Tesis doctorales de Ciencias Sociales

ESTRUCTURAS REGIONALES EMERGENTES Y DESARROLLO TURÍSTICO SUSTENTABLE: LA REGIÓN COSTA SUR DE NAYARIT, MÉXICO

Ulises Castro Álvarez




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3.4. Vivienda

En las localidades motivo de investigación, en general se muestran buenas condiciones en materia de vivienda, el 95.1% de la población tiene su hogar en casas independientes y el 74.4% son propiedad privada, el material predominante en un 96.7% en la construcción de las viviendas son materiales sólidos, para el caso de las paredes sobresalen el tabique, ladrillo, block, piedra, cantera, cemento y concreto, en techos el 75.8% de las viviendas cuentan con losa de concreto, tabique de ladrillo, o terrado con vigueta, aunque es conveniente señalar que existe un 19.9% con techumbre construida con lámina de asbesto o metálica que para las condiciones climáticas de la región no resultan convenientes. (Cuadros número 90, 91 y 92).

Los pisos de las viviendas están construidos en un 48.8% con cemento firme y el 44.4% cuentan además con recubrimientos como madera, mosaico o vitropiso. En este aspecto cabe hacer mención que el 2.9% de las viviendas tienen piso de tierra con los riesgos que ello conlleva a la salud de la población. (Cuadros número 93).

El 74.2% de las viviendas tienen una distribución de un total de entre 2 y 4 cuartos que las pueden hacer funcionales dependiendo del número de ocupantes, aunque existe una proporción importante de viviendas que cuentan solamente con 1 cuarto, misma que asciende al 7.3% y que representan el hacinamiento, riesgos de enfermedades y otro tipo de problemas. Por otra parte, se manifiesta que el 88.7% cuenta con un cuarto especial para cocinar lo cual es un factor importante en el manejo sanitario de la vivienda, a pesar de ello, la otra cara de la moneda muestra que en el 17.6% de las viviendas las cocinas también son utilizadas como dormitorio indicador de un nivel de hacinamiento, siendo viviendas con distribuciones de 1, 2, 3 y 4 cuartos en donde se realiza esta práctica. (Cuadros 94 y 95).

El número de ocupantes por vivienda en su mayoría varía de 3 a 5 personas, la proporción con respecto al total de viviendas con este número de ocupantes es del 62.5%, sin embargo, la media es de 4.36, la mediana es 4 y la moda 5 habitantes con una desviación estándar de 2.17, lo que significa que en realidad el número de habitantes por vivienda puede variar de 2 a 6. (Cuadros número 96 y 97).

Como dato interesante registra que en promedio el número de residentes por vivienda que trabajan es de 2.15, con una mediana de 2 y una moda de 2, registrando una desviación estándar de 1.27, lo que significa que quienes sostienen a los habitantes de cada vivienda puede variar de 1 a 3 personas, corroborando el alto nivel de dependencia económica.

La antigüedad de construcción de las viviendas muestra que en las localidades con actividad turística se está produciendo un amplio movimiento en la compra-venta de las mismas, demostrando que el turismo provoca este fenómeno. El 49% de las viviendas fueron construidas con una antigüedad entre 11 y 30 años lo que permite pensar que la población local está vendiendo sus viviendas a quienes están arribando a la región, solamente el 17.6% fueron construidas entre 1 y 10 años de antigüedad. (Cuadro número 98).

Puede resumirse diciendo que la vivienda en lo general muestra condiciones adecuadas para la población sin dejar de observar algunas disparidades que se presentan en cuanto la existencia de viviendas con 1 cuarto, el uso de cocina como dormitorio, hacinamiento, piso de tierra en la vivienda y techos de lámina que para cierta proporción de la sociedad aún representan dificultades en sus niveles de bienestar.

3.5. Servicios Básicos .

Además de analizar las condiciones de la vivienda en cuanto a su construcción, es necesario complementar el análisis incorporando los aspectos de funcionalidad y operación donde los servicios básicos que se poseen en las viviendas son fundamentales en el mejoramiento del nivel de vida de la población.

La investigación realizada arroja como resultado en lo referente al servicio de agua entubada (no necesariamente potable), que solamente el 79.7% de las viviendas cuentan con este servicio dentro de la misma, mientras que el 20.3% restante se abastece del líquido vital en tomas fuera de la vivienda, acarrean de otra vivienda o se abastecen mediante pipas o fuentes como pozo, ríos, lagos o arroyos. Como puede observarse la cobertura del servicio es insuficiente. (Ver cuadro número 99).

Si además a este problema de cobertura insuficiente se agrega la calidad del servicio, el problema se agudiza. Esto puede mostrarse al verificar que únicamente al 55.5% de las viviendas se les abastece de agua durante todos los días, lo que por diferencia arroja que a un 44.5% de las mismas solamente se les otorga agua de manera tandeada en periodos que van desde cada tercer día hasta una vez por semana, existiendo un 10.7% de ocupantes de las viviendas que manifestaron recibir agua de vez en cuando, interpretando ello como periodos superiores a una semana. (Cuadro número 100).

Independientemente de la frecuencia con que reciben agua por las líneas de distribución, otro factor importante en la calidad del servicio se manifiesta en la cantidad de agua que recibe la población. La información obtenida señala que durante los días en que reciben agua el 38.3% de las viviendas lo hacen solamente una parte del día lo que resulta insuficiente para cubrir las necesidades, debiendo complementar su abastecimiento mediante otras fuentes. (Ver cuadro número 101).

Los servicios sanitarios de las viviendas incluidas en la muestra utilizada para esta investigación, manifiestan condiciones en las que una proporción importante de la población tiene insuficiencias que se reflejan en los problemas de salud ya mencionados como son las enfermedades diarreicas que caracterizan a las sociedades con bajos niveles relativos de desarrollo.

La mayoría de las viviendas cuentan con servicios sanitarios exclusivos para uso de quienes las habitan, a pesar de ello, solamente el 81.1% tienen agua corriente quedando una proporción alta del 18.9% que no cuenta con este servicio, incrementándose los riesgos de contagios y enfermedades. Adicionalmente, la cobertura de servicio de drenaje en las localidades es insuficiente, únicamente el 87.3% de las viviendas tienen conexiones a la red pública de drenaje, lo que representa que el 12.7% de las viviendas hacen las descargas de aguas residuales y desechos orgánicos a fosas sépticas, cuerpos de agua o cielo abierto con el consecuente efecto en la contaminación ambiental y en la salud pública. (Cuadro número 102).

El servicio de energía eléctrica es el más consistente en función de la cobertura que registra, casi la totalidad de las viviendas se encuentran atendidas con este servicio que sin duda es uno de los más importantes en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. El cuadro número 103, muestra que el 99.6% de las viviendas cuentan con energía eléctrica.

Los resultados presentados hacen un recuento claro del efecto negativo de la actividad turística en las estructuras sociales, particularmente en lo que respecta a los servicios de agua potable y drenaje sanitario que son dos aspectos fundamentales para resolver la vida de la población y determinantes en el desarrollo social por su gran influencia en los aspectos de salud y contaminación al medio ambiente.


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