Tesis doctorales de Ciencias Sociales

CAPITAL ESPECULATIVO Y CRISIS BURS�TIL EN AM�RICA LATINA. CONTAGIO, CRECIMIENTO Y CONVERGENCIA. (1993 - 2005)

Samuel Immanuel Brugger Jakob





Esta p�gina muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse la tesis completa en PDF comprimido ZIP (241 p�ginas, 1.62 Mb) pulsando aqu�

 

 

 

1.2.2. La ruptura de Bretton Woods y su impacto en Am�rica Latina

La d�cada de los setenta del siglo pasado fue pr�cticamente de total desorden por la especulaci�n en el SFI. La salida de d�lares y la balanza comercial negativa de Estados Unidos se agudizaron en 1971 y en mayo de ese a�o la Rep�blica Federal Alemana, los Pa�ses Bajos y la Confederaci�n Helv�tica dejaron la paridad de sus monedas con el d�lar y pasaron a un sistema de tipo de cambio variable, en el que el mercado fijara libremente la paridad. Para agosto del mismo a�o se increment� a�n m�s la especulaci�n contra el d�lar, por lo que el 15 de ese mes el presidente Nixon declar� la inconvertibilidad del d�lar en oro u otros activos de reservas. Trat� de equilibrar su balanza de pagos mediante un impuesto del 10% a las importaciones, redujo el gasto p�blico y congel� los precios por tres meses. El d�ficit estadounidense provoc� una abundancia de medios de pagos internacionales, d�lares que no se invirtieron, sino que se destinaron a la especulaci�n en colocaciones financieras de corto plazo. El mercado del eurod�lar realiz� las operaciones de intermediaci�n y financiamiento en d�lares procedentes del d�ficit estadounidense. Los agentes fueron principalmente empresas y bancos transnacionales (Correa, 1998).

Aunque se trat� de salvar el modelo de patr�n oro, el sistema propuesto en Bretton Woods muri� el 15 de agosto de 1971. Por un lado, Estados Unidos acept� que ya no estaba en disposici�n de comprar y vender oro a 35 d�lares la onza y que ya no era posible la convertibilidad del d�lar en oro. Por otro lado, la decisi�n unilateral de Estados Unidos provoc� el derrumbe del sistema de paridades fijas. Las mayores econom�as del mundo, representados en ese entonces por el G-10, y el Instituto Smithsoniano de Washington trataron de restablecer el sistema de cambios fijos devaluando el d�lar en 8.5%, lo que increment� el precio por onza de oro de 35 a 38 d�lares, y revaluando las divisas europeas. Esta medida dur� hasta junio de 1972, cuando Gran Breta�a no pudo sostener los tipos de cambio acordados y tuvo que cambiar a tipos de cambio variables. En enero 1973 le sigui� Italia, y posteriormente las dem�s econom�as industrializadas cambiaron sus tipos de cambio para contener los flujos de capital especulativos. Se intent� salvar por segunda vez el modelo devaluando el d�lar en m�s de 11% e incrementando el precio de la onza de oro a 42 d�lares. Adem�s, se incrementaron las bandas de flotaci�n de 1 a 2.5% hacia ambos lados. Para incrementar el apoyo al sistema, se intent� incluir al C-20 para su reforma; sin embargo, desde su creaci�n el C-20 encontr� muchos desacuerdos entre sus miembros para elaborar un proyecto de reforma.

