Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA AUTORREPRODUCCIÓN DEL SISTEMA DE LA CIENCIA EN EL CAMPO ACADÉMICO DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO. UNA REFLEXIÓN A PARTIR DE NIKLAS LUHMANN

Juan Soto del Angel



 

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b) El texto de Rossana Reguillo.

Aquí se advierte una heterorreferencia del sistema de la ciencia, puesto que no se interesa por sí mismo, sino por una porción de su entorno: “la problemática de los jóvenes de los sectores marginales de la sociedad” (Reguillo, 1995: 19). Circunstancia que también adelanta la inclinación hacia un método cibernético, es decir, un conjunto de operaciones que se desarrollan bajo la forma problema/solución del problema.

El primer capítulo describe el programa teórico; el segundo, el metodológico. Uno y otro se resumirán en sus condicionalizaciones más importantes, con el propósito de indicar las unidades estructurales que orientaron la investigación.

a. Las condicionalizaciones y la limitacionalidad.

La primera serie de condicionalizaciones teóricas tiene que ver con el espacio urbano.

El espacio urbano es el referente material de la sociedad, la concentración de una serie de elementos materiales y simbólicos que con base en un modo de producción específico existen en una determinada zona. Espacio en permanente construcción, atravesado por mediaciones políticas, económicas y culturales. (Reguillo, 1995: 29)

En términos de condicionalización: se constituye un “espacio urbano”, porque al mismo tiempo hay: “un referente material de la sociedad”, “la concentración de una serie de elementos materiales y simbólicos que con base en un modo de producción específico existen en determinada zona”, un espacio “en permanente construcción, atravesado por mediaciones políticas, económicas y culturales”.

Todavía se hace coincidir el espacio urbano con la “concentración de la tensión del sistema social”. De inmediato, el sistema social se coloca (es decir, se concibe) en relación de implicación recíproca con “un conjunto organizado de posiciones diferenciadas”. En cuyo interior prosiguen las condicionalizaciones que definen al espacio urbano. Su calidad de “concentración de la tensión del sistema social” se gesta porque al mismo tiempo “agudiza los antagonismos de intereses que se constituyen por una participación diferenciada y desigual en los procesos de producción y reproducción de la vida social”; y si esto se da, también sucede que “la ciudad no sea experimentada de la misma manera para todos sus habitantes”: “para unos será el espacio del ejercicio del poder y la dominación, mientras que para otros representa el instrumento de la opresión y la explotación”. (Cf. Reguillo, 1995: 27-28)

En fin, se delimita “el espacio urbano como un escenario de luchas entre contendientes desnivelados y posicionados históricamente en un enfrentamiento por el poder de enunciación, capaz de imponer mediante la coerción o la seducción una representación a las prácticas sociales” (Reguillo, 1995: 29).

El actor urbano en tanto lo concebimos como un sujeto históricamente posicionado, está expuesto desde el lugar social que ocupa en la estructura a múltiples y variados discursos sobre la realidad que va introyectando en la forma de esquemas de percepción, valoración y acción, que serán transformados en virtud de su subjetividad en competencias, en el sentido de Greimas, de índole simbólica y práctica que orientarán su acción. (Reguillo, 1995: 29-30)

Concebido el espacio urbano como un escenario de luchas. Y allí, al actor, introyectando esquemas de percepción, valoración y acción. Es posible la siguiente pregunta “¿Cómo explicar entonces desde esta perspectiva la lucha, el enfrentamiento, el intercambio y préstamo de valores entre los grupos que ejercen el poder y los sectores marginados en nuestras sociedades urbanas?” (Reguillo, 1995: 29-30). He allí la primera versión del problema, o si se prefiere, de la pregunta.

Una segunda secuencia de condicionalizaciones teóricas tiene que ver con la constitución de identidades. En síntesis: se gesta “identidad social” porque también hay, “interacción con otros sujetos que participan de características comunes en función de su posicionamiento social, nosotras las mujeres, nosotros los obreros, nosotros los jóvenes”, una “impugnabilidad” que “se logra a través de un proceso de legitimación en el que se busca la aceptación y el reconocimiento de la propia identidad”, una alteridad, un nosotros frente a los otros. Por otra parte, la identidad se tambalea, si al mismo tiempo el sujeto no tiene la posibilidad real de pronunciarse con certeza sobre sí mismo”. (Cf. Reguillo, 1995: 31-32)

Este complejo aspecto de la dinámica sociocultural puede abordarse desde las relaciones de poder, donde poder –con minúsculas- no es el nombre de una institución o un aparato, sino el nombre de las relaciones de fuerza inmanentes y constitutivas de la organización social. (Reguillo, 1995: 36)

Presentados como coetáneos el poder y las relaciones de fuerza de la organización social, se cita la fenomenología y su propuesta para el estudio del mundo de la vida. Se indica que allí faltan “las determinaciones contextuales objetivas como las posiciones y competencias específicas de los actores” (Reguillo, 1995: 38). En otras palabras, se pasa por alto que las significaciones compartidas en los grupos sociales, una vez que arrancan, adquieren impulso propio; y que los actores, a partir de capacidades individuales, pueden trascenderlas. “El reto es entonces articular esas grandes determinaciones sociales con ese sujeto real que ha demostrado a través de la historia capacidad no sólo de recibir y procesar <<información>>, sino también de resistirla, de transformarla y de producirla” (Reguillo: 38). A esto se hace frente con el tema de la comunicación, “una clave para entender los fenómenos entretejidos en lo social” (Reguillo, 1995: 39).

