Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LAS EMPRESAS MULTINACIONALES EN M�XICO Y LA EVASI�N EN EL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

Martha Luisa Puente Esparza





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2.2.1. Globalizaci�n y el �mbito fiscal

Las administraciones fiscales inicialmente se crearon pensando en un accionar dentro de un entorno nacional y, la apertura comercial trajo como consecuencia, que las personas f�sicas y morales iniciaran e incrementaran sus actividades en el �mbito internacional.

Esto ha dificultado la ubicaci�n de las actividades y bases, sujetos del impuesto, ha incrementado la competencia fiscal desleal y, por medio de los acuerdos comerciales que evitan la doble imposici�n, no est�n recibiendo lo que les corresponde por esas operaciones, al tener en su contenido, acuerdos para la acreditaci�n o no del impuesto pagado en el pa�s. Adem�s de la competencia desleal entre pa�ses que ofrecen menores tasas impositivas como se hab�a comentado anteriormente.

Hallivis (2003) expresa que uno de los fundamentos para que subsista un Estado, junto con las atribuciones de polic�a, pol�tica exterior y defensa, es la tributaci�n y �sta, como un medio para controlar la actividad econ�mica en el interior de un territorio. Tanzi (1999) expresa que la globalizaci�n est� minando progresivamente el principio de territoriedad, �mbito que es tradicional para basar las leyes impositivas, sobre todo en las tasas de impuesto para las corporaciones multinacionales.

De acuerdo con lo anterior Bryon (2000) expresa que la expansi�n global de los negocios ha generado; que se evite el pago de impuesto y, partiendo del supuesto que la globalizaci�n les proporcionar�a un mercado libre con preferencias y subsidios, las empresas se est�n moviendo a pa�ses en donde se tiene inclusive esclavitud laboral y esto, contribuye a que se haya perdido hasta un 10% del ingreso por impuestos para los pa�ses que tienen que competir con diferentes condiciones fiscales y laborales como lo es la competencia de China para M�xico.

Como resultado de los manejos sobre precios de transferencia por las empresas, Haishun (1999) indica que los pa�ses est�n recibiendo menos ingreso, por la manipulaci�n de precios en las importaciones y exportaciones. Esto les permite evadir o el eludir el impuesto, las tarifas y el riesgo de negocio, minimizando las utilidades en el pa�s que le convenga a sus intereses. Coinciden en este punto Bryon (2000), Gropp y Kostial (2001). Estos �ltimos autores consideran adem�s, que esta pr�ctica en s� puede ser muy nociva, la dificultad de las autoridades fiscales para gravar el capital de �stas empresas multinacionales, puede resultar en distorsiones en los patrones de comercio e inversi�n.

Vallejo y MGL (2003) enfatizan en la equidad y eficiencia, como fundamento de la imposici�n fiscal, considerando que se cambian ante el entorno de la globalizaci�n para tener como objetivo principal la neutralidad impositiva.

Es reconocido en el �mbito internacional y, se comprueba con el inter�s de los organismos internacionales y de las investigaciones sobre �stas organizaciones, que estos grupos multinacionales utilizan su creatividad legal para evadir el pago de impuestos que consideran altos, minimizarlos o eludirlos, la manipulaci�n de los precios de transferencia se puede dar adem�s por otras causas como son: sus estrategias para penetraci�n en el mercado manejado por la competencia, por desconocimiento del precio real ante la falta de operaciones con empresas independientes para demostrar que los precios fijados entre empresas del grupo est�n fijados a precios de mercado.

2.2.2 Globalizaci�n en M�xico

En un adelanto de su pr�ximo texto Cademartori (2002), autor chileno, reafirma lo presentado en los cuadros 2.2, 2.3 y en el texto de su investigaci�n sobre el actuar de las empresas multinacionales. En su estudio sobre la implantaci�n del TLCAN, indica que M�xico ha visto el deterioro de las condiciones de vida, la independencia econ�mica y la fortaleza industrial, el aumento del comercio con Estados Unidos, y el no aprovechar el intercambio con la Uni�n Europea y Asia, continuando con el d�ficit neto. Las importaciones a siete a�os de la firma del Tratado fueron en el orden del: 74% provenientes de Estados Unidos y, el 89% de las exportaciones dependen del mercado estadounidense. Considera que si bien la tasa de crecimiento del PIB aument� despu�s del Tratado, resulta muy inferior a la que el pa�s ten�a en los a�os setenta.

