Ulises Castro Álvarez
En este periodo se puede identificar tres fases en los modelos de desarrollo nacional: a) el final del modelo estabilizador, b) la transición hacia el modelo neoliberal y c) la consolidación del modelo neoliberal.
Los efectos de estos procesos en el estado de Nayarit se presentaron de acuerdo a las características de sus estructuras económicas y sociales, el diseño de la política de desarrollo estatal para el periodo 1980-2005 estuvo bajo la responsabilidad de cuatro administraciones gubernamentales encabezadas por: Emilio Manuel González Parra durante el periodo 1982-1987, Celso Humberto Delgado Ramírez en el periodo 1988-1993, Rigoberto Ochoa Zaragoza que tuvo la responsabilidad del ejecutivo estatal de 1994-1999 y Antonio Echevarría Domínguez en el periodo 2000-2005.
A Emilio M. González le correspondió cerrar la etapa del modelo estabilizador en su primer año de gobierno que correspondió al último de José López Portillo a nivel nacional e iniciar la era del neoliberalismo con el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, primer presidente de México de corte neoliberal. La etapa de transición al neoliberalismo podría ser identificada durante los periodos de gobierno de Celso Humberto Delgado Ramírez y Rigoberto Ochoa Zaragoza, llegando en pleno a partir del gobierno de Antonio Echevarría.
En 1982, el diagnóstico de la situación económica y social en la entidad se sintetizó en tres problemas fundamentales: a) Bajo nivel de ingreso, b) Deficiente distribución del ingreso y, c) Bajos niveles de bienestar. Las causas identificadas a estos problemas fueron: 1) Altos niveles de subempleo en el campo, 2) Bajo o nulo aprovechamiento de las ventajas comparativas de las actividades de ganadería, silvicultura, pesca, industria, minería y turismo, 3) Deficientes sistemas de comercialización, y, 4) Baja receptibilidad a los sistemas de producción comunal o asociada entre sectores público-privado-social, (IEPES, 1982).
La definición estratégica se orienta hacia la protección e incremento productivo del sector primario que en esa época absorbía el 60.3% de la población económicamente activa del estado, sector en el que también se registraba el mayor subempleo ( se estimaba del 69%), mientras que el sector servicios absorbía el 27.4% de la P.E.A. estatal y el 12.3% se encontraba en el sector industrial, (IEPES, 1982); sin embargo, se notaba preocupación por la diversificación productiva buscando promover actividades que tradicionalmente se encontraban con bajos o nulos niveles de dinamismo con el propósito de incrementar el empleo permanente, reducir el subempleo y mejorar el ingreso, el turismo empieza a ser motivo de interés para la estrategia de desarrollo.
En la estrategia se continua observando la intervención del Estado como eje para la promoción del desarrollo, sin embargo, las condiciones fueron cada vez menos favorables por la problemática fiscal del gobierno federal y las medidas de contracción del gasto público que iniciaron a través de la aplicación de las políticas de ajuste, estabilización y cambio estructural que a partir de 1983 se establecieron por la administración pública federal, situación que endureció la situación en el campo nayarita iniciando con procesos de emigración hacia las ciudades y a la búsqueda de empleo en el sector servicios.
El sector industrial durante el periodo recibió en promedio el 17.8% de la inversión pública ejercida, en los que se encuentran recursos que fueron aplicados en las primeras etapas de gestación de la construcción del Proyecto Hidroeléctrico de Agua Milpa, particularmente durante los dos penúltimos años de la gestión gubernamental.
De manera particular, respecto de las comunicaciones y transportes sobresale la construcción del Aeropuerto “Amado Nervo” de la ciudad de Tepic, que junto con rutas terrestres importantes como San Blas-Ixtapa, (perfilándose con ello el Corredor turístico San Blas- Vallarta), significaron acciones en apoyo al turismo, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1982, 1983, 1984, 1985 y 1986); particularmente las acciones de fomento al turismo se centraron en la consolidación de la infraestructura del Club de Golf Flamingos y del proyecto de Nuevo Vallarta, en los que se inicia la construcción de algunos hoteles de importancia. A finales de la gestión de González Parra, se estima que en estos dos proyectos se tenían registradas inversiones públicas superiores a los 13 195 millones de pesos y habían arribado alrededor de 4 100 millones de pesos de inversión privada.