Se parte del supuesto de que la comunicación tiene su fundamento en la interacción de sujetos históricamente situados que comparten un capital simbólico social, es decir convencional, que se objetiva en discursos -en sentido amplio- sobre la realidad, en un proceso de producción-recepción-producción de significados, determinados en primera instancia por el lugar social de los actores en la estructura. (Reguillo, 1995: 39)

Tras un mayor número de especificaciones o condicionalizaciones que delimitan a la comunicación, se plantean las “preguntas que parecen pertinentes para ubicar nuestro objeto de estudio” (Reguillo, 1995: 45).

 ¿Cuáles son las condiciones materiales y sociales de producción de comunicación?

 ¿Cuáles son los medios, los espacios, las reglas y constricciones en la circulación de comunicación?

 ¿Cuáles son los productos de la comunicación?

 ¿Cuáles son las condiciones sociales y materiales del reconocimiento de la comunicación?

Con esta versión dividida del problema o pregunta de investigación queda sintetizado el programa teórico, cuyo desarrollo, desde luego, se apegó a exigencias metódicas. El programa metodológico plantea la interrogante como sigue ¿De qué manera la comunicación sirve a la constitución de la identidad de las bandas juveniles en la ciudad de Guadalajara? “Los objetos-problema empíricos sobre los que interesó trabajar fueron”: las “prácticas de producción”, las “prácticas de circulación” y los “productos” (Cf. Reguillo, 1995: 57-58).

Es evidente que la pregunta y los intereses, primeros pasos propuestos por el método, tienen sustento en las condicionalizaciones teóricas. Para las siguientes fases se agregan estos supuestos: “en los productos de la comunicación es posible encontrar las huellas y las marcas de la identidad que remiten necesariamente a un nosotros frente a los otros” (Reguillo, 1995: 58); las producciones del actor “están ajustadas a un marco espacio-temporal específico, es decir a una situación que el actor experimenta y recrea cotidianamente”; (Reguillo, 1995: 58); en cuanto al “sujeto colectivo”, “las formas y códigos de expresión que se objetivan en un producto tenderán a reforzar –por las características del grupo-, los símbolos de autoidentificación colectiva” (Reguillo, 1995: 58).

Por último pensamos que al observar las prácticas de producción, las prácticas de circulación y los productos de la banda, podemos encontrar un conjunto significante de los principales elementos de la cultura de base de las bandas en la localidad, que constituyen su identidad y determinar cuál es el papel que la comunicación desempeña para salvaguardar, innovar o reproducir un discurso propio, frente a la sociedad global. (Reguillo, 1995: 59)

Un “primer acercamiento etnográfico al terreno” se hizo depender de la falta de “datos confiables sobre el número de bandas que existen en la ciudad de Guadalajara”. Se decide “un estudio de caso con la Banda Olivos de la Colonia del Fresno”. Paso que se sustenta en algunas razones que se ponen en relación con las fases anteriores. (Cf. Reguillo, 1995: 60).

En fin, se justifica la necesidad de caracterizar al actor, y con ello, el uso de la observación, el diario de campo, la entrevista a profundidad y la grabación de algunas reuniones. Nuevas condicionalizaciones apoyan los modos de observación de la producción, la circulación y el producto de la comunicación. Se finaliza con una breve explicación y las razones del procedimiento del análisis de los textos obtenidos. Hasta aquí el programa metodológico. Los siguientes capítulos dan cuenta del trabajo de campo, cuyos resultados salen ya de los límites de la presente investigación.

b. La paradoja.

La forma problema/solución o pregunta/respuesta del método cibernético, se ha dicho, no es más que una manera de reformular la paradoja. Véase ¿De qué manera la comunicación sirve a la constitución de la identidad de las bandas juveniles en la ciudad de Guadalajara? De acuerdo con la pregunta, se sabe que “la comunicación sirve a la constitución de la identidad de las bandas”, pero no se sabe “de qué manera” ¿Cómo saber lo primero sin saber lo segundo? Sólo es posible advertir que la comunicación sirve a la constitución de la identidad de las bandas, si se nota de que manera. De otro modo, ¿cómo? Una vez más, el sistema de la ciencia crea una asimetría en el ámbito de lo que sabe: fuerza un alargamiento de la observación bajo un programa metódico.


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