CAPÍTULO 4. PROPUESTA DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN EL SERVICIO CIVIL DE CARRERA DE LA CÁMARA DE SENADORES

Hemos revisado en los capítulos anteriores la parte conceptual del aprendizaje organizacional, la gestión del conocimiento y el servicio civil y sus principales resultados hasta el momento. Lo que se trata en este apartado es de sistematizar estos conceptos y vincularlos para conformar una propuesta de gestión del conocimiento en una institución pública gubernamental con características peculiares como es el Senado de República.

Para ello, se retoman los procesos de profesionalización que representan las formas de aprendizaje sistemático organizado en un modelo de competencias laborales y se relacionan con las herramientas de informática que han sido desarrollas en el servicio civil, así como su vinculación con la evaluación del desempeño como parte del seguimiento y de medición de los posibles cambios.

4.1. Elementos básicos para la aplicación de la gestión del conocimiento en el Servicio Civil de la Cámara de Senadores

Después de la descripción y análisis de los capítulos anteriores, a continuación se presenta la propuesta de cada una de las etapas del modelo para la Cámara de Senadores, cuya base principal es el esquema del servicio civil de carrera, que está orientado fundamentalmente al aprendizaje organizacional y a la utilización de los medios tecnológicos que podrían coadyuvar a su implantación.

Si consideramos los modelos antes descritos, podemos asegurar que es posible esta propuesta de gestión del conocimiento para la Cámara, ya que se han seguido pasos estructurados semejantes y que están dando resultados.

Como se observa en el diagrama No.9, el diseño y operación del servicio civil ha sido posible gracias al consenso de partidos políticos para su implantación como una política de gobierno que permitiera conformar un cuerpo de personas especializadas con las que debe contar toda comunidad política moderna para realizar sus funciones legislativas.

Para ello fue necesario redactar un documento que formalizara normativamente al servicio, así como los lineamientos secundarios que integraran las reglas de operación para su implantación.

La base de este proyecto la constituyó el capital intelectual de la Cámara, ya sea por cuestiones políticas o bien porque se valoró, como lo destaca Edvinsson Leif y Michael S. Malone, que en este capital reside el conocimiento y que sería una gran oportunidad de institucionalizar y dar estabilidad a los procesos legislativos en los cambios de gobierno.

Pero no sólo es el capital intelectual, sino éste junto con los procesos y la tecnología como lo destaca Peluffo A. y Catalán Edith, así como Pavez Salazar en sus respectivos modelos, y sobre todo las estrategias o mecanismos de capacitación y formación permanente que permite la generación de conocimiento, o bien el intercambio del conocimiento tácito para convertirlo en explícito, según Nonaka, así como la evaluación del desempeño como herramienta para medir y dar seguimiento al modelo.