METODOLOGÍA PARA LA FORMACIÓN SOCIO - IDENTITARIA DEL LICENCIADO EN HISTORIA.

María del Carmen Véliz Torres

CAPÍTULO II
Modelación del proceso para la formación socio identitaria del estudiante de la Licenciatura en Historia.


Se ha partido  de la caracterización gnoseológica del proceso formativo del Licenciado en Historia, la caracterización  psicopedagógica de dicho proceso, del análisis histórico-tendencial del mismo y de la caracterización del estado actual del proceso formativo del profesional de referencia en la Universidad de Camagüey, asimismo, se ha tomado en cuenta  la hipótesis planteada, en cuanto a que se pueden reducir las insuficiencias que se manifiestan en la formación del profesional de la Licenciatura en Historia y potenciar su desarrollo, si se establece una metodología, basada en un modelo para la formación socio - identitaria cuya sinergia esté dinamizada por la contradicción dialéctica que se manifiesta entre el carácter general del contenido de la cultura histórica, las particularidades del contenido de la enseñanza de la historia y la singularidad del contenido de la formación socio - identitaria contextualizada. Se fundamenta el modelo para la formación socio - identitaria contextualizada, la cual contiene las relaciones fundamentales del proceso formativo que se estudia.
Las relaciones aportadas por este modelo revelan el contenido de la formación socio - identitaria contextualizada como síntesis de la formación cultural del estudiante de Licenciatura en Historia,

2.1. Presupuestos epistémicos generales para la fundamentación del modelo para la formación socio identitaria del historiador.


