DESIGUALDADES REGIONALES Y COSTOS DE TRANSPORTE EN ARGENTINA

Valentina Natividad Viego

4.3.4 Producto regional

En este caso, la especificación del ingreso producto no sigue el mismo mecanismo que el propuesto por Kaldor, especialmente a la luz del rol que la demanda doméstica tiene en la dinámica del producto en los países subdesarrollados. Se optó en este caso por tomar una especificación contable para conservar simplicidad matemática .

(4.8)

La expresión 4.8 es equivalente al valor agregado total regional, al restar las compras de bienes intermedios (dentro y fuera de la región). Además refleja el mecanismo de causalidad circular del modelo; el nivel de producto regional depende de la demanda (externa e interna) por sus producciones. Sin embargo, una porción de la demanda, M, depende del nivel de producto. La ecuación también captura los vínculos inter-regionales; aumentos del producto de otras regiones favorecen la producción local, al aumentar la demanda en su sector de transables. Análogamente, cuando aumenta la producción local, se demandan más insumos desde otras regiones, generando una salida consecuente de recursos. El efecto neto de estos flujos dependerá de la fuerza del vínculo entre Y y M de cada región (resumido en ) y de los eslabonamientos verticales dentro y fuera de la región (reflejado en aij).

4.4 Resultados de simulaciones

La dinámica del ingreso regional (trayectoria, convergencia) no tiene una expresión analítica debido a la forma funcional específica (no lineal) que toman algunas de las ecuaciones, de modo que debe ser evaluada en términos numéricos. Se ensayó una simulación a partir de valores de base para los parámetros y para el ingreso regional inicial, partiendo de un punto mismo nivel inicial excepto para el coeficiente de Verdoorn, con 1 < 2, el coeficiente insumo producto que describe los eslabonamientos verticales dentro de cada región, en particular a11 < a22, y costos de transporte asimétricos, 12 < 21. Vale aclarar que esto constituye una diferencia no menor con el enfoque NGE, que establece que las regiones son a priori idénticas para supuestamente destacar el rol del proceso acumulativo, aunque luego debe recurrir al artificio de una diferenciación accidental para que dicho proceso tenga lugar. En este caso, las regiones se diferencian desde el inicio, aunque en una cantidad acotada de parámetros y sobre la base de supuestos plausibles, probablemente gobernados por condiciones históricas y naturales (suelo, clima, cercanía a fuentes de materias primas, a infraestructura, a otros centros de cierto desarrollo previo, etc.). En términos cualitativos esto no difiere del proceso descrito en los modelos NGE aunque resulta argumentalmente más satisfactorio. Las diferencias iniciales entre regiones no son aleatorias y conforman las precondiciones de un proceso de mayor desigualdad. La región 1 constituye aquella con desventajas iniciales. En particular, 1 = 0 (en esa región los rendimientos a escala de M son constantes, no hay externalidades) y 2 = 0.5 (fijado considerando el valor medio estimado por los estudios empíricos en regiones donde se constatan rendimientos crecientes, que suele rondar entre 0.3 y 0.8). Con estos valores, la productividad media de la mano de obra de M crece exponencialmente en la región 2 mientras que se mantiene estable en la región 1. Como 2 se ubica en el denominador de la ecuación de PM2, a medida que lM2 crece a la tasa 2, el precio converge a (ij PAi)(1+m). Por ello en la región atrasada los precios de M son estables mientras que en la región relativamente más avanzada hay un descenso monótono del precio del bien no transable. Las implicancias que ello tenga sobre el poder adquisitivo de los salarios en cada región dependen de la regla institucional de actualización de salarios. Si los salarios nominales tienden a homogeneizarse entre regiones, la región donde la productividad de la mano de obra crece indefinidamente ofrecerá una mejora permanente en los salarios reales. Por el contrario, si son los salarios reales los que tienden a equipararse entre regiones a fin de neutralizar las migraciones de fuerza de trabajo, la región avanzada podría ofrecer caídas sostenidas de los salarios nominales debido a que los precios allí tienden a decrecer.

