2.1. Introducción
Según los diversos autores que se exponen a continuación, la estrategia se define, como:
• La determinación de los objetivos y metas de largo plazo de la empresa, la implementación de acciones y la distribución de recursos necesarios para alcanzar dichas metas (Chandler, 1962).
• Proceso de planeación que la empresa hace para desarrollar estrategias que pueden contribuir positivamente en los resultados. Las características principales son la visión de largo plazo, el uso de instrumentos de planeación y frecuentemente se hace control de los planes (Tapinos, Dyson y Meadows, 2005).
• La planeación estratégica (Ansoff, 1965) es un plan a largo plazo que incluye la definición de la misión y de los objetivos corporativos, así como las estrategias que indican cómo van a ser alcanzados dichos objetivos (Shrader, Mulford y Blackburn, 1989).
• Es la fijación de metas a largo plazo, así como la determinación de los medios y recursos para lograrlas (Gravert, 2004).
• Es una serie de normas para la toma de decisiones que guían el comportamiento de la organización (Ansoff, 1998). Existen cuatro tipos de normas:
1. Criterios con los que se mide el rendimiento presente y futuro de la empresa, conocidos como objetivos y metas.
2. Normas para desarrollar la relación de la empresa con su medio ambiente, esta serie de normas se denomina estrategia de mercado o estrategia empresarial.
3. Pautas para establecer las relaciones y los procesos internos de la organización.
4. Reglas por medio de las cuales la empresa dirige sus negocios diarios, conocida como políticas operativas.
• Es la búsqueda de una posición competitiva favorable y sostenible en el tiempo frente a sus concurrentes del mercado. La estrategia competitiva es una combinación de los fines (metas) por los cuales se está esforzando la empresa y los medios (políticas) con los cuáles piensa llegar a ellos y el modo que tiene de crear diferencias frente a la competencia (Porter M., 2007, citado en Carlos Cleri, 2007).
• Para Mintzberg la estrategia es síntesis y no sólo análisis. En ella confluyen cuatro componentes: los productos que ofrece y los mercados en los que opera, los cambios que proyecta aplicar al alcance de sus productos y mercados, la ventaja que coloca a la empresa en una posición sólida frente a sus competidores, y la sinergia en que las diferentes partes de la firma pueden funcionar juntas para lograr más que si operaran cada una por su cuenta (Mintzberg, Quinn y Voyer, 2007).
De una forma más gráfica se muestra la interacción de los diversos elementos que tienen influencia en la manera como opera la PYME y el éxito que alcanza. La relación existente entre estos conceptos permitirá observar cómo realizan los dueños-directores de la PYME su estrategia para fijar objetivos y las acciones que se trazan para alcanzarlos.
De acuerdo a algunos autores, la PYME no cuenta con los recursos, conocimiento o experiencia para elaborar estrategias planeadas (Mintzberg H., 1979; Cragg y King, 1988) como lo hacen las grandes empresas, por lo tanto no se espera que utilicen las mismas técnicas o dediquen el mismo tiempo y recursos para su realización. Asimismo, los estudios e investigaciones que se han llevado a cabo sobre planeación estratégica tienen una marcada tendencia hacia grandes empresas localizadas en los países desarrollados (Robinson y Pearce, 1994; Hoskisson, 2000). Kraus, Harms y Schwarz (2006), indican que las PYME deben ser analizadas de manera especial y es necesario generar conceptos especiales de planeación estratégica para ellas.
De hecho, Soto y Dolan (2004) señalan que el proceso convencional de la visión estratégica no es lo suficientemente útil como para atender las necesidades de las empresas medianas y pequeñas, por lo tanto hay mucho campo de investigación a fin de progresar con las estrategias relacionadas con las PYME. A pesar de ello, algunos organismos nacionales e internacionales, universidades y centros de investigación de países desarrollados o en economías emergentes, han hecho esfuerzos recientes de investigación sobre la PYME y los aspectos que la rodean, entre ellos, algunos se enfocan a la planeación estratégica.
De manera particular el tema de la planeación estratégica en la PYME es importante dado que, como se ha mencionado en el primer capítulo, la PYME es un sector empresarial que apoya al crecimiento de las economías de los países (Chan y Foster, 2001; Analoui y Karami, 2002) y ayuda a generar empleos con menores montos de inversión.
Un aspecto que se ha destacado de la PYME es que su nivel de supervivencia es muy bajo. Hay autores que indican que el 50% mueren antes de llegar a los dos años de vida y otros señalan porcentajes mayores: de cada 100 empresas que se crean, 90 no llegan a los dos años con un índice de mortandad altísimo (Grabinsky, 1992). Las causas que han sido señaladas para que la PYME tenga tan poca duración y desaparezca, son las siguientes de acuerdo a tres autores:
Para el caso mexicano se realizó un estudio (López Salazar, 2008) en el cual se evaluaron las causales de sobrevivencia de la PYME en el país y se determinó que la adaptación empresarial, –es decir la evolución de la dirección de la empresa para adoptar mejores prácticas de dirección y rutinas organizativas o para adaptarse a condiciones de un entorno competitivo– es el elemento que tiene mayor correlación en las empresas que han evitado morir en los primeros años de vida. Existen otros conceptos que se consideraron pero mostraron que no tienen alta representatividad, éstos son:
• desarrollo de nuevos productos
• innovación
• proactividad
Por lo anterior, es importante que los dueños-propietarios tengan una estrategia adaptativa que esté enfocada hacia los objetivos trazados; de esta manera, pueden evitar los factores de riesgo que ponen en duda la permanencia de la empresa. Indican Pitts y Lei (1996) que “con la finalidad de sobrevivir las empresas, deben identificar las actividades que desempeñan mejor y maximizar su efecto”. De otra forma, no se puede esperar que los directores actúen para alcanzar el éxito empresarial. Julien (2009) complementa este concepto de supervivencia en la PYME al indicar que existen tres condiciones importantes para mantener la competitividad y por consecuencia la supervivencia: flexibilidad, cercanía y aprendizaje.
Partiendo de la importancia de la planeación en las empresas, se tendrá que considerar que, para el caso de la PYME, constituye un ejercicio que debe ser realizado por el dueño-director (Storey, 1994). Se han identificado tres componentes importantes para determinar la tendencia al uso de la planeación: las características de la empresa, las características del dueño-director y las estrategias de desarrollo del dueño-director (Scott y Bruce, 1987). Soto y Dolan (2004) dejan ver que el plan estratégico en la PYME debe tener dos aspectos: un planteamiento visionario y un planteamiento de aprendizaje. El primero corresponde principalmente al dueño, dado que es quien se encarga de la estrategia de la empresa, en virtud de la limitada capacidad organizacional. El segundo, de aprendizaje, es propio de los ambientes con incertidumbre, donde se aplica principalmente la metodología inductiva y se tiene una visión más relacionada con el entorno y las capacidades de la organización. Estos autores señalan que en la PYME no es una práctica común la planeación estratégica y utilizan más bien el planteamiento visionario.
Es adecuado identificar en el trabajo de Julien (2009) los elementos que tienen influencia social en los empresarios, para lo cual señala el autor que hay influencias afectivas, simbólicas y sociológicas en los diferentes ámbitos donde se va formando la persona: familia, amigos, educación, trabajo, experiencia y finaliza indicando los efectos que esto tiene. El autor presenta estas conclusiones en el siguiente cuadro:
Dado lo anterior, el empresario recibe influencias que lo llevan a emprender, pero también tiene habilidades que le permiten continuar en su empresa y planear para el futuro tomando en consideración las oportunidades que identifica y evalúa.
Un estudio realizado en PYME que se establecieron en el área metropolitana de Las Vegas (Shinnar y Young, 2008) encontró que los empresarios hispanos nacidos fuera de Estados Unidos no preparan planes de negocio para iniciar sus empresas y, una vez que están operando, no acostumbran a hacer pronósticos ni siquiera de corto plazo.
Un aspecto importante a considerar de esta forma de operar es que ellos no recurren a las instituciones financieras para solicitar apoyo económico, dado que utilizan sus ahorros y préstamos familiares para iniciarlos o para crecer, lo que indica que estos propietarios mantienen su rumbo empresarial con acciones y decisiones que no se rigen por un plan maestro sino adecuándolas a las condiciones del ambiente (Danes, Teik-Cheok Loy y Stafford, 2008). Es muy probable que esta misma forma de trabajar, sin un plan de negocios o estrategia, sea utilizada en su país de origen.
Los autores encontraron también que las empresas pequeñas familiares no se vieron beneficiadas en su desempeño por haber formulado un plan estratégico. Concluyen que esta situación puede surgir porque en las empresas familiares, es el dueño-director quien tiene la responsabilidad de formular el plan estratégico, y hacerlo estresa la relación financiera de la empresa y a los miembros de la familia (Danes, Teik-Cheok Loy, y Stafford, 2008).
Puesto que el dueño-director es quien dicta la dirección de la empresa y toma las principales decisiones, Richbell, Watts y Wardle (2006) han considerado que posee las siguientes características: es una persona con alto nivel educativo, con experiencia profesional previa en una empresa mediana o grande y ha iniciado su PYME en un campo diferente al de su previa experiencia profesional. Con esto se apunta hacia el hecho de que los recursos, la información, los conocimientos y la experiencia de una sola persona será lo que sirva de fortaleza para la planeación estratégica.
Un elemento adicional es la formalidad que debe tener la planeación estratégica. Se ha mencionado que la planeación formal permite a la dirección de las empresas dar seguimiento a los objetivo establecidos y las acciones, de tal forma que puedan alcanzarlos (Armstrong, 1982) o corregir las acciones cuando se observa un desvío. Autores como Smith y Fleck (1987) y Shrader, Mulford, y Blackburn (1989) han señalado que la planeación formal es adecuada para las empresas que operan en ambientes turbulentos, industrias de alta tecnología y donde las condiciones en que opera la empresa estén sujetas a cambios constantes.
Otros autores proponentes de planeación estratégica en PYME, han señalado que la planeación también puede ser contingente (Scott y Bruce, 1987) o informal o emergente (Mintzberg, H; Waters, A, 1985). Para ello, no existe un documento escrito y formal en el cual se haya plasmado el plan estratégico, sino que se trazan acciones y los resultados se miden por la dirección de la empresa.
Esta planeación emergente implica que los mandos directivos actúen en consonancia con lo que observan en el mercado (Mintzberg H., 1994), con los ambientes inciertos, cambiantes y turbulentos y los cambios políticos, y que estén atentos a la competencia internacional, al acceso a la información y a las mejoras en los procesos productivos, de tal forma que la estrategia es tan flexible que pueden adicionarla con nuevas acciones o recortarla al eliminar prácticas anteriormente planeadas. Esta forma de estrategia es identificada por Mintzberg como estrategia incremental (Mintzberg, Raisinghani, y Theoret, 1976).
Se puede pensar que la PYME tiende más hacia la estrategia emergente dada la carencia de recursos, conocimientos y experiencia para dar formalidad a un plan. Asimismo, es en la PYME donde el dueño-director tiene la facultad para ir adaptando el plan estratégico conforme al entorno que rodea a la empresa y su mejor visión. Por lo anteriormente señalado, la planeación emergente constituye la manera en que la PYME conforma su plan estratégico y la manera de actuar de la dirección para el éxito y la supervivencia de la empresa.
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