EL REINADO DE MOHAMED VI FORTALEZA FRENTE A LA CRISIS MUNDIAL

Fouad Bouras

Capitulo 3: La  modernización de la estructura económica productiva

          Quizás el eje más importante de la estrategia de desarrollo Marroquí son las reformas estructurales encaminadas a la consecución de una estructura económica sectorial moderna, eficiente y diversificada que mejore la competitividad de Marruecos en un entorno global.
          En la última década el gobierno ha acometido simultáneamente un despliegue de planes de acción que abarcan todos los sectores de la economía, incluida la propia administración pública. A continuación se describen los proyectos y planes de acción más importantes.

I-La modernización del medio rural (Marruecos Verde)

          La agricultura figura entre los sectores estratégicos identificados, el principal motivo que ha generado esa decisión es su peso determinante en la economía marroquí que lo convierte en el principal polo de desarrollo humano. Además de contribuir al incremento del PIB nacional (entre el 13 y 20% dependiendo de la cosecha) procura el 80% del empleo rural, que supone más del 40% del empleo total.
En cuanto a los intercambios exteriores representan entre el 15 y el 21 % de las exportaciones globales y en torno al 19 % de las importaciones.
          Los ciclos climatológicos han determinado tradicionalmente el resultado de las campañas agrícolas, y su efecto arrastre el conjunto de la economía.
         Esto se debe, a que los cereales (cultivo muy dependiente del clima) son la base principal de la agricultura.
 Consecuencia de esta dependencia el PIB de marruecos va oscilando cíclicamente según el comportamiento de las cosechas de cada periodo.
Este sector siempre ha sido considerado como fundamental en la economía de Marruecos y desde su independencia, numerosas han sido las políticas de reforma aplicadas sin mucho éxito.
En concreto, en un primer momento el objetivo perseguido fue conseguir la autosuficiencia alimenticia.
La primera reforma agraria perseguía el aumento de la producción para disminuir la importación de cereales que tanto pesaba en la balanza comercial para ello se modernizo la maquinaria.
Ya en los años 70 se realizo una expropiación de tierras a los colonos (franceses y españoles) concediéndose las mismas a marroquíes, aunque una parte de las tierras se nacionalizo pasando a gestionarse por una sociedad pública (SODEA).
          Las políticas aplicadas en los años 80 no tuvieron demasiado éxito, y en los 90 principalmente se busco mejorar la irrigación de las explotaciones agrícolas a través de un plan nacional de irrigación (PIN).
          Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, en la actualidad el sector no ha experimentado el nivel de desarrollo deseado, de hecho se caracteriza por:
v Pequeñas explotaciones de tipo familiar.
v Poca formación de la mano de obra rural.
v Circuitos obsoletos de comercialización.
v Falta de técnicas modernas de producción.
v Falta de financiación adecuada.
v Intervención de precios para los productos básicos.
          Todo esto hace que se estime que los rendimientos agrícolas se sitúen entre un 30 y un 70% de los rendimientos potenciales, incluyendo los irrigados.
          El gobierno de Marruecos es consciente de que se trata del sector que con más urgencia requiere de una reforma global, no solo por lo que aporta económicamente, sino porque engloba a la mayoría de la población activa del país.
          El desarrollo social de Marruecos es primordial para que las reformas estructurales tengan éxito y se puedan alcanzar los objetivos. En el caso de la agricultura ambas reformas van de la mano, ya que si se mejoran las producciones agrícolas esto repercute directamente sobre la población dada la estructura que tienen en su mayoría las explotaciones.
          Actualmente está en marcha la estrategia 2020 de desarrollo rural, con el objetivo principal de aumentar la bajísima producción, consecuencia de los factores anteriormente comentados. Se pretende modernizar este sector extendiendo la irrigación, investigación y el uso de las  nuevas tecnologías.
          Dentro de ese plan las primeras actuaciones llevadas a cabo son las dos licitaciones lanzadas por las sociedades estatales, SODEA y SOGETA, en octubre de 2004 y abril de 2007 para el arrendamiento de parte de las tierras gestionadas por ellas a inversores privados, tanto nacionales como extranjeros. En la primera licitación se adjudicaron 42.000 hectáreas mediante contratos de arrendamiento al inversor. La adjudicación de tierras estuvo supeditada a la presentación de proyectos concretos y solventes de explotación, valorándose la creación de empleo. De los 24 proyectos adjudicados 11 fueron para inversores españoles. La segunda licitación que no está todavía resuelta pone en el mercado 38.500 hectáreas de terreno.
          Junto con la anterior estrategia, el último plan lanzado se denomina Marruecos verde, y fue presentado en abril de 2008. Se trata del plan más ambicioso hasta la fecha y tiene dos objetivos fundamentales.

• Conseguir una agricultura moderna y competitiva, basada en la inversión privada para conseguir este objetivo se financiaran entre 700 y 900 proyectos con un coste total de 10 a 15 millones de dírhams al año.
• Mejorar la situación precaria que actualmente sufren muchos agricultores, para ello se han diseñado entre 300 y 400 proyectos sociales inmersos en un plan regional.

          Con este plan se pretende consolidar los esfuerzos realizados en la iniciativa de desarrollo rural. Se destinaran; en total, 10.000 millones de Dírhams anualmente para impulsar estas iniciativas.
          Un estudio realizado por McKinsey para el ministerio de agricultura sirvió para identificar las fortalezas y debilidades del sector, poniéndolo en comparación con otros países (Benchmarking de competitividad). Este análisis permitió ver la viabilidad de diversos proyectos y las posibles políticas a aplicar, estableciendo un plan de acción, ese plan de acción no será único, puesto que cada tipo de productor necesitara unas medidas particulares, esta es la gran innovación del plan que lo diferencia de los anteriores.
          Entre las medias de tipo general que comprende el plan se encuentran: la concentración de terrenos agrícolas la adopción de una nueva política de riego que permita la modernización de las infraestructuras y la apuesta por aquellos productos con potencial exportador. Pero no solo es necesaria una del mercado, las organizaciones agrarias deben implicarse en este proceso para asegurar su éxito. Además el plan también contempla la tan necesaria reforma institucional del ministerio de agricultura.
          En este sentido se han creado para dar apoyo al ministerio en la implantación del plan la agencia de desarrollo agrícola (ADA) y la oficina nacional de seguridad alimenticia de los alimentos (ONSA). Con el fin de que todo esto no caiga en saco roto, como ha ocurrido en otras ocasiones, se ha propuesto la creación de un comité ministerial de control y de una agencia especial de desarrollo que velaran para que este ambicioso proyecto de sus frutos, entre sus cometido se encuentra también la mediación entre inversores privados y sociales.
          En cuanto a los fondos necesarios para su desarrollo se obtendrán del presupuesto público, del fondo Hasan II para el desarrollo económico y social, de fondos internacionales (UE, la cooperación francesa y británica) y de una serie de inversores privados.
Conscientes del enorme coste que supondrá la puesta en marcha de las medidas propuestas, los poderes públicos han definido un plan de financiación para el plan Marruecos Verde a través de un macro de financiación para el periodo 2009-2015., los fondos destinados ascienden a 66 millones de dírhams, además el sector bancario se ha comprometido a poner en marcha una serie de acciones con el fin de ayudar  la implantación de dicho  plan.
          Se prevé que este plan tenga una gran repercusión económica y social en Marruecos.

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