El texto está compuesto por 17 artículos y el contenido en su conjunto va más allá de lo acordado en la OMC. Abarca a las medidas que afecten o tengan relación con el acceso y uso de los servicios públicos de telecomunicaciones, a las obligaciones de los proveedores más importantes (lo que se conoce como dominantes), a la prestación de servicios de información y a otras medidas que se especifican posteriormente.
Por un lado destaca que se trata no sólo de asegurar el acceso a tales servicios –que es condicionado a ser prestado en condiciones “razonables y no discriminatorias”– sino que busca incidir en la determinación de los precios establecidos por los países. Asimismo, busca limitar toda posible política o medida que apoye a las empresas importantes, que eran las operadoras públicas y estatales. En este sentido, se habla de eliminar las prácticas anticompetitivas existentes.
Esta propuesta está basada en las políticas implementados por la Federal Communication Commision (FCC) de EUA, por lo cual se trata de garantizar el arrendamiento de todas y cada una de las partes de la infraestructura de telecomunicaciones existente, a “tarifas razonables”. Los artículos 7 al 10 son una muestra clara de cómo se busca establecer políticas sectoriales a partir del ALCA; en efecto en ellos se definen las características de los organismos reguladores, la política de tarifas –precios que deberán estar “basados en costos”– y licencias, así como el tipo de servicio universal. Respecto a éste último si bien se reconoce que cada parte debe definirlo, también se afirma que no deberá ser “más oneroso de lo necesario”. Precisamente en el parágrafo 7.3 se especifica la prohibición (venta en su caso) de cualquier propiedad de los gobiernos sobre las operadoras de telecomunicaciones, de otra manera, la privatización total del sector.
Este tipo de propuesta, tiene fuertes repercusiones sobre varios países, y, dada la reciente resolución de la OMC respecto a la demanda de EUA sobre México en el sector telecomunicaciones, se puede concluir que lo pactado en el ALCA garantizará el predominio de los intereses de las empresas multinacionales.
Así las cosas, se puede plantear que el rumbo que tomen las negociaciones de este Capítulo dependerá de la concreción a la que lleguen en términos de los sectores particulares que incorporen, así mismo dependerá del avance que tengan las negociaciones en el marco de la OMC.
En este sentido, hay que recordar que en la actualidad las negociaciones sobre los AGSCS siguen abiertas, hasta 2005 había ya 69 ofertas iniciales y de ellas se estaba revisando 30. Los sectores en los cuales se pretende concretar un acuerdo son aquéllos en los cuales ya se han llevado procesos de liberalización, entre ellos destacan los de telecomunicaciones y medio ambiente.
Conclusiones
A continuación se presentan las conclusiones centrales de este capítulo, un mayor desarrollo se hará en el capítulo 4.
A partir de identificar las políticas públicas dominantes, se mostró el vínculo que tuvieron con los organismos mundiales, formuladores de las políticas basadas en el mercado y en el marco del Consenso de Washington. Estas políticas, en tanto visión general del actuar del mercado y del estado, hicieron énfasis en las políticas de desregulación y privatización al margen de las condiciones específicas de cada país.
Con base en lo anterior se ha hecho una revisión de la manera en que se fueron aplicando esas políticas dominantes en los tres países objeto de estudio, de lo cual se destacan los siguientes elementos centrales:
1. EUA. La desregulación es una intensa disputa por la reconstitución del mercado en el que participan empresas operadoras de telecomunicaciones, tradicionales y nuevas, el poder judicial, la FCC, los organismos reguladores estatales, los consumidores y las grandes corporaciones de la informática. Un elemento que destaca es que la decisión de desregulación y desmembramiento de la AT&T consideró la constitución de empresas competitivas, no sólo desde el tamaño de mercado sino también, de manera fundamental, de sus capacidades tecnológicas.
La revisión del sistema de innovación estadounidense demuestra que el sector de telecomunicaciones ha jugado un papel central, siendo beneficiado por los gastos de defensa y la investigación gubernamental, en especial a partir de finales de la década de los treinta. Las capacidades de innovación de Estados Unidos se fortalecieron en la medida que empresas de telecomunicaciones fueron instalando laboratorios de investigación en su territorio, que buscaban participar en el mercado y al mismo tiempo asimilar las tecnologías que se desarrollaban en ese ambiente.
