Katerine Regueira Batista
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Este capítulo se centra en el estudio de los aspectos más relevantes en torno al proceso de formación inicial del Profesor General Integral de Secundaria Básica desde las aristas teóricas que permiten un acercamiento para comprender los pilares que sustentan y guían la investigación desde un análisis de las posiciones y aportaciones hechas en esta dirección por investigadores extranjeros y cubanos. Se realiza una caracterización de la situación que presentan los protagonistas del proceso pedagógico de la formación inicial intensiva respecto a comportamientos de violencia; así como su preparación para prevenirla en el contexto escolar, determinar las causas que la condicionan y se finaliza con una aproximación a la violencia escolar desde una óptica sociológica, pedagógica y psicológica que propicia la comprensión de este problema social como parte de los asuntos más trascendentes de incumbencia de la escuela en el presente. Todo lo cual demuestra y justifica la necesidad de la tesis .
1.1.- Caracterización filosófica, sociológica, pedagógica y psicológica de la formación inicial del Profesor General Integral de Secundaria Básica en la prevención de la violencia escolar .
La sociedad contemporánea, signada por constantes y dinámicos cambios, se aboca a la necesidad de prestar atención a la formación profesional pedagógica; pues el docente constituye un importante agente socializador, que a través de su labor ejerce una influencia significativa en la educación de los ciudadanos, expresada en su capacidad para vivir y convivir en armonía con sus congéneres .
En consonancia con las ideas predominantes, se considera que la formación del profesional de la educación es permanente; mas, el período de la formación inicial es de una importancia capital. Durante el mismo el estudiante conforma el sentido y el significado de la profesión a partir de la influencia que sobre él ejercen diversos factores, entre los que se cuentan las condiciones de los centros, las relaciones que establece con los demás protagonistas del proceso pedagógico y el conjunto de actividades curriculares en las que se involucra. A este aspecto se han referido Addine, F. (1996), Álvarez de Zayas, R. M. (1998), Braslavsky, C. (1998) y Canfux, V. (2002), entre otros. No obstante, aún no se logra abordar el diseño de la formación inicial de modo tal que propicie una preparación profesional y un crecimiento personal que resulten congruentes para evitar las disonancias que se constatan entre la actuación y el discurso, muchas veces más adelantado y progresista que la primera .
La idea anterior presupone la comprensión de la formación inicial intensiva como
el proceso pedagógico que debe conjugar las influencias que ejerce, tanto en la
producción de las modificaciones en la orientación de la personalidad del
docente en formación, como en su preparación para cumplir con éxito sus
funciones profesionales, pero se repara insuficientemente en que la
configuración de las cualidades personales constituye la base sobre la cual es
posible concebir la preparación profesional.
Desde la posición que se sostiene, la formación inicial intensiva del Profesor
General Integral de Secundaria Básica sobredimensiona la atención a los aspectos
de la habilitación para asumir las tareas inherentes al ejercicio de la
profesión y descuida la formación personal en direcciones tan trascendentes como
la de los modos de actuación excluyentes de comportamientos violentos, en el
contexto escolar.
Existen múltiples definiciones de formación inicial, verbigracia; Del Pino, J.
L. (1998), Parra, I. (2002), que enfatizan en el carácter de proceso de
enseñanza aprendizaje de la misma y apuntan las contribuciones que se le
atribuyen respecto a dotar al profesional en formación de las herramientas que
precisa para desempeñarse en el cumplimiento de las funciones profesionales.
Asimismo, no dan cuenta del impacto que debe producir dicha formación en la
configuración de la personalidad del estudiante al atender su proyección social,
en tanto persona que vive en constante interacción con sus semejantes y debe
exhibir comportamientos que sirvan de modelo para sus educandos .