El escenario de partida admite costos de transporte no simétricos entre localizaciones, en particular 12 < 21, lo cual implica que resulta más barato transportar mercaderías desde la región 2 a la 1 y viceversa. En ejercicios posteriores se testearon también costos de transporte simétricos entre regiones. Otra diferencia inicial entre localizaciones es la estructura de ventas internas del sector productor de bienes transables; en la región 1 el sector artesanal absorbe una porción menor de su producción local de transables. Este supuesto se basa en la observación empírica de que en las regiones subdesarrolladas el procesamiento local aguas debajo de la producción de transables es menor. Los valores de los parámetros, de las variables exógenas y del ingreso regional inicial, Yt=0, empleados en la simulación se detallan en la Tabla 4.2. A continuación se exponen los resultados centrales. TABLA 4.2 Simulación del modelo: valores del escenario baseline Parámetros / variables Notación Valores Salario industrial en la región 1 W1 1.0 Salario industrial en la región 2 W2 1.0 Precio interno del bien transable en la región 1 PA1 1.0 Precio interno del bien transable en la región 2 PA2 1.0 Bs interm destinados a la producción de no transables en 1 abastecidos por 1, coef técnico a11 0.2 Bs interm destinados a la producción de no transables en 2 abastecidos por 1, coef técnico a21 0.3 Bs interm destinados a la producción de no transables en 1 abastecidos por 2, coef técnico a12 0.3 Bs interm destinados a la producción de no transables en 2 abastecidos por 2, coef técnico a22 0.3 Costos de transporte desde la región 2 hacia la región 1 12 1.2 Costos de transporte desde la región 1 hacia la región 2 21 1.4 Elasticidad-precio de la demanda de bienes no transables  -1.3 Elasticidad-ingreso de la demanda de bienes no transables  0.8 Mark-up sobre costos en producción de no transables M 0.2 Productividad exógena de la producción de no transables en 1 1 2.0 Productividad exógena de la producción de no transables en 2 2 2.0 Coeficiente de Verdoorn en la región 1 1 0.0 Coeficiente de Verdoorn en la región 2 2 0,5 Precio internacional del bien transable producido en 1 Pe1 1.0 Precio internacional del bien transable producido en 2 Pe2 1.0 Tipo de cambio nominal E 1.0 Ingreso mundial Z 100 Elasticidad-precio de las exportaciones de la región 1 1 -1.0 Elasticidad-precio de las exportaciones de la región 2 2 -1.0 Elasticidad-ingreso de las exportaciones de la región 1 1 1.0 Elasticidad-ingreso de las exportaciones de la región 2 2 1.0 Ingreso inicial de la región 1 Y1t=0 100 Ingreso inicial de la región 2 Y2t=0 100

 

Desigualdades de ingreso. El modelo predice una brecha (estable) del ingreso regional a favor de la región que experimenta rendimientos crecientes. En particular, para los valores del escenario baseline, el ingreso total de la región 2 sería 2,2 veces superior al de la región 1 (Gráfico 4.1). Esto resulta consistente con la observación empírica de desigualdades regionales persistentes aunque estacionarias del producto bruto regional en Argentina. De todos modos, no sería enteramente correcto contrastar el nivel específico que alcanza la desigualdad en el modelo con la evidencia empírica, debido a que los parámetros y puntos de partida elegidos son ficticios. Por ende, más que la magnitud de las desigualdades importan las tendencias y resultados cualitativos de la simulación. Respecto de esta trayectoria debe indicarse que debido a la forma funcional del ingreso total regional no es posible computar analíticamente la tasa de crecimiento de cada región . De todos modos, el foco del análisis aquí no es el ritmo de crecimiento de cada región, sino los niveles relativos. Como este ejercicio muestra que las desigualdades se estabilizan, ello implica que independientemente de la velocidad a la cual crezca el ingreso en cada región, la brecha no consigue menguar .

Estructura productiva regional. Si bien el tamaño absoluto del sector productor de bienes transables es igual entre regiones (ante igualdad en las elasticidades precio e ingreso de las exportaciones, precios internos e ingreso del resto del mundo, ceteris paribus el esquema de compras entre regiones), el sector A en la región 1 (atrasada) tiende a tener un peso creciente en el producto. Un resultado que refleja el mismo fenómeno es el porcentaje de ingreso proveniente de M en cada región: M tiende a tener una participación despreciable en el ingreso de la región subdesarrollada (con coeficiente de Verdoorn nulo) mientras que genera cerca del 57% del ingreso total regional en la región avanzada (Gráfico 4.2). Estos guarismos indican que las regiones adelantadas tendrían además una estructura productiva más diversificada respecto de las rezagadas, rasgo que comúnmente suele ser señalado en los estudios territoriales aplicados, que fue destacado en el caso argentino en el Capítulo 1. Análogamente, el producto de las regiones atrasadas muestra un mayor grado de polarización y dependencia del sector transable, cuya evolución está determinada por condiciones de demanda exógenas a la región (excepto que el sector modifique su orientación comercial y vire hacia producciones de menor elasticidad precio y/o mayor elasticidad ingreso).