Desde el punto de vista filosófico este modelo se basa en la concepción materialista dialéctica de la historia, su sistema categorial y leyes en calidad de ejes sobre los cuales se sustentan las relaciones y nexos del modelo que se propone, desde esta perspectiva resultan esenciales la ley de unidad y lucha de contrarios según la cual es posible explicar la dinámica del sistema y las categorías espacio, tiempo como forma objetiva en que existen los objetos, fenómenos y procesos históricos en el devenir y que permiten marcar la distancia, duración y desarrollo en tales procesos, asimismo, la teoría del conocimiento.
Desde el punto de vista estrictamente pedagógico se abrazan las leyes y categorías que rigen el proceso formativo y en particular la propia noción de proceso formativo según (Fuentes, H, 2002). Mientras que, la categoría contenido de la enseñanza ha sido asumida según (Álvarez, A.C: 1999) como aquella parte de la cultura o ramas del saber que el estudiante debe dominar para alcanzar los objetivos. Se subraya, al lado de Álvarez de Zayas el concepto de contenido como función del objetivo y el correlato relacionado con que el objetivo trasciende a los contenidos porque caracteriza los nuevos rasgos a formar en la personalidad del educando […] al tiempo que el contenido se refiere a la ciencia objeto de estudio.
El contenido de la historia en sí parte de la concepción martiana de historia como “la cultura en sus tres funciones esenciales: ciencia que devela leyes; memoria histórica que contribuye a formar sentimientos y valores; y arma de la lucha ideológica por la liberación nacional y la emancipación humana“ , mientras que, se siguen los criterios del eminente historiador  (Torres – Cuevas, 2006) para comprender la importancia de la historia como conocimiento de una materia y como materia de un conocimiento  en calidad de prioridad del historiador que se forma hoy en las Universidades Cubanas.
La concepción martiana de historia se hace acompañar en esta tesis de la definición que ofrece el destacado historiador y pedagogo José Ignacio Reyes cuando  expresa que la historia: “… estudia todas las aristas de la actividad social, reconoce como protagonistas individuos y colectivos en la dialéctica presente, pasado, futuro, lo que posibilita desarrollo social en cada país, región, propiciando la educación multilateral de los ciudadanos.”
Cuando se asume la concepción martiana de historia, con ella se abraza el concepto de humanismo martiano el cual recrea, la idea del papel totalizador del contexto histórico y la vida social y económica sobre las que el hombre alzará su grandeza y su sabiduría en aras de una vida en la que él será el móvil, sin distinción de razas y credos, dándoles un rol primordial a las generaciones más jóvenes que jamás debieran divorciarse de las tradiciones culturales de su nación: “Creer es la palabra de pase de esta generación.”
Ahora bien, como se aspira a favorecer la formación del estudiante desde las potencialidades de los contenidos históricos regionales, con énfasis hacia lo que ese estudiante pueda llegar a adquirir como contenido de sus modos de actuación profesional, se ha tomado en cuenta los criterios que sobre este particular poseen Julia García Otero y Cecilia Castillo Castro cuando afirman que “el contenido de la educación y la enseñanza es aquella parte de la realidad con la que el profesor establece relación en el desempeño de sus tareas, a lo que las autoras añaden y aquí también se asume, que “esta realidad está constituida por los conocimientos relativos a teorías, enfoques, estilos, modos de actuación y valoraciones que se forman en el estudiante.
Se asume la noción contextualización formativa según Montoya Rivera, cuando apunta que entre la cultura y el contenido existe un sistema de relaciones que deben ser revelados para poder crear un nuevo proceso de conversión y transformación de la una en la otra supeditado a los adelantos y los avances de la sociedad”, cuestión que el autor revela  a través de la lógica de estas relaciones entre el objeto de la cultura, el contenido sistematizado y el contenido contextualizado, que para la formación del Licenciado en Historia revela un sistema de relaciones particulares entre el contenido del saber histórico, el contenido de la enseñanza y el contenido de la formación socio - identitaria.
Se asume como rasgos del historiador los criterios de Oscar Zanetti, Julio Le Riverend y Eduardo Torres -Cuevas quienes al definir dichos rasgos lo identifican como analista de las formaciones socio económicas, que estudia las luchas de las diferentes corrientes ideológicas de la época, realiza la búsqueda, publicación y circulación de las fuentes documentales, revela la esencia clasista de las teorías históricas que están relacionadas con la historiografía. Un historiador además busca los nexos entre la ciencia histórica y el sistema educativo de ahí la posibilidad real de jugar un papel fundamental en la sociedad como investigador y como educador de las nuevas generaciones.
Desde el punto de vista sociológico se enfoca lo identitario como síntesis lógica que se ha conformado en el devenir histórico y que se incorpora desde lo local a lo valioso universal y nacional, en este sentido se siguen los criterios de Ibarra Mustelier en cuanto a los referentes implicados en la formación de la identidad personal donde sobresalen el espacio geográfico, la experiencia del sí corpóreo en lo familiar y local y el espacio lingüístico.
De ahí que se haga necesario definir qué se entiende por espacio geográfico, en este caso región histórica, la autora de esta investigación asume el  concepto que ofrece Ivette García cuando apunta "… la región histórica como totalidad, como espacio geográfico social en el cual confluyen una serie de características económicas, políticas sociales e ideológicas que en un tiempo largo produce una identidad que perdura en su trayectoria". Partiendo de la delimitación del concepto asumido se entiende en esta tesis como historia regional el estudio de una región delimitada, en determinada zona geográfica, como tal surge del propio desarrollo y explotación de sus potencialidades, y que se manifiesta en la aparición y posterior consolidación de intereses clasistas definidos, o de otro tipo, que sin ser excluyentes con intereses nacionales, marcan con su sello propio la vida regional. Esta a su vez, enriquece con sus peculiaridades y contribuye a las regularidades que conforman el corpus nacional.
Desde el punto de vista psicopedagógico se toma en cuenta el paradigma histórico cultural, en especial las tesis de Lev Vigotsky en cuanto a que el medio social es crucial para el aprendizaje, a partir de que este se produce en la integración de los factores social y personal. El fenómeno de la actividad social ayuda a explicar los cambios en la conciencia y fundamenta una teoría psicológica que unifica el comportamiento y la mente. El entorno social influye en la cognición por medio de sus “instrumentos”, es decir, sus objetos culturales y su lenguaje e instituciones sociales. El cambio cognoscitivo es el resultado de utilizar los instrumentos culturales en las interrelaciones sociales y de internalizarlas y transformarlas mentalmente. También se asume de Vigotsky su concepción de aprendizaje significativo en tanto concepción que pondera la importancia de crear espacios de diálogo, de significados compartidos.
Desde este punto de vista también se asume de González, D, J  cuando al hablar de psicología del reflejo creador destaca 1ro una concepción científica del psiquismo cuyo criterio central es que el sujeto consciente es el reflejo de sus condiciones objetivas y a la vez el transformador y creador de sí mismo y de su cultura, y 2do esa psicología del reflejo incluye una orientación moral promotora de una dirección altruista, autónoma y creadora en el individuo y la sociedad.