Las modificaciones que sufri� el mercado financiero internacional en los setenta generaron una amplia oferta de cr�dito disponible para la periferia. Los eurocr�ditos se convirtieron en un fabuloso instrumento para canalizar fondos a los pa�ses del Sur, precisamente porque permitieron distribuir el riesgo entre un gran n�mero de bancos y porque fue una t�cnica de pr�stamo que disminuy� notablemente los costos bancarios (Correa, 1998). Adem�s el incremento de petrod�lares38, es decir d�lares estadounidenses obtenido a trav�s de la venta de petr�leo, increment� sustancialmente a partir de 1973. Pero no s�lo el petr�leo gener� ingresos significantes a las econom�as africanas y latinoamericanas. Hubo un incremento sustancial en pr�cticamente todas las materias primas que se exportaban lo que gener� enormes flujos de divisas hacia estos pa�ses. El incremento de la liquidez provoc� un incremento en la participaci�n del financiamiento privado en los mercados internacionales. Seg�n datos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF, 2003; Sevares, 2007), el flujo de capitales neto del sector privado para la periferia se increment� de pr�cticamente cero en 1978 a 70 mil millones en 1982. Los bancos, por su parte, no s�lo aumentaron sus pr�stamos sino que comenzaron a presionar a los pa�ses perif�ricos para que se endeudaran (Sevares, 2007).

Paralelamente, los agentes financieros adoptaron conductas agresivas para la colocaci�n de los fondos, pero no tomaron adecuadamente en cuenta los riesgos de insolvencia y permitieron el endeudamiento insustentable de pa�ses y empresas. Esto origin� que en la d�cada de los ochenta el balance neto del flujo de capitales fuese negativo en tres puntos del PBI de Am�rica Latina. Pr�cticamente, todos los flujos de capitales se fueron al Norte; es decir, los pa�ses del Sur financiaron a los pa�ses del Norte.

La especulaci�n provoc� una nueva era de crisis: la Crisis de la Deuda. Se considera la suspensi�n de pagos de M�xico, en agosto 1982, como el comienzo de la crisis, ya que fren� la expansi�n de las instituciones financieras internacionales (Correa, 1998). Sin embargo, su origen tuvo un comienzo en Estados Unidos desde la �poca de los setenta, cuando los bonos del tesoro ofrec�an tasas reales negativas. A finales de esa d�cada, Estados Unidos us� una pol�tica monetaria restrictiva para reducir la inflaci�n, incrementando as� las tasas de inter�s y la revaluaci�n del d�lar. Esto gener�

que los flujos de capital fluyeran hacia dicho pa�s: �Se ha estimado que la fuga de capitales de Argentina entre 1980 y 1984 fue de alrededor de 16 mil millones de d�lares [...] de 40 mil millones de d�lares de M�xico y de 27 mil millones de d�lares de Venezuela� (Gir�n, 1995:59). Entre 1980 y 2004, por deuda de largo plazo p�blica y privada y por inversiones extranjeras, Am�rica Latina ha exportado flujos de capital por un total de 139, 300 millones de d�lares (Ugarteche, 2006).

La crisis de la deuda se trat� de solucionar con el Plan Brady -sucesor del Plan Baker, el cual redujo el saldo de la deuda a la mitad, una vez que el servicio de la deuda hubo cubierto el saldo de la deuda m�s de lo necesario, bajo la forma de un pago mayor de los intereses totales en cada ronda. Si Brady no hubiese sugerido un plan para reducir el saldo de la deuda a valores del mercado, que la redujo en aproximadamente en 55% y disminuy� las tasas de inter�s al 4%, la deuda no habr�a sido manejable (Ugarteche, 2006).

El mecanismo de reprogramaci�n que se aplic� fue iniciado con la asistencia del FMI, sin que la instituci�n se pronunciara para hacer frente com�n con el deudor por el problema generado externamente que estaba afectando negativamente la marcha econ�mica de los pa�ses. Si el objetivo del FMI era mantener la estabilidad internacional, el resultado fue ambiguo, ya que si bien impidi� una posible crisis bancaria en Estados Unidos, por otra parte empuj� a Am�rica Latina y al �frica a una depresi�n (Ugarteche, 2006).