Como fundamento de la problem�tica en el �mbito fiscal por la globalizaci�n, Hallivis (2003) indica que existe consenso respecto a que: la legislaci�n tributaria de todo pa�s en desarrollo debe alentar la competitividad de la econom�a, el empleo, el desempe�o eficiente de los mercados, otorgar seguridad jur�dica al contribuyente y, marcar directrices generales para redistribuir en forma efectiva el ingreso nacional.

Como ejemplos de la cesi�n de derechos o de la soberan�a de los pa�ses por la apertura comercial para atraer la IED, se detallan dos casos espec�ficos uno en M�xico y otro de Chile: la expansi�n de la industria maquiladora en M�xico es casi en su totalidad, sucursales de multinacionales instaladas en la frontera con Estados Unidos, sin que ello signifique un mayor est�mulo para �stas industrias. El 98% de las piezas y componentes que se utilizan, las importan de Estados Unidos y otros pa�ses, con las cuales ensamblan los productos que despu�s la estad�stica registra como exportaciones mexicanas, siendo solo el 4% de �stas exportaciones las que corresponden a empresa mexicanas, el resto pertenece a las multinacionales.

En cuanto a Chile, a la firma del Tratado de Marrakesh, los fabricantes brit�nicos de whisky exigieron el inmediato cumplimiento del Tratado. Dos regiones de Chile sufrieron el golpe econ�mico en una de sus industrias importantes. El Gobierno cedi� a la presi�n, al rebajar el impuesto al producto de 47% al 27% lo que represent� una merma al Estado de 11 millones de d�lares en ingresos tributarios, adem�s de la p�rdida para la industria y la amenaza de p�rdida de 2,000 hect�reas de parronales de alto rendimiento. Perjudicando adem�s al entorno laboral de los parceleros, obreros, transportistas, comerciantes y Municipios. Los peque�os industriales tienden a desaparecer, mientas la industria se concentra en dos grandes compa��as.

Otra consecuencia del �libre comercio� fue la exigencia de la OMC de eliminar el reintegro de impuestos del que gozaban los exportadores nacionales no tradicionales, subsidio que muchos otros pa�ses desarrollados siguen otorgando a sus exportadores.

Chile es un pa�s con gran potencial geol�gico-minero, cuenta con las mayores reservas mundiales de cobre, ubicadas en yacimientos de buena calidad y cercanos a puertos, lo que permite que los costos de producci�n sean bajos. A esto se agrega el favorable r�gimen institucional bajo el cual opera la IED en la miner�a, as� como la estabilidad econ�mica y pol�tica del pa�s, todo lo cual hace que el sector minero sea atractivo para la IED. En Chile, la gran miner�a est� sujeta al r�gimen tributario general, con la salvedad de que puede optar, en el marco del acuerdo por la invariabilidad tributaria.

Ciertas caracter�sticas especiales de la gran miner�a le permiten aprovechar mejor algunos incentivos de car�cter general. Uno de ellos es la depreciaci�n acelerada, que hace posible una r�pida recuperaci�n de la inversi�n, lo que constituye un importante est�mulo para una actividad con alta densidad de capital. Bajo la forma jur�dica de �sociedad contractual minera�, �stas empresas deben pagar el impuesto a la renta (primera categor�a) y el impuesto al giro de dividendos que es de un 35%. Sin embargo, la ley contiene instrumentos que permiten eludir el pago, como la opci�n de realizar remesas al exterior sin pagar el impuesto al giro de dividendos, siempre que no aparezcan como utilidades. Adem�s, dado que el pago de intereses est� sujeto a s�lo un 4%, las empresas registran parte de sus aportes a las filiales como pr�stamos Inter-compa��a, para as� evitar el pago del 35% aplicado a los dividendos.

