En la actualidad se puede abordar una realidad, en donde las instituciones educativas de nivel superior a nivel licenciatura se encuentran inmiscuidas, en la que se toca una problemática que se sigue presentando hasta el siglo XXI, evidentemente los roles que le conciernen a ésta a lo largo de la historia y proyectadas a un presente continúan redefinidos, inventado unos y desdibujando otros. Las instituciones de educación superior, han sido modificadas por el tiempo, esto es, el factor histórico cuya impronta se da en el terreno de la economía, la política; y abreviando, toda manifestación socialmente significante -cultural- permite cotejar todo aquello que aparece en un panorama clásico socialmente construido (Derrida, 2007).
Lo anterior admite evidenciar la actual función de las Instituciones de Educación Superior en México a nivel Licenciatura, la cuáles están siendo tornadas como objeto, ante la relación clientelar del alumno y la institución, donde las nuevas instituciones educativas, recurren a procesos isomórficos bajo la intención de sobresalir a través de estándares de calidad administrativos, más que académicos, dejando por un lado la formación universal del individuo al igual que su autonomía.
Se entiende por isomorfismo “La cantidad de organizaciones o individuos similares que muestran una forma o práctica dada” lo señala Greenwood y Hinings (1996). Evidenciando que se origina un isomorfismo en la propuesta virtual y tecnológica que emerge como instrumento didáctico de la educación superior, por homogenizar su oferta educativa, en la que destaca un isomorfismo estructural como una importante consecuencia, tanto de los procesos competitivos como de los institucionales, adaptados a la transnacionalización de los mismos, legitimados a través de la innovación, cambio, productividad, competitividad, calidad y eficiencia, buscando ocultar la mejora de un rendimiento financiero.
Los rasgos de las Instituciones de Educación Superior contemporánea, manifiestan el tránsito de aquella institución tradicional a una nueva empresa digitalizada, vigorosa, dinámica y transformadora, en la que existen divergencias, conflictos y hasta antagonismos profundos en el rumbo que debe tomar las actuales Instituciones de Educación Superior venideras, dándose margen a un debate agrio y polarizado.
En este sentido, los actuales muros formativos constituidos como aparatos ideológicos del Estado (Althusser, 2008) dominante, pierden su carácter de neutralidad, y de la búsqueda en el desarrollo potencial humano que conlleva a la reflexión, análisis y autonomía, interpretándose como una fábrica de competencias necesarias para los fines de ciertos colectivos. Por lo que será necesario investigar e interpretar la actual problemática educativa para su compresión, requiriendo la vinculación con los elementos que rebasan la dimensión de la institución, incorporando formas de explicación que relacionan el aparato escolar con el Estado, a través de las estrategias e instrumentaciones didácticas en la tecnología educativa, propiciando una serie de subjetividades mediáticas como respuesta a un contexto global, en el que día a día el individuo es controlado y domesticado por esquemas de competitividad, eficiencia y productividad, olvidando las necesidades propias de su localidad, bajo la vertiente de un espacio atemporal, inmaterial e impersonal.
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