3.1.4 Aplicabilidad del modelo kaldoriano al crecimiento regional en Argentina
El modelo de crecimiento regional guiado por la demanda expuesto más arriba presenta varias ventajas para ser aplicado a la comprensión y formalización del crecimiento regional en Argentina. En particular, su principal atracción es la generación de brechas de ingreso persistentes entre regiones, consistente con la evidencia empírica reseñada en el Capítulo 1. Desde el punto de vista teórico, además admite la existencia de economías de aglomeración (rendimientos crecientes externos) con un instrumental formal sencillo. Sin embargo, en su versión original, contiene algunas limitaciones que impiden su aplicación directa a la dinámica del ingreso regional argentino que se enumeran a continuación. La transformación de las exportaciones en ingreso de la región (inspirado en la teoría de base económica), requiere que el sector exportador desarrolle ciertos vínculos con las actividades no básicas, vía eslabonamientos hacia atrás o compras de servicios.
El problema del desarrollo basado en las exportaciones es que en Argentina el sector productor de bienes transables carece de eslabonamientos con el sector manufacturero local. La incapacidad de estas unidades para generar efectos positivos en el resto del área se apoya en varios elementos: (i) debido a que son actividades que giran en torno a la transformación de un recurso natural, la posibilidad de articular eslabonamientos hacia atrás es limitada, (ii) el suministro de insumos y equipos proviene desde otras regiones, a menudo fuera del país, (iii) la estrategia de comercialización de estos establecimientos, que suele penalizar a los clientes más pequeños derivándolos a firmas mayoristas, desestimula la aparición de firmas en las fases posteriores de la cadena de valor, atraídas por la presencia de proveedores competitivos, (iv) al utilizar tecnologías intensivas en capital, el impacto en el empleo por unidad de producto es limitado aún cuando reporten una absorción significativa de la fuerza de trabajo local . El bajo cociente empleo/producto junto con la elevada absorción de mano de obra local generan una elevada dependencia no recíproca de la población respecto de los establecimientos grandes. En particular, la expansión de las exportaciones de grandes establecimientos que tuvo lugar durante el denominado "período agroexportador" nunca repercutió en la expansión de la estructura productiva interna, no al menos en grado suficiente (creció eventualmente el sector metalmecánico de maquinaria agrícola). Inicialmente porque la exportación de pocos productos (minerales, metales, cultivos tropicales, productos forestales) tenía lugar, generalmente en unidades productivas de gran dimensión sobre la base de trabajo servil. Esto generaba una demanda interna extremadamente acotada (la masa de trabajadores serviles se autoabastecía), profundizado por la propensión a importar bienes del exterior de las capas de mayores ingresos (Ferrer, 1963). Posteriormente, la mecanización del agro expulsó mano de obra y generó dependencia de insumos importados (fertilizantes, etc.). En el medio de ambos estados, la exportación del agro alcanzó a sostener un proceso de incipiente desarrollo industrial, basado en las demandas de la población rural en un puñado disperso y acotado de centros urbanos (Viego, 2004). En términos generales, la conformación específica del espacio rural: grandes explotaciones alejadas de centros urbanos impidió el desarrollo de este tipo de eslabonamientos . Al respecto son útiles, las apreciaciones de Myrdal (1957) sobre los efectos retardatarios que, al ser mayores en las regiones atrasadas, pueden neutralizar el efecto de las industrias motrices. Del mismo modo, queda reflejada la escasa evidencia empírica que sostiene a la teoría del bien primario exportable. Tal cual lo demuestra la historia económica regional en Argentina, aún cuando un puñado de establecimientos logre trascender los mercados locales, su falta de integración con el resto del territorio lo vuelve incapaz de sostener un proceso de diversificación y crecimiento del resto del aparato industrial. Por otro lado, el modelo KDT en su versión original ni las extensiones posteriores no han incorporado la existencia de costos de transporte internos que, como se mostró en en Capítulo 2, adquieren una magnitud no despreciable en los PMD con grandes distancias geográficas. La Tabla 3.2 presenta un balance del modelo de crecimiento regional guiado por la demanda.
