Ana Delia Barrera Jiménez
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En relación con la formación inicial Bar (1999) se refiere a esta como
la primera instancia de preparación para la tarea, en la cual se
trabajan los contenidos básicos que otorgan la acreditación para la
práctica profesional docente y que posibilita el desarrollo de
competencias propias del ejercicio profesional.
En esta primera instancia, comprendida en los momentos actuales de 1er.o
a 5to año, con las características pertinentes a cada contexto de
formación (Universidad de Ciencias Pedagógicas, Universalización), se
requiere de un trabajo pormenorizado en función de la preparación del
futuro maestro, lo cual debe tener como punto de partida fundamental, la
garantía del conocimiento y habilidades básicas que se fomentan en el
proceso de aprendizaje, como condición principal para que se desarrolle
con éxito el posterior desempeño profesional.
A cada una de las carreras ingresan alumnos provenientes del
Preuniversitario, cuya edad oscila entre los 18 y 19 años
aproximadamente, lo que los ubica en el período de la juventud, la cual
se distingue por una serie de características que son esenciales dominar
para poder dirigir con eficiencia la formación de los futuros
profesores.
En la juventud, asegura Domínguez (2006), la actividad de estudio o
actividad formal adquiere un carácter científico profesional, sobre
todo, en el caso de aquellos jóvenes que continúan desarrollando sus
estudios en la Educación Superior, pues deberán asimilar contenidos
pertenecientes a diversas disciplinas, cada una de ellas con un elevado
nivel de abstracción y generalización. Mientras, la lectura, el cine y
la televisión se encuentran, según Kon (1990) entre las actividades
informales predilectas de estos.
Estudios pormenorizados en relación con la juventud, permitieron a
Domínguez (2006) concluir que en esta etapa los intereses cognoscitivos
se encuentran un tanto supeditados a los profesionales, aunque estos
últimos son variados y responden también a los intereses culturales.
Asimismo se consolida el pensamiento conceptual teórico propio de la
adolescencia, el cual adquiere, según Bozhovich (1976), un carácter
emocional personal.
Es en esta etapa de la juventud donde la situación social del desarrollo
que le es típica “propicia que la elección profesional se realice basada
en la motivación profesional del sujeto y que dicha elección se produzca
como acto de autodeterminación, ya que el joven está en condiciones de
realizar una valoración de sus intereses, capacidades y posibilidades,
partiendo de sus aspiraciones, y en correspondencia con esta evaluación,
tomar una decisión más fundamentada”. (Domínguez, 2006:107).
Un criterio esencial en este grupo etáreo en la selección profesional es
la motivación hacia el contenido de la profesión, aunque puede
predominar también por mecanismos psicológicos totalmente diferentes,
como es el caso, según investigaciones al respecto, de la profesión
pedagógica (González Maura, 1987; González Collera, 2004., Del Pino,
2009); profesión en la que no solo está afectada la motivación por la
carrera, sino además (en estrecha relación con esta) la motivación por
el aprendizaje.
La formación inicial de profesores para Preuniversitario, está compuesta
por tres carreras: Humanidades, Ciencias Exactas y Ciencias Naturales y
cada una ellas responde a una estructuración de asignaturas por áreas
que completan al término de los cinco años. En correspondencia, el plan
de estudio fue concebido con una nueva concepción curricular disciplinar
modular, diseñado por áreas de integración que favorecen la atención de
problemas profesionales pedagógicos, con un enfoque interdisciplinario
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Estas áreas se identifican con:
Formación general, Fundamentos metodológicos para la enseñanza,
Fundamentos ideológicos para la educación, Fundamentos científicos
pedagógicos y didácticos para la educación y Fundamentos científicos de
las disciplinas del área.
El 1er. año intensivo está concebido como la preparación del futuro
profesor desde la Universidad de Ciencias Pedagógicas, donde en un
tiempo de 8 meses reciben el contenido pertinente a este primer año,
según las áreas correspondientes y durante dos meses de forma
intercalada, se enfrentan al componente laboral, donde se insertan al
Preuniversitario con un plan de actividades a desarrollar, previa
orientación del colectivo pedagógico y cuya evaluación culmina con la
discusión de una tarea integradora, relacionada con los problemas
profesionales en los que se haya centrado la atención.
Como parte del área de Formación General en todos los casos, en el 1er.
año intensivo, se imparte la asignatura Práctica del Idioma Español,
cuyo objetivo esencial es el desarrollo de un profesional competente
desde el punto de vista comunicativo, por lo que los procesos de
significación tienen un lugar privilegiado en el PEA de dicha
asignatura. En el caso de la carrera de Humanidades, ello se refuerza
con las asignaturas específicas de la disciplina de Estudios
Lingüísticos y Literarios. Mas, los procesos de comprensión –
construcción textual, no se asocian a lo motivacional propiamente dicho.
Es común como particularidad a todas las carreras, el desarrollo de la
expresión oral, la expresión escrita, la interpretación y la
construcción de textos, en término de habilidades a lograr en los
futuros profesionales. En ningún caso se establece desde las
concepciones disciplinares específicas, relación alguna entre lo
lingüístico y lo motivacional. El aspecto motivacional resulta
débilmente tratado como parte del diagnóstico general y queda reducido
metodológicamente a una clase dentro de la asignatura de Psicología. Los
resultados investigativos de la autora, desde la propia Maestría, le
permiten plantear que el hincapié se hace fundamentalmente, en cuanto al
desarrollo de las habilidades correspondientes al proceso de comprensión
construcción textual, (didácticamente organizadas desde las asignaturas
de lengua), para que el proceso se desarrolle desde el punto de vista
lingüístico; pero en ningún caso se aprecia que se centre la atención
como objetivo declarado y priorizado de incitar desde el propio trabajo
con estos procesos, la estimulación motivacional del alumno. La
motivación es considerada, a partir de su pertinencia como proceso que
está en la base de todo aprendizaje, por lo que se reconoce como
elemento a tener en cuenta en la etapa de orientación de la actividad
docente. Dicho proceso carece por tanto en la práctica educativa, de una
atención específica que lo desarrolle íntegramente desde el punto de
vista de la orientación, la regulación y el sostenimiento, como
consecuencia de un accionar didáctico previamente concebido.
Conclusiones del capítulo
La sistematización de los referentes básicos en los que se sustenta el
proceso de CCTAMA permitió corroborar:
- La evolución favorable de una lingüística de la lengua a una
lingüística del habla, lo que devino desde el punto de vista didáctico
de la lengua en el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural
(Roméu, 2003), el cual parte a consideración de su autora, de la
concepción dialéctico materialista acerca del lenguaje, que lo define
como medio esencial de cognición y comunicación social, lo que pone de
manifiesto sus dos funciones esenciales: la noética o cognitiva y la
semiótica o comunicativa; toma en cuenta los postulados de la escuela
histórico cultural sobre la adquisición social del lenguaje, el proceso
de internalización, la relación significado – sentido; tiene en cuenta
lo mejor de la lingüística precedente y las más recientes
investigaciones de la lingüística del habla, que asumen como objeto el
discurso e indagan lo referente a su estructura y funciones y explican
su naturaleza como proceso de interacción social; asimismo defiende la
concepción de la cultura como sistema de sistema de signos, en el que la
lengua tiene un papel protagónico.
- El énfasis en lo motivacional asociado al proceso de comprensión-
construcción textual como punto de partida, no así a favor de producir
desde el propio proceso de significación un efecto motivador, en virtud
del surgimiento de nuevas necesidades de aprendizaje.
- La trascendencia que para el proceso de CCTAMA tiene la garantía de un
aprendizaje desarrollador, en el que la dimensión motivacional sea
entendida y estimulada en la integridad de sus tres componentes básicos:
orientación, regulación y sostenimiento.