La pol�tica del FMI busc� crear estabilidad bancaria, en especial en Estados Unidos, con el fin de mantener la estabilidad mundial. Otra vez trat� de eliminar los s�ntomas en vez de curar al SFI de su enfermedad. Se preocup� por imponer pol�ticas de ajuste y enfrentar los altos costos de la deuda, en vez de solucionar los or�genes de la especulaci�n que generaron las tensiones monetarias internacionales. Las pol�ticas del FMI no abordaron los problemas de la libre circulaci�n de los flujos de capital, de las altas tasas de inter�s internacionales y de los precios en baja de las materias primas, sino que se concentraron, en cambio, en el Estado como asignador ineficiente de recursos, y pidi� el cambio del modelo de sustituci�n de importaciones seguido durante d�cadas por los pa�ses latinoamericanos.

1.2.3. Los inicios de la nueva gobernanza financiera: el �Consenso de Washington�

En noviembre de 1989, John Williamson �apoyado por Richard Feinberg, Stanley Fischer y Allan Meltzer� formul� un dec�logo de puntos que hoy se conocen como el �Consenso de Washington�. El documento originalmente llevaba el nombre de �What Washington Means by Policy Reform�, que puede traducirse como �Lo que Washington quiere decir por reformas pol�ticas�. Williamson defini� el dec�logo como una lista de diferentes puntos econ�micos que consideraba que todos -en mayor o menor grado - en Washington estar�an de acuerdo.

Originalmente, el paquete de medidas propuestas por Williamson estaba pensado �nicamente para la regi�n latinoamericana, pero pronto se volvi� un dec�logo universal. Las pol�ticas del Consenso de Washington de Williamson �expresi�n del pensamiento neoliberal de Bauer, consist�an de disciplina fiscal, reordenamiento del gasto p�blico, reforma tributaria, liberalizaci�n financiera, tipo de cambio competitivo, apertura comercial, liberalizaci�n de la inversi�n extranjera, privatizaciones, desregulaciones y derechos de propiedad (Williamson, 2004).

En el caso latinoamericano, es importante ver c�mo en funci�n de un imperialismo intelectual, y despu�s econ�mico, la perspectiva occidental universalista quiso imponer su visi�n del mundo y su modelo de desarrollo. Los consejos de las instituciones financieras internacionales, como el BM, el BID, el FMI, etc., pregonaron para los dos continentes un modelo de desarrollo que iba a resolver la crisis, la pobreza y, en general, el mal del mundo a trav�s del �Consenso de Washington�. El consenso fue una t�cnica nueva, pero no la sustancia ni los principios: �En milenios anteriores se pregonaba el alcance del bien y del para�so al tiempo que se anunciaban los pecados malditos; en la actualidad se siguen pregonando las mismas recetas de las teor�as de la emancipaci�n y del universalismo moderno proveniente de la econom�a de mercado y de la mundializaci�n de la econom�a �es decir, la apertura total de los mercados de bienes y financieros de los pa�ses subdesarrollados�; todo ello no es m�s que el reflejo del bien prometido por el mesianismo judeo-cristiano� (Maffesoli, 2002:31).

La apertura de los mercados financieros en Am�rica Latina deber�a haber abaratado el costo de capital en los mercados del Sur evitando las restricciones a los movimientos y sin impuestos que gravaran las transacciones. El efecto existente y estudiado es que en todos los pa�ses se produjo una burbuja financiera por un exceso de cr�ditos de corto plazo interbancarios, y que los bancos prestaron hasta el punto de explosi�n de la burbuja. La liberalizaci�n financiera provoc� la apertura de las bolsas de valores nacionales al capital internacional, lo que tambi�n trajo consigo grandes cantidades de capital especulativo de los inversionistas institucionales. Esto gener� problemas de co-movimientos o contagios financieros que se estudiar�n detalladamente en las pr�ximas secciones. El auge de bancos privatizados y la liberalizaci�n de movimientos de capital, con lo cual se intent� incrementar la tasa de formaci�n bruta de capital,45 condujo tanto a quiebras bancarias como a crisis burs�tiles y la tasa de formaci�n bruta de capital en el PIB se estanc� en alrededor del 20% (Ugarteche, 2006).


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios