Maria Elza Eugenia Carrasco Lozano
Acceso y uso del agua por las campesinas en la unidad doméstica y la parcela agrícola de riego alto rio Lerma. Por Carmona Q.L. Edit. Pilar Alberti y Emma Zapata .
El trabajo de campo se llevó a cabo con 14 familias del Distrito de riego 011, en las comunidades de “Perico de Razos, Municipio de Cortázar, y San Agustín, Municipio de Salvatierra, del estado de Guanajuato.
La investigación indaga los procesos enfrentados por las mujeres campesinas para acceder al recurso agua tomando como base de análisis “la unidad doméstica” y “la parcela agrícola”, aclaran que el estudio no se inmiscuye en asuntos relacionados con la propiedad de la tierra o del riego; sin embargo si ahonda en el tema de la segregación de género para acceder al agua potable.
En el tema de la participación, el estudio señala que las mujeres no participan en las actividades agrícolas y de riego porque estas son muy pesadas o porque son difíciles y porque generalmente estas actividades tienen una fuerte raigambre masculina; pero por otra parte, las mujeres si pueden participar con todas las posibilidades de toma de decisión siempre y cuando se trate de acciones que tengan que ver con el agua para la unidad doméstica.
En la unidad doméstica la jerarquía generacional determina cómo se usa el agua, por lo que al interior del hogar las mujeres mayores son quienes determinan para qué se usa el agua; estas decisiones se refuerzan con un proceso de socialización en el que las mujeres transmiten valores de uso del agua a los niños y niñas, haciéndolos participes de la limpieza de ropa, casa y aseo personal.
El agua en la unidad doméstica se destina para la transformación de alimentos; para cafés o tés de yerbas aromáticas; para el aseo personal después de las jornadas del campo; para limpieza de las ropas y la casa (incluye, patios pasillos, huertas y corrales).
Como las mujeres mayores son las que cuidan el recurso, incluso ellas mismas han establecido un estigma que permea con el resto de las mujeres que dice que; “la mujer limpia, la casa es limpia; la mujer sucia, la casa está sucia y no es mujer”; esta señal o marca, hace que la mayoría de ellas procuren tener su casa muy limpia y adornada, por lo que otro de los usos del agua es para el cultivo de plantas, que hacen que la casa sea más atractiva.
Además de los usos mencionados, otra actividad importante en las comunidades de menores ingresos, (San Agustín) es el lavado de ropa “ajena”, como una forma de empleo, por lo que además de administrar el recurso para las necesidades propias de su familia, lo cuidan y conservan para mantener el empleo.
En todas las actividades se observó una división genérica y sistemas de poder generacionales en el manejo del recurso, y procesos de socialización centralizados en las mujeres.
La Racionalidad en el consumo de Agua potable en hogares de Coyoacán e Iztapalapa. Por Elizabeth Ramos Guzmán
La investigación parte de la problemática del abasto y calidad del agua en la ciudad de México, por lo que de inicio propone que las políticas públicas que traten de resolver el problema del aprovechamiento y sustentabilidad del agua en el D. F. deben hacerlo desde una perspectiva social en la que se conozcan los hábitos de consumo en los hogares, y no solo se planteen soluciones desde una visión económica de aumento de tarifas.
Los conceptos que aborda son los de Racionalidad, Sustentabilidad y Participación.
La investigadora, examinó las diferencias sociales, económicas y territoriales que enmarcan la desigualdad en la calidad y cantidad de agua que reciben los hogares de las delegaciones Coyoacán e Iztapalapa en el Distrito Federal, ambas delegaciones son las que reportan mayor demanda de agua para uso doméstico en la ciudad, y en ambas el suministro del servicio es administrado por dos empresas particulares; Industrias del Agua (IASA) y Tecnología y servicios de agua (TECSA).
El trabajo de campo se llevo a cabo en dos colonias de la delegación Coyoacán; San francisco Culhuacán y Barrio de San Francisco; y dos colonias de la delegación Iztapalapa; La polvorilla y Colonial Iztapalapa. La muestra constó de 92 encuestas de opinión en los hogares, y entrevistas a profundidad con informantes clave (funcionarios), los resultados generales demostraron que la escasez y la baja calidad de agua potable es recurrente en la delegación Iztapalapa, subrayando que, además, en esta delegación vive el 20.6% de la población total del D.F. Por el contrario, en Coyoacán los problemas de abastecimiento de agua son menores, además de diferir en los niveles de ingresos y educación con la otra delegación.
