CRECIMIENTO ECONÓMICO, CRISIS Y REFORMAS EN JAPÓN EN LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS

Ernesché Rodríguez Asien

Valoraciones de la etapa 2007-2010

Las políticas económicas llevadas a cabo antes de Koizumi, las aplicadas por éste y las posteriores correspondientes a la etapa que se analiza, difieren en su diseño aunque persiguen metas comunes. Estos objetivos son: lograr la recuperación económica y mantener un crecimiento estable en la economía, disminuir la deflación, incrementar el gasto de los consumidores, sanear el fisco, entre otros.

Las políticas económicas aplicadas han sido diferentes en algunos de sus elementos, por ejemplo antes de Koizumi las medidas económicas han sido de corte keynesiano, con incremento del gasto público y de la deuda pública, disminución de los impuestos y de las tasas de interés. En resumen políticas fiscales y monetarias expansivas.

Durante y después de Koizumi, la políticas económicas en gran parte han tenido carácter neoliberal, pues se han basado fundamentalmente en disminución del gasto público, de la deuda pública y el incremento de los impuestos, también se han incrementado las privatizaciones de las grandes corporaciones públicas.

No obstante, en sentido general, en los últimos 20 años de crisis el gobierno de Japón con sus diferentes medidas financieras y económicas, no ha logrado los resultados esperados. En esta última etapa 2007-2010 no ha conseguido superar la situación de fragilidad que ha caracterizado a la economía japonesa en los últimos años, ni ha podido dar cumplimiento en su totalidad a los principales objetivos básicos que se había trazado para combatir la crisis, como son: 1) crecimiento económico elevado y mantenido, 2) disminución del desempleo, 3) lograr la equidad en la distribución de la riquezas, 4) la sustentabilidad, y 5) eliminar las crecientes desigualdades regionales. En ello ha incidido un conjunto de factores internos y externos.

Las causas internas fundamentales de la permanencia de la crisis japonesa son:

Muchas de las dificultades anteriores pudieran explicarse por las debilidades e inconsistencias de la gestión estatal nipona, que hacen imposible una gestión eficiente y el logro de los propósitos enunciados.

A toda esta situación interna se le sumó la crisis global que está afectando aún a todo el mundo, en especial el desarrollado. Con una economía frágil, dependiente de las exportaciones y un sistema financiero con fuertes lazos con el de Estados Unidos, la crisis que se generó en este país y se trasladó rápidamente al resto del mundo, se hizo sentir en Japón. 

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