2.2. Modelo para la formación socio identitaria del historiador.


El modelo, por definición, puede anteceder a la teoría científica como germen posible de la nueva teoría, y por tanto, en este caso, el modelo realiza una función constructiva o puede aparecer como la realización de una teoría ya existente y cumple una función realizadora. De cualquier modo, el modelo se comporta como la capacidad de entrelazar lo precedente con las nuevas concepciones, con el potencial intelectual presente.
Este entrelazamiento entre los conocimientos precedentes y los nuevos, constituyen una condición necesaria para el desarrollo de la teoría científica y, por tanto, continuidad infinita del conocimiento, condicionado histórica y socialmente. El modelo debe superar el simple sistema descriptivo, que fija la información sobre el objeto; debe servir de instrumento para la predicción de acontecimientos que no han sido observados aún. De ahí que el modelo de partida para la metodología que se defiende constituya una reproducción ideal o material de procesos posibles y reales, relaciones y funciones, por un sujeto del conocimiento concibe como "¨…una representación ideal, teórica, subjetiva del objeto a investigar, donde el sujeto abstrae todos aquellos elementos y relaciones que él considera esenciales y los sistematiza."
El proceso de elaboración teórica se ha realizado a partir de la modelación de la formación socio – identitaria del historiador desde un enfoque sistémico estructural en el que se definen tres subsistemas caracterizados por su unidad dialéctica y que se encuentran dinamizadas por la contradicción que se manifiesta entre el carácter general del contenido de la cultura histórica, las particularidades del contenido de la enseñanza de la historia y la singularidad del contenido de la formación socio - identitaria contextualizada.
El modelo para  la formación socioidentitaria puede ser reconocido en cuanto tal si se asume que:

A partir de este “algoritmo” se colige que el contenido de la formación socio identitaria presupone la existencia de un contenido de la cultura en el que queda atrapado el saber histórico, y un contenido de la enseñanza en calidad de parte de dicha cultura imprescindible para alcanzar determinados objetivos, determinado encargo social. A saber:

Hacia el interior de este subsistema se precisa destacar la contradicción interna que establecen y dinamizan las relaciones entre el contenido de la cultura universal- nacional- regional. Esta contradicción manifiesta a nivel de cultura en la relación que se manifiesta entre el contenido universal de la historia como contexto funcional y punto de referencia donde se inserta la cultura histórica nacional -que en su acepción más amplia- generaliza la realidad histórica, y la cultura regional que debe tener en cuenta las particularidades objetivas de cada territorio no desde una sumatoria de historias regionales, sino desde la dialéctica imprescindible que va de la cultura histórica general universal a la regional, y viceversa, en una dinámica que involucra pasado-presente-futuro y toma en cuenta el espacio concreto de cada comunidad.
La contradicción arriba traspasa el contenido histórico per se y se manifiesta también en su arreglo didáctico: el contenido de la enseñanza, y, cuando se aprovecha bien,  permite un crecimiento, desarrollo, hacia la aprehensión de lo identitario nacional, pues se da respuesta a cómo debe concatenarse la historia nacional, regional y su reflejo consciente en el profesional, despojada aquella de regionalismos dañinos y visión deformada de la realidad.
Este subsistema esta dinamizado por la relación triádica: pasado-presente –futuro tomando en consideración que el tiempo es en la historia una condición indispensable para su dialéctica, para su interpretación, es la atmósfera natural en la que se desarrolla la misma y sin la cual no podríamos concebir su existencia. Lo más común y tradicional es que estudiemos la historia de manera progresiva, de acuerdo a una dirección, desde lo más antiguo hasta la actualidad. Sin embargo, no se descarta en la propuesta la utilidad del enfoque retrospectivo- partiendo de los acontecimientos presentes se valla al pasado-, en la búsqueda de orígenes y causas.
Subsistema 2: Subsistema formativo educativo o de contenido de la enseñanza de la historia
Es necesario considerar, aunque no se inscribe en el objetivo específico de esta investigación, las relaciones entre (a).El estudiante, (b).Los factores extraescolares como: la familia, la comunidad y el contexto social donde convive el educando, y (c)-Los factores escolares como: la formación filosófica, estética, política, moral del profesional. De la nexos existente entre estos factores se infiere los posibles aciertos en su formación profesional, es importante destacar que ese profesional de la historia en su gran mayoría desarrolla su vida laboral en Instituciones muy vinculadas a la comunidad y como tal necesita tener en cuenta el contexto, sus conocimientos generales adquiridos en su etapa estudiantil, y su propia identidad para convertirse en un ente transformador de la sociedad. El modelo que se propone toma en cuenta la integración de estos tres aspectos que, en su relación, constituyen la dialéctica de la formación general del historiador, válida también para otros profesionales
Aclarado esto, se precisa señalar que al definir un subsistema formativo educativo o de contenido de la enseñanza de la historia es imprescindible atender a que la relación entre el contenido de la cultura histórica y el contenido de la enseñanza de la historia debe tomar en cuenta sus tiempos, debe darse de manera natural y flexible, al considerar los aspectos de la historia que se estudian y el ritmo con el que se mueven para combinar diversos tratamientos de acuerdo a los propósitos y necesidades de la formación.