Los resultados también demostraron que el nivel de ingresos determina el acceso al recurso, ya que en las colonias populares de bajos ingresos, como la Polvorilla, el agua llega por tandeo cada ocho días, lo que ha provocado la condonación de los pagos de tarifas. En la otra colonia de Iztapalapa, el flujo es continuo pero sin presión, a diferencia de Olímpica de Coyoacán en la que el flujo del líquido es constante, y en San Francisco solo escasea el agua a mitad del día, lo que no genera problemática alguna para la población.
En general, la investigación encontró que los principales usos del agua en estas colonias son los siguientes; lavar ropa 23%, aseo personal 22%, lavar trastes 13%, aseo de casa 13%, el uso del sanitario 10%, preparación de alimentos 10%, regar plantas 5%, otros 4%, beber 3%, lavar patio 3%, lavar auto 1%, y asear mascotas 1%.
Otro de los hallazgos es que el sexo del entrevistado refleja una relación diferente para con las actividades domésticas y el agua; mientas que ocho de cada diez hombres consideran que requieren más agua para aseo personal, siete de cada diez mujeres dijeron necesitar más agua para lavar la ropa.
El estudio también reveló que el 78.3% del agua suministrada a la Cd. De México es para uso doméstico, que el 80% de esta se usa para el aseo o limpieza de lugares o cosas, y que solo el 13% la utiliza para beberla o preparar alimentos, lo que significa que aproximadamente el 87% de la población satisface sus necesidades de consumo humano con agua de garrafón.
La visión de participación es diferente en las colonias con desigualdades en los niveles de ingresos, educación, y en la calidad y cantidad de agua que reciben, cada contexto exige resolver demandas diferentes, la ubicación geográfica es determinante y las acciones colectivas son reclamantes en las colonias populares de Iztapalapa, no así en las colonias de Coyoacán.
La investigación concluye que la participación de los ciudadanos es cada día más importante; que el reto de la gestión del agua es técnica y económicamente posible de resolver, así que el verdadero desafío plantea la investigadora, está en las cuestiones sociales relacionadas con el servicio, la justicia, la equidad y el bienestar para satisfacer las necesidades mínimas necesarias en congruencia con el medio ambiente.
Equidad de Género y Agua, los retos del desarrollo en los Altos de Chiapas, México. Por Denise Soares
Bajo el sustento teórico del paradigma de la sustentabilidad y la equidad, se analizaron las estrategias de uso y manejo del agua por unidades domésticas en una comunidad indígena ubicada en Chiapas, México, a fin de desarrollar un proceso de transferencia tecnológica encaminada a promover un manejo más sustentable de los recursos hídricos e impactar de manera positiva en la reducción de las cargas de trabajo de las mujeres.
Los ejes de análisis se centraron en el acceso al agua; la participación femenina en espacios de toma de decisión; en la gestión de los recursos hídricos; en el manejo del agua al interior de las unidades domésticas; y en el proceso de apropiación de las cajas de desinfección solar del agua.
La investigación se realizó en una comunidad del municipio indígena de Chamula, ubicado en los Altos de Chiapas, sureste de México, el municipio ocupa el lugar 103 de los 119 municipios con mayor marginación en el Estado; en términos de acceso a los servicios presenta un gran rezago, ya que solo el 2.87% de las viviendas cuenta con agua entubada y el 0.39% con drenaje conectado a la red.
El trabajo de campo se realizó en la comunidad de Pozuelos, la cual cuenta con una población de 112 familias, todas de origen tzotzil, monolingüista, conformada principalmente por mujeres y personas adultas mayores; la entrevista se aplico a 31 familias.
Como parte de los resultados se encontró que el acceso al agua para consumo doméstico se centra en el sistema de distribución de agua que existe en la comunidad, de tal manera que el 95% de las familias de la comunidad tiene acceso al agua entubada, sin embargo el estudio reporta que al año las unidades domésticas no tienen acceso al agua debido a que el agua se escasea en los periodos de estiaje, en estos meses, las familias acuden a los manantiales para abastecerse de agua.
