Rubén Darío Cárdenas Espinosa
Responsabilidad compartida: El compromiso que deben asumir todos los actores de la cadena de reciclaje de aparatos electrónicos. Una gran parte de la responsabilidad recae en los consumidores, que deben saber que los dispositivos tienen un tratamiento diferente a la basura tradicional.
En Colombia, la gente se guarda los equipos, por lo que hay que enviar mensajes fuertes para que los integren a la cadena de reciclaje.
¿Por qué reciclar?: Los aparatos electrónicos que se desechan tienen numerosos materiales perjudiciales para la salud humana y animal. Los monitores y televisores fabricados con tubos de rayos catódicos (aquellos que no son de pantalla delgada) tienen entre cuatro y ocho libras de plomo; los de formato delgado poseen menos plomo pero más mercurio.
Estudios médicos demuestran que la exposición a metales como estos causa daños en el cerebro y los riñones, entre otros órganos. A su vez, el cadmio presente en una sola batería de celular es suficiente para contaminar más de 150 mil galones de agua.
Son cerca de mil materiales, muchos de ellos tóxicos, entre los que se encuentran solventes basados en cloro, retardantes de flama polibromados, PVC, metales pesados, plásticos y gases que se utilizan para fabricar productos electrónicos y sus componentes.
Según la Unión Europea, los desechos electrónicos crecen tres veces más rápido que la basura tradicional y pronto alcanzarán los 40 millones de toneladas métricas, cantidad suficiente para cargar una fila de camiones entre Colombia y China.
¿Qué hacer con una computadora vieja? Ésa es la pregunta que se hacen miles de personas en una época en que la vida útil de un computador promedio se ha reducido a dos años, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). Si es de los que depositan una computadora no deseada en el cuarto de reblujo, debe saber que esta práctica puede tener consecuencias muy serias. Los computadores, así como las pilas, los celulares y otros equipos, contienen elementos tóxicos como el plomo, el mercurio, el cadmio y el bario. Al depositarse en vertederos al aire libre o al ser quemadas, estas sustancias contaminan el suelo y el aire, pasan luego al agua y afectan a las comunidades aledañas.
Cada hora se producen cuatro mil toneladas de desechos electrónicos en el mundo, lo que equivale a más de 35 millones de toneladas anuales, según declaró en 2005 Kevin May, activista de Greenpeace. Esta organización, así como otros grupos ecológicos, han exigido que los fabricantes de equipos, que se benefician de su venta, se responsabilicen por el destino final de sus productos y utilicen sustancias no contaminantes. La realidad, sin embargo, es que apenas el 11 por ciento de la llamada “e-basura” o “e-desechos” de Estados Unidos se recicla.
En 1989 los países de las Naciones Unidas firmaron el Convenio de Basilea que regula el movimiento transfronterizo de los desperdicios peligrosos. Este Convenio establece que los desechos peligrosos deben ser tratados lo más cerca posible de su fuente de generación y que su tránsito transfronterizo debe ser reducido al mínimo. A pesar de ello, gran parte de los desechos electrónicos de los países industriales de Occidente, es transportada ilegalmente a ciertas zonas de Asia. Allí, miles de personas se dedican a rescatar piezas y metales de los vertederos para venderlos, exponiéndose a los efectos de la contaminación, lo cual no es ajeno a los rellenos sanitarios de Colombia en donde los mal llamados “desechables” (recicladores) viven de la basura, lo cual se suma a la cultura del no reciclaje que se vive en la mayoría de Municipios del país.
“El destino de los desechos informáticos”, un reportaje del periódico argentino Clarín, explica que en ciudades de China, la India y Pakistán los adultos y niños que trabajan en esta tarea por 1,20 dólares diarios sufren de problemas respiratorios. Una investigación de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), afirma el texto, descubrió que para Estados Unidos sale 10 veces más barato enviar un monitor de computadoras a Asia que descomponer y reciclar sus materiales en su propio territorio.
