Miguel Ángel Vega Campos
De la revisión y análisis de los principios y postulados de las diferentes teorías y escuelas de la administración, se observa que una buena parte de ellas incorporaron dentro de su filosofía al menos algún concepto o elemento del campo de estudio del CO.
El autor considera que el objetivo de las teorías o escuelas de la administración es influir directa o indirectamente en el comportamiento de las personas, para que éstas canalicen en la medida de lo posible sus energías en la consecución de los propósitos de las organizaciones.
Queda en tela de juicio asegurar si una u otra teoría se preocupa en mayor o menor grado por los intereses personales de los miembros de las organizaciones. Tal pareciera que al final, el interés preponderante es que los dueños del capital continúen ejerciendo el poder sobre los trabajadores.
Los autores de las primeras teorías se enfocaron básicamente en aspectos individuales de las personas en las organizaciones para derivar sus principios y postulados, tal como se aprecia en la administración científica, la teoría de la administración o en la burocracia. Quizás esta preferencia obedeció a cuestiones de interés metodológico o delimitaciones personales perfectamente fundadas y justificadas en la época en que se realizaron los estudios que las crearon.
El autor supone que los creadores de las teorías de referencia tenían pleno conocimiento de la importancia de otros aspectos de las organizaciones, para entender y predecir el comportamiento de las personas dentro de las mismas. Se estima que no fueron tomados en cuenta porque las condiciones políticas, socioculturales o económicas en ese momento eran otras.
Con la aplicación de los principios y postulados enunciados en ese tiempo, el capitalismo lograba su cometido. Las organizaciones se hicieron más complejas en el transcurso del tiempo. Este proceso se inició con la evolución de los organismos, de los cuales el mismo hombre es el ejemplo de mayor complejidad (Kast y Rosenzweig, 1988; citados por Da Silva R., 2002).
Así la situación, las teorías más recientes de la administración involucran mayores elementos para entender y predecir el comportamiento de los individuos dentro de las organizaciones, pero siempre tratando de servir de manera velada a los intereses del capital.
Finalmente, el autor considera que a la fecha no existe una teoría de la organización que satisfaga al cien por ciento, tanto los intereses del individuo y los de la organización. Aunque se estima que sigue siendo el capital el que obtiene los mayores beneficios en esta maltrecha y desigual relación.
El lector observará que la disciplina de la administración sigue careciendo de métodos o procesos que nos aseguren el éxito total dentro de las diferentes organizaciones. Es necesario y conveniente seguir buscando otras opciones que permitan mejorar e igualar la relación entre los dueños del capital y los subordinados del mismo.
No obstante lo comentado, el autor sostiene que la perspectiva del comportamiento organizacional es un buen punto de partida para seguir investigando, ya que son las personas las que con su actuar le dan vida a las organizaciones, ya sea de manera individual o grupal en la iniciativa privada o en el sector público.
En el capítulo siguiente se conceptualizarán los elementos vertidos en la Figura 1 de este trabajo, para caracterizar el reposicionamiento gubernamental de actores decisores en las organizaciones públicas del Poder Ejecutivo del Estado de San Luis Potosí.