La política macroeconomía, en su exploración sobre el comportamiento de la economía en su conjunto, estudia variables como el nivel de producción, el ingreso, el nivel de precio, el desempleo, entre otras. En cada una de ellas, se consideran las repercusiones sobre la economía y sus efectos en los patrones de conductas de la producción a lo largo de los ciclos económicos.
La macroeconomía tiene por objetivo mostrar el funcionamiento global de la economía. Para poder hacerlo utiliza una serie de indicadores globales, los cuales aplicados a un país o a una región, presenta de manera cuantitativa la dimensión de la marcha de la misma.
Jeffrey Sachs y Felipe Larrain, en una de las obras de macroeconomía más leídas y estudiadas, definen este concepto como “el estudio del comportamiento agregado de una economía”. (2002, p. 1):
“El enfoque básico de la macroeconomía es, entonces, la observación de las tendencias globales de la economía, más que de las tendencias que afectan a determinadas empresas comerciales, trabajadores o regiones en la economía. Elaborando medidas sintetizadas de la actividad económica –el producto nacional bruto, la tasa de ahorro o el índice de precios al consumidor- se obtienen ‘los grandes parámetros’ de los cambios y las tendencias. Estas medidas macroeconómicas globales, constituyen la información básica que le permite a los macroeconomistas concentrarse en los cambios dominantes en la economía más que en las influencias particulares que actúan sobre sectores específicos de la economía”;
Samuelson y Nordhaus, diferencian la microeconomía de la macroeconomía de la siguiente manera:
“…La macroeconomía estudia la conducta de la economía en su conjunto: las variaciones de los precios, la producción o los empleos globales. La microeconomía analiza, en cierto sentido, la economía a través de un microscopio y estudia la conducta de moléculas de la economía como, por ejemplo, las empresas y las familias”.1
Los objetivos de la política macroeconómica, además de centrar su interés en cuestiones fundamentales como: Determinar por qué disminuyen la producción y el empleo y cómo pueden reducirse; cuáles son las causas de la inflación de precios, cómo puede mantenerse controlada, y cómo puede aumentar un país su tasa de crecimiento económico, también considera aspectos relacionados con el desarrollo económico, que implica cambios estructurales relativos a la cultura, política y de carácter social, que al final de cuentas conducirán a lograr un crecimiento autosostenido.
Según el profesor Hayek, la economía se está recuperando de un largo período de decadencia que fue causado por la transición que intentó hacer de la microeconomía a la macroeconomía, “la microeconomía puede explicarnos algo a pesar de que, por la naturaleza de la economía, tiene límites en su poder explicativo. Precisamente por estas limitaciones en su poder interpretativo, los economistas decidieron construir un nuevo sistema que pensaron que era más científico: la macroeconomía. Sin embargo, resultó que este esfuerzo está basado en hipótesis erróneas, y ha sido un fracaso total2 ”.
La limitación principal de la economía es explicar cómo es posible adaptarse a lo desconocido. Porque no hay duda que los cambios constantes de la actividad económica son causados por gran número de eventos que nadie conoce como un todo. De tal manera que estamos actuando constantemente para adaptarnos a eventos que no conocemos, y utilizamos para este propósito condiciones sobre las cuales no tenemos información directa.
El desarrollo de refinados modelos econométricos y de inferencia estadística no puede cumplir la función de suministrar un marco conceptual realista de cómo opera un sistema económico. La aplicabilidad de los distintos modelos teóricos de crecimiento económico a la realidad de los países es compleja, ya que cada estructura productiva responde a diferentes factores del mercado y de la misma construcción social de cada comunidad. Además, los territorios y las ventajas que de éste surgen son radicalmente distintas en cada país. Los axiomas, por lo tanto, serán diferentes, sin embargo, son supuestos necesarios para la elaboración de un modelo de crecimiento industrial.
Una de las dificultades para entender el concepto del crecimiento económico, surge en las propias raíces históricas, y en la realidad que enfrenta la modernidad, amenazada por el deterioro en las capas sociales y de su medio ambiente. Estas raíces y las realidades han inmerso a la teoría económica en un prolongado e interminable cuestionamiento que se centra en intensos debates y diversas complicaciones de método y de ideología.
Las primeras preocupaciones de los economistas se dirigieron hacia el problema del crecimiento económico. Según Landreth y Colander (1994), al tener una orientación macroeconómica, los economistas clásicos estaban preocupados no sólo por las fuerzas económicas que determinaron el crecimiento, sino también por los factores culturales, políticos, sociológicos e históricos. Su preocupación por el crecimiento los condujo al estudio de los mercados y al sistema de precios como un asignatario de recursos.
La categoría crecimiento económico, en la teoría económica formal, es un fenómeno relativamente reciente. Durante el siglo diecinueve la preocupación de los economistas clásicos estuvo centrada en el desarrollo económico; a principios del siglo veinte el interés se centraba en el análisis de problemas de carácter esencialmente estático, y a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los macroeconomistas prestaron más atención a las fluctuaciones económicas en el corto plazo. A finales de la década de los cincuenta, el crecimiento económico se ubicó en el centro de los intereses de los economistas y de los objetivos de política, trascendiendo el interés por los problemas del desarrollo y las desigualdades estructurales y sociales.
