Lucrecia Soledad Wagner
Durante aquellos días, y en los días que siguieron a los cortes, la población se reunió en el recinto del Consejo Deliberante del Municipio. Allí se hicieron asambleas con la finalidad de consensuar las medidas a seguir, con la participación de diversos sectores de la comunidad. De aquellas reuniones toma el nombre la Asamblea del Pueblo de Alvear, grupo de alvearenses que se organiza para oponerse a la megaminería. Los alvearenses –tanto de la Multisectorial como de la Asamblea del Pueblo- manifiestan que la diversidad que cobró la lucha por aquellos días, hizo necesario la formación de otro espacio, a fin de diversificar las estrategias de lucha. “…Éramos muchos, pero es la misma lucha, siempre estamos en comunicación…”, manifiesta una integrante de la Asamblea del Pueblo, que desde que se formó se reúne una vez por semana para organizar sus actividades.
En aquellas asambleas en el Consejo Deliberante, las radios locales se sumaron, “…los movileros estaban dentro de la municipalidad. Las radios se plegaron al llamado…” manifiestan miembros de la Asamblea del Pueblo. “…Los medios nunca se mostraron en contra, siempre estuvieron. Hubo una radio (Radio “Uno”) que se comprometió y movilizó a la gente…” rememoran los alvearenses.
En cuanto a la televisión por cable, quienes participaron de aquellas asambleas recuerdan que “…en una de las reuniones en el Consejo, la gente acordó que si Tevecoa no pasaba las noticias, todos se iban a des-adherir del servicio de cable…”.
Por otra parte, en cuanto a los medios nacionales, los alvearenses afirman que algunos medios les comunicaron que, debido a la postulación de Cobos a vice-presidente, no se les permitía transmitir los hechos que acontecían en Mendoza: “…Cobos estaba postulándose a vice, y no querían mostrar que se le estaba incendiando la provincia…” explican.
Otra de las actividades que se planificó en aquellas reuniones, fue hacer un mural en el edificio municipal. La idea surgió de un grupo de jóvenes, quienes llevaron adelante la pintada en el frente del edificio. “…La pintada fue para comprometer al intendente…”, manifiestan los alvearenses (ver Imágenes 12 y 13).
7.3.13. Los cortes que unieron a los alvearenses
Durante aquellos 15 días de cortes, tanto en los carteles como en las declaraciones de la gente, predominaron: la defensa del agua, de la vida, del modo de vida y del perfil agro-ganadero de General Alvear.
Se trató también de un conflicto que excedió a Gral. Alvear, al sumarse distritos sanrafaelinos e incluso organizaciones pampeanas. “…No sólo (afecta) al sur mendocino sino también a la Pampa, no hay que olvidarse que Punta del Agua, en San Rafael, tiene un acueducto que va a la Pampa con una de las mejores aguas del sur mendocino…”, manifestaba un alvearense presente en uno de los cortes, haciendo referencia a los lugares que podrían ser afectados por la minería metalífera contaminante.
Las rutas se cortaron con alambrados, tractores, bolsas de arena y camionetas. En cuanto a las modalidades y duración de los cortes, los alvearenses manifiestan que fue personal de Gendarmería quién les indicó como actuar: “…los gendarmes nos recomendaron que nos sentáramos en la ruta…”, recuerdan.
Se cortaba la ruta por media hora y luego se dejaba pasar por 10 minutos. Con el correr del tiempo se intensificaron, se cortaba por 2 hs y se dejaba pasar por media hora. Sólo podían seguir camino sin detenerse las ambulancias, dotaciones de bomberos, o gente que estuviera enferma o en alguna situación delicada.
En cuanto a la población que quedaba impedida de continuar su camino, los alvearenses manifiestan: “…la gente que venía no tenía la culpa, y teníamos que mostrarles lo que pasaba. En general…la gente se sumaba a la lucha…”, y añaden: “…queríamos ir sumando gente, nos fueron dejando direcciones, que se sumaban para difundirlo...”.
En algunos cortes, como en el de Bowen, los alvearenses subían a los colectivos y pedían proyectar un video mostrando el problema de Gral. Alvear por la megaminería. De esta forma, la gente veía el documental mientras los colectivos estaban parados en el corte. También fue característico de los cortes, la presencia de banderas y pancartas con mensajes para los transeúntes que quedaban temporalmente varados: “Esto en una lucha del pueblo…No a la minería contaminante! Le pedimos mil disculpas, su demora ayudará a salvar…¡¡vidas!!”, o “Podemos vivir sin oro, pero…podemos vivir sin agua?”.