Evolución del empleo. En ambas regiones el nivel de empleo alcanza un nivel estable. Sin embargo, en la región 2 su nivel es sistemáticamente mayor al de la región 1 (Gráfico 4.3).

Evolución del empleo escenario baseline escala logarítmica Efecto de los costos de transporte. El aumento de los costos de transporte desde la región central hacia la periférica (12) no incide sobre la magnitud brecha de ingresos, aunque un alza en esta dirección permitiría demorar el proceso de divergencia (transición más lenta). El aumento de los fletes desde la región atrasada hacia la desarrollada 21 produciría un aumento de las asimetrías regionales. Análogamente, una política que redujese 21 permitiría reducir la magnitud de la brecha (Gráfico 4.4). Por ejemplo, costos de transporte simétricos, 12 = 21, reducirían el ratio de ingresos aunque para reducir sustancialmente la brecha de ingresos entre regiones se requiere que 21 caiga muy por debajo de 12, lo cual implica un esfuerzo sustancial y hasta podría llegar a ser improbable que la región que genera externalidades positivas sobre el aparato manufacturero sea también la que enfrente mayores costos de transporte para acarrear sus mercaderías a otras. Si la reducción de fletes opera en ambas rutas y en la misma proporción, las brechas no varían respecto del escenario baseline. En otros términos, una política de infraestructura que apunte a reducir los costos de transporte debería discriminar entre regiones favoreciendo relativamente a las periféricas.

Por su parte, la reducción de los fletes desde la región 1 hacia la 2 (21) disminuye -aunque no desaparece- la polarización de su estructura productiva (Gráfico 4.5). Naturalmente, el efecto inverso ocurre si disminuyen los costos de transporte desde el área central a la periférica, 12.

Al mismo tiempo, abaratar los envíos desde la región 1 a la 2 no conseguiría una reversión de la tendencia del empleo relativo (es decir del ritmo de variación de L2 respecto del de L1); la región 2 exhibe siempre mayores niveles de ocupación que la 1, aunque una merma de 21 atenuaría esa brecha y viceversa (Gráfico 4.6).

Efecto de los rendimientos externos a escala. Rendimientos a escala menos pronunciados en la región 2 producirían menores brechas regionales de ingreso. Si los rendimientos a escala aumentasen, el alza en las asimetrías entre regiones sería despreciable, aunque emergerían a mayor velocidad (Gráfico 4.7).

A su vez, cuanto mayor es 2, más rápido es el proceso de polarización de la estructura productiva en la región 1; el sector artesanal tiene desde el inicio una participación sustancialmente menor que en el escenario baseline (Gráfico 4.8). Inversamente, cuanto menores sean los rendimientos a escala en la región central, M1 pierde participación en el producto total de 1 pero su piso es mayor (4.7% versus 0.1%). No es difícil inferir de este ejercicio el impacto que la altura de las externalidades en la región central genera sobre el nivel relativo de empleo; a medida que aumenta 2, las diferencias en las tasas de crecimiento del empleo aumentan (a favor de la región 2) y viceversa.

Rol de los eslabonamientos verticales intraregionales a11. Usualmente suele esperarse que una región con una mayor integración vertical entre sectores (esto es mayores coeficientes aii) exhiba mayor nivel de ingreso. Sin embargo, la solución numérica indica que, por ejemplo, a medida que crece a11 (compras inter-sectoriales dentro de la región 1) esto aumenta la magnitud de la desigualdad de largo plazo y, además, la brecha se estabiliza antes (Gráfico 4.9). Aunque este resultado parece contradictorio, el examen de la identidad (4.8) es útil para comprender este efecto. Mayores eslabonamientos insumo-producto dentro de una misma región favorecen, en todo caso, la transmisión del crecimiento del sector comprador al vendedor (en este caso, es provechoso para el sector productor de transables localizado en 1 el crecimiento del sector artesanal local), aunque en términos globales, como las compras intermedias inciden ingresan restando en el valor agregado regional, el nivel de las brechas de ingreso es mayor.