3.2 Patrones aglomerativos persistentes y costos de transporte: nueva geografía económica
Como se vio en el Capítulo 2, la teoría clásica de la localización industrial resulta útil para mostrar cómo operan los costos de transporte en un contexto dado. En ese esquema los costos de traslado de las mercaderías representan una fuerza dispersora, al igual que la renta del suelo, los factores inmóviles o los atractivos rurales. El aporte más significativo de los modelos agrupados en lo que se conoce como nueva geografía económica (en adelante NGE) es la incorporación al análisis de compensaciones y sinergias entre fuerzas centrífugas y centrípetas. La fuente más importante de sinergias es la causalidad circular (la población sigue a las empresas y las empresas siguen a la población), rasgo también central en los modelos de inspiración kaldoriana revisados en la sección anterior. Incluso Krugman (1991a) reconoce explícitamente que la visión de Kaldor de los procesos acumulativos inspiró el trabajo subsiguiente de la NGE. Con todo, si bien ambas aproximaciones utilizan varios conceptos comunes, como los rendimientos crecientes, hay aún bastante distancia entre uno y otro enfoques (Martin, 1999).
3.2.1 El modelo básico de centro-periferia
El modelo canónico de Krugman (1991a, 1996) considera una economía de dos sectores, uno moderno (usualmente asociado con la producción de manufacturas) y otro atrasado (esencialmente agrícola). Sólo se consideran 2 factores de producción: obreros industriales, que pueden migrar entre regiones en función de las diferencias inter-regionales de salarios reales y agricultores, que producen bienes primarios y no se desplazan entre regiones. El sector tradicional A tiene una estructura de mercado perfectamente competitiva, es decir que ofrece un bien homogéneo producido bajo rendimientos constantes a escala y con mano de obra no calificada, LA, como único factor. Este sector cumple diferentes funciones: actúa como fuerza centrífuga (la mano de obra que emplea no migra) o provee en forma elástica algún factor al sector moderno o ambos. Cada firma del sector moderno M produce un bien diferenciado con rendimientos crecientes a escala en un ambiente monopolísticamente competitivo. Por otra parte, la mano de obra empleada en este sector, L, es calificada . En particular, la función de costo de la empresa típica en M tiene la forma:
C(x) = (F + x) w
donde x es el nivel de producción de la empresa, F es un costo laboral fijo, es el coeficiente técnico de trabajo y w es el salario de los trabajadores calificados. Este sector enfrenta además costos de transporte, que adoptan una forma funcional tipo "iceberg": se necesita enviar > 1 unidades para que a la región de destino llegue 1 unidad; el resto, - 1, se pierde en tránsito . Los consumidores tienen preferencias idénticas, descritas en una función de utilidad tipo Cobb-Douglas. U = CM CA1- Donde CM y CA representan las cantidades consumidas de cada tipo de bien, 0 < < 1 es la proporción del presupuesto destinado al bien compuesto M y el resto, 1 - , al bien A. Además, como hay n variedades simétricas de M, CM es un compuesto definido como:
donde > 1 representa la elasticidad de sustitución entre un par de variedades cualquiera , constante (CES), siguiendo la propuesta de Dixitz y Stiglitz (1977). PM es el índice de precios, dual a CM y pi es el precio de cada variedad de M. En estos modelos basados en migración se supone que ambas regiones están igualmente dotadas con LA/2 trabajadores no calificados. Además, A es considerado como numerario de modo tal que wA = pA = 1, uniformes en ambas localizaciones. El equilibrio general (e.g. vaciamiento de todos los mercados) se deriva a partir de los supuestos de maximización de beneficios en un contexto de libre entrada de firmas al mercado (es decir, ausencia de beneficios extraordinarios). Sin embargo, es necesario elegir unidades para arribar a las expresiones que dicho equilibrio toma de modo que i) F = / , ii) LM = y LA = 1 - , iii) = 1 – 1/. Las regiones también comparten LM trabajadores calificados donde una proporción (1 - ) vive en la región i (región j). Con estos supuestos es posible resolver el modelo tratando a como parámetro para llegar al equilibrio "instantáneo":
Yi = wMi + (1-)/2
donde Y representa el ingreso, ij los costos de transporte entre 2 localizaciones y los subíndices i indican la región. La no linealidad del modelo implica que el vector de equilibrio no tiene una forma cerrada. No obstante, es posible analizar las propiedades del equilibrio analíticamente, resumidas en los párrafos siguientes. El lado derecho de la ecuación de salarios nominales representa una medida del "acceso al mercado" o potencial de mercado, que es la suma de la demanda de mercado en cada región ponderada por los costos de transporte. De esta expresión surge una de las predicciones centrales de la NGE; los salarios nominales son mayores en regiones de mayor potencial de mercado. Otra conclusión relevante del modelo es la relación positiva entre el número de variedades de bienes