Tito Bonifacio Hernández Hernández
"El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho."
Wayne W. Dye
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El desarrollo sustentable se plantea como la alternativa más factible para enfrentar la problemática ambiental y mantener el crecimiento económico. Sin embargo, hacerlo realidad es complejo y demanda la participación de múltiples actores y la contribución de todas las disciplinas científicas.
Ante esta situación, la Comunicación debe contribuir con acciones concretas que incidan en el impulso de la sustentabilidad, siendo una de ellas la búsqueda de una comunicación para el desarrollo sustentable.
La intención de este trabajo, es precisamente contribuir a esa búsqueda, la cual, desde nuestra perspectiva, debe partir de una reflexión profunda de lo hecho hasta ahora en tres cuestiones: lo comunicacional, lo ecológico y lo económico. Esto porque se siguen haciendo las cosas tal como siempre se han hecho, como es:
En lo comunicacional, a todos los niveles, se mantiene la práctica predominante de una comunicación vertical, unidireccional, persuasiva, manipuladora, subordinadora, dominante y excluyente. Además, no aparece como prioritaria para el gobierno y el campo mexicano de la comunicación, la formación profesional, la investigación, la enseñanza y la práctica de una comunicación para el desarrollo.
Sin embargo, pocas son las iniciativas y acciones que surgen para tratar de remediar tal situación, proviniendo estas de la sociedad civil (grupos y personas en lo individual), mientras las instituciones, gubernamentales y educativas, siguen haciendo las cosas tal como siempre las han hecho.
En lo ecológico, se pretende involucrar a la población en el desarrollo sustentable, mediante campañas mediáticas de llamados de conciencia; incluyendo la ecología como asignatura en las escuelas; realizando campañas de limpieza de bosques, ríos y lagunas; así como efectuando algunos proyectos sostenibles aislados. Esto no es suficiente, sobre todo en las zonas rurales, donde se localizan los principales recursos naturales que hay que cuidar y explotar sustentablemente.
Para implicar a la población, de las áreas referidas, en los programas gubernamentales de combate a la contaminación ambiental, es necesario, entre otras cuestiones, aplicar políticas participativas y proyectos sustentables que remuneren a la comunidad involucrada, para garantizar de esta manera su participación en las tareas de conservación. Pero esto no sucede, las instituciones siguen haciendo las cosas tal como siempre las han hecho.
En lo económico, se observan dos cuestiones básicas:
1. Se persiste en continuar aplicando las políticas desarrollistas diseñadas por las agencias internacionales de desarrollo, cuando, por ejemplo, la
República Popular China lo primero que hizo, fue negarse a acatar las directrices de estos organismos multilaterales y hoy es, en tamaño, la cuarta economía del mundo. Asimismo, ha mantenido, durante los últimos veinticinco años, un crecimiento económico constante de más del nueve por ciento anual.
2. Los proyectos de desarrollo que se implementan en México, en el medio rural, desde hace varias décadas, son impuestos por las autoridades gubernamentales a las comunidades, resultando por ello ajenos a la realidad de las mismas. En muchos casos, los proyectos para el desarrollo comunitario, son elaborados de manera irresponsable, en la medida en que no se involucra a la población, no se investiga, ni se realiza estudio o diagnóstico alguno para sustentarlos y cuando se parte de alguna información, esta es obsoleta e incompleta, además, quienes los formulan, con sus excepciones, no tienen la suficiente experiencia y la especialización correspondiente. Asimismo, no existe coordinación entre las dependencias gubernamentales encargadas de ejecutar acciones de desarrollo en las comunidades, por lo que terminan disputándose a la población de las mismas, mediante el otorgamiento, a los miembros de estas, de dadivas (despensas, dinero y otros), lo cual ocasiona corrupción y paternalismo. La situación no ha cambiado, esta práctica continua hasta nuestros días.
Ante este panorama, el trabajo que presento, tiene; en primer lugar, el propósito de salirse del círculo vicioso de “más de lo mismo” y abandonar los muros universitarios para situarse en el ámbito de la práctica, así como atreverse a ver de manera distinta lo que muchas miradas perciben de forma hegemónica.
En segundo lugar, se busca la manera de concretar una comunicación participativa para el desarrollo sustentable, es decir, como aplicar acciones comunicacionales para atender la problemática económica-ambiental, principalmente la del medio rural.
En tercer lugar, aportar un ejemplo concreto de aplicación de una comunicación para el desarrollo. Para tal efecto se investigó la comunidad agraria de Xico, misma que se toma como base para construir dicho ejemplo.