Samuel Immanuel Brugger Jakob
El siguiente punto es analizar si los mercados financieros produjeron convergencia o si fueron de las variables que determinaron la no convergencia. Esta vez no sólo se corre la tasa de crecimiento del PIB contra el PIB, como se hizo en 5.6.1, sino que se incluye el rendimiento bursátil. Los resultados se presentan en el cuadro 40.
En el cuadro 40 se observa que el signo del coeficiente de la bolsa es negativo; es decir, que la ß de la bolsa genera convergencia en América Latina. Sin embargo, el coeficiente es casi 0, por lo que la convergencia es muy ligera.. Sin embargo, el estadístico t es pequeño (-1.59), por lo que se debe tomar con cautela el resultado, ya que no es estadísticamente significativo al 5% y por poco no pasa al 10%. En algunos estudios, como en el de Odar Zagaceta (2002), se argumenta que es más importante el coeficiente que la significancia estadística. De esta forma, se puede argumentar que las bolsas de valores generan una ligera convergencia en los países latinoamericanos.
5.6.3. Convergencia condicional y el contagio
Por último, se analiza si los contagios financieros tuvieron un impacto en la convergencia. Esto sería posible ya que podría reducir las tasas de crecimiento y provocar una convergencia hacia un punto estacionario más bajo. En el cuadro 41 se muestran los resultados.
La variable de contagio bursátil es no significativa por dos razones: a) el estadístico t es altamente no significativo y b) el coeficiente es positivo, lo que sería prueba de no convergencia si el estadístico fuese significativo. Si se le da más importancia a la significancia estadística, se puede argumentar que los periodos de contagio en la bolsa son no significativos en la convergencia de América Latina. Eso valdría para decir que la economía financiera no genera beneficios ni pérdidas para la economía real; sería como un mercado aislado donde unos pocos participan pero que no afectan a la economía, justificando la idea de casino bursátil. De tal manera, se aceptarían los argumentos de que las bolsas no impactan en la economía, como lo señalan Lucas (1988), Stiglitz (1985) y Singh (1997). Por otro lado, si se les presta más atención a los coeficientes, se notará que el coeficiente periodo_contagio es positivo pero cerca de 0, por lo que los contagios bursátiles genera divergencia, pero de forma muy lenta. Por otro lado, los mercados bursátiles, como se vio en la sección anterior, generan una convergencia también de forma muy lenta. De esta forma se confirmarían los resultados de Beck et al. (2000), Goldsmith (1969), King y Levine (1993a y 1993b), Levine y Zervos (1998), La Porta et al. (1997, 1998 y 1999), Levine (1998 y 1999), Levine et al. (2000) y Rousseau et al. (2000). Viéndolo de esta forma, se podría argumentar que las bolsas de valores ayudan al crecimiento y por consiguiente a la convergencia, pero de forma muy débil, y cuando se contagian se elimina la pequeña contribución que hacen. Sin importar cuál de las dos versiones se prefiera tomar, en ambos casos se observa que las bolsas de valores no ayudan a desarrollar las economías latinoamericanas de forma significativa –sea por tener un coeficiente cerca de 0 y por no ser estadísticamente significativas–, lo que hace necesario repensar la función de los mercados bursátiles para el crecimiento económico.
Se puede concluir, entonces, que en América Latina no existe convergencia condicional entre las economías. Los resultados obtenidos en la sección 5.6.1. muestran que la variable PIB es estadísticamente significativa, pero el coeficiente no es negativo. Este resultado corrobora los mostrados en el capítulo 3 de Altamirano et al. (2005) y en Carrillo (2005), que durante la década de los noventa encontraron divergencia condicional. El hecho de que el coeficiente esté muy cerca de 0 puede significar que las economías están volviendo a converger; sin embargo, para afirmarlo será necesario esperar algunos años y observar los resultados de la primera década del siglo XXI.
Posteriormente se analizó la importancia de la bolsa de valores para la convergencia latinoamericana. Aunque el coeficiente es negativo, se encuentra muy cerca de 0; pero más preocupante debe ser que la variable es estadísticamente no significativa para la tasa de crecimiento. Lo mismo sucede si se analizan únicamente los periodos bursátiles contagiados, aunque el coeficiente tiene el signo esperado. Es decir, durante esos periodos no debería haber convergencia. Con estos resultados se puede concluir que las políticas de atracción de capitales financieros basadas en la interpretación del Consenso de Washington fueron en vano, ya que no resultaron significativas para las tasas de crecimiento de los países, ni generaron, a diferencia del modelo de sustitución de importaciones, una convergencia entre los diversos países de la región.
5.7. Conclusiones de los modelos econométricos
La hipótesis nula de la investigación es que las fugas de capital especulativo –medidas a través del contagio financiero– durante el periodo neoliberal impactaron de manera significativa en el bienestar social y en el crecimiento de la economía real latinoamericana, lo que generó una divergencia condicional en la región.
Como primer punto se debe resaltar que las técnicas econométricas pueden dar resultados distintos dependiendo del periodo a estudiar y la frecuencia de los datos. De esta manera el resultado de la presente investigación no es de ninguna manera definitivo. Un problema central que se encontró es que no todos los supuestos se confirman. Por lo tanto, tal y como lo critica Taleb (2007) el uso de distribuciones normales para la bolsa de valores es muy cuestionable. Por ejemplo, se ha visto que por lo regular hay asimetría positiva, es decir, lo que significa que hay más valores positivos que negativos. La curtosis, que es una medida de lo picudo o concentración en torno a la media de la distribución de probabilidad de una variable y que debería tener un valor de 3, era mayor a 3, por lo que las distribuciones son más planas que una distribución normal. Por último, se mostró que las desviaciones estándar son extremadamente grandes, lo cual indica que los puntos están lejos de la media o expresado de forma más sencilla que la variación o el promedio esperado con respecto a su media es muy distante.
