Ulises Castro Álvarez
Las relaciones planteadas entre estos dos subsistemas se encuentran plenamente definidas, generalmente son directamente proporcionales en el sentido de que a mayor actividad económica mayor presión al medio ambiente . en este sentido es observable de manera general que el crecimiento de la dinámica económica expresada en incrementos en el empleo y el ingreso y mayor actividad turística provoca mayor atracción de población hacia la región costa sur de Nayarit y por tanto este incremento de población flotante como lo es el turismo así como la población que viene a asentarse a la región ocasionan presión sobre el suelo, agua e incremento de la contaminación al aire. La presión sobre el suelo en términos de cambio de su uso, tiene repercusión directa a la flora y la fauna de la región.
A efecto de cuantificar y analizar estos efectos con base a la información obtenida mediante el muestreo de las localidades estudiadas, la relación ingreso-consumo de agua, puede mostrar las repercusiones de la actividad económica en el medio ambiente en lo referente a un elemento fundamental como lo es el agua.
7.2.1. Relación Ingreso-Consumo de Agua .
De acuerdo a estudios realizados en otras partes del país, se observa que a mayor ingreso en la población, el consumo de agua se ve incrementado. Como ya se especificó en apartados anteriores, es un hecho que en la región costa sur, el incremento en la actividad turística ha dinamizado la economía provocando su crecimiento, el aumento del empleo y del ingreso son aspectos que lo corroboran, no obstante, la repercusión negativa en el medio ambiente por efectos de esta dinámica también es evidente.
La investigación realizada comprueba que existe una relación directa entre el nivel de ingreso de la población y el consumo de agua. Del total de la muestra obtenida, se registra que el 46.9% de la población consume más de 80 litros de agua por día, y de ellos el 35.5%, es decir, un poco más de la tercera parte se encuentran en niveles de ingreso de 3 a más de 10 salarios mínimos.
Concretamente la proporción de población que cuenta con ingresos superiores a 10 salarios mínimos representa el 10.6% y de ellos el 69.1% consumen más de 80 litros de agua por día. Por otra parte, la proporción de población que cuenta con ingresos de 2.1. a 3 salarios mínimos asciende al 19% y de ellos solamente el 36% consumen más de 80 litros de agua diariamente. (Cuadro número 135).
Estadísticamente se corrobora esta relación al contrastarse la hipótesis de independencia de las variables a través de chi-cuadrado que arroja un valor de significancia de 0.053 lo que rechaza la hipótesis nula y comprueba dependencia entre las variables, aunque es pertinente aclarar que las medidas de simetría asumen un valor para Phi de 0.323 y un Coeficiente de Contingencia (C) de 0.307 que resultan bajos lo que indica que la relación no es muy estrecha. (Cuadros 136 y 137).
Esta relación indica que en la medida que el subsistema económico se vea dinamizado por la actividad turística y continúe creciendo el nivel de empleo e ingresos, la presión sobre el consumo de agua será mayor en la población local, sin embargo, tal como se mencionó anteriormente, el mayor consumo se estima en la población que representa el turismo la cual incrementa sustancialmente el consumo de agua cuando se hospeda en un hotel a lo cual debe agregarse el incremento del consumo por concepto de mantenimiento a instalaciones, particularmente campos de golf que aún utilizan agua limpia en lugar de reciclada en el riego de pastos.
La naturaleza de la información obtenida en la muestra consultada en la investigación, no permite cuantificar la relación con el uso del suelo, ni tampoco existen elementos para cuantificar la contaminación al aire con motivo del incremento de la actividad económica lo que abre la oportunidad de otros temas de investigación.
7.3. Subsistema Económico y Subsistema Institucional .
De las estructuras emergentes regionales por motivo de la transformación en la estructura económica, los aspectos institucionales relacionados tanto al sector público como a la sociedad en general son los menos favorecidos, lo cual lleva a un nivel de dificultad mayor la promoción del desarrollo entendida como la búsqueda del bienestar de la sociedad.
La institucionalidad es un elemento clave en la creación de condiciones propicias para llevar a cabo iniciativas de desarrollo con el concurso de todos los actores sociales, particularmente si se trata de iniciativas de desarrollo local que resultan de gran interés en el contexto de los procesos de globalización que se están viviendo en la región costa sur de Nayarit.
Partiendo de que el cambio estructural en la región, se ha manifestado en un incremento de la actividad económica reflejada en el crecimiento de la inversión, el empleo y el ingreso, es posible revisar la relación entre el subsistema económico y el subsistema institucional a partir de los efectos que ha tenido el incremento en el ingreso en la integración de la población local en esquemas organizativos que puedan ser utilizados como plataforma de iniciativas de desarrollo.
7.3.1. Relación Ingreso-Organización Institucional-Organización Social .
Para efectos de análisis puede dividirse la relación en dos aspectos: la relación ingreso-organización institucional y la relación Ingreso Organización social.
7.3.1.1. Relación Ingreso-Organización Institucional .
La relación ingreso-organización institucional indica si el incremento en el ingreso originado por la dinámica económica ha favorecido o no la organización en torno a las instituciones del sector público con el propósito de promover el mejoramiento de los niveles de bienestar de la población en general. Se supone que mientras mayor sean las capacidades económicas de la población podrá contarse con su participación en programas de desarrollo que se reflejen en mayor beneficio colectivo, mediante el liderazgo y la coordinación de las instituciones del sector público.
En este sentido, la investigación realizada en las localidades muestreadas, arroja como resultado ausencia de liderazgo del sector público ante la sociedad para incorporarla a participar activamente en los programas de desarrollo. En el cuadro número 138 puede observarse que independiente de los niveles de ingresos de la población, es realmente muy poca la proporción de personas que participan en programas de desarrollo, misma que asciende al 5.8% y por consecuencia el 94.2% no lo hace, quienes mayormente participan en programas de desarrollo son las personas que tienen un nivel de ingresos entre 2.1. y 3 salarios mínimos que no son los más altos. La apatía por participar en programas de gobierno parece ser general, estadísticamente no tiene relación con los niveles de ingreso, así lo demuestra la contrastación de hipótesis de independencia a través de chi-cuadrado y las medidas de simetría Phi y el Coeficiente de Contingencia (C), mismos que toman valores de 0.885 de significancia para el primer estadístico, muy por encima de 0.05, lo que acepta la hipótesis de independencia entre las variables, corroborándose por los otros dos indicadores que asumen valores de 0.087 ambos, mismos que están muy alejados de la unidad. (Cuadros 139 y 140).
La falta de participación de la sociedad en programas de desarrollo pudiera explicarse con base a decisiones personales o bien, a falta de intervención de quienes se encuentran al frente de las instituciones públicas para invitar a la población a incorporarse a las acciones gubernamentales.
En el caso de que fuera por decisiones propias, ello puede ser indicativo de falta de confianza en la población hacia las instituciones públicas o los gobernantes, cuestión delicada porque implica deterioro del capital social. En el caso de los datos arrojados por la investigación se observa que además de la posible falta de confianza de la sociedad hacia el gobierno, éste demuestra poco interés por incorporar a la población a los procesos de toma de decisiones en la promoción del desarrollo, independientemente del nivel de ingresos que ésta tenga. En el cuadro 141 se muestra que solamente el 17.5% de la población manifestó haber recibido invitación de parte del gobierno para organizarse y participar en algún programa de desarrollo, lo que ratifica la ausencia de liderazgo de la estructura institucional pública.
La población invitada por el sector público a participar en programas de gobierno en su mayoría obtiene ingresos de entre 3.1. y 10 salarios mínimos que además es el rango de ingresos más común en las localidades muestreadas en la región, lo que indica que la falta de invitación a la organización social es generalizada y no tiene relación con el nivel de ingresos.
7.3.1.2. Relación ingreso-organización social .
Esta relación confirma el deterioro de la estructura institucional, el incremento de la actividad económica al parecer no motiva la organización de la sociedad para promover el beneficio colectivo, solamente el 14.2% de la población participa en alguna organización social y de esta proporción solamente el 3.2% lo hace en alguna organización coadyuvante al desarrollo regional.
Como se mencionó con anterioridad la población se organiza atendiendo intereses particulares, incorporándose principalmente en estructuras de carácter gremial, político o camaral, siendo quienes obtienen ingresos en rangos que van de 2.1 salarios mínimos hacia arriba los que mayormente participan. (Cuadro número 142). Estadísticamente no se manifiesta relación directa entre las variables ingreso y organización social, ya que la contrastación de hipótesis de independencia así lo manifiesta al aceptarse la hipótesis nula a través de chi-cuadrado que asume un valor de significancia de 0.932 muy por encima de 0.05, con valores de simetría de Phi de 0.408 y Coeficiente de Contingencia (C) de 0.378. (Cuadros 143 y 144).
Con la información presentada se puede decir que la tendencia en la conformación de las estructuras emergentes institucionales en la región costa sur de Nayarit como consecuencia de la modificación en el modelo económico regional, van acusando debilidad en la organización para integrar al sector público con la sociedad en su conjunto, igualmente, la propia sociedad va perdiendo su capacidad de organización. Esta situación como ya se mencionó genera vulnerabilidad en la medida en que al no existir cohesión social ni liderazgo institucional, las posibilidades de promover iniciativas de desarrollo local son cada vez más reducidas.