Con la finalidad de darle una salida más concreta a los aspectos planteados en la metodología para instrumentar las exigencias del modelo pedagógico para la teleformación permanente de los docentes a tiempo parcial, expuesto en el capítulo dos de esta tesis, se propone un componente metodológico del programa. Así se reafirma el pase por las diferentes etapas en su integración con elementos de precisión del diagnóstico, rediseño o adecuación a las condiciones concretas, estructuración de los componentes didácticos de cada curso y de estos en la plataforma virtual
Características del contenido al estructurarse en la plataforma virtual de teleformación
Un contenido estructurado a partir de situaciones reales de la práctica, problematizada, que lleven a la investigación, a la búsqueda de diversos materiales, a la comparación, la reflexión, a la toma de partido, posiciones y decisiones es lo que el orientador debe lograr.
Para ello el orientador debe preguntarse: ¿Cómo podrán abordar mejor este contenido? ¿Qué tipo de dificultades pueden encontrarse? ¿Cuál sería la estrategia más adecuada para solventar esta dificultad? ¿Qué tipo de clarificaciones o apoyos complementarios serían necesarios? ¿Qué experiencias anteriores puede tener en cuenta?
El contenido debe:
En el diseño de los recursos y materiales didácticos hay que potenciar la actividad tanto conceptual, práctica como valorativa, vinculando tanto el trabajo individual como colectivo.
Respecto a los materiales didácticos, si se trata de archivos de textos, estos deben ser lo más concretos posible, que brinden la información necesaria y suficiente con una estructura dinámica, con palabras calientes, ilustrados con gráficas, tablas resúmenes, hipervínculos, entre otros aspectos que eviten el cansancio y agotamiento, así como la pérdida de interés.
En el caso de presentaciones, tener en cuenta que el tamaño de las letras debe ser adecuado, no cargar mucho las diapositivas de textos, ni figuras que puedan desviar la atención hacia lo no fundamental, además el contraste de fondo, colores y textos deben cuidarse que no afecten la visión, revisar algunas exigencias que se han escrito sobre este particular antes de la realización.
Las actividades que se diseñen deben promover que los cursistas pongan en juego diversas estrategias de aprendizaje, ya sean de pensamiento crítico, transferencia, entre otros, donde estén en la necesidad de: reflexionar, argumentar, valorar, aplicar, generar alternativas de solución, tomar decisiones, planificar, programar, coordinar actividades y recursos para realizar la gestión en diferentes situaciones docentes, entre otras:
Etapa de ejecución
Para el desarrollo de los cursos se proponen una serie de fases interrelacionadas que le imprimen una dinámica al proceso formativo, a saber: a) diagnóstico, b) orientación, c) análisis y comprensión, d) aplicación práctica o experimentación, e) reconceptualización, f) evaluación, g) motivación y h) control.
Diagnóstico: se realiza con la finalidad de conocer el estado actual, necesidades y potencialidades de los docentes en el objeto del conocimiento del curso en cuestión, para ello se diseñarán y emplearán instrumentos y técnicas diversas, así como los recursos de interacción de la propia plataforma que motiven a los mismos a expresar abiertamente sus inquietudes, expectativas y carencias respecto al curso del que se trate y aunque se plantea al inicio, la dinámica del proceso permitirá ir retroalimentando y actualizando el mismo durante todo el proceso.
Orientación: es donde se establecen los acuerdos comunes y colectivos del modo de proceder en el desarrollo del proceso formativo de los diferentes cursos, los objetivos, los medios y recursos a utilizar, el cómo y cuándo evaluar, se orienta el contenido y las formas de acceder al mismo y las tareas a corto, mediano y largo plazo.
La orientación inicial de cada curso se realiza a través de la inclusión de una serie de tareas y actividades que propicien el intercambio, permita establecer un clima o ambiente pedagógico adecuado para enfrentar el proceso de enseñanza – aprendizaje y propicie el conocimiento interpersonal de los que intervendrán en el proceso.
La orientación llevará implícito la realización de acciones tanto individual como las que lleven de la cooperación, bajo la dirección del orientador, a la colaboración, donde prime la autogestión y socialización de los docentes, en el tránsito de la ayuda a la independencia.
Análisis y comprensión: en esta fase el docente inicia su interactividad con los medios y los recursos didácticos en el proceso de apropiación y gestión con la información que forma parte del contenido, realiza la lectura analítica y reflexión individual y comienza a comprender, en una primera aproximación, los nuevos contenidos a partir de la información que le aportan los materiales, tareas y actividades orientadas en la fase anterior.
En esta fase el docente debe interactuar con otros colegas del curso, de la propia sede u otra sede, con el coordinador municipal y con el orientador, esta interacción puede ser tanto sincrónica, en los encuentros presenciales coordinados, como asincrónicas, a través de las diversas herramientas o recursos: correo electrónico, teléfono, foro, seminarios, entre otros.
Las actividades promoverán el aprovechamiento de las interacciones entre los docentes en las diferentes componentes que se conciben desde el modelo pedagógico.
Aplicación práctica y/o experimentación: esta fase está muy interrelacionada con la anterior, ellas se complementan, pues el docente en la medida que va adquiriendo nuevos conocimientos y reconstruyendo estos los irá implementando en su práctica docente e irá recogiendo o registrando la efectividad e impacto de estas transformaciones o innovaciones para luego socializar las mismas con el orientador, con otros docentes de su propio municipio u de otro municipio, docentes de las facultades de la sede principal, entre otros.
Aquí se debe orientar el trabajo en la dimensión metodológica siguiendo el camino de concepción –socialización – planeación - experimentación.
Reconceptualización: una vez que los docentes han analizado y comprendido los nuevos contenidos, en esta fase los compara con la conceptualización previa que ellos tienen y lo experimentado en la práctica, luego analiza los logros y dificultades, que además socializa y comparte con sus colegas, coordinador municipal u orientador y reinicia la reconceptualización de los conocimientos previos realizando un crecimiento tanto en lo intelectual como en lo personal y profesional.
Evaluación: esta fase es algo que distingue al programa, por su propia concepción abierta, flexible y continua, apoyada en diversas técnicas y centrada más en el proceso que en el resultado, sobre la base del modelo pedagógico.
La evaluación de los cursos será continua, en este caso a través de:
Se mide el crecimiento que el docente experimentaen la medida que avanza en y por los diferentes cursos, la manera en que integra esto a su accionar cotidiano, en que modifica su vocabulario pedagógico y maneja las diferentes categorías para comunicar sus experiencias prácticas.
Los cursos del Programa se desarrollarán sobre la base de la gestión del conocimiento y el desarrollo mayoritario de actividades participativas en que los cursistas analicen y debatan los temas abordados. Habrá un alto componente de autoevaluación y coevaluación del aprendizaje. La evaluación final será sumativa, contemplando la defensa del Trabajo con que concluye cada Programa de Diplomado. El mismo tendrá carácter integrador de los contenidos abordados y reflejarán la aplicación de los contenidos tratados a una asignatura o disciplina docente.
Además los cursos concebirán la evaluación final de manera pertinente que propicien la investigación, innovación y solución de problemas particulares de la labor emprendida como docentes, pueden ser pequeños proyectos; ambas formas de evaluación continua y final aportan el criterio para el cierre de cursos y diplomados.
Motivación: para poner en práctica la teoría aportada por la andragogía y del aprendizaje desarrollador se mantendrá la motivación durante todas las fases, garantizando que las actividades y tareas se conviertan en necesidades personales, profesional-pedagógico, y se despierte el interés por enfrentarlas, tanto individual como colectivamente, profundizar en los contenidos a través de la búsqueda e investigación, por diferentes medios, que aporte más información y solucionarla.
En la fase del diagnóstico la concepción de las diversas técnicas deben ser lo suficientemente atractivas, flexibles y abiertas, de manera que el docente exprese francamente y sin prejuicios los aspectos que puedan facilitar el conocimiento de sus estilos de aprendizaje, concepciones previas, limitaciones y potencialidades tanto de forma general, como particulares en las asignaturas impartidas.
En la fase de orientación se debe propiciar que el docente se sienta partícipe del propio currículo, de los cursos en particular.
La orientación de la forma en que se desarrollará el proceso, los medios y recursos, debe ser lo más esclarecedora posible de manera que los docentes se sientan bien preparados para enfrentar el estudio y trabajo independiente, así como en las fases de análisis y comprensión, se da respuesta a las inquietudes y dudas en el lapso de tiempo permisible, los guía en la fase de experimentación y propicia la oportunidad de socializar sus experiencias y criterios, respeta los mismos, favorece la transformación de sus concepciones iniciales, si estas eran erróneas o insuficientes o amplíen y profundicen estas si así lo requiere.
La evaluación debe fluir de manera que el docente no sienta la presión psicológica, las técnicas e instrumentos serán lo suficientemente variados que posibilite constatar el verdadero logro o vencimiento de los objetivos por parte de los docentes.
Control: debe efectuarse durante todo el proceso y verse no solo en la dirección del orientador sino que incluya la del docente, de manera que el orientador, se retroalimente y perfeccione la actuación, así como darle seguimiento al desarrollo del aprendizaje de los docentes, para ello se apoyarán en diversas técnicas, como la observación por parte de los directivos de las Sedes Universitarias Municipales a la cual pertenecen los docentes, la aplicación de encuestas individuales y colectivas, entrevistas con los profesores de las facultades que los atienden.
En el caso de los docentes también necesitan llevar un control o autocontrol del desarrollo de su gestión formativa, al conocer cada aspecto en los que ha avanzado, aquellos con dificultad y dónde se encuentra la misma, para acudir a la búsqueda de las ayudas necesarias, ya sea en el orientador, en el coordinador municipal, en sus propios compañeros de formación o en otro especialista, que por su experiencia pueda aportar solución y/o contribuir a la marcha normal de su aprendizaje.
Estas fases descritas, se puede representar como se muestra en la figura 11, en el cual se observa la interrelación que existe entre ellas.
Figura 11: Fases y dinámica propuesta para la implementación de los cursos.
El Modelo Pedagógico sobre el cual se sustenta el Programa consta de dos componentes, uno interno dado por el subsistema relación orientador – docente, y otro externo que lo contiene a él como componente subjetivo y su interactividad con otro componente objetivo conformado por la plataforma virtual de teleformación. Las relaciones que se establecen entre los componentes son las que dinamizan el proceso de capacitación y determinan los roles tanto del Orientador como de los Docentes; así como las características del Contexto Virtual de Teleformación Pedagógica. Está previsto que a nivel de las Sedes Universitarias Municipales la construcción de conocimiento se dé no sólo de manera individual, sino en colaboración con otros agentes, uno de los cuales es el denominado Coordinador Municipal.
El Coordinador Municipal del Programa es un docente de la Sede Universitaria Municipal, que por su experiencia en la docencia y dominio de la didáctica universitaria puede contribuir a la orientación y guía de los docentes en formación; trabajará en coordinación con el orientador y programará encuentros presenciales con los docentes para evacuar dudas o recoger sus inquietudes para ser atendidas por el orientador (de manera individual o grupal, sincrónica o asincrónicamente) en un momento previamente acordado. Podría considerarse como un tutor grupal de curso. En síntesis, brindará la ayuda pedagógica necesaria para el autoaprendizaje y el aprendizaje colaborativo de los docentes en coordinación con el orientador.
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