Por su parte, un mayor coeficiente insumo-producto entre M1 y A1 hace que el sector de transables adquiera menor peso económico en el producto de la región rezagada, acelerando la especialización (y, por ende, la dependencia) del producto total de la región 1 en bienes exportables (Gráfico 4.10), más sensibles a las condiciones de demanda y con efectos despreciables sobre el nivel de empleo.

a22. Una mayor absorción interna en la región 2 de A demora las brechas de ingreso e inicialmente puede generar ventajas para región periférica, que se diluirán con el tiempo .

Rol de los eslabonamientos verticales interregionales Los parámetros que resumen el patrón de compras entre sectores y entre regiones son los únicos parámetros del modelo que consiguen, por sí solos, modificar la magnitud de las desigualdades de ingreso y, en algún caso, de la composición sectorial del producto. Se comentan a continuación los impactos de cada uno. a12. El patrón de compras de bienes intermedios por parte de la región 1 hacia la 2 tiene el efecto esperado; a medida que el sector artesanal localizado en la región 1 disminuye su esquema de aprovisionamiento desde la región 2 la desigualdad tarda más en aparecer y, en algún punto, la brecha disminuye (no alcanza, de todos modos, un nivel nulo). Con todo, la reducción de los requerimientos de insumos desde la localización central no debe traducirse en un mayor procesamiento de materia prima local dado que ello elevaría a11, con los efectos descritos anteriormente, sino a través de una mayor incidencia de la mano de obra (es decir, aumentando el grado de elaboración).

Del mismo modo, el efecto de a12 sobre la estructura productiva de la región 1 muestra que una menor dependencia de M1 de insumos provenientes de la región avanzada modifica la participación de largo plazo del sector artesanal, que alcanza un nuevo piso (aunque sigue siendo minoritario en el producto total de la zona atrasada).

Por su parte, a21 resulta uno de los parámetros más sensibles en el modelo. Como las exportaciones desde la región atrasada hacia la desarrollada dependen, entre otros factores, del tamaño del mercado interno de la región avanzada, una mayor absorción de A1 por parte de M2, genera menores brechas de ingreso. Por el contrario, una reducción del coeficiente técnico insumo-producto aceleraría el proceso de divergencia hacia otro nivel estable a favor de la región central (Gráfico 4.13).

El coeficiente que expresa la dependencia de insumos de la región atrasada por parte de la central no afecta sustancialmente, sin embargo, la estructura productiva en la región atrasada, excepto su velocidad de convergencia hacia una especialización casi completa en A; a medida que la región 1 consigue colocar una mayor porción de bienes intermedios en la producción de M2, el sector artesanal local tarda más en perder participación en el producto. Esto se debe a que aumentos de a21 inducen aumentos del ingreso de la región 1, lo cual a su vez, impacta positivamente sobre M1 demorando su gradual desaparición del aparato productivo local.