industriales y la cantidad de trabajadores que residen en cada localización. Como la fuerza de trabajo calificada sólo es utilizada en el sector manufacturero, la tecnología de producción y el vaciamiento del mercado de trabajo implican en conjunto que n es proporcional al nivel de empleo en el sector, ni = LMi / F. Sin embargo, la elección de las unidades para los costos fijos F implica que ni = LMi/, lo cual resulta insatisfactorio al reflejar una relación negativa y poco probable entre la proporción de gasto destinado a manufacturas y el número de variedades. En este caso, las relaciones originalmente planteadas en el modelo parecen adecuadas, pero la identificación del equilibrio lleva a conclusiones contradictorias. La combinación de preferencia por la variedad, rendimientos crecientes a escala y costos de transporte da lugar a fuerzas que promueven la aglomeración de la actividad industrial móvil. La primera de estas fuerzas es el "efecto precios", ya que un sector manufacturero de mayor tamaño genera un menor índice de precios debido a que se importa una proporción menor del consumo de bienes industriales. Este efecto atrae trabajadores. La segunda fuerza es el "efecto mercado interno" (home market), ya mencionado en el Capítulo anterior y que refiere a la atracción de firmas que genera la aglomeración de la demanda debido a la existencia conjunta de rendimientos crecientes y costos de traslado de las mercaderías. Esto atrae firmas hacia los mercados de consumo de mayor tamaño. Este efecto tiene una implicancia mencionada anteriormente, que es la relación positiva entre salarios nominales y mercado potencial. A pesar de que ambos efectos ya estaban presentes en Krugman (1980), la novedad de Krugman (1991a) es la existencia de migración de la fuerza de trabajo. Además, determinan en conjunto que los salarios reales sean superiores en las regiones más grandes desencadenando un proceso circular.
a) Propiedades del equilibrio
En el modelo de 2 regiones, la concentración de todos los obreros en una región representa un equilibrio estable en ausencia de factores que estimulen la producción industrial en condiciones rentables en la otra. Hay varios elementos que intervienen en esta situación: la región predominantemente agrícola (con un sector industrial pequeño) debe ofrecer mayores salarios para atraer fuerza de trabajo, dado que virtualmente todas las manufacturas son importadas. La rentabilidad industrial en la región agrícola dependerá del diferencial tanto en el valor de las ventas como en el de los costos fijos (salarios) entre ambas regiones. Estos diferenciales están determinados por 3 parámetros que inciden, por ende, en la tendencia a la concentración y desconcentración: la participación de las manufacturas en el gasto, ; los costos de transporte, y la elasticidad de sustitución entre productos manufacturados, . En el esquema de 2 regiones, un más elevado implicaría menores ventas para la empresa localizada en la región atrasada (agrícola), dado que posee un menor tamaño de mercado relativo. Este parámetro constituye una fuerza centrípeta, que favorece la aglomeración. Por el contrario, si es pequeño las firmas manufactureras venderían únicamente en los mercados rurales dispersos, evitando la competencia. Por ello, se supone que un proceso de divergencia regional (aglomeración) es más probable cuanto mayor sea .
La ventaja de esta formulación es que no conecta a priori localización de la producción con localización del consumo. Respecto de , cuanto mayor sea, ello favorece la dispersión de las actividades manufactureras y viceversa. Se deriva entonces que valores bajos de impulsan un proceso de divergencia entre regiones, aunque este proceso podría ser contrarrestado por una elevada elasticidad de sustitución entre bienes (i.e. economías de escala débiles). De ello se deriva que los rendimientos crecientes a escala constituyen una fuerza centrípeta. En suma, cuando los costos de transporte son bajos, la participación de las manufacturas en la economía es alta, y las economías de escala fuertes, la producción tenderá a localizarse en la región que posea una ventaja inicial (costos locales de producción, tamaño del mercado local, ubicación dentro del sistema de transporte). De allí que el modelo sugiere que los rasgos del patrón regional de la producción que emergen dependen mucho de las condiciones iniciales. Por ejemplo, cuando en el proceso de desarrollo de una economía nacional los costos de transporte caen por debajo de un nivel crítico, es probable que la región que en esa etapa tenga la población más grande del país, continúe atrayendo población a un ritmo acelerado, en detrimento del resto de las regiones. El nivel que pueda alcanzar la concentración espacial (divergencia) dependerá de los parámetros de la economía. Una economía pre-industrial, con medios de transporte ineficientes, se caracterizaría por tener un valor de muy pequeño, y valores de τ y σ muy altos, lo cual impediría un proceso de concentración espacial auto-sostenido de las manufacturas. Los proveedores de bienes y servicios para el predominante y disperso sector agrícola tenderían a localizarse cerca de sus mercados. Sin embargo, cuando el valor de esos parámetros supera un límite crítico, la población comenzará a aglomerarse y las regiones a diferenciarse. Si se desenlaza este mecanismo, el proceso tiende a reforzarse, de allí su vínculo con los enfoques de causalidad acumulativa. Formalmente hay dos posibles configuraciones de equilibrios en el modelo, según los valores que adopten , y . Si < 1/(1-) (esto implica que las variedades de M tienen un grado apreciable de diferenciación entre sí), las fuerzas aglomerativas dominan a las dispersoras para cualquier valor de . En contraste, si > 1/(1-) qué fuerza (centrífuga o centrípeta) predomina depende de la magnitud de . La aglomeración, representa un equilibrio estable si τ se encuentra en el intervalo [1, τs] donde τs representa el "punto sostén" (sustain point), es decir si los costos de transporte se encuentran por debajo de cierto nivel. Por su parte, la dispersión uniforme (es decir, = 0.5) es un equilibrio estable si los costos de transporte son superiores a cierto umbral, b, conocido como "punto de quiebre" (break point). Cuando los costos de transporte se ubican en el rango [s, b], el equilibrio es inestable. Estos escenarios forman lo que se conoce como tomahawk, por su similitud con un hacha que utilizaban aborígenes apaches, ilustrada en el Gráfico 3.2.
En suma, cuando las variedades el producto manufacturado se diferencian poco o moderadamente, costos de transporte muy elevados generan un equilibrio estable y sin desigualdades regionales. En el otro extremo, valores bajos de conforman otro equilibrio estable, pero con especialización completa (conformando un esquema de "centro-periferia"). Valores intermedios de generan equilibrios inestables. Un rasgo central de los modelos NGE es que existen rangos de parámetros en los que se encuentran distribuciones espaciales múltiples de la actividad productiva múltiples. Qué regiones se convierten en centros manufactureros y cuáles se consolidan como periferia agrícola depende de pequeñas diferencias iniciales (caracterizadas como aleatorias o accidentales por Krugman, 1991b, 1998) que se refuerzan en el tiempo. Los resultados de las soluciones numéricas basadas en ejercicios de simulación (Krugman, 1993, 1996) muestran un proceso de fortalecimiento de la ventaja inicial.
b) Implicancias de política
La existencia potencial de equilibrios múltiples tiene implicancias de política; en esta clase de modelos intervenciones de política temporales pueden tener efectos permanentes al llevar a la economía de un equilibrio a otro, siempre que el sistema se encuentre en un equilibrio inestable, pero pueden ser completamente ineficaces si la economía se encuentra en un equilibrio estable. La persistencia de los patrones de asentamiento de la actividad productiva inclina a inducir que las regiones tienden a estados estables. Si este es el caso, los resultados centrales de este modelo plantean dudas sobre la efectividad de una política regional ya que las ventajas de aglomeración tienden a "cerrar" la actividad productiva en regiones relativamente prósperas, aunque salarios –y, por ende, costos de producción- sean mayores. Como evidencia de ello Brakman et al (2005) muestran con estadística descriptiva y análisis econométrico que las regiones europeas forman una red de centros y periferias local y estable. En el caso de Argentina, la evidencia presentada en el Capítulo 1 muestra el mismo fenómeno. Las políticas regionales dirigidas a mejorar la posición de la periferia resultan insuficientes para contrarrestar las fuerzas centrípetas e incluso puede resultar perjudicial en el largo plazo (Rodríguez-Pose y Fratesi, 2004 para el caso de la política regional europea). Esta ineficacia se debe, en parte, a que las regiones suelen ser consideradas de modo aislado en el diseño de las medidas de fomento, omitiendo que pertenecen a sistemas de centro-periferia. La omisión de la interacción entre regiones puede conducir a impactos inesperados y adversos de la política regional (Baldwin et al, 2003; Midelfart, 2004). Si el objetivo de la política regional es la reducción de las disparidades regionales, los proyectos de infraestructura de gran escala no tienen un impacto cierto sobre aquel objetivo. Si impulsan la integración comercial más allá del punto de quiebre impulsarán el predominio de las fuerzas de dispersión beneficiando a la periferia. Si, en cambio, si impulsan la libre circulación de mercancías por encima del primer punto de quiebre generarán el predominio de las fuerzas de aglomeración, perjudicando a la periferia. Las mejoras de infraestructura pueden así acelerar la expansión de las regiones centrales (Brakman et al, 2005). Con todo, si bien el fracaso de las políticas regionales para reducir las disparidades regionales califica como hecho estilizado (las regiones periféricas siguen estando atrasadas en empleo, productividad y salarios) no es suficiente para acreditar completamente los modelos de NGE.
