Miguel Ángel Vega Campos
En cuanto a la situación que guarda el aspecto electoral en la entidad y particularmente en el período que comprende esta investigación, es muy conveniente el trabajo denominado Participación Política y Abstencionismo en San Luis Potosí, de Cesar Contreras Malibrán, que comprende el período 1981-2000. En este estudio se analizaron los resultados correspondientes a las elecciones de 1981, 1984, 1987, 1997 y 2000 para diputados locales; de 1991 para gobernador del Estado y de 1994 para presidentes municipales de la Entidad. Se revisaron los resultados correspondientes a la elección de diputados federales y para presidentes de México durante los años 1982, 1988, 1994 y 2000.
Las conclusiones a las que llegó Contreras (2003:10) fueron:
1. La participación política de los ciudadanos en los procesos electorales en San Luis Potosí, durante el período 1981-2000, pasó por dos etapas: a) De 1981 a 1990, tuvo un comportamiento totalmente irregular con tendencia a la baja. Durante este lapso se presentó el porcentaje más alto de abstencionismo en dos décadas, 65.77 por ciento. La participación ciudadana en los procesos electorales mantuvo una caída en 1987 y 1990. b) Se presentó una etapa de recuperación, que inició en 1993 y se mantuvo hasta las elecciones de julio de 2000. En este período se registró un aumento constante en los índices de participación ciudadana en los procesos electorales.
2- Se considera que el incremento de la participación ciudadana en los procesos electorales en la última década del siglo XX se debió a la legitimación de los mismos, influido por los aspectos: a) Modificación del marco jurídico electoral. b) La presencia de mayor competencia electoral entre los partidos. c) La existencia de autoridades electorales capaces de transmitir confianza a partidos y electores, respecto de la organización de las elecciones. d) La atracción de votantes que ejercen las elecciones concurrentes que en una sola jornada, eligen puestos de representación política local y federal. De hecho, comenta Méndez (2004) que hoy las elecciones en México se consideran democráticas, porque se reconoce su carácter competitivo, su transparencia y su equidad general. La marcada competitividad de los procesos electorales le ha dado al sistema de partidos una configuración radicalmente nueva.
3. El hecho de que en San Luis Potosí durante la última década del siglo XX se haya registrado un incremento en los niveles de participación en los procesos electorales antes descritos, evidencia una cultura cada vez mayor de participación política de los ciudadanos.
La competitividad electoral constituye el proceso neurálgico de la transición mexicana a la democracia. Su evolución sintetiza el tamaño y la proporción del cambio político que se ha vivido no sólo en el Estado, sino en todo el país en un período de veinte años: de elecciones poco transparentes y equitativas, con un sistema de partido hegemónico, a elecciones justas y libres, con un sistema de partido plural y elecciones competitivas (Méndez, 2004).
Esta situación, es consecuencia de lo que está sucediendo en América Latina desde finales de los setenta y tiene que ver con el proceso de (re)democratización más largo, extenso y profundo de toda su historia. La región está experimentando una doble transición, que en algunos países es triple: la primera, del autoritarismo a la democracia; la segunda, de economías fuertemente intervenidas por el Estado y relativamente cerradas, a economías más abiertas y orientadas al mercado y la tercera (que no aplica a México) de la guerra a la paz (Zovatto, 2001).
Para hablar de la situación política en San Luis Potosí durante el período que abarca este estudio, resulta obligatorio el tema relativo al movimiento popular conocido como “el navismo”, en honor al apellido de sus principales promotores, los hermanos Manuel y Salvador Nava Martínez.
A Salvador Nava Martínez se le atribuye ser el principal opositor del caciquismo de Gonzalo N. Santos, asentado en San Luis Potosí a mediados del siglo pasado. Comenta Ortiz (1992; citada por Kaiser, 1997) que a partir de 1958 Nava inicia su actividad política que se extendería por más de tres décadas. Como alcalde de la capital del Estado, Nava chocó con el cacique Gonzalo N. Santos, quien durante su gestión como gobernador había organizado a sus seguidores en cuadrillas de pistoleros (Preston y Dillon, 2004).
Sobre la lucha contra el caciquismo de Gonzalo N. Santos, Castro Escalante (citado por Dip, 2005:301) opina:
Durante los períodos de gobierno de Santos y Salas (Gonzalo N. Santos e Ismael Salas) se murió el espíritu cívico de la gente, nadie votaba, las elecciones se efectuaban casi en familia, era que en la política no se movía ni hoja de un árbol sin la voluntad de don Gonzalo. Así, sin adversario al frente llegó a la gubernatura para el período 1955 a 1961 Manuel Álvarez.
[…] a la mitad de su gobierno el pueblo potosino se rebeló contra la dictadura del Sr. Santos y lo hizo caer. Sin tomar en cuenta pequeñas escaramuzas que ya había habido en contra del gobierno estatal, fue precisamente el 20 de noviembre de 1958 cuando en lleno desfile la gente le lanzó huevos podridos cuando presidía la ceremonia cívica, el Gobernador Álvarez se refugió dentro del palacio y se fue luego al Distrito Federal.
La lucha del pueblo estaba siendo encabezada por el Rector de la Universidad Dr. Manuel Nava, pero a raíz de su repentina muerte en agosto de 1958 lo suplió su hermano, el Sr. Dr. Salvador Nava Martínez. Todo el pueblo se unió en la lucha, comerciantes, industriales, amas de casa; varias veces se paralizó totalmente la ciudad para pedir la salida del gobernador; finalmente el 4 de febrero de 1959 fue nombrado substituto, el periodista Francisco Martínez de la Vega (1959-1961), por lo que con esto el cacicazgo del Sr. Gonzalo N. Santos llegó a su fin.
Sobre este mismo hecho, Martínez (1985a:57-58), expone:
Al celebrarse el desfile del 20 de noviembre, la fiesta cívica terminó en un zafarrancho. Los participantes convirtieron la fecha en una manifestación de repudio a la influencia de Santos en el gobierno local. El gobernador Manuel Álvarez, lejos de intentar poner fin a los problemas, salió a la ciudad de México desde donde pidió licencia al Congreso para ausentarse. En realidad estaban desaparecidos los poderes en San Luis.
Salvador Nava Martínez incursionó formalmente en la vida política, a partir del 30 de diciembre de 1958, cuando asume el cargo de Presidente Municipal de la capital del Estado de San Luis Potosí. Este hecho causó revuelo en el nivel nacional, porque como lo señala Martínez (1985a) el caso revistió gran importancia, ya que se trataba del primer ayuntamiento que formalmente lograba salir de la órbita del sistema partidario constreñido a la dicotomía PRI-PAN.
San Luis Potosí fue la segunda ciudad en el país, gobernada por un partido político distinto del PRI (Santos, 2004:58).
Se recuerda que la primera entidad gobernada por un partido político diferente del PRI, fue Baja California Norte en 1989. En 1992 Chihuahua cae en manos de la oposición y en 1995, Jalisco y Guanajuato (Calderón, 1996).
No obstante que las cifras oficiales señalaron que Salvador Nava Martínez obtuvo 22,010 votos contra 11,320 de su contendiente más cercano, el candidato postulado por el PRI, se tiene información de que en realidad la cifra de votos de Nava Martínez fue de 26,319 contra 1,683 del candidato priista (Martínez, 1985a; Ortiz, 1992; citada por Kaiser, 1997).
Comenta Martínez (1985a:58) que la capacidad política del doctor Nava se unió a su habilidad para concertar alianzas y a la labor que realizó presidiendo el ayuntamiento, obra que aún el Presidente de la República Mexicana tuvo que reconocer. Sin embargo, las aspiraciones políticas del doctor Nava y de los navistas no se conformaron con detentar el ayuntamiento de la capital potosina. Luego de su triunfo en 1958, circularon rumores de que Nava tenía posibilidades de asumir la gubernatura y se corroboraron cuando dos años después, solicitó licencia para dejar la Presidencia Municipal el 29 de diciembre de 1960, un año antes de terminar su período (Guerrero, 2005).
A pesar de que Nava era miembro del PRI en ese entonces, el partido nunca lo quiso postular como su candidato, ni para la presidencia municipal de la capital potosina que ganó en 1958, ni para las próximas elecciones para gobernador del Estado que en ese entonces (período 1961-1967) celebrarían, y para las que Nava renunció a su cargo de presidente municipal. Preston y Dillon (2004) comentan que fue la intervención de Gonzalo N. Santos, la que evitó que el PRI lo postulara, porque para el cacique, Nava siempre fue un simple advenedizo.
Finalmente, Nava se postuló como candidato independiente, con el apoyo de la Unión Cívica, la Unión Nacional Sinarquista y el Partido Demócrata Mexicano (PDM) organizaciones que dejaban a sus miembros la decisión de apoyarlo en forma individual. Aunque el prestigio de Nava se acrecentó en la entidad, la carencia de apoyos organizacionales le dificultaría el acceso a la gubernatura (Martínez, 1985a).
Se dice que las elecciones de 1961 y 1991, en las que participó Nava, han sido las más reñidas y discutidas en la historia de San Luis Potosí. Perdió en ambas ocasiones ante los candidatos del PRI, en 1961 se declaró gobernador a Manuel López Dávila y en 1991 a Fausto Zapata Loredo (Ortiz, 1992; citada por Kaiser, 1997:94; Guerrero, 2005).
Desde los acontecimientos de 1961, durante casi dos décadas Salvador Nava Martínez se mantuvo un tanto alejado de la vida política, pero su grupo político alentaba mientras tanto la formación del Partido Demócrata Potosino.
La reforma política de 1977 abrió una nueva posibilidad para la organización independiente (Martínez, 1985a; Moreno, 2005; Lomelí, 2001, citado por Olvera, 2005) ya que estructuralmente en México existía un ambiente en el que predominaba un sistema modificado de un solo partido, hasta los cambios electorales de la mencionada reforma política (Camp, 1985).
Sobre el alejamiento de Nava de la vida política en San Luis Potosí, Ortiz (1992; citada por Kaiser, 1997:95) escribe:
La noche del 15 de septiembre de 1961, los navistas organizaron una kermesse en el Jardín de Tequis, al mismo tiempo que en la Plaza de Armas se suscita una balacera, en la que murieron varias personas. Más tarde soldados tomaron por asalto y destruyeron las instalaciones del diario Tribuna, órgano navista. Al día siguiente, el doctor Nava es arrestado junto con otros simpatizantes suyos. Un mes después, el 15 de octubre, son puestos en libertad.
Nava vuelve a ser detenido el 5 de febrero de 1963 y sometido a golpes y a torturas en la penitenciaría. Por orden de un juez es llevado al Hospital Central, finalmente fue dado de alta y liberado el 18 de febrero (de ese mismo año). El Dr. Nava continúa al frente del movimiento durante algunos meses más, pero debido al hostigamiento a que fueron sometidos sus partidarios y a la falta de una verdadera apertura democrática, determina retirarse de la vida pública.
En relación con la balacera suscitada en la plaza, se dice que oficialmente fueron seis muertos y 12 heridos; pero en realidad en los pasillos del hospital local se encontraron al menos 40 personas con lesiones de bala, tanto priístas como navistas (Aguayo, 1968; citado por Preston y Dillon, 2004). En ausencia, en ese tiempo, de prensa independiente y organizaciones de derechos humanos, la masacre no se investigó (Preston y Dillon, 2004).
Sobre el mismo incidente, Guerrero (2005:85) describió:
La Plaza de Armas se convirtió en el teatro de las acciones militares con cientos y cientos de niños y adultos inermes que estaban celebrando el Grito y que se vieron envueltos en el humo de la pólvora y los proyectiles disparados criminalmente a ciegas.
Los muertos comprobados por la prensa fueron Jenaro Granados, soldado del 24 Batallón, los judiciales Rubén Rodríguez Martínez, Vicente Olivo y José Gutiérrez, María Guadalupe Escamilla. Al día siguiente 13 detenidos fueron transportados a la ciudad de México entre los que iban Salvador Nava, Luis Fernando Rangel, Salomón H. Rangel, Manuel Dueñas, Francisco Carrizales, Héctor Vázquez. En total fueron transportadas 39 personas al campo militar No. 1.
En 1981 Salvador Nava Martínez regresa al escenario político y funda el Frente Cívico Potosino “para luchar contra las formas autoritarias”. Apoyado por distintas organizaciones y partidos políticos (PAN y PDM) nuevamente lanza su candidatura para la Presidencia Municipal de San Luis Potosí (Ortiz, 1992; citada por Kaiser, 1997). En las elecciones municipales del 5 de diciembre de 1982, Salvador Nava Martínez triunfó apoyado por el Frente Cívico y con el registro del PAN y el PDM (Santos, 2004; Guerrero, 2005). Esta coalición obtuvo 52,936 votos contra 40,275 del PRI (Martínez, 1985a).
Sobre las elecciones del 5 de diciembre de 1982, expone Dip (2005:364):
El Dr. Nava se postuló para la Presidencia Municipal, y democráticamente ganó las elecciones con amplísimo margen. Su problema fue el permanente enfrentamiento con el Estado, lo que ciertamente frenó el progreso en todos los campos, menos quizás, en el principal del mexicano, la lucha por la democracia, la libre elección, el sufragio efectivo.
A partir de este hecho, los “navistas” no pararían de participar de manera directa en la vida política de San Luis Potosí durante la mayor parte del período que comprende esta investigación. Sin embargo, la acción del movimiento navista se vio realmente mermada con la muerte de Salvador Nava Martínez, ocurrida el 18 de mayo de 1992.
Ya instalados de lleno en el período que comprende esta investigación, la titularidad del poder ejecutivo del estado de San Luis Potosí, la ocuparon gobernantes procedentes del PRI, por poco más de 23 años y medio. La actual administración pública (2003-2009) de extracción panista, tomó posesión el 26 de septiembre del 2003 por lo que sólo abarca poco menos de un año y medio para completar los 25 años (1979-2004) que se han establecido para efectos de este estudio.
En el aspecto político, el Estado se ha caracterizado en el nivel nacional por un alto grado de inestabilidad política de sus gobernantes. Tan sólo en el período de esta investigación, San Luis Potosí ha tenido nueve gobernadores, incluyendo al actual. La Tabla 36 muestra la relación de los mismos.
El alto grado de inestabilidad política en el Estado no es novedad, de hecho a lo largo de la historia de San Luis Potosí, ha habido varios gobernantes durante períodos de tiempo relativamente cortos, tal como se muestra en la Tabla 37.
Durante los 25 años de esta investigación, únicamente dos gobernadores concluyeron su período constitucional de 6 años: Carlos Jonguitud Barrios (1979-1985) y Fernando Silva Nieto (1997-2003).