4.4.1 Condiciones de existencia de solución para el sistema

Como ya se anticipó anteriormente el sistema de ecuaciones que describe el funcionamiento de las economías regionales aquí planteadas (2x2) impide realizar el análisis clásico de las propiedades de la solución, en términos de existencia, unicidad y estabilidad. Es posible, sin embargo, identificar algunas condiciones que aseguran la existencia de solución. En particular, los factores que inciden significativamente en la existencia de una solución del sistema en el espacio real positivo son la altura de las externalidades en la región 2, 2, y la magnitud de las elasticidades precio e ingreso de la demanda del bien no transable  y . En particular, el sector M desaparece en la región periférica si 2  0.7. Ello ocurre porque a medida que aumenta el coeficiente de Verdoorn en la región central, disminuye la protección que los fletes ofrecen al sector artesanal en la región atrasada. En ese caso, aún con costos de transporte elevados (al menos, no prohibitivos), resulta más conveniente importar desde la región avanzada antes que producirlos localmente. Vale decir, sin embargo, que valores 2 superiores a esa cota representan externalidades de muy fuerte peso sobre la productividad global. Teniendo en cuenta el contexto aquí analizado (sistema de regiones en un país subdesarrollado) es probable que el coeficiente de Verdoorn de las localizaciones centrales adopte valores positivos, pero no elevados. Por otra parte, la existencia de solución en el sistema requiere que   1, es decir que los bienes no transables sean normales y básicos. Este requisito resulta empíricamente plausible, ya que la caracterización aquí ofrecida sobre las condiciones de producción del bien artesanal en contextos subdesarrollados no sería compatible con sectores productores de bienes de lujo. La evidencia empírica para Argentina muestra, además, que en las regiones atrasadas las actividades productivas artesanales suelen abastecer demandas por productos perecederos (panificación, pastas frescas) o a medida (equipamiento para el hogar, instalaciones metálicas, reparaciones de maquinaria y vehículos), menos asimilables a bienes de lujo. En particular, si  = 1, el cálculo de la solución requiere que además,   1, es decir que se trate de productos inelásticos al precio o de elasticidad precio unitaria. Esta condición resulta restrictiva si se la evalúa aisladamente. Sin embargo, una revisión de estudios econométricos sobre  para distintos grupos de bienes revela que este parámetro no supera la unidad en los sectores de menor transabilidad (Chaigneau y Szalachman, 1977; Bacchi y Silva Spolador, 2002; Syrovatka, 2006). El modelo propuesto arrojaría entonces soluciones en el espacio semidefinido positivo, en términos de  admitiendo valores plausibles de . Un resultado remarcable de esta revisión de literatura empírica muestra que la elasticidad ingreso de los bienes básicos (especialmente alimentos y bebidas) estaría negativamente correlacionada con el grado de desarrollo. El trabajo de mayor alcance que revela este vínculo corresponde al Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés) que estimó  para distintos grupos de bienes y de países . Esto apoyaría un escenario donde 2 < 1 < 1. Calibraciones del modelo basadas en 1 = 0.8 y 2 = 0.5 arrojan menores brechas de ingreso entre regiones (Gráfico 4.15). Esto implica que la migración del sector artesanal de la región atrasada hacia la producción de bienes de mayor elasticidad precio mejoraría su posición relativa. Incluso, si la diferencia en la elasticidad ingreso de la demanda por M entre regiones fuese mayor a 0.3, ello podría conducir a un escenario de relativa paridad en los niveles de producto regional.

Diferencias espaciales en la elasticidad-ingreso de M y brechas de producto Análogamente, para niveles dados de , es posible también la existencia de elasticidades precio de M diferenciales en el espacio. En particular, como la localización 2 ofrece externalidades positivas sobre la productividad de M originadas en un mayor tamaño de mercado y como M es un sector sin barreras a la entrada, es probable que 2 contenga mayor número de establecimientos con disputabilidad entre sí. Esto puede reflejarse en 2 > 1. Esto beneficia la posición relativa de la región atrasada, ya que los consumidores de M allí localizados guían sus decisiones de gasto menos influidos por los precios que los ubicados en 2.

Como corolario del análisis de impacto de las elasticidades precio e ingreso de M es posible extraer que el acercamiento entre los niveles de producto entre la región periférica y la central requiere que la primera transite una transformación de su sector artesanal hacia bienes de mayor elasticidad-ingreso y/o menor elasticidad-precio. Es decir que la ausencia de economías externas que favorecen la expansión de la productividad sea compensada por innovaciones de producto. Sin embargo, esta recomendación ampliamente difundida como receta de revitalización de los tejidos productivos de las regiones atrasadas debe ser relativizada. Las asimetrías regionales se reducen se reducirían si la región atrasada implementase innovaciones de producto que elevaran  y/o redujeran , si y solo si la producción de no transables en la región avanzada no tomase ninguna iniciativa en el mismo sentido. Si la diferencia espacial en  o en  queda intacta porque ambas localizaciones tienen un impulso innovador en la misma dirección y magnitud, las asimetrías también. En otras palabras, la recomendación extraída de las simulaciones del modelo es que el sector artesanal de la región atrasada no sólo debería introducir innovaciones de producto con efectos sobre  o sobre , sino que el ritmo de dichas mejoras tecnológicas debería superar al que ocurriese en las zonas avanzadas. De modo que lo relevante en términos de la distribución espacial de la actividad no es tanto la existencia o no de progreso técnico sino su nivel relativo. Un resultado similar es propuesto por Ros (2001).

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