También se analizó la subordinación de género, que sitúa a las mujeres en posición de desventaja con relación a los hombres, tanto para expresar sus necesidades o derechos, como para acceder a los procesos y espacios de toma de decisión. La gestión del agua en la comunidad de Pozuelos está controlada por el “patronato del agua” o comité conformado por habitantes locales, encargados de administrar, manejar, detectar y reparar fallas en la red de abastecimiento de agua, el cual está compuesto por seis integrantes, todos hombres, con un mandato de un año.
Los integrantes del patronato no cobran un sueldo, solo ocupan cargos de prestigio que presuponen el ejercicio del poder, por lo que esta organización, que regula el acceso al agua para uso doméstico con representantes exclusivamente del sexo masculino, tiene el control del recurso en una comunidad. Con esta información Soares confirmó que son los valores sociales y estereotipos culturales son los que guían las prácticas comunitarias de organización y gestión de los recursos.
Otra información que se encontró es que el uso del agua está destinado principalmente para el lavado de ropa, para la preparación de alimentos y para el aseo de la vivienda, entre otras actividades demandantes de dicho recurso; sin embargo son los hombres quienes determinan las prioridades para utilización del agua al interior de las unidades domésticas y también son ellos quienes establecen las sanciones por los incumplimientos.
Al respecto averiguó que en temporadas de estiaje, aunque las mujeres sean las que mejor conozcan las demandas del recurso para sus necesidades domésticas, estaba prohibido el uso del agua de las tomas domiciliarias para lavar ropa, estableciéndose una multa de $400.00 (cuatrocientos pesos) para la mujer que incumpliera este mandato, esto último confirmó la imposibilidad de apoyar la participación activa de las mujeres en procesos de toma de decisión sobre la gestión del agua a nivel comunitario.
Mujeres en los comités de agua del estado de Chiapas: elementos para entender una participación con segregación genérica. Por Kauffer Edith y Antonino García
La investigación se fundamente teóricamente en los conceptos de género, participación, política del agua y comités.
La investigación expone un panorama general de la participación de las mujeres en los comités de agua en el Estado de Chiapas, donde a partir del año 1995, la Comisión Nacional del Agua impulsó una estructura local o patronato destinado a dar seguimiento a los sistemas de agua potable construidos en las zonas rurales.
El estudio explica, tres aspectos que favorecen la poca participación femenina en los comités de agua en Chiapas; el primero refirió una política pública hídrica que ha logrado desarrollar una conciencia de preservación del liquido, pero que no ha promovido activamente la participación femenina, el segundo se refiere a los factores socioculturales que limitan el acceso de las mujeres a los cargos en los patronatos de agua y a la división sexual del trabajo, y el tercero señaló las características propias de las mujeres, su historia, el acceso, educación, su edad y estado civil y otros elementos vinculados a su género que les impiden participar en de manera activa en los comités.
Los resultados revelaron que de los 1,129 comités registrados en el Estado de Chiapas, en los cuales los integrantes suman un total de 5,645 personas, solo el 1% del total de ellos son mujeres, (56 mujeres), y que la participación de estas mujeres es efectiva solo en 47 comités, lo que significa que en términos reales solamente el 4.16% de los 1,129 comités formados tienen representación femenina y masculina. Con el propósito de corroborar la información proporcionada por la CNA, los investigadores entrevistaron a 17 de las 56 mujeres que participaban en los comités, encontrando que la representación había disminuido a 54 con respecto al dato proporcionado en el año 2000.
Para el trabajo de campo los investigadores tomaron como referencia la división por regiones del estado, lo que les permitió explicar en qué zonas había menor o mayor presencia de mujeres en los comités, resultando que las regiones más abiertas a la participación femenina fueron aquellas con menos población indígena, entre más población indígena menos participación de mujeres.
La escasa representación de las mujeres en la estructura organizativa de los comités, dicen los investigadores, contrasta cuando se realizan reuniones para tratar asuntos relacionados con el agua, ya que en estas la presencia es casi exclusiva de las mujeres, señalando que tanto mujeres como hombres reconocen que esto es “natural” partiendo del hecho de que son ellas deben asistir ya que ellas son las que usan el agua para las actividades domésticas. Pero cuando se trata de tomar decisiones con respecto al recurso, estas son del dominio masculino.
