Ledis Mesino Rivero
Los estudios desarrollados por Sunkel y Paz (1981), sobre el Desarrollo y Subdesarrollo, dan cuenta de la complejidad que representan, “siendo ambas estructuras parciales, pero independientes, que conforman un sistema único” (p. 37).
Esto es, ambos procesos son históricamente simultáneos, que están vinculados funcionalmente y que interactúan y se condicionan mutuamente y que su expresión geográfica concreta se observa en dos grandes dualismos: por una parte la división del mundo entre los estados nacionales industriales, avanzados, desarrollados, centros, y los estados nacionales subdesarrollados, atrasados, pobres, periféricos, dependientes; y por la otra, la división dentro de los estados nacionales en áreas, grupos sociales y actividades avanzadas y modernas, y en áreas, grupos, actividades atrasadas, primitivas y dependientes.
Los mismos autores señalan, que el problema fundamental del desarrollo de una estructura subdesarrollada, es la necesidad de superar su estado de dependencia, transformar su estructura para obtener una mayor capacidad autónoma de crecimiento y una reorientación de su sistema económico, que permita satisfacer los objetivos de la respectiva sociedad.
En otras palabras, el desarrollo de un país en vías de desarrollo, significa lograr una creciente eficacia en la administración innovadora de su medio ambiente natural, tecnológico, cultural y social, así como de su relación con otros países, esto implica una reorientación de la política de desarrollo, tanto en lo interno, como en las relaciones internacionales, asimismo implica el desarrollo de la tecnología, obtención de niveles de crecimiento de producto por habitante, la expansión del ingreso nacional, apoyo al sector industrial y productivo, eficiencia en las relaciones de producción y la implementación de políticas sociales que abarquen a los sectores más vulnerables en situación de pobreza, entre ellas, seguridad social, empleo, educación, salud, entre otros.
De igual manera, como lo manifiestan los autores, entre las teorías o tendencias que se preocupan del desarrollo, están: 1) las que conciben el desarrollo como crecimiento, las que lo perciben como un estado o etapa y las que enfocan el desarrollo como un proceso de cambio estructural global.
1) El Desarrollo como Crecimiento: Este tipo de desarrollo se define como el nivel de desarrollo en términos de ingreso por habitante, y el proceso de desarrollo en términos de tasa de crecimiento. El ingreso por habitante es el indicador o medida más adecuado para definir el nivel y ritmo de desarrollo. De igual manera, la preocupación fundamental de la teoría del crecimiento, se centra en la influencia que tiene la inversión sobre el crecimiento del ingreso, el equilibrio dinámico y la ocupación.
En virtud de que esta teoría en gran parte coloca el acento sobre la inversión, permite asociarla fácilmente con la escasez de capitales considerada como el problema básico de los países subdesarrollados, en virtud de ello, esta teoría explica que el nivel de subdesarrollo y la lentitud del proceso de desarrollo, se debe a la falta de capitales. En otro sentido, esta teoría asignó un papel fundamental al Estado, en la política económica, ya sea para que estimule las inversiones privadas o realice nuevas inversiones públicas, o para que mantenga un nivel de gastos públicos elevados, según la situación de la demanda efectiva, basándose en la teoría keynesiana.
Finalmente, el método macroeconómico utilizado por la teoría del crecimiento, representó un avance considerable sobre el macroeconómico, pues permitió destacar, dentro de una visión dinámica y de conjunto, del sistema económico, algunas de las cuestiones centrales del desarrollo, entre ellos, el nivel comparativo de ingresos, el ritmo de crecimiento, el papel del sector público, entre otros.
2) El Subdesarrollo como Etapa: En esta etapa, el proceso de desarrollo es concebido como una sucesión de etapas, que se recorren desde la más primitiva o tradicional a la más desarrollada (moderna sociedad industrial), pasando por varios niveles o estadios intermedios que tienen determinadas características, entre ellas están: el establecimiento de programas como el desarrollo de la comunidad (políticas sociales), la racionalización de la administración pública, los esfuerzos por introducir la preocupación de la productividad en las empresas y en general, el hincapié en la racionalización o modernización en el sentido de los valores, actitudes, instituciones y organizaciones de las sociedades desarrolladas. En otras palabras, se concibe el desarrollo como una secuencia de etapas históricas que son por lo general, las mismas que pueden observarse en la evolución de los países actualmente desarrollados, para señalar descriptivamente, cómo a través de diversas etapas de superación de esas formas primitivas, tradicionales o precarias de la estructura social, y de un cambio de actitudes, de valores y de política, se puede llegar a la sociedad moderna, equivalente a la de los países desarrollados e industrializados. Esta teoría está apoyada en la teoría del dualismo sociológico de Boeke y en los enfoques de Rostow y de Germani.
3) El desarrollo como un proceso de cambio estructural global: Esta teoría concibe al desarrollo como un proceso deliberado, que persigue como finalidad la igualación de las oportunidades sociales, políticas y económicas, tanto en el plano nacional, como en relación con sociedades que poseen patrones más elevados de bienestar material. Asimismo, explica dicho proceso de cambio, incorporando todas las variables socioeconómicas internas y externas, que se consideren pertinentes, formuladas en función de un esquema analítico explícito, y este esquema debe reposar sobre las nociones de proceso, de estructura y de sistema.
De igual manera, el subdesarrollo se postula basándose sobre la observación m histórica sistemática, esto es, el subdesarrollo es parte del proceso histórico global de desarrollo, puesto que tanto el subdesarrollo como el desarrollo son dos caras de un mismo proceso histórico, universal, en virtud de ello, la diferencia fundamental que diferencia a ambas estructuras, es que la desarrollada, en virtud de su capacidad endógena de crecimiento, es la dominante, y la subdesarrollada, dado el carácter inducido de su dinámica es dependiente, y esto se aplica tanto entre países como dentro de un país.
En virtud de lo anteriormente señalado, esta teoría también se caracteriza por la participación social, política y cultural activa de nuevos de nuevos grupos sociales, antes excluidos o marginados, y esa participación debe hacerse presente, tanto en la formulación de los objetivos de la sociedad, como en la tarea de alcanzarlos. Es decir, se trata de procesos en los cuales, nuevos grupos sociales que fueron “objeto” del desarrollo, pasan a ser “sujeto” de ese proceso. Es por ello, que el desarrollo ha sido conseguido generalmente mediante un proceso intencionado donde algunos de los grupos socioeconómicos, hasta entonces marginados, han participado en forma creciente, tanto en la definición de los objetivos como en las tareas concretas y en los beneficios del proceso (Sunkel y Paz: 1981: 38).
Todas estas corrientes y teorías del desarrollo, lo que persiguen es que se implementen mecanismos en los países menos desarrollados, entre ellos Venezuela, para lograr el objetivo de mayor alcance, que es el desarrollo en si, puesto que los países desarrollados logran desarrollar grandes tecnologías, superar en cierta medida los niveles de pobreza y alcanzar crecimientos sostenidos en sus economías, entre otros. De allí la importancia de adoptar estrategias de crecimiento, fundamentadas en el estímulo de las exportaciones no tradicionales, con la finalidad de garantizar la competitividad externa de los productos de origen nacional, para impulsar las inversiones en el país y con ello, incrementar el empleo productivo, lo que redundaría en mejoras en el nivel de bienestar de la sociedad venezolana, y a su vez, aplicar medidas que impulsen el desarrollo del país. A continuación, se explicará la Teoría del Estado Benefactor Keynesiano, el cual viene a constituir una de las bases que sustenta la presente investigación.