Tesis doctorales de Ciencias Sociales

CAPITAL ESPECULATIVO Y CRISIS BURSÁTIL EN AMÉRICA LATINA. CONTAGIO, CRECIMIENTO Y CONVERGENCIA. (1993 - 2005)

Samuel Immanuel Brugger Jakob





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2.3.3. El contagio y la conversión de las inversiones locales a divisas extranjeras

Una segunda forma de fugas de capital es la conversión de ahorros en divisas locales por divisas extranjeras. Esta forma de contagio, aunque tiene repercusiones graves, casi no ha sido estudiada y prácticamente nunca se ha mencionado.

El contagio comienza por la percepción de cambios en los fundamentos o de algún tipo de “ruido” que afecta las percepciones de la región, volviéndola más vulnerable, lo que hace disminuir la entrada de capitales o que incluso se transformen en salidas netas. Los inversionistas institucionales convierten su capital financiero en una moneda dura como el dólar, lo que provoca un desequilibrio entre la oferta y la demanda en el tipo de cambio. En sí esto debería generar una devaluación de la moneda, sin embrago, por lo general los bancos centrales intervienen vendiendo parte de las reservas de moneda extranjera. Cuando el país ha perdido un cierto volumen de reservas, los agentes nacionales perciben la existencia del riesgo. Estos agentes entran en pánico y tratan de salvar sus ahorros vendiendo sus inversiones y convirtiéndolas en divisas extranjeras. Lo anterior genera un ciclo vicioso,

ya que la fuga de estos capitales debilita aún más la moneda local, lo cual pone bajo presión los rendimientos esperados de las empresas locales para los inversionistas internacionales que se miden en divisas extranjeras, en especial el dólar. Esto resulta en que más inversionistas institucionales vendan sus posiciones, lo que vuelve a generar la desconfianza de los agentes locales.

Para evitar esto, los bancos centrales han reaccionado por lo general con un incremento en las tasas de interés, que durante la crisis asiática llegó hasta el 300% en algunos países. Todo para tratar de evitar las fugas de capital y el desplome en su base monetaria. Claro es que esta forma de mantener el tipo de cambio es muy costosa, pero se trata de la única forma que ofrece la teoría monetarista. Otros países, como Chile y Colombia, tienen restricciones en sus cuentas de capital que dificultan la compra de monedas extranjeras. El caso más exitoso ha sido Malasia, donde en pleno contagio financiero cerraron las cuentas de capital y sobrevivieron a la crisis de mejor forma que países que le han hecho caso a las recomendaciones del FMI, como, en particular, es el caso de Indonesia. La problemática que se enfrenta en el ámbito latinoamericano es que la solución es totalmente discriminatoria, ya que, por un lado, los grandes inversionistas, como los de portafolios de inversión, no tendrán problema en cambiar sus inversiones a moneda extranjera, incluso utilizando derivados para asegurar su inversión, mientras que la clase media es la más afectada por la caída de los rendimientos de las acciones –por la venta de éstas por los agentes institucionales y por la devaluación, que aunque sea menor sigue existiendo. Por otro lado, en el caso chileno se observa que las fugas de capitales golondrinos ha generado una mayor profundidad de la bolsa, ya que los ahorradores que aún disponen de reservas están en posibilidades de comprar títulos financieros a un costo muy bajo.


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