En general la investigación dejó ver la ausencia una perspectiva de género con enfoque participativo al momento de la creación de los comités de agua en el estado de Chiapas, afianzada a una división genérica del trabajo que de por sí ya restringía la presencia femenina en las tomas de decisión a escala comunitaria, la cual, combinada con obstáculos individuales específicos, tuvo como consecuencia una escasa participación de las mujeres en los comités de agua creados entre 1994 y 1999.
En este estudio los investigadores no indagan los usos del agua en las comunidades, su estudio se centra en la participación de las mujeres en los comités. Sin embargo, los usos del agua al interior de la unidad doméstica están relacionados con las tareas domésticas en las que se incluyen la preparación de alimentos, la limpieza de la casa, el lavado de la ropa de la familia y el cuidado de los hijos principalmente.
Aguas sucias para trabajar, Agua limpia para tomar: transformaciones en torno al agua en comunidades Tzotziles de los altos de Chiapas. Por Kauffer, Michel E. y García, G. Antonino.
La investigación hace un recuento histórico de la situación hidráulica que enfrentó esta región en San Cristóbal de las Casas, Zinacantán y San Lucas, desde 1528. En el trabajo de campo se aplicaron 6 entrevistas colectivas a informantes clave en 16 comunidades acerca del riego, del agua potable, de su organización y de la historia, presentando el análisis en dos partes; en la primera se hace un recuento de la historia de las comunidades con respecto al agua, historia que refleja la escasez y el acceso paulatino al riego con aguas negras, y la segunda refiere la historia de una persona no originaria, que fue la que convenció a los pobladores de las bondades de producir hortalizas con aguas negras, lo que posteriormente provoco la organización de los pobladores para solicitar agua potable a la CNA.
En cuanto al acceso mencionan que el aspecto hidráulico siempre estuvo ligado a dos situaciones; una a las constantes inundaciones, y dos, al suministro de agua para la población. El problema de las inundaciones se resolvió entre 1974 y 1975 con la instalación de un túnel para drenar la cuenca, por lo que al no haber inundaciones el crecimiento de la mancha urbana se aceleró, provocando mayor demanda del recurso agua.
Una de las constantes al momento de la entrevista que aplicaron los investigadores tuvo que ver con el “sufrimiento” y la escasez del recurso para consumo humano que denunciaron los pobladores, quienes dijeron resolverla acarreando agua desde afuera, o abasteciendo a la ciudad con agua sucia filtrada de los canales. Posteriormente se satisfizo esta necesidad con el canal de agua para riego y la introducción del agua potable por las gestiones hechas ante la Comisión Nacional del Agua (CNA).
Todas las comunidades tienen un comité, llamado patronato sin figura jurídica, ellos administran el recurso, detectan y reparan fallas, no permiten la injerencia de la SAPAM de San Cristóbal de las Casas, lo que los obliga a mensualmente enviar un representante de cada comité a participar en la limpieza de los tanques y ojos de agua garantizando así el abasto de agua.
La participación de las mujeres en una organización que administre el agua es inexistente, esto debido a la estricta división genérica del trabajo vigente en las comunidades indígenas, y a las fuertes restricciones que los varones de carácter difícil imponen a la movilidad de las mujeres, argumentando además de que la sobrecarga de trabajo doméstico es otra de las razones para su no participación.
Otro aspecto para conocer la participación de las mujeres se refirió a la correlación existente entre la escasez de agua y la organización o la abundancia y la no organización, por lo que, dependiendo de que tanto acceso se tenía al agua era el nivel de participación.
Los relatos de los habitantes que nacieron en la zona mencionan la escasez de agua para consumo humano, el cambio de hábitos y la llegada de agua del canal como una opción para mejorar su situación económica.
Los investigadores resumen la historia hídrica de San Cristóbal de las Casas, Zinacantán y San Lucas en dos momentos; uno el sufrimiento por la escasez, y el otro el auge de la vida económica con la producción de hortalizas a base de riego. Concluyen que la relación de la población con el agua pasó, en el ámbito agrícola, de la lluvia a la irrigación con aguas negras y, en el ámbito doméstico, de la escasez a la suficiencia de agua potable con la gestión ante la Comisión Nacional del Agua. (CNA).