El subsistema formativo educativo o de contenido de la enseñanza contiene valga la reiteración, la parte de la cultura indispensables para el logro de los objetivos. Se precisa, a pesar del carácter estatal de los programas, tomar en cuenta las facultades dadas a las universidades para proponer adecuaciones, y calzar la relevancia de las condiciones actuales del país, los objetivos de la nueva universidad cubana al calor de la Batalla de Ideas: educar desde las propias materias en plena integración con la sociedad.
En tal sentido, se precisa la búsqueda de la solución de los problemas estructurales de la región histórica y las naciones actuales, la contribución  a la unidad nacional que tanto se requiere para construir proyectos alternativos para el desarrollo social humano desde el trabajo con el contenido histórico.
La historia regional, en este caso debe quedar potenciado en tanto, lo regional es aquello que genera la memoria colectiva, el recuerdo más cercano de la patria, por tanto es el primer eslabón de la cadena que conforma la apropiación de la identidad nacional, es la validación práctica de la incidencia de la historia universal y nacional, en un tiempo y espacio concreto: lo cercano.
La incorporación de estos contenidos es de suma importancia para la formación de sentimientos patrióticos, de identidad pero, se convierte en realidad solo cuando se imparte en estrecho vínculo con lo nacional, y lo universal, lo cual permite a los alumnos ver cómo influyeron los grandes acontecimientos internacionales, nacionales en su región, y qué papel juega su patria chica en los hechos y fenómenos fundamentales, cómo cada parte del país contribuye a su desarrollo en general, aquí está uno de los aspectos fundamentales de la propuesta: la necesidad de revelar la relación  triádica con doble carácter: desde los contenidos y desde el tiempo histórico
Ahora bien, si el contenido de la cultura contiene dentro de sus funciones la formación de identidades y el contenido de la enseñanza es parte de esa cultura cuya función es satisfacer determinado encargo social, entonces, el contenido de la el contenido de la formación socio - identitaria es síntesis del contenido de la cultura histórica y el contenido de la enseñanza de la historia en calidad de categoría singular.
Subsistema 3 Contenido Formativo Socio - Identitario.

El contenido de la formación socioidentitaria transita por caminos análogos a los que determinan la adquisición por el hombre de su esencia concreta, real, esto es, independientemente de que el sujeto, le son inherentes propiedades tales como la sensibilidad, su naturaleza social lo determina como ser social cultural, portador de una individualidad. Este contenido está determinado por los objetivos que el encargo social impone al licenciado en Historia en cuanto a sus modos de actuación.
Ahora bien, como de la actividad práctica del hombre es que emerge la cultura, uno de cuyos componentes es el conocimiento, entonces el contenido de este subsistema niega a su vez el contenido de la cultura per se, y el contenido de la enseñanza, en una dialéctica que desde una perspectiva presente-pasado-futuro garantiza la autopoiesis del sistema.
Lo universal, contenido de la cultura, no existe al margen del contenido de la formación socio - identitaria Entre el contenido de lo universal cultural y el contenido de lo singular socio - identitario contextualizado existe como un eslabón de engarce el contenido de la enseñanza de la historia como lo particular.
Lo socio - identitario es síntesis de:

La contextualización formativa, que como se ha dicho antes, explica el sistema de relaciones que deben ser revelados entre la cultura y el contenido, demanda según el modelo que se propone considerar el sistema de contenidos que el entorno territorial en el que se forma el individuo impone. Para el caso de Camagüey la autora aporta dicho sistema de contenidos expuestos en el Anexo 2 de esta tesis.
Se defiende pues, el criterio de que este subsistema pone en su centro a la región como lo cercano a la formación socio - identitaria como condición fundamental para conformar un profesional superior capaz de preservar, desarrollar, y promover la cultura de la humanidad, y satisfacer las demandas que la sociedad le impone como historiador. La responsabilidad que tienen los contenidos regionales en la recuperación y fortalecimiento de la identidad, la cultural y la conciencia histórica, juega un papel de primer orden la apropiación de la visión de la historia y con ella de los tiempos de cada grupo social y comunidad, en este aspecto es necesario referirse a que las periodizaciones conocidas, como parte de un marco de referencia y como convenciones que facilitan el entendimiento, no son criterios rígidos; sino se busca recuperar los tiempos propios en su sentido y su significado.
Se asume en la propuesta que el proporcionarle al educando, desde el punto de vista instructivo, contenidos históricos regionales al lado de lo cual se debe trabajar la acción directa de otros factores escolares como la formación filosófica -que le permite el conocimiento de las leyes fundamentales de la dialéctica y su aparato conceptual-, la formación estética, política y moral que recibe en el plan de estudio; el profesional formado estará en condiciones superiores de: preservar, desarrollar y difundir la cultura histórica, los valores humanos morales e identitarios que conforman la cubanidad. Es la concatenación de esos contenidos universales, nacionales, con los de la región, con lo cercano con lo que se puede palpar, es la relación dialéctica de lo general a lo particular, es permitirle de manera eficaz, conciente al nuevo profesional de la Historia llevar a la práctica la consolidación de la cultura de la humanidad.
Como parte de la concreción teórica de la propuesta se determina que los principales rasgos del contenido para la formación socio - identitaria deben encauzarse desde los hechos, procesos, personalidades, fenómenos sociales regionales que tributen desde la instrucción a la formación de un profesional:

Lo anterior enuncia, de modo sintético, los rasgos del contenido de la formación socio identitaria que deben emerger de las relaciones sistémicas que se establecen entre los componentes del subsistema culturológico o de los contenidos del saber histórico y los contenidos de la enseñanza en calidad de arreglo didáctico de dicha cultura para el logro de determinados objetivos. Se entiende que, el contenido de la formación socio - identitaria descansa básicamente en las relaciones que se establecen entre estos subsistemas mediados por el método de contextualización que permite anclar en los conocimientos históricos regionales la base para desde lo instructivo incidir en lo formativo socio identitario hacia el perfeccionamiento del estudiante de historia en cuanto a su desarrollo social y humano, su modo de actuación consciente y dinámico, en el cual queden involucrados estudiantes y docentes así como a la comunidad, y región en cuya transformación va a influir.
Representación gráfica del modelo en el que se sustenta la metodología para la formación socio – identitaria del historiador.

Las regularidades derivadas del modelo que sustenta la metodología  para la formación socio identitaria del historiador son las siguientes:

Las relaciones dialécticas entre los subsistemas arriba mencionadas se asumen como subsistemas y se encuentran dinamizadas por la contradicción que se manifiesta entre el carácter general del contenido de la cultura histórica, las particularidades del contenido de la enseñanza de la historia y la singularidad del contenido de la formación socio identitaria contextualizada.


V I L. Materialismo y Empiriocriticismo, La Habana, Ed Pueblo y Educación., 1999.