Este r�gimen impositivo ha permitido a las empresas transnacionales mineras mantener bajos sus costos despu�s del pago de impuestos y tener buena rentabilidad, pero, sus aportes a los ingresos fiscales han sido reducidos, m�s a�n, si se comparan con los que realiza la estatal Codelco. El cuestionamiento del r�gimen tributario de la miner�a surgi� con fuerza en el 2002, a ra�z de la venta de la mina Disputada de Las Condes, por parte de Exxon Mobil, en 1.300 millones de d�lares. La pol�mica se gener� porque en sus 20 a�os de operaciones en el pa�s, la empresa declar� s�lo p�rdidas, con lo cual que evit� pagar el impuesto a la renta.

Como una forma de mejorar el sistema tributario, se ha abierto el debate sobre la posibilidad de aplicar a las empresas privadas de la gran miner�a, el pago de una regal�a (royalty), la cual corresponde a un derecho (no un impuesto), que usualmente se cobra a las empresas por extraer un recurso natural no renovable. Los detractores de esta propuesta argumentan que ser�a una discriminaci�n en contra de la principal actividad del pa�s, mientras que sus promotores opinan que al no pagar regal�as por la extracci�n y el uso del mineral, se est� creando una situaci�n de discriminaci�n positiva, pues es la �nica actividad que obtiene gratuitamente sus materias primas.

En general, las empresas interpretan los proyectos de cambios tributarios como una modificaci�n de las reglas del juego, y adelantan que someter�n sus proyectos a una revisi�n tendiente a limitarlos, si aquellos cambios llegaran a implementarse. Sin embargo, hay que destacar que dadas las condiciones tanto geol�gicas como institucionales del pa�s, Chile ofrece a las empresas ventajas que seguir�an siendo muy favorables, aun si se aplicara una regal�a ( Arze, 2003; Lora, 2003).

Estos conflictos llaman a poner atenci�n a la forma en que los pa�ses de la regi�n han actuado para atraer la inversi�n extranjera. El principal problema que se debe resolver es; c�mo lograr incrementar los v�nculos entre �stas empresas y los pa�ses que las acogen, como una forma de romper con la condici�n de enclave que asumen �stas compa��as. Aunado a esto, las pol�ticas fiscales, entendiendo principalmente que las normas regulatorias e impositivas, deben ser coherentes con los objetivos de reducir los impactos adversos e incrementar los positivos. Entre los primeros figura el prop�sito de evitar mayores da�os al medio ambiente, as� como a los t�rminos de intercambio debido a la incidencia negativa sobre los precios internacionales como tambi�n el de mejorar la integraci�n con la actividad local.

Tanzi (2003) indica que Chile es uno de los pa�ses en el continente americano que merece especial menci�n al haber conseguido en las �ltimas dos d�cadas una pol�tica orientada a crear un sistema tributarios eficiente, capaz de financiar un nivel razonable de gasto p�blico, evaluado cuidadosamente para minimizar ineficiencias o gastos innecesarios. La tasa de impuestos sobre la Renta de las empresas de 15% es relativamente baja y, el impuesto para las personas f�sicas es progresiva con un l�mite superior de 45%, teniendo una recaudaci�n por impuesto de alrededor de 6% del PIB, la mayor parte proviene de las personas f�sicas, genera alrededor del 18% del PIB en recaudaci�n general, lo que representa un nivel promedio para pa�ses en desarrollo.

Un punto importante es la atenci�n especial que han puesto en la administraci�n fiscal tratando de que sea m�s eficiente y, con el objetivo de aislarla completamente de las influencias pol�ticas.

Modelos de adaptaci�n a los cambios en la industria global de prendas de vestir El modelo mexicano emergente implica; una transici�n desde las ensambladoras a la producci�n, el factor clave en este caso ha sido el TLCAN, que a partir de 1994 elimin� las restricciones comerciales que hab�an encerrado a M�xico en un papel de ensamblador. El sistema de las maquiladoras requer�a proveedores en M�xico que utilizaran insumos estadounidenses con el objetivo de ganar acceso libre de aranceles para el mercado de Estados Unidos. En los 10 a�os de vigencia del TLCAN, se ha visto que una parte cada vez mayor de la cadena de proveedores de la industria de prendas de vestir (en �reas tales como cortado, lavado y producci�n textil), se est� localizando en M�xico a medida que se van eliminando restricciones tarifar�as espec�ficas en cada una de �stas fases.