En la dirección apuntada es necesario referirse a la formación inicial intensiva, que se emplea para denotar las características del primer año en el nuevo modelo de formación docente, que si bien se justifica por la contribución que debe hacer a la creación de las bases para el tránsito satisfactorio por los años posteriores de preparación, carece de las potencialidades para asegurar el impacto sobre la configuración de la personalidad de los estudiantes, pues no instrumenta los espacios suficientes de expresión conducentes al desarrollo de las cualidades típicas de un crecimiento personal a la altura de las demandas de la sociedad, sin contar con que el fondo de tiempo es insuficiente para posibilitar la consecución de las aspiraciones propuestas .
La formación inicial intensiva debe propiciar una preparación de habilitación
para asumir la dirección de las actividades docentes en la escuela, de forma
responsable, lo que implica pertrechar con los recursos pedagógicos que
proporciona una adecuada formación psicopedagógica y sociológica, elevar la
cultura general integral, y potenciar la autodisciplina y el desarrollo de
hábitos para el estudio y el autoaprendizaje, lo que se constituye en preámbulo
del ulterior desempeño estudiantil y profesional. Sin embargo, existen
obstáculos que impiden el logro de los resultados esperados, entre los que se
cuentan:
Insuficiente calidad del ingreso al Instituto Superior Pedagógico, tocante al
desarrollo cognoscitivo, y a los niveles de formación personal y vocacional .
Incongruencias entre la forma en que los estudiantes son habilitados, por diversos profesores, y la necesidad de prepararse para dirigir integralmente el proceso de enseñanza- aprendizaje de la mayoría de las asignaturas en la Secundaria Básica .
Escasos espacios dedicados al ejercicio de la expresión personal que impide la formación de las correspondientes habilidades profesionales necesarias para un adecuado desempeño .
Tutelaje sobredimensionado que constriñe a frecuentes situaciones de
aceptación pasiva de regulaciones y de orientaciones frenadoras del despliegue
de la independencia y la creatividad.
Posesión de esquemas mentales y comportamentales permeados de violencia, que
condicionan proyecciones beligerantes inconscientes en los protagonistas del
proceso pedagógico.
El carácter procesal de la formación inicial posibilita que adquiera nuevas
características y abarque esferas más amplias. Tal es el caso de la prevención,
uno de cuyos contenidos es lo relativo a la mitigación de la violencia escolar.
Pero no es probable que pueda realizarse una labor efectiva en la profilaxis de
la violencia escolar si no se poseen las cualidades de la personalidad y los
recursos teóricos y prácticos necesarios para alcanzar el éxito en dicho empeño,
al actuar en contextos específicos.
Marx, C.(1888), en las tesis sobre Feuerbach sostiene, en la número III, “La
teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de
la educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de
circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los
hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el
propio educador necesita ser educado”, y ello debe ser comprendido como la
explicitación de los fundamentos que justifican el requerimiento de efectuar una
preparación especial y ejercer una influencia adecuada para educar a los
estudiantes en formación inicial intensiva con el fin de que incorporen los
conocimientos, los hábitos, así como desarrollen las capacidades y las
competencias que se precisan para realizar eficientemente su labor educativa y
prevenir la violencia escolar tanto en los comportamientos propios, como en el
de los demás protagonistas del proceso pedagógico .
La idea anterior se reafirma con la definición de la esencia del hombre como el
conjunto de las relaciones sociales, lo que permite comprender que lo que los
seres humanos llegan a ser, solo es posible en el contexto de la interacción
social.
La aproximación a los fundamentos filosóficos de la prevención de la violencia
escolar continúan urgidos de argumentos más sólidos y coherentes; que deben
buscarse a partir de la Teoría del Conocimiento Leninista, la cual esclarece la
vía esencial por la que transita el conocimiento desde la contemplación viva al
pensamiento abstracto y de este a la práctica como criterio de la verdad .
Las relaciones históricas concretas que establecen las personas entre sí y con los objetos descansan en el ininterrumpido proceso de desarrollo individual que está potenciado por el sistema de influencias educativas a las que son sometidas y que se expresa como una unidad dialéctica entre la objetivación y la subjetivación de los contenidos sociales, cuyo resultado es la formación de la personalidad; así como su consiguiente manifestación y desarrollo a través de la actividad y la comunicación .
La persona deviene ser social a través de un complejo proceso de socialización en el que la escuela como agencia socializadora debe desempeñar un importante papel, para cuya instrumentación ha de estructurar el camino que se inicia con la identificación de la violencia escolar, continúa con la orientación educativa y permita la prevención en una interrelación que no solamente transforme los daños existentes, sino que evite el agravamiento de los ya establecidos y la aparición de otros nuevos .
La condición de fenómeno social, que caracteriza a la educación, no es una simple declaración de principios. Debe asumirse como la premisa que permite comprender su contribución a la socialización del individuo, que se materializa mediante la actividad profesional del docente, como sujeto activo y dinámico que tiene el encargo social de educar a las nuevas generaciones y para ello necesita producir en sí mismo las modificaciones que pretende inducir en sus educandos .
Insistir en las ideas relativas a la educación en su vínculo con la prevención de la violencia escolar es indispensable, no solo desde la clarificación de la esencia educable del hombre, sin la cual no tendría sentido mencionar siquiera la intención de inculcarle determinados contenidos; sino también, y de manera enfática, porque permite concebirla como un proceso de organización y de dirección planificado, orientado a la consecución de fines previamente determinados; es decir, en su esencia pedagógica, con carácter procesal y susceptible de modelación .
La idea antes expuesta es significativa para la formación inicial intensiva del Profesor General Integral de Secundaria Básica en la prevención de la violencia escolar y, por ello, es poco comprensible que la misma no se considere para diseñar acciones imbuidas de su esencia, como parte del Plan de Estudio, lo que no facilita la adecuada formación personal y la preparación del docente en la dirección señalada .
En la formación inicial intensiva interviene un conjunto de influencias que presuponen un vínculo estrecho entre los agentes educativos de la sociedad; y las organizaciones políticas y de masas, la familia, la comunidad, los medios masivos de información y otros grupos que conforman los pilares sobre los que se erige y sostiene la calidad del referido proceso formativo, por lo que tiene que ser objeto de una dirección consciente que no puede ser eludida por el colectivo pedagógico. Así, las relaciones sociales dentro de la escuela quedan conformadas tanto en el plano intragrupal; como en el plano intergrupal, las cuales son de distinta naturaleza y se caracterizan por su gran complejidad .
La profesionalidad y la formación de un profesor que investiga su propia práctica se ha estudiado por Chávez, J. A. (2000), Castellano, D. (2000), Blanco, A. (2000), García, G. (2001), Addine, F. (2001), Chirino, M. V. (2001), Parra, I. (2001), Recarey, S. C. (2001), Miranda, T. (2002), Fariñas, G. (2004) y otros, los cuales han establecido que la calidad de la educación requiere de profesionales comprometidos, protagonistas de su práctica, capaces de concebir, de ejecutar y de evaluar los resultados de soluciones integrales y han esclarecido mecanismos importantes de la formación profesional, que se comparten, aún cuando los precitados autores evaden la consideración de las condiciones en las que se llevan a cabo tanto el proceso formativo, como la práctica profesional, que no están exentos de comportamientos violentos. En este sentido, es preciso destacar que el proceso pedagógico a través del cual el sujeto deviene profesor connota la profesionalización .
En correspondencia con la lógica de la presente investigación se asume la
definición de profesionalización de García, G. y Addine, F. (2002), entendida
como el proceso pedagógico de formación y autoformación dado a lo largo de la
carrera de Licenciado en Educación, con énfasis en la Disciplina Formación
Pedagógica General, que tiene su base en la formación vocacional del futuro
profesor y debe contribuir a la formación y desarrollo del modo de actuación,
desde una sólida comprensión del rol, tareas y funciones, expresada en la
caracterización del objeto, la lógica y los métodos de las ciencias, la lógica
de la profesión, en un contexto socio histórico determinado.
Las valoraciones realizadas permiten penetrar en la dinámica del proceso
pedagógico, como proceso social que garantiza, por su esencia comunicativa, que
los Profesores Generales Integrales de Secundaria Básica en formación inicial
intensiva al apropiarse del contenido cultural reestructuren su manera de
pensar, de sentir y de actuar; y puedan influir positivamente sobre la
configuración de la personalidad de sus futuros estudiantes .
Desde el referente de la teoría Histórico-Cultural de Vigotski, S. L.(1981), la formación inicial del Profesor General Integral de Secundaria Básica debe ser entendida como un proceso que parte del diagnóstico de las potencialidades y las limitaciones que poseen los estudiantes; es decir, de la consideración de su Zona de Desarrollo Actual, para proyectar las actividades y las situaciones pedagógicas, en que se implicarán asistidos por los profesores, en un contexto de interacción social concreto, para alcanzar los resultados deseados, en los marcos de la Zona de Desarrollo Potencial. El docente en formación inicial intensiva asimila las normas y los modos sociales en la actividad y en la interacción bajo condiciones de orientación de los profesores. El educando es un sujeto activo, consciente y orientado hacia un objetivo, que internaliza procesos que transcurren desde el plano ínter psíquico al intra psíquico .
La ponderación de los elementos psicológicos de la formación inicial del profesor de Secundaria Básica conduce al reconocimiento del papel que se le otorga a las categorías actividad y comunicación, como medios a través de los cuales la personalidad se manifiesta, se forma, y se desarrolla. Este postulado ha de interpretarse con el nivel de profundidad requerido que hace factible la explicación de los derroteros de la formación de la personalidad, no siempre positivos, en los que se expresan las potencialidades formativas de todo el entramado de influencias y de factores condicionantes que subyacen en las cualidades que exhibe el sujeto .
Lo planteado anteriormente apunta a un concepto vigotskiano de cardinal
importancia para identificar las fuerzas motrices del desarrollo de la
personalidad; es decir, la situación social de desarrollo, definida como la
particular conjugación de las condiciones internas en interacción con los
factores externos mediada por la actividad y la comunicación que explica la
aparición de cualidades superiores al término de cada etapa.
La posición que se defiende, explicitada a través de los argumentos precedentes,
es coherente con la concepción acerca de la personalidad como un sistema de
estructuras psicológicas de diferentes grados de complejidad que constituye el
máximo nivel de regulación y de autorregulación de la actividad y de la
comunicación del sujeto: González, F. (1995), González, V. (1995), Rodríguez, M.
(1996), Bermúdez, R.(1996), y reconoce entre sus cualidades más sobresalientes
la de funcionar como una unidad indisoluble de lo afectivo y lo cognitivo, de lo
inductor y lo ejecutor, que posibilita la autodeterminación y la autoeducación,
sin cuya existencia y participación sería imposible hacer sostenibles las bases
sobre las que se levanta la construcción personológica en interacción con la
instrucción y la educación.
Las consideraciones establecidas respecto a la formación inicial intensiva del
Profesor General Integral de Secundaria Básica conducen el análisis hacia la
constatación de que la misma carece de un diseño apropiado para propiciar la
prevención de la violencia escolar y su acción se limita a censurar y sancionar
comportamientos declarados en los reglamentos, pero tal comprensión debe ser
cambiada, no solo porque su alcance es insuficiente, sino porque no potencia las
transformaciones y los cambios que urgen hacia la configuración de una
personalidad capaz de dirigir el proceso pedagógico desde la preparación
profesional y de la autoridad que concede ser ejemplo de lo que se pretende
inculcar .
Las causas de las deficiencias apuntadas están asociadas al insuficiente desarrollo de la teoría y de la metodología correspondiente para estructurar la formación inicial intensiva en congruencia con fundamentos teóricos sustentables, avalados por la revelación científica de los nexos entre los factores que conforman la base de una proyección avenida a las exigencias y a las demandas de profesionales competentes, tanto desde el punto de vista de sus cualidades personales, como de su profesionalidad .