  Miranda Francisco, Olivia: Filosofía Ciencia y Sociedad en Fidel Castro ,Editorial Academia ,La Habana 2005.p.17

El primer acercamiento con carácter científico a la sistematización del saber histórico se encuentra en la Antigüedad griega y se asocia con el mito de la Musa Clío. Paulatinamente, el fundamento mitológico cede paso al compromiso con la verdad a través del llamado “Padre de la Historia’’, Herodoto de Harlicarnaso (cerca 480 – 425 a.C.) con su obra Historia de las Guerras Médicas quien sienta pautas en el conocimiento científico, aunque es el ateniense Tucídides (cerca 460 – 400 a.C.) quien confirma los nuevos senderos con su obra Historia de las Guerras del Peloponeso.
El período greco – romano introduce un aspecto fundamental para esta investigación al colocar al hombre como centro, como ser racional que es capaz de razonar y desarrollar sus propias acciones sin la llamada intervención divina, se van distanciando el mito y la literatura. Es la historia del hombre en sus propósitos, éxitos y fracasos; los planes humanos constituyen en esta etapa lo esencial, desde una perspectiva más local que nacional.
En la época medieval, el historiador considera la historia como un proceso dotado de una necesidad objetiva propia que incluye hasta el más inteligente y poderoso agente humano. No obstante, estos historiadores consideraban que solo les competía averiguar el pasado, sin el análisis del presente y menos aún consideraciones futuras. En el Renacimiento se desarrolló una tendencia encaminada a la autenticidad de las fuentes, y a la veracidad del discurso histórico desde los humanistas italianos hasta los benedictinos de San Marcos, en sus obras se refleja la crítica a todo documento que no pruebe su originalidad.
La Ilustración, fundamentalmente la francesa, aporta una crítica al providencialismo y a la búsqueda de una sustentación científica de la historia. Voltaire demuestra una preocupación por ofrecer una imagen verídica científica cuyo centro es el hombre, donde los valores afloran como una necesidad y la razón se coloca en el centro de toda reflexión acerca de la naturaleza y la sociedad. Para él la historia no queda circunscrita solo a los próceres políticos.
La Revolución Francesa marcará un hito en el devenir histórico de la humanidad, no se puede obviar un antes y un después de este hecho que cambió los paradigmas humanos.

Reyes, J.I. Didáctica de la Historia. Curso de Post grado .Universidad de Camaguey,18 de octubre 2005 (notas )

José Martí ;Nuestra América en Obras Completas T.6.p.17

J García Otero y C García. Un enfoque personologico para el contexto de actuacion profesional del maestro.

Jorge Montoya Rivera. Tesis Doctoral. La contextualización de la cultura en los currículos de las carreras pedagógicas

Cf. ob cit p  80 ss

Ibarra Mustelier, L op cit p 107

Ivette García: Desafíos de la historia regional y local en tiempos de globalización en Memorias V Taller Historiográfico de la historia regional y local,.La Habana 2003

Lev Vigotsky. Apud. Glez Valdés, A Creatividad y métodos de indagación.

Cf de González, D, J, La concepción moral del mundo, 1998 (digital)

La palabra modelo proviene del latín  modulus: que significa medida, ritmo, magnitud, y está relacionada con la palabra modus: que significa copia, imagen.. José Antonio Marimón, Esperanza Guelmes :Aproximación al modelo como resultado científico ,CEPI Félix Várela, Santa Clara,  2004

Álvarez de Zayas Epistemología del Caos ,Grupo Editorial Kipus, Bolivia 2004.p.68

Cf. ob cit p  80 ss

Cf. K. Marx. La ideología alemana. Crítica de la filosofía del derecho de HEGEL.

Téngase en consideración que "…el historiador, pues, es un ser humano individual. Lo mismo que los demás individuos, es también un fenómeno social, producto, a la vez que portavoz consciente o inconsciente de la sociedad a que pertenece."
Analista:

  • De la actividad humana en distintas épocas y espacios geográficos.
  • De las regularidades del desarrollo social de forma tal que a través del conocimiento del pasado puede valorar el presente y proyectarse hacia el futuro del desarrollo social.
  • De las producciones  historiográficas con un sentido critico y constructivo.

Portavoz de la ideología de la Revolución:

  • Promotor del patriotismo histórico nacional ,
  • Difusor, politólogo, divulgador de la tradición histórico – nacional como parte del patrimonio cultural de la región, la nación y de las tradiciones revolucionarias, antiimperialista e internacionalista.
  • Difusor de los valores universales que conforman las diferentes formaciones político - económico.

Ideólogo de las masas desde el proceso formativo.

  • Sujeto capaz de enseñar a reflexionar sobre el pasado para contribuir a asumir el presente con voluntad trasformadora.
  •  Capaz de desarrollar la función de orientación ciudadana y guardián de la verdad.
  • Comunicador capaz de propiciar la cultura del diálogo.

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