3.2.2 Limitaciones y extensiones
Los artículos pioneros de Krugman (1991a, 1991b) dieron pie al surgimiento de una colección de modelos que adoptan los supuestos comunes de preferencia por la variedad, rendimientos crecientes y costos de transporte que, en conjunto, generan externalidades pecuniarias en la elección de la localización de trabajadores y/o firmas al tiempo que añaden otros aspectos (eslabonamientos insumo-producto, acumulación de capital, etc.) . En base a ello los modelos suelen ser agrupados en 3 categorías , según el mecanismo que genera aglomeración. En conjunto, estos supuestos generan externalidades pecuniarias en la elección de localización de los agentes. Mientras que en el modelo centro periferia canónico, la aglomeración es resultado de la interacción del efecto "mercado interno" (Krugman 1980) y movilidad espacial de factores, guiados por diferencias espaciales en las remuneraciones reales, otra categoría supone que los mecanismos aglomerativos se originan en vínculos insumo-producto entre firmas (Krugman y Venables, 1995; Venables, 1996). Finalmente, la última categoría integra al modelo un mecanismo de acumulación de capital, consiguiendo un modelo mixto de comercio y crecimiento, cuya referencia central es Baldwin (2001). Se repasan a continuación en forma sucinta algunas de sus ideas y mecanismos principales. Los modelos que incorporan parten, nuevamente de un esquema de 2 regiones cuyo único factor de producción es la fuerza de trabajo, que no migra entre regiones pero sí se reasigna entre sectores .
El sector moderno M (manufactura) ofrece bienes finales diferenciados utilizando mano de obra e insumos, provistos por el sector I . El sector I también produce bienes intermedios diferenciados pero sólo utiliza mano de obra. Ambos bienes (finales e intermedios) incurren en costos de transporte. Al igual que en los modelos que suponen movilidad de factores, se parte de un equilibrio simétrico en ambas regiones. El proceso de aglomeración se desencadena con la mudanza (aleatoria) de una firma en el sector M desde una región a otra; ello da lugar a un aumento de la demanda de I en la región anfitriona, lo cual incentivará la migración de empresas en el sector I hacia la región receptora, a fin de aprovechar economías de escala y evitar costos de transporte. Esta relocalización disminuye los costos de producción de I en la región que atrae establecimientos generando una externalidad pecuniaria e incentivando una nueva ola de migración de firmas productoras de M que generan un círculo virtuoso. Debido a que tanto las preferencias de los hogares como la demanda de insumos intermedios tienen elasticidad de sustitución constante (CES), la balanza comercial bilateral entre 2 regiones puede ser expresada como función de la capacidad de mercado del importador (que, a su vez, depende del gasto total en las distintas variedades de M y del índice de precios de M), de la capacidad de oferta del exportador (que depende del número de variedades de M y del precio fob de cada variedad de M) y de los costos de transporte entre ambas regiones (que aparecen ponderando los precios de bienes finales e insumos). Por su parte, el tercer grupo de modelos se focalizan en el impacto del crecimiento y la acumulación de capital sobre la aglomeración de la actividad productiva en el espacio. En este caso, el sector moderno produce variedades diferenciadas de M, enfrentando un costo fijo de capital (en las variantes anteriores las firmas tenían un costo laboral fijo). En este caso, el capital es inmóvil entre localizaciones a priori idénticas. En cada período se destina una porción de recursos a la acumulación de capital. Si una región invierte más que la otra (debido a algún factor aleatorio) ello provocará un aumento permanente de su ingreso. A su vez, ello aumentará la demanda local volviéndola más atractiva. Como las firmas no migran las ganancias y los retornos sobre el capital serán mayores en la región que tomó la delantera en la inversión. Ello impulsa la acumulación de capital y la expansión de M a tal punto que la región pionera se vuelve exportadora neta. La región rezagada ingresa en un círculo vicioso, de merma del ingreso, contracción de la demanda, del empleo y la inversión que se perpetúan. Para una reseña extendida de esta clase de modelos véase Baldwin y Martin (2004).
La Tabla 3.3 sintetiza la clasificación de modelos NGE según el mecanismo de aglomeración al que dan lugar (filas) y a la forma funcional de las funciones de costo que suponen (columnas). Robert-Nicoud (2005) demuestra matemáticamente que todos los modelos NGE son isomórficos (en el sentido de que sus equilibrios dependen de los mismos parámetros), independientemente del mecanismo de aglomeración subyacente. Esto trae ventajas y desventajas para el trabajo empírico. La ventaja es que las predicciones del modelo son robustas al supuesto sobre el mecanismo de aglomeración. Esto implica que los resultados de la investigación empírica basados en la forma reducida de cualquier modelo son generales y podrían ser derivados de cualquier otro modelo estructural, aunque los parámetros estructurales reciben una interpretación distinta. Esto constituye al mismo tiempo la desventaja, ya que bajo estas condiciones es muy difícil identificar el canal por el cual opera la aglomeración. En particular, cualquiera de los 3 mecanismos listados en las filas de la Tabla 3.3 juegan un rol en la realidad. Como todos adoptan la misma forma reducida (que, a su vez, proviene de adoptar formas funcionales equivalentes) es imposible evaluar la magnitud de sus roles respectivos.
Más allá de los resultados consistentes la evidencia de patrones aglomerativos persistentes, los modelos de NGE carecen de generalidad al depender críticamente de la forma funcional específica que toman la tecnología y preferencias de los hogares, basadas ambas en la función CES. Si bien esta especificación resulta una descripción sencilla y conveniente especialmente cuando se formalizan microfundamentos del sector manufacturero, tiene el inconveniente de que la elasticidad de sustitución, , determina conjuntamente la preferencia por la variedad y la magnitud que adquieren los rendimientos a escala, ya que ratio de equilibrio (maximización de beneficios y ausencia de ganancias extraordinarias) de costos medios y marginales es / ( - 1) (Redding, 2009). Incluso, esta forma funcional impide arribar a una solución cerrada, lo que dificulta la identificación de los impactos de cada parámetro sobre las variables endógenas sin recurrir a normalizaciones y ensayos numéricos. Por este motivo, una línea teórica alternativa dentro de este enfoque es la iniciada por Ottaviano, Tabuchi y Thisse (2002), que consideran preferencias cuasi-lineales. Una de las ventajas analíticas de esta forma funcional es que permite derivar soluciones cerradas, aunque al costo de restringir la utilidad marginal del consumo a un valor constante.
No obstante, los resultados no difieren cualitativamente de los del modelo canónico. Otro avance teórico posterior que consigue más sencillez analítica para el modelo centro-periferia es expresar los costos fijos y variables en función de distintos factores de producción (Baldwin et al, 2003). Una línea de investigación más reciente es la literatura de firmas heterogéneas. Melitz (2003) considera establecimientos heterogéneos en un esquema que contiene los mismos ingredientes que los modelos NGE (competencia monopolística, rendimientos crecientes a escala y costos de transporte). Las firmas tienen una productividad determinada por una distribución exógena y asumen un costo fijo para ingresar al mercado. La diferenciación de producto permite la coexistencia de firmas de baja y alta productividad mientras que el grado de rivalidad y tamaño del mercado determinan endógenamente la eficiencia mínima requerida para sobrevivir. El modelo destaca la relevancia del tamaño del mercado local, al igual que los modelos NGE, ya que las firmas en mercados de gran tamaño son (en promedio) mayores y tienen productividad más elevada. El comercio, por su parte, induce una reasignación de recursos hacia las firmas más productivas y genera mayores ganancias en la región más grande. El mismo rasgo (aglomeración) surge en otros modelos de firmas heterogéneas como Bernard et al (2003), Melitz y Ottaviano (2004) o el de Baldwin y Okubo (2004) que admite la heterogeneidad de firmas pero hay un mecanismo no aleatorio de selección y ordenamiento de firmas y trabajadores. El cuerpo que compone la investigación teórica es extenso y variado. A pesar de ello, la no linealidad de los modelos ha restringido el análisis teórico a esquemas con limitado número de regiones y de sectores. Por ello, su principal contribución al debate teórico, más que la metodología de formalización es la resignificación de algunos conceptos y mecanismos que pueden ingresar a cuerpos teóricos de carácter más general, como los rendimientos crecientes externos, el rol del tamaño del mercado potencial y su impacto sobre las remuneraciones nominales y los mecanismos de causalidad circular.
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