Rubén Darío Cárdenas Espinosa
• Gestión no planificada
• Normatividad dispersa
• Desconocimiento del tema por parte de todos los actores en la gestión de residuos peligrosos
• No se manejan en corrientes separadas
• Falta de compromiso de los generadores
• Oferta limitada de gestores de residuos peligrosos.
• Pocos incentivos económicos
• Colombia no cuenta con reglamentos técnicos especializados en la materia
• Oferta limitada de laboratorios de análisis
• Mínima oferta de transporte especializado
• Pasivos ambientales de grave riesgo
• Baja capacidad de gestión de las autoridades
Debido al auge tecnológico y la facilidad de adquirir cada vez aparatos con nuevas y modernas tecnologías, hoy día es más económico adquirir nuevos equipos que reparar o actualizar los que tenemos (viejos u obsoletos modelos), esto genera el aumento de basura electrónica, que se ha convertido en un problema socio- cultural para el medio ambiente, debido a la falta de legislación que regule el control y reciclaje de los mismos, añadiendo la poca cultura educativa que se tiene al respecto en Colombia.
La preocupación central de la reglamentación y regulación para la adecuada transferencia de equipos usados en Colombia debe ser dirigido hacia los programas sociales que apoyan experiencias educativas y / o comunitarias. Teniendo en cuenta: el incremento de equipos y componentes electrónicos en desuso y obsoletos, así como la poca cultura del mantenimiento como pilar inicial para garantizar el control adecuado de los sistemas de gestión de calidad y ambiental. Lo cual hace necesario la regulación, reglamentación y estandarización de los aspectos legales y comerciales involucrados en este aspecto; fomentando el reuso, el reciclaje y formas adecuadas de disposición final de los residuos electrónicos.
La donación y la transferencia de computadoras hacia los países en desarrollo ha sido una alternativa de solución a la problemática de la basura electrónica “beneficiándose” así: los países desarrollados eliminan sus desechos y se hace obras sociales en los países en desarrollo. Esto no es del todo benéfico para los países en Desarrollo, ya que, éstos no conocen, ni cuentan con la capacidad técnica y logística para dar un tratamiento adecuado en la disposición final de los residuos electrónicos, sin generar un impacto ambiental nefasto para la comunidad, ya que, lo que se está haciendo es mezclar los residuos peligrosos de los aparatos eléctricos y electrónicos con los residuos sólidos tradicionales en los rellenos sanitarios de los diversos municipios.
Por el momento la situación en Colombia no es grave, pero es necesario comenzar las acciones pertinentes para que en el futuro el manejo de la basura electrónica no se convierta en un problema, y tener en cuenta los datos que arrojó un estudio realizado en Colombia por el EMPA, instituto de investigaciones suizo especializado en tecnología y ciencias materiales; en el 2008 aproximadamente se produjeron 40000 a 50000 toneladas de desechos de computadoras (y componentes relacionados con estos equipos) y además 3000 toneladas de celulares obsoletos. (El aumento en la producción de basura electrónica tiende a dispararse, ante los bajos precios de los dispositivos tecnológicos y los altos precios de reparación de los mismos).
A pesar del aumento de la basura electrónica, no existen medidas directas de regulación sobre las necesidades de prevención de producción y de tratamiento en su destino final. Cabe resaltar que el tema del reciclaje y tratamiento de basura electrónica es desconocido no sólo para la mayoría de la población Colombiana, sino también para los expertos que trabajan en el tema de las Tecnologías de Información y Comunicación.
En Colombia existe una “Política para la Gestión Integral de Residuos” publicada en 1998 que se fundamenta principalmente en la Constitución Política, las leyes 99 de 1993 y 142 de 1994, que están enfocadas a residuos sólidos no peligrosos.
