Entre las desventajas que se encuentran en una subjetividad mediática en la educación se tiene:
En un marco de ventajas que caracterizan las subjetividades mediáticas en la educación, sobresalen las siguientes:
“La subjetividad dominante no es institucional sino massmediática” en palabras de Lewkowicz (2004), donde hablando de un nivel superior, se entiende que sus reglas no son meramente de carácter normativo y de saberes, sino que se recae en la subjetivación a través de reglas de imagen y opinión, donde se ve acentuado al hablar de una educación impersonal, producto de las tecnologías de la información y la comunicación
Por lo tanto, se puede situar subjetividades en una cultura escolar, comprendida a través de sus prácticas, saberes y representaciones producidas y reproducidas en su mismo contexto que forman parte de la vida cotidiana en cualquier institución. Entendiéndose que al abordar nuevas subjetividades mediáticas en educación, es persiguiendo la capacidad modeladora del conjunto de prácticas, conocimientos, y las representaciones sociales que operan a través de los medios masivos y las nuevas (y ya no tan nuevas) tecnologías de comunicación.
Las tecnologías pueden potenciar tendencias, transformar otras, convertirse en algo igual o distinto a lo previsto en el tiempo de su creación a través del uso social; pero tampoco basta con hacer referencia a este uso para omitir cualquier preocupante. La crisis del sentido de la formación, como enseñanza y como aprendizaje en la modernidad, es correlativa a la emergencia de la revolución tecnológica de la información, caracterizada por la impersonalidad de la socialización y la cristalización del tiempo. A su vez, esta revolución intensifica el campo de acción del espectáculo, porque lleva al infinito la posibilidad de la representación (síntesis de imágenes y sonidos, convergencias de tecnologías nuevas y viejas). Y al hacerlo vuelven a confirmar aquella crisis de la formación.
Desde este punto de vista, la información sería el nombre de un proceso de transformaciones -de las sociedades occidentales, hasta el capitalismo mismo- del cual las tecnologías son al mismo tiempo expresión y potenciación; que están pivoteando entre las sociedades de control como, aspecto general y las subjetividades mediáticas como aspecto individual como lo señala Berardi (2006), las tecnologías de comunicación han trastocado el contexto antropológico del pensamiento crítico en el que se puede encontrar paradigmas del humanismo moderno, al margen de éstas.
En éste sentido, se pueden situar subjetividades en una cultura escolar, comprendidas a través de sus prácticas, saberes y representaciones producidas y reproducidas en su mismo contexto que forman parte del a vida cotidiana de cualquier institución. Donde al abordar nuevas subjetividades mediáticas en educación, se persigue la capacidad modeladora del conjunto de prácticas, conocimientos, y las representaciones sociales que operan a través de los medios masivos y las nuevas (y ya no tan nuevas) tecnologías de comunicación. Por lo que, al caer en prácticas subjetivistas en educación, se estará haciendo alusión a prácticas no reguladas hacia el interior ni exterior de una cultura escolar. En la que el cliente-educando no deja de ser una figura-medio individualizada por la tecnología y masificada por la solidaridad de la mediatización, que poco se detiene en la avenida de la reflexión y el análisis.
Anteriormente, las subjetividades pedagógicas terminaban con el moldeamiento, buscando la adquisición de conocimientos a través de la ciencia, la menoría y el saber. En la actualidad la subjetividad mediática remplaza aquellos elementos tradicionales como el pizarrón dentro de un aula, para inventariar la información a través de la imagen y la opinión, resaltando la siguiente interrogante: ¿Cómo vincular al docente instituido y letrado en la subjetividad pedagógica con el alumno-usuario mediatizado globalmente? y por lo tanto ¿Quién enseña a quién?.
Las Instituciones de Educación Superior a nivel licenciatura, cada vez son más homogéneas, productos de continuas reformas, donde las imitaciones en las prácticas y estructuras juegan un rol importante, por tanto dichas instituciones tienden a modelarse después de que perciben que su competencia es cada vez más legítima y exitosa, permitiendo responder a un “impacto del isomorfismo”. Al hacer mención de lo mediático en la convivencia de las tecnologías de información y comunicación, se hace referencia al avance que de ellas emane, aun cuando se señala donde se vive una Modernidad Tardía (Lewkowicz, 2004).
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