El debate ético sobre quién debe garantizar el manejo adecuado de los desechos electrónicos está abierto. Mientras algunos señalan a las empresas fabricantes, otros destacan la responsabilidad de los usuarios y del Estado. En algunos sitios ya existen normas legales al respecto, como en Suiza, considerado uno de los países a la vanguardia en el tema.
Se espera que en el futuro las compañías reemplacen los componentes tóxicos de sus productos por otros más amigables con el medio ambiente y la salud. A su vez, las computadoras y equipos electrónicos tendrán dos posibles destinos: el depósito en contendedores especiales o la devolución al fabricante para su reciclaje. Hay quienes proponen incorporar en el costo de venta del equipo un impuesto de reciclaje. Saldría más costoso para el consumidor, pero le asegura un manejo adecuado de su computadora una vez se deshaga de él.
Una opción es la que ofrece la organización internacional Greenpeace: apoyar a las compañías que han tomado acciones para lograr una producción más limpia. En su sitio web greenpeace.org se puede encontrar un “ranking verde” que evalúa el compromiso ambiental de las 14 mayores productoras de celulares y computadoras del mundo. La empresa que por el momento lleva la delantera en disminución de sustancias tóxicas y reciclaje es Nokia, seguida de Sony Ericsson. Entre los fabricantes de computadoras la ventaja la llevan Dell y Lenovo.
La empresa menos “verde” y peor posicionada es Hewlett Packard (HP). Desde el web de Greenpeace se puede enviar una petición a estas empresas para que eliminen los químicos contaminantes de sus productos. El objetivo final es que todas las compañías fabricantes de electrónicos reemplacen las sustancias más nocivas para el año 2009.
La segunda alternativa es disminuir en lo posible los desperdicios electrónicos. La página de Internet universia.pr propone ocho opciones para aprovechar su computadora vieja. Entre ellas, no botar un equipo, sino repararlo. Muchas veces se puede actualizar o arreglar una computadora tan sólo reemplazando algunas piezas. Si no está familiarizado con este proceso, puede acudir a un centro de reparación de computadoras. En las direcciones laptoprd.com y oascomputer.com se ofrece información sobre los servicios de reparación y venta de piezas de computadoras. En la empresa Laptop Service (809- 567-0707) puede poner en venta su equipo.
En caso de que su computadora no tenga reparación o ésta salga casi igual de costosa que comprar una nueva, trate de aprovechar algunas de sus partes, ya sea instalándolas en otro equipo o vendiéndolas. Si su computadora está en buen estado pero ha quedado obsoleta para sus necesidades, dónela a organizaciones educativas que estén interesadas.
Gestión del Mantenimiento: es un factor clave para las empresas elevar el presupuesto para mantenimiento, disminuyendo la obsolencia de los equipos, de manera que se efectúe una constante actualización tecnológica. La gestión de mantenimiento debe ir de la mano con los retos que exige la competitividad del mercado mundial actual, por lo cual enfrenta como desafío, el fortalecimiento de la cultura del mantenimiento al interior de las empresas, a través de procesos de sensibilización en todos los niveles, lo cual debe ocupar un lugar preponderante en las empresas públicas y privadas, a fin, de alcanzar los estándares internacionales, influyendo en la implementación de sistemas de gestión de calidad.
La gestión del mantenimiento es parte determinante de costo del producto o servicio haciendo más efectiva la racionalización de recursos y de esta manera se puede impactar en la disposición final de los residuos electrónicos. La mayor repercusión de este proyecto está en los aportes que se pueden realizar en la solución de necesidades de las empresas y la sociedad regional, nacional y mundial en desarrollos que ilustren a países en condiciones similares o peores que Colombia, en mostrar políticas de gestión de mantenimiento y de calidad acopladas al reciclaje y su contribución en a crear conciencia, en el cambio de su forma de pensar para cambiar el mundo real: que las personas consuman con moderación y sobriedad. Ya que nos estamos llenando de basura chatarra por un consumo indiscriminado que genera situaciones de injusticia social y ecológica.