El Corte de la O –en la intersección de la Calle O y la ruta 143 sur, denominado también “Poste de Hierro”-, fue el “corte madre”, una vez que se decidió cortar, en la plaza de Gral. Alvear. En este y otros cortes, se destaca en el recuerdo de los alvearenses cómo la gente fue sumándose a lo largo de los días. “…Capaz que no tienen el tiempo, o no les interesa ir a las reuniones, pero lo único que entendieron es que estaba en riesgo su vida…y se sumaron…”, afirman miembros de la Asamblea del Pueblo, que destacan el apoyo de aquellas personas que participaron de los cortes y que incluso se quedaron todos los días: “…se empezaron a hacer carpas con lonas, y mayormente los que se quedaron ahí, eran los que tenían menos recursos, que se bancaban lluvia, frio, viento, hasta el otro día y seguían ahí, incluso con sus hijos…”.
Se hicieron ollas populares, donde comían todos juntos, incluso con quienes venían viajando y quedaban atascados en el corte. El apoyo de mercados y panaderías de Gral. Alvear permitió contar con insumos para las ollas populares y las tortas fritas que se repartieron en cada corte.
Sin embargo, los alvearenses reconocen que con el correr de los días, la situación se volvió más tensa: “…Hubo situaciones difíciles, camioneros, un camión que se fue, la gente viene alterada…”.
Cada corte tuvo su impronta. El corte de Bowen fue uno de los más masivos, y uno de los últimos en organizarse. “…Era impotencia, la gente con impotencia hace cualquier cosa. Se rompieron con rastras los caminos alternativos…” recuerda un vecino del lugar. Los docentes y las familias de las colonias que rodean a Bowen estuvieron presentes. “…Cada escuela fue con sus chicos y sus maestras, mucha gente pensó que era paro de maestros…” rememora un autoconvocado de Bowen, que destaca también a aquellas colonias que se sumaron a los cortes: “…Alrededor (de Bowen) hay una colonia de agricultores ucranianos, polacos, rusos, y en el corte estaba la familia, el agricultor con la señora y sus hijos, ellos son muy unidos. Ellos no están acostumbrados a los cortes de ruta, son una generación nueva, que se están integrando más al pueblo de Bowen, pero llama mucho la atención la unión de familia que ellos tienen...” Los Autoconvocados de Bowen, es un grupo que hasta hoy sigue unido. Siguieron concientizando a la población, regalando fruta y entregando folletos. Como muchos de ellos están federados, han llevado el tema a reuniones y marchas de FAA. “…A muchos nos ha tocado estar en cortes desde el otro lado…Después fuimos al abrazo al Congreso en Buenos Aires por la derogación de las leyes mineras, a marchas de federación agraria…Fuimos invitados a dar charlas, y fuimos explicando todo lo que habíamos logrado por la voluntad popular…”, relata un autoconvocado de Bowen.
Por su parte, el corte de Real del Padre, fue el primer corte que se realizó en San Rafael, ya que se trata de un distrito sanrafaelino. También hubo cortes en Punta del Agua y en Villa Atuel. “…La gente se autoconvocó, mucha gente…” recuerda una pobladora de Real del Padre, “…Se le pidió a un docente de Punta del Agua que fuera a contar el problema, y la gente más se autoconvocó…en la ruta que va de Real del Padre a Monte Comán, a dos Km. aproximadamente…”.
Se mantenían informados de lo acontecido en Gral. Alvear a través de Radio “Uno”. Por la noche, algunos representantes viajaban a Gral. Alvear a las reuniones que se hacían en la Multisectorial, y luego transmitían lo que se había hablado allí.
Una vez más, aparece en los relatos de los pobladores de estos distritos sanrafaelinos el abandono por parte del gobierno departamental: “…es un distrito de 15.000 habitantes…distrito alejado y castigado…”. Asimismo, al igual que en Gral. Alvear, está presente en los testimonios de los habitantes de este distrito sanrafaelino, la defensa del perfil productivo local: “…El pueblo es agro-dependiente, es la capital del damasco, también hay viñedos, ciruelas, peras…Hay dos exportadores de frutas al exterior, uno de vinos y luego chiquitos al interior del país…”.
También en Real del Padre se compartió la comida con la gente que estaba de paso y se buscó difundir el tema: “…Nos decían que estaban trabajando y nosotros le explicábamos el problema…Era la única arma que teníamos...Luego estaban concientizados, se difundió por todo el país, los camioneros comían con la gente del corte…”, relata una productora de este distrito, “…las panaderías donaban masa y a la tarde se tomaba mate con torta fritas. Con días de lluvia, se armaron carpitas y nos quedábamos ahí”, y reflexiona: “…todo por defender lo nuestro, lo que tanto han hecho nuestros padres, nuestros abuelos, esto era un desierto y esto se hizo a fuerza, no de tractores, a lomo de burro y caballos…así hicieron todo nuestros abuelos (…) principalmente el agua, si se contaminan los ríos nosotros desaparecemos…”.