Las crisis que tienen su origen en el endeudamiento, son largas y resistentes. Las políticas fiscales expansivas han acabado endeudando al sector público hasta límites insostenibles. Resolver un exceso de deuda con más deuda, puede ser un contrasentido. Desde este punto de vista, las políticas fiscales Keynesianas han fracasado, el relevo de la iniciativa pública por la privada no se produce cuando el país está excesivamente endeudado, sin posibilidades de más crédito, y sin recurso a devaluar la moneda.
Por otra parte cuando este endeudamiento es externo, el punto final a las políticas fiscales expansivas lo ponen los propios mercados financieros.
Tampoco se han corregido los desequilibrios mundiales entre los países excedentarios de ahorro, con balanzas en cuenta corriente superavitarias, como China, otros países emergentes, Alemania, y los países deficitarios, como Estados Unidos y los países de Europa del Sur. Para resolver estos desequilibrios, los primeros deben de estimular sus demandas internas para así reducir su superávit exterior y de esta manera ayudar a corregir los desequilibrios exteriores y las necesidades crecientes de financiación exterior de los países deficitarios. Todos los intentos de acuerdo dentro del G/20 para restablecer este equilibrio, han sido inútiles. Tan solo se ha podido evitar una escalada global del proteccionismo, riesgo que todavía subsiste.
Pero quizás lo que más desconcierta, es que a pesar de las ayudas recibidas por la Banca Europea, el sistema bancario siga colapsado y los mercados financieros cerrados.
Los problemas de liquidez han mutado en problemas de solvencia, y la insolvencia bancaria ha acabado afectando a la solvencia soberana, en un proceso circular de retroalimentación. Preocupa la tendencia que seguirán el petróleo, las materias primas y los alimentos, sometidos a presiones contrapuestas, como el descenso de la demanda mundial y las crecientes tensiones geopolíticas en Irán, Nigeria y otros países árabes.
Marruecos no ha sufrido la crisis como sus aliados directos de la zona Europea, el impacto de la crisis en su economía ha sido moderado, gracias a una poderosa demanda interna; la ligera reducción del consumo y la reducción de la inflación han sido las piezas clave. Su economía diversificada, logro un desempeño notable en el sector primario (agricultura, minería), secundario (industria) y terciario (servicios, turismo, deslocalización).
Sin embargo, cabe destacar que las finanzas públicas se han deteriorado ligeramente, debido al importante incremento del déficit público y a la caída de los ingresos tributarios.
Las reducciones de las remesas de emigrantes y los ingresos del turismo han penalizado al equilibrio exterior, reduciendo las reservas en devisas.
En este contexto, recomendamos al gobierno marroquí de resolver los problemas estructurales cuyas críticas se han visto agravadas por la actual crisis y preparar con determinación la post-crisis.
De ello se desprende tres direcciones principales, que pueden formar la base de una hoja de ruta nacional:
El grupo OBG concluye en sus estudios que, visto su ambicioso programa de reformas estructurales, Marruecos está muy bien encarrilado para atravesar el 2012 sin dificultades, continuado su crecimiento registrado en el 2011 y evitando la amenaza de la desaceleración económica europea. En el futuro inmediato el país seguirá por la senda de un crecimiento sostenido, con sus indicadores fundamentales bajo control y reformas estructurales encaminadas a liberalizar los mercados, tanto de bienes como de factores productivos.
Al igual que el resto de las economías desarrolladas, la recuperación americana depende del proceso de reducción de la deuda privada, el gobierno debe compensar la caída del consumo con políticas fiscales expansivas, es cierto que el proceso de reducción de la deuda del estado llevara varios años en concretizarse. Por lo tanto, la clave de la recuperación estará en el consumo privado, que sigue viéndose restringido por las pobres perspectivas del empleo, del desapalancamiento de las familias y del bajo incremento de la renta.
La inflación mundial ha aumentado del 3,5% al 4% en el primer semestre del 2011, con un fuerte incremento en los países emergentes, moderados en Europa y muy suaves en Estados Unidos y Japón.
Como consecuencia de la crisis de la deuda soberana europea, el recalentamiento de las economías emergentes, y la débil recuperación del mercado inmobiliario global han acentuado su inestabilidad referente a las condiciones financieras internacionales y los tipos de cambio.
La gran recesión parece ya superada y la economía mundial se expande en el primer semestre del 2011 a una tasa de 4,3%, según el FMI, las economías de los países emergentes siguen siendo la locomotora del despegue mundial con un crecimiento del 6,6% y las economías avanzadas sufren una ligera desaceleración y crecen en el primer semestre a una tasa del 2,2%.
Alemania es la que tira con mayor fortaleza (3,2%), seguida de Canadá (2,9%) y Estados Unidos (2,5%), el comercio mundial se desacelera con respecto al año anterior, un primer semestre difícil y lleno de sobresaltos; la catástrofe de Japón ha impactado en la cadena de suministro de la industria mundial. El precio del petróleo, las materias primas y los alimentos han protagonizado fuertes incrementos en los precios.
Las previsiones para el año 2012 son de una suave desaceleración del crecimiento del PIB y del comercio, mundial, no obstante siguen persistiendo riesgos latentes que, de manifestarse, podrían poner en riesgo el despegue de la economía mundial.
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