Algunas teorías han sido consideradas en el análisis de la realidad económica; el problema es que no se tienen en cuenta el contexto, las heterogeneidades estructurales y divergencias de los sistemas económicos.
El crecimiento económico se hace compatible con la ley de los rendimientos decrecientes y los hechos observados en la realidad. Según Schumpeter (1963), las oleadas de descubrimientos e inventos que se producen periódicamente provocan repentinos aumentos en la tasa de beneficios del capital y en la inversión; conforme se extienden los nuevos conocimientos y se imitan las nuevas tecnologías, los beneficios empiezan a disminuir y con ellos la tasa de inversión hasta que una nueva oleada de descubrimientos impulse a una nueva fase expansiva.
El crecimiento económico es tradicionalmente definido como: “el aumento continuo de la producción agregada con el paso del tiempo” (Barreiro, Labeaga, Mochón, 1999.) El crecimiento económico es una de las metas de toda sociedad y el mismo implica un incremento notable de los ingresos, y de la forma de vida de todos los individuos de una sociedad.
Existen diversas maneras o puntos de vista desde los cuales se puede medir el crecimiento de una sociedad. Se podría tomar como ejes de medición la inversión, las tasas de interés, el nivel de consumo, las políticas gubernamentales, o las políticas de fomento al ahorro.
Todas estas variables son herramientas que se pueden utilizar para medir este crecimiento, sin embargo, no todas permiten estimar el crecimiento desde un punto de vista más real. Lo que sí se tiene por objetivo en su medición es establecer el alcance en cuanto al bienestar de la sociedad, y por otro lado, establecer qué tan lejos o qué tan cerca estamos del desarrollo.
El crecimiento económico es la sumatoria de diversas variables macroeconómicas que convergen para producir un efecto de estabilidad, bienestar y desarrollo para la sociedad que disfruta del mismo.
Por dos siglos, aproximadamente, el tema del crecimiento económico ha cobrado mucha importancia entre los pensantes y estudiosos de la economía. La importancia de su estudio radica en la gran relación que tiene con otras variables macroeconómicas, respecto de la conducción de las políticas económicas y por su impacto sobre el bienestar presente y futuro de las personas.
Otro asunto de gran implicación, es el crecimiento en términos reales, que contribuye a mejorar los estándares de vida de la población. Los estándares de crecimiento y las tasas que lo miden varían de un país a otro, dando diferentes estándares de vida de una población a otra. Los mismos son cuantificados por la tasa de crecimiento del producto, que mide el desarrollo y la riqueza de un país de un período hacia otro. De la misma manera, permite realizar la comparación entre diferentes períodos y entre varias economías.
La principal medida que se utiliza para analizar su evolución en un país dado es el Producto Interno Bruto (PIB) que calcula la producción total para uso final de bienes y servicios realizados por trabajadores y propietarios localizados en el país.
De esta forma las actividades del país se consideran como productivas cuando se comercializan en un mercado y se asocian con el crecimiento económico, en concordancia con la corriente económica dominante de la escuela neoclásica cuyo enfoque del sistema excluye la producción para concentrarse en el intercambio3
La economía panameña, en lo que a crecimiento se refiere, ha experimentado bajos niveles de tasas de crecimientos, lo que significa que no se aprovecha el potencial productivo, representado por el nivel de producción que puede alcanzar la economía cuando todos los factores productivos están en sus niveles de óptima utilización.
En los resultados sobre la demanda agregada en Panamá en las últimas cuatro décadas, la inversión ha sido el segundo renglón que más aporta a la producción total. Sin embargo, la variación de la inversión es significativamente notable, por lo que es de interés conocer las causas que han dado como resultado esta tendencia. Por otro lado, los niveles de variación no han sido proporcionales a la tasa de crecimiento reflejada en la producción en cada uno de los períodos comprendidos en estas décadas.
1 Samuelson, Paul A. Y William D. Nordhaus. (2004). Economía. . Pág. 483
2 Fondo de Cultura Económica (1977) “Algunos creadores del pensamiento económico contemporáneo: Un diálogo con el profesor Hayek”. Pág. 27.
3 Alan J. Cage (2004) El ciclo económico. Texto completo en www.eumed.net/cursecon/libreria/
En eumed.net: |
1647 - Investigaciones socioambientales, educativas y humanísticas para el medio rural Por: Miguel Ángel Sámano Rentería y Ramón Rivera Espinosa. (Coordinadores) Este libro es producto del trabajo desarrollado por un grupo interdisciplinario de investigadores integrantes del Instituto de Investigaciones Socioambientales, Educativas y Humanísticas para el Medio Rural (IISEHMER). Libro gratis |
15 al 28 de febrero |
|
Desafíos de las empresas del siglo XXI | |
15 al 29 de marzo |
|
La Educación en el siglo XXI |