Al inicio de gestión administrativa estatal de Celso Humberto Ramírez, el diagnóstico realizado definió la tendencia a la baja en el crecimiento económico y por consecuencia del nivel de bienestar social, lo que marca los efectos de la crisis económica de 1982 y las primeras medidas en la política de ajuste y cambio estructural iniciada por los neoliberales; en las que de inmediato se contemplaron una serie de restricciones en el ejercicio fiscal.
Se reconoce una disminución en el ritmo del Producto Interno Bruto (P.I.B.) con respecto al ritmo de crecimiento nacional, lo que acelera el proceso de migraciones del campo hacia la ciudad en tanto que las condiciones en el medio rural se agudizan por la reducción del gasto público, a pesar de ello, la Población Económicamente Activa (P.E.A.) continuaba ocupándose en mayor proporción en el sector primario pero con marcada tendencia hacia los servicios. El sector primario contribuía aproximadamente con cerca de una cuarta parte del P.I.B. de la entidad, generando empleo para alrededor de dos quintas partes de la P.E.A., (Gobierno del Estado de Nayarit, 1988, p.17).
Por esta razón, el sector primario continuó siendo el prioritario en la atención de la estrategia de desarrollo durante el periodo del gobernador Delgado Ramírez, la industrialización continuó dependiendo de las actividades agropecuarias, forestales y pesqueras, siendo las más importantes el desvenado de tabaco y la fabricación de cigarrillos, la elaboración de harina de maíz, la producción de azúcar y la industria de la construcción, complementando la planta industrial pequeños talleres y microindustrias.
En este contexto el diseño de la política de desarrollo para el periodo 1988-1993, se llevó a cabo bajo un concepto de integralidad con cuatro componentes básicos que conformaron la estrategia: a) Desarrollo Social, b) Desarrollo Económico, c) Descentralización, Desarrollo Regional y Fortalecimiento Municipal, y; d) Desarrollo Político Institucional. (Gobierno del Estado de Nayarit, 1988).
En materia de desarrollo económico, la estrategia definida se orientó significativamente hacia la diversificación de la estructura económica y el equilibrio regional, para ello se consideraron como elementos: El desarrollo rural, el desarrollo industrial, el desarrollo comercial, el desarrollo turístico y el desarrollo de los transportes y comunicaciones. Cabe hacer notar que durante el periodo del gobernador Delgado Ramírez, se enfatiza el aspecto regional como elemento clave en el desarrollo y el turismo como alternativa para la promoción del desarrollo de Nayarit asume prioridad.
Para el sector turístico se consideró la integración de polos de crecimiento concretamente en Nuevo Vallarta, San Blas, Mexcalititán, Novillero, Tepic, San Pedro Lagunillas, Santa María del Oro, Amatlán de Cañas y la Sierra, acompañados de fuertes campañas publicitarias con la participación de empresarios privados.
Nuevamente la agricultura de contrato y de enclave representada por el tabaco y la caña de azúcar resultan muy relevantes en la dinámica económica del estado, aunque con grandes contradicciones que apuntalaron la reprivatización de la actividad tabacalera en Nayarit favorecida por la política neoliberal y por los crecientes conflictos en la comercialización de la producción de caña de azúcar.
Sin embargo, la operación de la política neoliberal a nivel nacional otorgó algunas ventajas en la instrumentación de la política de desarrollo estatal durante el periodo, tal es el caso de los acuerdos nacionales que permitieron la construcción de la Autopista Tepic-Plan de Barrancas que posteriormente se completó hasta Guadalajara, en los que se practicó la participación de la iniciativa privada en la construcción de carreteras, acción sin precedentes en la historia de México y a nivel local se establecieron los acuerdos en los mismos términos para la construcción de la Autopista Tepic-Crucero de San Blas.
A finales de la administración de Celso Humberto Delgado Ramírez, la situación en el campo se complica con la reprivatización del tabaco, problemática que se reflejó en la reducción de la superficie plantada pasando de casi 35 000 hectáreas y alrededor de 17 000 productores habilitados, a cerca de 4 500 hectáreas y 7 900 productores habilitados reduciéndose sobremanera los niveles de circulación financiera y dinámica en las zonas agrícolas que tradicionalmente se dedicaban a este cultivo, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1993).
Tal situación llevó a la búsqueda de alternativas para la diversificación productiva lo que originó la iniciativa de gestión de la transferencia de los derechos del Fideicomiso Bahía de Banderas (FIBBA) por parte del gobierno federal al gobierno del estado, hecho consumado que marcó la pauta para centrar la promoción del turismo como estrategia de desarrollo para el estado de Nayarit con localización en Bahía de Banderas, favoreciendo la inversión para la consolidación de los proyectos de Flamingos Nayarta y Nuevo Vallarta, en los cuales para esas fechas ya se iniciaba el proceso de inversión privada en proporciones de uno a ocho con respecto de la inversión pública, lo que se manifiesta en el crecimiento de la infraestructura hotelera con la construcción de 825 cuartos de tres, cuatro y cinco estrellas así como el inicio de los proyectos de Costa Banderas y Four Seasons (Gobierno del Estado de Nayarit, 1993).
Un hecho importante durante el periodo de Delgado Ramírez se manifiesta en la constitución del municipio de Bahía de Banderas, lo que políticamente instaura la diferenciación de una región con características particulares orientadas hacia la promoción de la actividad turística.
Durante el periodo de gestión de Rigoberto Ochoa Zaragoza, la política de desarrollo se alineó a las directrices nacionales. La definición de la política de desarrollo se inicia con la utilización de conceptos tales como modernización para desafiar los retos que la globalización económica y se enfrentan los grandes problemas ocasionados por la crisis nacional de 1994, acompañada por la puesta en operación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los problemas políticos de Chiapas.
La interpretación de modernización refleja claramente la orientación neoliberal al incluir en ella elementos como la ampliación y mejoramiento de la infraestructura para hacer frente a la apertura comercial, la eliminación de obstáculos y regulaciones como limitantes de los sectores productivos y el reconocimiento de que el desarrollo en el mundo moderno no puede ser resultado solamente de las acciones del Estado, sino también de la participación amplia de los particulares, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1994).
El diagnóstico formulado al inicio de la administración de Ochoa Zaragoza establece nuevamente al sector agropecuario como el más importante al estimar su participación en el P.I.B. en un monto equivalente al 22% del total con una dependencia de siete cultivos: maíz, frijol, sorgo, caña de azúcar, mango, plátano y tabaco que en conjunto integraban el 83% de la producción agrícola de la entidad, a pesar de que el tabaco registraba tendencia acelerada a la baja registrando para el ciclo 1991/1992 una superficie plantada de 13 600 hectáreas, lo que significaba un poco más de la tercera parte de lo que se plantaba en 1988, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1994).
Al considerar las nuevas condiciones de competencia internacional a partir de la entrada en vigor del TLCAN, el gobierno del estado decidió complementar la política y estrategia general de desarrollo mediante la formulación de un “Estudio de Gran Visión” que arrojara elementos adicionales no contemplados en el Plan Estatal de Desarrollo para orientar los esfuerzos de promoción del desarrollo. Este instrumento puso de relieve de nuevo la problemática estructural del estado de Nayarit, identificandola en los siguientes puntos: 1) Escaso desarrollo de la capacidad empresarial de los nayaritas, 2) Atraso en la organización económica que integre los procesos productivos y comerciales de la entidad, 3) Problemas de la tenencia de la tierra, 4) Falta de una política clara de apoyos y estímulos por parte del gobierno federal y un compromiso más efectivo del gobierno estatal en sus áreas de competencia, 5) Carencia de recursos humanos calificados, 6) Intransigencia sindical, y; 7) Extrema politización en sectores sociales que atienden aspectos diferentes a la competitividad y la productividad.
Estos factores fueron considerados como los elementos condicionantes del desarrollo y explicativos de que la economía girara en torno a la agricultura, la agroindustria y los servicios que de ellas dependen, con incapacidad para desplegar la industria manufacturera competitiva tanto a nivel nacional como internacional, (IMIT, 1994).
La sugerencia estratégica derivada del estudio de gran visión se centró en los siguientes aspectos considerando el potencial natural: promover para la región costa norte se orientaran los esfuerzos a la producción de hortalizas, frutales y oleaginosas reconvirtiendo las superficies utilizadas para la producción de tabaco hacia este tipo de cultivos e integrar agroindustrias para generar valor agregado así como la posibilidad de abastecer la actividad turística a desarrollar en la costa sur, la industria ligera deberá aprovechar las condiciones de la región centro que cuenta con instalaciones y servicios apropiados, mientras que la sugerencia para la región sur y sierra se centró en la floricultura y ganadería para la primera y la ganadería y silvicultura para la segunda, (IMIT, 1994).