Los pa�ses asi�ticos no usaron las normas de producci�n compartida establecidas por los Estados Unidos, debido a que las distancias entre ambas partes hac�an poco conveniente el uso de insumos textiles estadounidenses. Adem�s, las f�bricas de tejidos de Estados Unidos no ten�an ni la capacidad de producci�n requerida, ni el deseo de responder a la nueva demanda, debido a que estaban orientadas a la producci�n en masa para proveer un amplio rango de telas destinadas a la confecci�n de ropa de mujer y prendas de vestir de alta moda, las cuales se transformaron en la especialidad de los exportadores asi�ticos.

Esto cre� un nicho que las compa��as de prendas de vestir de Asia no tardaron en explotar, sin embargo, el TLCAN por s� solo no era garant�a de �xito para M�xico.

Mientras las fuertes devaluaciones del peso en 1994-1995 convert�an al pa�s en un atractivo destino para las firmas estadounidenses de la industria del vestir con operaciones internacionales de subcontrataci�n, M�xico carec�a de la infraestructura necesaria para producir el �paquete completo� de prendas de vestir. Desde la perspectiva de la cadena de valor, la soluci�n para completar la transici�n hacia el �paquete completo� y desarrollar nuevos nichos de producci�n y comercializaci�n ser�a la creaci�n de encadenamientos liderados por firmas que puedan proveer los recursos necesarios y el tutelaje. En otras palabras, M�xico necesita desarrollar nuevas y mejores redes para competir con los productores del continente asi�tico por el mercado estadounidense del �paquete completo� (Gereffi, Memedovic, 2003).

Una incorporaci�n importante de pa�ses de Latinoam�rica, que han implementado reglamentaci�n fiscal de precios de transferencia a las empresas con operaciones en partes relacionadas; como lo es Brasil en 1997, Chile en 1998, Argentina en 1999, Venezuela en 2001, para enfrentar el reto de frenar el abuso de fijaci�n de los precios, de acuerdo a las necesidades de planeaci�n financiera y fiscal por la empresa matriz en econom�as fuertes, que se traducen precisamente en la disminuci�n de los ingresos obtenidos por el Estado. Seg�n datos proporcionados por Ernest & Young (2001), estos pa�ses tienen ciertas similitudes, en cuanto a considerarlos en v�as de desarrollo. El Anexo 2, muestra la reglamentaci�n en forma de matriz de estos pa�ses, igual a la que se present� para los principales socios comerciales de M�xico.

En un estudio elaborado por la Universidad de Michigan se estim� que el aumento del PIB en EEUU ser�a del orden de 4,200 millones de d�lares anuales, mientras que el PIB en Chile crecer�a en unos 700 millones de d�lares, lo que representa para 2002 un incremento del 1%. Esta comparaci�n permite ver qui�nes son los beneficiados en la apertura comercial.

Como resultado previsible de las situaciones fiscales antes detalladas, se dar� un d�ficit fiscal o bien, mayores impuestos a la poblaci�n o recorte de servicios sociales. Se imponen fuertes limitaciones a la capacidad del estado para ejercer soberan�a en el �mbito econ�mico y social. Una de las restricciones es la capacidad de establecer o modificar tributos, la pol�tica monetaria y crediticia, la regulaci�n del mercado de divisas y la balanza de capitales.

El debate sobre la conveniencia o no de la apertura comercial ha avanzado desde una visi�n de naturaleza ideol�gica a otra m�s t�cnica, seg�n la cual, es evidente que si bien los impactos positivos de la IED en los pa�ses hu�spedes son probables, est�n lejos de ser autom�ticos. Por lo tanto, se debe demostrar (no suponer) que son positivos, consideraci�n que tienen importantes implicaciones y una de ellas es que la pol�tica sobre IED, deber�a enfocarse menos en alcanzar una masa cr�tica de inversiones y m�s en lograr que �stas sean de beneficio mutuo entre los inversores y los pa�ses hu�sped.


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