APROXIMACIÓN A LA MEDICIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA SOCIAL E INDIVIDUAL EN LA EUROPA COMUNITARIA
Mª Noelia Somarriba Arechavala
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La investigación sobre calidad de vida en los Estados Unidos, en la década de los setenta, tuvo una trayectoria muy diferente a la que en ese momento estaba desarrollándose en Europa y concretamente en los países nórdicos.
A mi juicio cabría citar dos obras claves que van a ser los fundamentos básicos de este enfoque, el trabajo de Campbell, Converse y Rodgers (1976) “La Calidad de Vida Americana. Percepciones, Evaluaciones y Satisfacciones” y el de Andrews y Withey (1976) “Indicadores Sociales de Bienestar. Percepciones de los Americanos sobre Calidad de Vida”.
El enfoque de la calidad de vida americana define el bienestar en términos de las necesidades de satisfacción y puede ser evaluada por los propios individuos. Acorde con este punto de vista la conceptualización de la calidad de vida se realizará a través de indicadores subjetivos.
Campbell et al. en su obra, conciben la calidad de vida como un concepto vivencial, por ello serán los individuos los que evalúen su calidad de vida. Para los autores esta última es una experiencia y las condiciones de vida objetivas sólo son importantes como explicación de esas experiencias.
La calidad de vida se define en términos de satisfacción de necesidades, aunque reconocen que este enfoque genera una serie de dificultades en relación al concepto de satisfacción, como que las necesidades difieren de unos individuos a otros y pueden sufrir variaciones a lo largo del tiempo. Trabajan con un concepto basado en factores. Estos autores no consideran la calidad de vida como un factor general sino que trabajan con dominios de vida, de forma que esas áreas específicas son consideradas como diferentes aspectos de la experiencia.
Este planteamiento permite establecer relaciones entre las diferentes medidas de satisfacción y analizar su contribución a la satisfacción total. Tal y como recogen en su obra estos autores, se van a basar en la Teoría de las Necesidades de Maslow, aunque debido a la dificultad de esta última adoptarán una adaptación de la misma, conocida como Índice General del Afecto.
El modelo conceptual que les sirve de base fue comentado con anterioridad en el capítulo 1. Estos autores plantean que las personas viven en un medio ambiente objetivo, pero perciben de forma subjetiva la definición de ese medio ambiente [French, Rodgers y Cobb (1974)].
Dentro de los dominios existen atributos, cómo una persona evalúa un atributo dentro de un dominio se considera dependiente de dos cosas: cómo lo percibe el individuo y el estándar con el que se juzga el atributo. Este contexto de confrontación depende de varios estándares: los niveles de aspiración, los niveles de expectación, los niveles de equidad, el grupo de referencia, las necesidades personales y los valores personales. A través de este modelo se pone de manifiesto que la satisfacción de un individuo depende de la confrontación entre lo que logra y una serie de atributos, es decir, de una discrepancia. Esto confirma la hipótesis de comparación, según la cual la satisfacción no depende sólo de las condiciones objetivas de vida, sino de la evaluación que el propio individuo hace a partir de ciertos estándares. Estos estándares de comparación, según Michalos (1981ª), se basan en la mejor experiencia previa, los parientes, el americano medio y otras comparaciones.
Los dominios con los que trabaja este enfoque son:
Además de estos dominios analizan la satisfacción con la vida en general, ya que consideran que esa satisfacción no es la mera suma de la satisfacción de los dominios.
En una línea similar se encuentra el trabajo de Andrews y Withey (1976) ya citado, cuya estructura se basa en dominios y criterios. En concreto definen dominios y dentro de los dominios criterios, que son los valores que el individuo tiene en cuenta para llevar a cabo sus juicios de valor. En palabras de estos autores los dominios de la calidad de vida son lugares, objetos, actividades, personas y roles, y unas personas los tienen y otras no. Mientras que los criterios, en sus propias palabras, son valores, estándares, aspiraciones, objetivos y, en general, modos de juzgar los dominios.
Esta forma de estructurar el concepto de calidad de vida permite un mejor estudio de la naturaleza y de los determinantes de las estructuras que analizando únicamente las condiciones de vida objetivas.
Las evaluaciones de este modelo se realizan a tres niveles, un nivel global, una evaluación de dominios, y una evaluación a nivel de criterios.
Basándonos en los dos modelos anteriores, seguidamente realizaremos un breve comentario del trabajo de Alex Michalos en el que se propone un modelo más perfeccionado.
El concepto básico a partir del que se formula este modelo es la satisfacción. Se plantea como hipótesis que las diferencias en la forma de percibir las circunstancias objetivas están muy relacionadas con las expectativas y aspiraciones de los sujetos. Se trabaja con el supuesto de que el grado de satisfacción viene determinado por la diferencia percibida entre lo que se tiene y lo que se desea o espera obtener.
Son diferentes los trabajos que intentan confirmar que la satisfacción es la diferencia entre metas y logros, entre ellos el ya citado de Campbell et al. (1976).
En su intento por mejorar los trabajos precedentes, este autor distingue un total de 12 áreas:
MICHALOS
Autoestima
Salud
Vida familiar
Zona de residencia
Amistad
Trabajo
Tiempo Libre
Educación
Capacidad para desenvolverse
Vivienda
Seguridad ante la delincuencia
Seguridad económica
Cuadro 4 4. Modelo de Michalos
Dentro de estas áreas de trabajo se incluyen ítems que se puntúan, cada puntuación va acompañada de una calificación. A estas áreas específicas se les añade una medida global de satisfacción con la vida tomada en su conjunto y una medida única de felicidad respecto de la vida en general.
Una de las principales conclusiones a las que llega este autor es que la satisfacción es una variable dependiente básica para los estudios de calidad de vida, más útil analíticamente que la variable felicidad.
Los postulados que confirma Michalos en su trabajo son básicamente dos:
1. La satisfacción es una función de la brecha percibida entre metas y logros.
2. La brecha percibida es una función de la comparación con la mejor experiencia pasada y con la población tipo medio del mismo grupo de edad.
En el año 1985 Michalos publica su teoría de las Discrepancias Múltiples. Esta teoría supone el perfeccionamiento del modelo anterior sobre satisfacción y felicidad, es decir, sobre la medición de la calidad de vida subjetiva. La principal conclusión a la que llega es que la satisfacción es un efecto de diversos antecedentes, actuando ésta a su vez como motivo o causa de acción.
Hacia finales de los años setenta este autor propone un estudio de la calidad de vida a nivel nacional que abarca un periodo de 10 años y realiza una comparación evaluativa entre EEUU y Canadá. El objetivo de este informe es presentar un sistema organizado de indicadores sociales que aporten información sobre la calidad de vida. Michalos diferencia dos facetas en la medición de la calidad de vida: descriptiva, que muestra tipos o clases, y evaluativa cuando aportan una información. En este sistema de indicadores se establecen 13 áreas de la vida y el autor crea un sistema propio de evaluación de indicadores.
TEORÍA DE LAS DISCREPANCIAS MÚLTIPLES
Población
Muerte, enfermedad y salud
Vivienda
Delincuencia y justicia
Ocio
Transporte y comunicaciones
Educación
Ciencia y tecnología
Gobierno y organizaciones
Entorno natural y recursos
Economía
Religión
Moralidad y costumbres sociales
Cuadro 4 5. Teoría de la Discrepancias Múltiples