Durante el periodo de gobierno de Ochoa Zaragoza, se equilibraron las relaciones entre las empresas tabacaleras y los productores incrementándose la superficie plantada a un poco más de 20 000 hectáreas con apoyo de habilitación a poco más de 11 000 productores, favoreciéndose los flujos financieros hacia el campo, por otra parte, se concluye y pone en operación la presa de Aguamilpa y se construye la presa derivadora de San Rafael, lo que permitió controlar las avenidas del río Santiago reduciendo el riesgo de inundaciones en las zonas bajas aguas abajo y aprovechar mayor volumen de agua para el riego de tierras agrícolas, adicionalmente se inicia el programa de Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE) como instrumento de las reformas realizadas al artículo 27 constitucional con respecto a la tenencia de la tierra, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1994b y 1995).
La industria no sufrió grandes cambios en el renglón de manufacturas, sin embargo, la estrategia de apertura comercial y de capitales impulsada por el gobierno federal, creó las condiciones para que en Nayarit se promoviera el establecimiento de maquiladoras de industria ligera tales como industria de la confección y de la madera, la industria de la construcción se dinamizó a partir de la construcción de la Presa el Cajón, la planta hotelera en la costa sur, el impulso a los programas de vivienda y las carreteras. Particularmente las rutas carreteras construidas fueron la continuación de los trazos de la autopista Crucero de San Blas- Límites con Sinaloa, algunos puentes sobre las carreteras clave en las zonas de mayor producción agrícola como son los municipios de Santiago Ixc., y Tecuala y en especial el tramo de Boulevard Crucero Punta de Mita-Puerto Vallarta que vino a impulsar aún más el crecimiento turístico en la costa sur del estado.
La terciarización de la economía nayarita sufrió una aceleración al disminuir la dinámica en el sector primario y estancamiento del sector secundario, el turismo emerge con fuerza en la costa del sur, a finales del segundo año de gobierno de Ochoa Zaragoza, se estimaba que esta actividad absorbía el 21% de la población económica activa (P.E.A) del estado, contabilizándose un total de 8 594 cuartos de hotel en las diferentes categorías y un crecimiento estimado de la industria restaurantera del 8% y del 17% de la demanda turística, en 1996 se determina por los gobiernos federal y estatal consolidar a Nuevo Vallarta junto con Puerto Vallarta como uno de los tres polos de desarrollo turístico más importantes del país.
Para mediados de esta administración gubernamental del estado, los efectos de la promoción del destino turístico se manifestaba en una ocupación hotelera del 96% en la zona de Bahía de Banderas, se fortalece la promoción internacional, principalmente hacia Estados Unidos y Canadá y en menor medida a Europa utilizando los recursos del Fondo Mixto para la Promoción Turística, instrumento creado de manera bipartita entre el sector público y el sector privado, a finales de la administración se inventariaba un total de 9 049 cuartos de hotel, concentrados fundamentalmente en Bahía de Banderas, consolidándose los proyectos de Mayan Palace, Paradise Village, Decamerón y otros, el número de visitantes ya se contaba en más de 1 millón quinientos mil, (Gobierno del Estado de Nayarit, 1994b, 1995, 1996, 1997, 1998 y 1999).
Durante este periodo el modelo de desarrollo estatal no se modificó, continuó basado en la intervención estatal a través de la inversión pública que se reduce de manera drástica a partir de los lineamientos de restricción presupuestal dictados por el gobierno federal, la dinámica económica se establece a partir de grandes obras de infraestructura promovidas por el propio gobierno federal, sin que tengan repercusiones significativas en desarrollos tecnológicos, innovación, integración de cadenas productivas, o en general, en surgimiento de nuevas actividades económicas para fortalecer el empleo y el ingreso, la estructura económica comienza a modificarse perdiendo gradualmente peso específico en la producción tanto el sector primario como el secundario.
Posteriormente a la administración gubernamental de Rigoberto Ochoa Zaragoza, asume el cargo de ejecutivo estatal Antonio Echevarría Domínguez, quien tiene como responsabilidad gobernar durante el periodo de 2000 a 2005, coincidiendo con el último año de Ernesto Zedillo Ponce de León en el gobierno federal y los primeros cinco años de Vicente Fox Quesada, lo que en términos del modelo nacional podría decirse que durante este periodo se encuentra en pleno el modelo de desarrollo neoliberal mismo que en Nayarit tuvo sus características muy particulares.
Echevarría Domínguez parte de un diagnóstico que reconoce una estructura económica de escaso desarrollo, basada en la explotación de los recursos naturales con procesos productivos tradicionales y atrasados en la agricultura, ausencia de industria manufacturera de alta competitividad y una tendencia creciente de las actividades terciarias, basadas principalmente en el comercio no moderno surgidas de sectores desplazados de la agricultura.
Se identifica heterogeneidad en el desarrollo de las regiones que conforman el estado y por consiguiente desigualdades marcadas hacia el interior, igualmente, se plantea desintegración regional en el contexto nacional al observarse desarticulación económica con los estados vecinos de Sinaloa y Jalisco. El potencial natural no se ve reflejado en la productividad y el nivel de vida de la población, (Gobierno del Estado de Nayarit, 2000).
El deterioro del nivel de vida en el campo de Nayarit, acrecentó la migración de la población hacia la ciudad, situación que se manifiesta en el diagnóstico realizado al señalar que del total de localidades existentes en Nayarit que ascendían a 2 627, solamente 22 concentraban el 55% de la población, mientras que en el 78% de las localidades se registraba un rango de población que va de 1 a 99 habitantes, lo que originó concentración y dispersión a la vez, crecimiento anárquico de los principales centros urbanos y por tanto rezago en la dotación de servicios básicos, (Gobierno del Estado de Nayarit, 2000).
Se consigna la falta de productividad general y sus posibles repercusiones ante la globalización económica, particularmente en el caso de la agricultura en la que en gran medida en el año 2000 tenía y sigue teniendo hasta la fecha un gran peso la producción de granos básicos.
En el objetivo general de la política de desarrollo, se aprecia la alineación a las políticas establecidas por el gobierno federal en relación a la apertura del comercio y el capital, es decir se marca la pauta para la promoción del desarrollo a partir del ahorro externo a la Entidad, lo que de entrada condiciona las posibilidades de autocentrarlo, lo que además de la dependencia sobre la inversión pública, crea una dependencia adicional de la inversión privada externa.
En este contexto se plantean cuatro elementos de política para el desarrollo: a) La política social, b) La política económica, c) La política interna y d) La política administrativa, (Gobierno del Estado de Nayarit, 2000).
Se enfatiza más en la política económica, los aspectos que la definieron para el periodo 2000 a 2005 de la siguiente manera: Definir áreas y sectores estratégicos para el desarrollo, fundamentalmente las de turismo, pesca y acuacultura, agroindustria alimentaria, ganadería y silvicultura e industria maderera, Desarrollar la infraestructura económica para impulsar la realización de la vocación productiva de la entidad, Establecer políticas económicas adaptadas al desarrollo de la entidad y coordinadas con las políticas del gobierno federal, Fomentar el desarrollo regional y urbano bajo el enfoque del desarrollo articulado de Nayarit, Impulsar nuevas formas de desarrollo intersectorial más equilibradas que incluyan no sólo al sector terciario, sino también a los sectores agropecuario e industrial, Buscar sinergia de los sectores productivo, gubernamental y educativo, Establecer esquemas modernos y funcionales para la defensa de los precios de los productos de Nayarit, Garantizar el aprovechamiento racional de los recursos naturales y de la biodiversidad para su conservación, Establecer nuevas fórmulas de financiamiento para aprovechar el ahorro estatal, (Gobierno del Estado de Nayarit, 2000).
En síntesis la política económica planteada para normar las acciones de gobierno de la gestión gubernamental de Echevarría Domínguez se basaba en la diversificación de la actividad económica, sin embargo, diversas líneas de estrategia rebasan las posibilidades de la administración pública poniéndolas en tela de juicio en cuanto a su instrumentación y cumplimiento.
La aplicación de esta política se llevó a cabo mediante una estrategia de trabajo con grupos empresariales locales y nacionales, fomentando el crecimiento del comercio y el turismo. En el resto de las actividades económicas se continuó con los programas federales.
La industria manufacturera no tuvo cambios manteniendo su estructura agroindustrial dependiente de la agricultura, la construcción se dinamizó con los programas de vivienda impulsados por el gobierno federal, la construcción de la presa El Cajón y la construcción de la maxipista Crucero de San Blas- Límites con Sinaloa, en la región de Bahía de Banderas se concluyó y puso en operación el Boulevard Cruz de Huanacaxtle-Río Ameca y continuó la construcción de la planta hotelera, de vivienda e infraestructura básica.