Analizando las series mediante distintas técnicas econométricas se ha mostrado que no existe una relación de largo plazo entre las series bursátiles y la economía. Parece ser que a diferencia de las economías con mercados bursátiles desarrollados, donde si hay cointegración, en los países estudiados no existe tal. De esta manera el circuito financiero y el circuito de la economía real están divorciados, lo que que justifica la crítica actual del capitalismo de casino. Al buscar causalidad entre las dos variables se supone que debe existir una bi-direccionalidad, ya que las utilidades generadas en la economía real afectan el precio de las acciones y el financiamiento que se obtiene mediante la bolsa permite invertir en el capital de las empresas, lo que genera las futuras utilidades. Sin embargo, sólo se encontró causalidad unidireccional de la bolsa hacia la tasa de crecimiento del PIB. Esto significa que la bolsa influye en el desarrollo económico pero éste no influye en el desempeño de la bolsa. Este hecho demuestra que el sector financiero domina al sector real, algo que se ha discutido ya con anterioridad en la presente investigación.
Al saber que la bolsa de valores influye en la economía real, se pasó al punto central de la investigación. Cómo afecta y de qué manera los contagios bursátiles a la economía real. El primer paso fue buscar los momentos de contagio. Se usó el coeficiente de correlación lineal para saber con exactitud el momento en que se genera el contagio bursátil en cada una de las bolsas. Como se definió el contagio como un incremento de la correlación entre dos o más bolsas durante “tiempo de crisis” en comparación a “tiempos tranquilos”, se esperaba obtener un valor cercano a 1 y con signo positivo. En los tres contagios -tequila, tango y samba-el coeficiente de correlación lineal incremento sustancialmente. Esto demuestra la susceptibilidad tan homogénea que han tenido los inversionistas institucionales, comportándose exactamente como lo predice la teoría del efecto rebaño del que se habló en la sección 2.2 y confirmando el estudio del FMI (2003).
Mediante técnicas probabilísticas de Probit y Logit se quiso saber si el impacto de los contagios era significativo para la economía real. De esta manera se dejó correr la variable dicotónoma contra la tasa de crecimiento del PIB mensual. En ningún caso se encontró evidencia de que el contagio influyera en la economía real. Este resultado dice que se debe desechar la hipótesis H0, ya que los contagios bursátiles no afectan directamente la economía real. Para tener mayor certeza de este resultado, se consideró analizarán adicionalmente dos variables financieras: el tipo de cambio y la tasa de interés, ya que éstas pudieron haber sido afectadas directamente por el contagio y haber repercutido posteriormente en la economía real. En lo referente a la tasa activa, en todos excepto Brasil, cuyo caso se describió con anterioridad, la tasa activa fue significativa. Todos los coeficientes tuvieron el signo correcto, negativo, lo que significa que cuando surge el contagio aumenta la tasa de interés. Se comprobó pues que todos los países aplicaron las recomendaciones del FMI en cuanto a incrementar sus tasas de interés para “generar confianza” y volver a atraer a la inversión extranjera. En lo referente al tipo de cambio se obtuvo para todos los países el resultado esperado. Argentina, Brasil y México usaban la política que les propuso el FMI, si bien ésta no era homogénea sino individual para cada país. Solamente Chile resalta en este hecho ya que seguía manteniendo controles de capital, algo muy aplaudido por el departamento de investigación del FMI pero rechazado por completo por el departamento de políticas económicas. En todos los casos – incluido Argentina en el efecto tango-el tipo de cambio sufrió por los contagios. Es importante resaltar como estas políticas del Consenso de Washington y promovidas por el FMI pudieron durar tanto tiempo, en especial al haber tenido el ejemplo de Malasia que durante la crisis de 1997 restringió sus cuentas de capital y no elevó los intereses.
Para poder justificar si hubo convergencia condicional o no se elaboró un modelo de panel. Primero se corrió una regresión tradicional de convergencia condicional para verificar el resultado con otros estudios. El resultado mostró no sólo que el coeficiente era positivo sino que también era estadísticamente significativo, por lo que muestra que durante el periodo estudiado existe evidencia de divergencia condicional. Posteriormente, se analizó el panel incluyendo la variable de rendimiento bursátil, donde se obtuvo que la ß de las bolsas genera convergencia en América Latina. Esto contradice el argumento de muchos críticos de que la apertura de cuentas de capital sólo generó mayor inestabilidad. Sin embargo, también hay que mencionar que el coeficiente es casi 0, por lo que esta ligera convergencia se debe evaluar con la enorme cantidad de capitales golondrinos que entraron y salieron de la región. Por último se incluyó la variable contagio, la cual fue no significativa por dos razones:
a) el estadístico t es altamente no significativo, y
b) el coeficiente es positivo, lo que sería prueba de no convergencia si el estadístico fuese significativo.
Como en la hipótesis nula se trata de demostrar la existencia o no de converegncia/divergencia, se considera más relevante el signo del coeficiente que el estadístico t. De esta manera se aceptaría la H0 ya que el signo de ß es positivo, lo que habla de divergencia. Sin embargo se debe tomar el resultado con cautela, ya que el estadístico t es no significativo.