Como complemento a la Política anterior, el Consejo Nacional Ambiental aprobó el 15 de diciembre de 2005, la Política Ambiental para la Gestión Integral de Residuos o Desechos Peligrosos, cuyo objetivo es, en el marco de ciclo de vida, prevenir la generación de residuos peligrosos (RESPEL) y promover el manejo ambientalmente adecuado de los que se generen, con el fin de minimizar los riesgos sobre la salud y el ambiente contribuyendo al desarrollo sostenible.
En Colombia como en los demás países de América Latina todavía no existe una legislación específica sobre la gestión de basura electrónica. Sin embargo, el Gobierno Nacional está consciente de que se necesita una normatividad con respecto al tema y crear las condiciones que faciliten su aplicación, y por lo especial de la basura electrónica y a las pocas experiencias internacionales desarrolladas hasta el momento, pareciera que la alternativa más conveniente actualmente para el Gobierno Nacional es comenzar a promover con el Congreso Nacional la expedición de un proyecto de Ley para los RAEE, expidiendo posteriormente una reglamentación especifica, con base en el Principio de Responsabilidad Extendida del Productor y los resultados de los diagnósticos preliminares, que abarque los principales aspectos de la gestión y manejo de estos residuos.
Teniendo en cuenta el progreso tecnológico en Colombia, independiente de un compromiso voluntario por parte de los productores es necesario y urgente que en Colombia se avance con la regulación mediante una norma o ley sobre residuos eléctricos y electrónicos. Es la responsabilidad del estado colombiano definir las condiciones marco para una gestión responsable y sostenible, y fortalecer los mecanismos para disminuir la ilegalidad en el sector de los aparatos eléctricos y electrónicos.
Los aparatos electrónicos que se desechan tienen numerosos materiales perjudiciales para la salud humana y animal. Los monitores y televisores fabricados con tubos de rayos catódicos (aquellos que no son de pantalla delgada) tienen entre cuatro y ocho libras de plomo; los de formato delgado poseen menos plomo pero más mercurio. Estudios médicos demuestran que la exposición a metales como estos causa daños en el cerebro y los riñones, entre otros órganos. A su vez, el cadmio presente en una sola batería de celular es suficiente para contaminar más de 150 mil galones de agua. Son cerca de mil materiales, muchos de ellos tóxicos, entre los que se encuentran solventes basados en cloro, retardantes de flama polibromados, PVC, metales pesados, plásticos y gases que se utilizan para fabricar productos electrónicos y sus componentes.
En 1989 los países de las Naciones Unidas firmaron el Convenio de Basilea que regula el movimiento transfronterizo de los desperdicios peligrosos. Este Convenio establece que los desechos peligrosos deben ser tratados lo más cerca posible de su fuente de generación y que su tránsito transfronterizo debe ser reducido al mínimo. A pesar de ello, gran parte de los desechos electrónicos de los países industriales de Occidente, es transportada ilegalmente a ciertas zonas de Asia. Allí, miles de personas se dedican a rescatar piezas y metales de los vertederos para venderlos, exponiéndose a los efectos de la contaminación (como problemas respiratorios), lo cual no es ajeno a los rellenos sanitarios de Colombia en donde los mal llamados “desechables” (recicladores) viven de la basura, lo cual se suma a la cultura del no reciclaje que se vive en la mayoría de Municipios del país.
Generación de Residuos Peligrosos por Sectores Económicos
Sector Industrial
Sector Agroindustrial
Sector Servicios
Sector Minero-Energético
Consumo de productos peligrosos que se convierten en residuos peligrosos.
Sector Educativo, de Investigación y Laboratorios
Sector Institucional
Manejo de los Residuos Peligrosos
• Almacenamiento
• Transporte
• Aprovechamiento y Valorización
• Tratamiento
• Disposición Final
Convenios Internacionales sobre Productos y Residuos Peligrosos
Convenio de Viena y Protocolo de Montreal (SAO’s)
Convenio de Basilea
Convenio de Estocolmo (COP’s)
Convenio de Rotterdam (Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos)