10.; sin embargo, como hemos dicho anteriormente, para efectos de la investigación, el modelo quedaría acotado sólo en su vertiente del bienestar socioeconómico.
Al igual, en las capacidades del ser humano, por ejemplo los niños que enfrentan mayor riesgo de morir por nacer en un hogar indígena de bajos ingresos o por ser de sexo femenino (en un país en donde se discrimen a las mujeres), tendrá claramente, y dentro del actual contexto, menos oportunidades de hacer realidad su potencial.
Las profundas disparidades fundadas en la riqueza, la región, el género, el origen étnico son perniciosas tanto para el crecimiento como para la democracia y la cohesión social,11 también perjudican los ODM12, los cuales, debemos decir, no abordan directamente el problema de la desigualdad, en este sentido, se trata de metas neutras en materia de distribución.
En suma, las posibilidades de elevar el desarrollo humano de cualquier sociedad que se precie de ser democrática se inscribe dentro del gran ideal democrático societal y el de la ciudadanía social. En otras palabras, el incremento del desarrollo humano13 perfecciona a la ciudadanía social, ésta refuerza a las ciudadanías civil y política y, la primera, tendería a elevar los niveles de participación dentro de un régimen democrático y, por ende, a reducir los niveles de abstencionismo electoral14. Es aquí en donde caben las respuestas a las preguntas iniciales del apartado.

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