La revisión de la regulación de los distintos segmentos mostró que las decisiones consideraron tanto la evolución del mercado como el fortalecimiento de las capacidades innovativas en las empresas, a la vez que las operadoras tradicionales, incumbents, influyeron de manera decisiva en el ritmo y manera de apertura de cada uno de los segmentos.
Finalmente, se muestra que la política de telecomunicaciones ha estado acompañada por un conjunto de acciones del estado que han inducido las capacidades tecnológicas.
2. Canadá. El desarrollo de las capacidades de innovación en el sector se pueden ubicar con la segunda guerra mundial, en la cual se genera una demanda gubernamental por equipos especializados y que es satisfecha por lo que hasta ese momento era una filial de la Western Electric estadounidense. En la década de los sesenta se van ampliando estas capacidades y ya en los setenta inicia un proceso de internacionalización. Se mostró que la investigación de defensa en la posguerra fortaleció las capacidades tecnológicas en el sector y que la misma política de protección selectiva fortaleció las políticas de investigación.
La poca simpatía a los procesos de privatización y desregulación y el ambiente político del país influyeron para que los procesos de desregulación y privatización se efectuaran hasta principios de la década de los noventa y de manera más lenta en relación a EUA. En ellos hubo mayor presencia de los consumidores y de la sociedad civil. Se puede observar que la temprana legislación de 1993 hace un seguimiento del camino emprendido por los reguladores estadounidenses, fortaleciendo además la estructura de gestión centralizada.
Los cambios en las políticas de ciencia y tecnología además de definir un conjunto de programas que fomentaron la innovación, incidieron positivamente en el sector, de tal forma que fue uno de los principales beneficiarios; es en los primeros años de la década de los noventa cuando se define una estrategia explicita para fortalecer la innovación en el sector.
3. México. Con una estructura más centralizada, las telecomunicaciones mexicanas viven un periodo de fuerte intervención del estado hasta fines de la década de los ochenta, no solo tuvo el monopolio de los servicios sino también participó en la rama de equipo, además de poseer un organismo que era fundamental para el desarrollo de nuevos servicios. De esta manera se muestra que se habían logrado capacidades tecnológicas básicas que tenían como principales actores a Tel Mex, a las empresas manufactureras de equipo (filiales de multinacionales) y algunas empresas de capital local en segmento específicos (cableras y constructoras especializadas). Se habían implantado laboratorios de adaptación tecnológica y se obtuvieron los primeros desarrollos con las tecnologías semielectrónicas de conmutación.
Son las estrategias de las empresas trasnacionales, que transitan hacia la manufactura globalmente integrada y reubican cada una de sus actividades a fin de ser más eficientes, así como las políticas de privatización y desregulación seguidas el estado las que modifican al sector, de tal forma que se destruyen lentamente las capacidades innovativas generadas, modificándolas con la finalidad de adoptar y difundir las nuevas tecnologías.
La tardía aplicación de las políticas dominantes es explicado, en un primer momento, por el largo periodo de transición del patrón de reproducción, y, para el caso de la concreción de la apertura de los segmentos de servicios básicos, por el poder del monopolio privado.
Entre las políticas del Consenso de Washington estaba la liberalización de los mercados, para lo cual se impulsaron los acuerdos bi y multinacionales, en el caso de los tres países, se transitó rápidamente de lo bilateral a lo trilateral, participando activamente el la conformación de la OMC y de sus acuerdos. Queda pendiente la consolidación de la regulación americana. Se ha mostrado como estos acuerdos complementan las políticas de desregulación y privatización de las telecomunicaciones. Conformando un modelo de organización y gestión, que es precisamente el desarrollado en EUA. Se encuentra que están en vigor regulaciones supranacionales que pueden contravenir las nacionales, lo que estará debilitando el poder de los estados para impulsar políticas acordes a sus necesidades.
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