Socorro Moyado Flores
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Lo anterior, nos permite demostrar que propiciado por el servicio civil de carrera, durante 2004 y principios de 2005, el Senado de la República adquirió un ritmo muy intenso en cuanto a capacitación-evaluación. Se planearon y organizaron los tiempos para que durante el cambio de legislatura de septiembre de 2006, ya se contara con un servicio civil consolidado.
Podemos afirmar que el proceso de aprendizaje para la gran mayoría del personal de mando medio de la Cámara, se incrementó en cien por ciento. En general, durante los eventos de capacitación y los meses posteriores se percibió una mayor integración del personal en las distintas áreas, los talleres permitieron identificar con mayor precisión que hacía quién y dónde se ubicaba físicamente.
Este nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje que en el Senado se inició, se resume en la tabla no. 9, en la que se expresan las 746 horas de capacitación aproximadamente, y en la que casi 200 personas susceptibles de incorporarse al servicio, participaron en más de un evento. La capacitación se conformó desde una maestría en Derecho (9 personas participaron en el proceso del servicio), hasta talleres muy orientados a las funciones específicas de las áreas. Se propicio con ello, el aprendizaje organizacional desde las relaciones interpersonales, hasta el aprendizaje de conceptos básicos sobre el Senado.
Las calificaciones de las cuatro evaluaciones se muestran en la gráfica no. 7.
Como se observa en la gráfica 7, los resultados favorecen a las áreas administrativas, éstas obtuvieron los mejores promedios, la más alta fue para la Dirección de Pago a Senadores (90.18%), le siguen la Unidad de Transparencia y Acceso a la Información (90.09%) aunque cabe destacar que de estas dos áreas únicamente participaron en las evaluaciones dos personas por cada una. Recursos Humanos aparece en el tercer lugar (89.90%), pero con un número significativo de 20 servidores públicos de mando medio y superior.
Los promedios más bajos los obtuvieron las áreas parlamentarias, Asuntos Legislativos (80.48%) y la Consultoría Jurídica Legislativa (81.11). Le sigue la Coordinación de Asuntos Internacionales y Relaciones Parlamentarias con 83.18% y los Secretarios Técnicos con 83.90%, quienes representan el cuerpo técnico de apoyo más cercano a los Senadores.
De estos resultados, el Centro de Capacitación y la Secretaría General de Servicios Administrativos determinaron la incorporación de 105 (53.6%) servidores públicos de los 196 que terminaron el proceso. El principal motivo por el que más de la mitad no logró incorporarse fue por la falta de un titulo profesional que avalara su posición en la estructura ocupacional y que de acuerdo con el Catálogo de Puesto, éste era un requisito indispensable.
En términos proporcionales, tanto las áreas administrativas como en las sustantivas, sólo la mitad del personal que inició el proceso logró incorporarse al servicio civil y recibieron su nombramiento. En la gráfica 8 se muestra el número de nombramientos como servidores públicos de carrera recibidos por área.
De acuerdo con la información de la gráfica anterior se puede observar que del grupo de secretarios técnicos que iniciaron (35) y terminaron el proceso (25), sólo 18 lograron cumplir con todos los requisitos y obtener su nombramiento. Por otro lado, un caso lamentable fue el de la coordinación del cuerpo técnico profesional que ocupó en la mayoría de las evaluaciones un lugar entre los mejores y sin embargo, por no contar con el título profesional, no pudo incorporarse al servicio civil.
En resumen, la gráfica no. 9 da cuenta de la proporción entre secretarías generales: administrativa y parlamentaria, así como la distribución de los órganos técnicos.
La proporción que se presenta de la gráfica anterior en la que la Secretaría General De Servicios Administrativos obtuvo el 49.52% del total de los nombramientos, la Secretaría General de Servicios Parlamentarios 17.14% y los Órganos Técnicos el 35.33%, nos da elementos para señalar que con el servicio civil de carrera debieran fortalecerse las funciones sustantivas (parlamentaria y legislativas), ya que son quienes apoyan directamente la función de los legisladores.
No obstante, el personal que no se incorporó al servicio, no fue separado de sus puestos y conforme a las reglas establecidas, estas personas tendrían un plazo máximo de dos años para titularse a partir de que iniciaron las evaluaciones. El Centro de Capacitación les asistió de diferentes formas y se llevaron a cabo distintas estrategias. Se buscó a las instituciones académicas de las que habían egresado para aprovechar los distintos programas de titulación con los que cuentan, la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, así como otras universidades y centros educativos a los que el Centro de Capacitación acudió, o bien, directamente los servidores públicos asistieron.
Además, se propuso un esquema de certificación de competencias laborales para 31 personas que no contaban con un grado académico, o que en su caso, ni siquiera concluyeron el bachillerato. Los resultados fueron positivos, ya que estas personas podrían formar parte del servicio civil antes de que venciera el plazo de los dos años (julio de 2006).
En resumen, la idea y la orientación fueron hacia la generación de enseñanza-aprendizaje, aunado a la generación de conocimiento organizacional y por supuesto al aprendizaje individual para que a su vez se difunda en toda la Cámara de Senadores.