Los cambios científicos que se produjeron en la medicina del siglo XIX tuvieron gran repercusión en la asistencia médica.
En esa época las enfermedades se definían por los síntomas, por lo que el concepto de enfermedad que tenía el médico coincidía con la que tenía el enfermo, pero los avances del conocimiento de la anatomía clínica permitieron que se definiera la enfermedad según las lesiones anatómicas, por lo que el concepto de enfermedad que tenía el médico comenzó a diferenciarse radicalmente del concepto de enfermedad que tenia el enfermo y el diagnóstico de las enfermedades requería de procedimientos que solo el médico podía dominar, todo este progreso de la ciencia médica hizo posible que la profesión médica se reorganizara y empezara el proceso de medicalización de los hospitales.
Los médicos llegaron a dominar la asistencia y administración de los hospitales y establecían los criterios de admisión, tratamiento y alta de los enfermos, de esta forma los hospitales pasaron de ser albergues a centros exclusivos de diagnóstico y tratamiento dando como resultado grandes cambios en el funcionamiento de los hospitales en la asistencia con nuevos objetivos hospitalarios, y como centros de formación e investigación para los médicos y cirujanos y empezaron a aparecer los hospitales especializados tales como los pediátricos en primer término y luego los oftalmológicos, torácicos, ortopédicos, neurológicos, dermatológicos…organizados en departamentos especiales (Sánchez González, 2002:157).
Nugent (1997:607) escribe que el mutualismo fue otro de los sistemas de ayuda mutua mediante creación de asociaciones entre miembros de determinadas colectividades…
…para asumir ciertos riesgos y contingencias sociales, como la vejez, la invalidez, la enfermedad y muerte a través de las aportaciones de sus miembros, funcionaron en forma provisional y oculta en los albores del siglo XIX cuando el derecho de asociación no existía hasta que a mediados de siglo desaparece su prohibición de tal forma que algunas de ellas todavía existen. En el mutualismo está ausente el propósito de lucro y está inspirado en el principio de solidaridad, el cual serviría de base y antecedentes de lo que hoy se conoce como seguridad social.
Sin embargo en este siglo coincidiendo con el desarrollo de la medicina se suscitaron movimientos sociales obreros reclamando el derecho a la asistencia médica, ese factor tuvo mucha importancia en algunos países como Alemania, aunque no tanta en otros como Canadá y Japón.
Se desarrolló una mayor conciencia de los problemas de salud gracias a los estudios estadísticos que mostraban que las desigualdades sociales provocaban mayores enfermedades, pues entre los pobres se padecía de una mayor morbilidad y mortalidad, destacando en estos estudios Villermé, Virchow y Chadwick, demostrando la desigualdad socioeconómica frente a la enfermedad y la muerte.
Esos cálculos preveían una gran rentabilidad en las inversiones sanitarias y nuevos estudios estadísticos realizados por William Farr hicieron ver que las campañas de vacunación y de salud pública, podían reducir la mortalidad, pero fue Irving Fisher, economista inglés, autor de teoremas, ecuaciones y otros aportes a la estadística quien calculó las cantidades que podían ahorrarse si se implantaban medidas sanitarias y así se llego a pensar que las inversiones en salud disminuirían las bajas laborales y aumentarían la producción económica compensando sobradamente los gastos (Sánchez González 2002-165).
Fue entonces cuando tuvo su aparición el seguro privado refiere Nugent (1997:608) a fines del siglo XIX con el objeto de cubrir ciertos riesgos y contingencias sociales, mediante el pago de una prima estimada en función del riesgo asumido por la aseguradora, ésta se obligaba al pago del capital del seguro, al producirse el evento incierto y futuro materia del convenio.
En este tipo de seguro también está ausente el principio de solidaridad ya que era insuficiente para atender con la amplitud debida los riesgos y contingencias, sin embargo muchas empresas recurrieron a este contrato para asegurar a sus trabajadores contra accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, sin embargo estuvo muy lejos de resolver los infortunios laboralespor lo oneroso de las primas, pero sirvió de base y como antecedente para la implantación de los seguros sociales.
Sin embargo, la verdadera causa del origen del seguro privado menciona Uzcástegui (1990:39), podemos encontrarlo en el espíritu de lucro y ganancia, pues las sociedades de ayuda mutua, que se desarrollan en una forma espontánea entre los trabajadores, fueron intervenidas por las autoridades públicas, exigiéndoseles algunos requisitos que las obligó a emplear métodos propios de la empresa comercial, tales como la selección de sus afiliados, búsqueda del equilibrio entre el valor probable de los compromisos y los derechos, con el fin de garantizar las prestaciones contratadas, así como también asegurarse la aprobación oficial de los estatutos.
Todo esto sobre el origen del seguro privado (Halperin, 1960: 18-19), ha causado dificultades a los historiadores de tal forma que:
Algunos opinan que las civilizaciones antiguas tenían instituciones semejantes a los seguros mercantiles pero que sus actos se confundían con la previsión, y la asistencia; en las ciudades griegas se conoció el préstamo a la gruesa, y en Roma, el préstamo marítimo, estas primeras manifestaciones de los seguros privados se perfeccionan a medida que reciben la influencia de los acontecimientos económicos, políticos y sociales, o mejor dicho, se adaptan a los nuevos requerimientos de la época.
Los seguros comerciales aportaron a la Seguridad Social, a través de los seguros sociales, los métodos de organización administrativa, sistemas financieros, sistemas de recaudación, etc.; con el paso de seguro privado a seguro social se amplía la noción de contingencia y establece la obligatoriedad de pagar cotizaciones por una parte, y por la otra, establece el derecho a las prestaciones (Uzcástegui, 1990:39).
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