Tesis doctorales de Ciencias Sociales

LA AUTORREPRODUCCIÓN DEL SISTEMA DE LA CIENCIA EN EL CAMPO ACADÉMICO DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO. UNA REFLEXIÓN A PARTIR DE NIKLAS LUHMANN

Juan Soto del Angel



 

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La ciencia en el campo académico mexicano de la comunicación

La producción controlada y metódica del conocimiento y la exposición del conocimiento hacen de la investigación científica una empresa. Cuyo medio de difusión principal se halla en la imprenta, puesto que incrementa la capacidad de vínculo entre las comunicaciones. Lo que se publica tiene oportunidad de citarse, y por lo mismo, extiende sus posibilidades de aceptación.

Lo anterior hace dable observar las formas de observación del sistema de la ciencia en las publicaciones. Para el efecto, se hace un recorte a las que acá interesan: aquéllas que se ubican en el campo académico mexicano de la comunicación. Se introduce allí la diferencia entre investigadores con mayor número de publicaciones y demás investigadores. Los primeros quedan representados por 25 autores, cuyo número de publicaciones oscila entre 60 y 10 (Fuentes, 1998). De los cuales resultan seleccionados los que tienen de 60 a 22. Es decir 7 investigadores. Se suma uno que ocupa un lugar medio, con 13 publicaciones. Finalmente, se toma un texto por cada uno de estos autores y allí se observan las formas de observación del sistema de la ciencia.

Desde luego, en primer plano aparecen las estructuras básicas. Tanto de la producción controlada y metódica del conocimiento (el código binario: verdad/no verdad; y, los programas: teorías y métodos, interconectados a través de la comprobabilidad) como de la exposición del conocimiento (la argumentación: diferencia entre redundancia y variedad). El interés aquí es observarlas en un entorno específico: el campo académico mexicano de la comunicación.

Fiel a una producción controlada y metódica del conocimiento, el sistema de la ciencia muestra en las publicaciones citadas observaciones de segundo grado. No obstante, observa sus observaciones bajo la diferencia ontológica de la epistemología clásica: ser/no ser. Lo que implica presuponer una realidad para todos y la posibilidad de conocerla de manera correcta. En una descripción autorreferencial señala que se trata de “una posición ontológica realista, que presupone la existencia del objeto real ‘allá afuera’, independientemente de que yo quiera o pueda conocerlo”, “complementada por un realismo epistemológico, que lleva a considerar que las estructuras y modelos que uno genera corresponden en algún grado a las estructuras y movimientos de aquel objeto real” (Cf. Sánchez, 1991: 53).

Ciertamente, la realidad de un sistema de comunicación social no está estructurada, es estructurable; no está ordenada, pero puede ser ordenable; no es evidente, pero podría ser evidenciable. Sin embargo, esto no quiere decir que se puede estructurar, ordenar y evidenciar sin importar la manera y la clase de herramientas y criterios. La realidad también suele ser terca y no se deja hacer cualquier tipo de sortilegio. (González, 1994: 333-334)

He allí, en una versión distinta, el supuesto de la realidad dada y la posibilidad de conocerla correctamente. Ello, de uno u otro modo, constituye una constante de los textos observados. Los cuales también muestran que la dimensión objetiva del sentido se ha desplazado, superponiéndose, a la dimensión social. En otras palabras, la diferencia esto/lo otro (ser/no ser, para el caso de la epistemología clásica) se ha colocado encima de la diferencia alter/ego. Un ejemplo se aprecia en el siguiente propósito:

Esto es, proyectamos demostrar que con la presencia activa de los aparatos de difusión de masas y las mutaciones materiales que éstos han provocado al interior y exterior de las instituciones productoras del consenso social, ha emergido una nueva faceta del estado ampliado en el plano de la organización del consenso social (Esteinou, 1992: 14)

Tal demostración supone la producción de consenso social. Y éste último sólo es probable bajo la diferencia alter/ego. Que, en el texto, se reemplaza por dominantes/dominados. La clase dominante es la productora del consenso social, se sostiene. Y, allí, se pretende una reorganización teórica en relación con los aparatos de difusión de masas, a fin de atender una nueva faceta. Mejor, se argumenta: se intenta una combinación más funcional entre redundancia (reorganización teórica) y variedad (nueva faceta). Desde luego, “algunas de las limitaciones que puede encerrar esta primera aproximación analítica en buena parte se deben a la ausencia de conocimientos previos sobre esta realidad [énfasis añadido]” (Esteinou, 1992:15).

Es importante indicar que la presente investigación observa formas de observación en un entorno específico, no propuestas. Comunicaciones que ya componen al sistema de la ciencia o sus estructuras en operación y no ofertas en espera de ser aceptadas o rechazadas. Luego, interesa lo constante, no lo variable de las publicaciones. Y lo recurrente, pese a las discrepancias, son las observaciones de segundo grado bajo la diferencia ontológica de la epistemología clásica, cuya condición fundamental es suponer una realidad dada que admite ser conocida correctamente. Además, la distinción de la dimensión objetiva del sentido se superpone a la social, y como se vera, también a la temporal: antes/después.

De acuerdo con las publicaciones revisadas, el carácter específico de las formas de observación del sistema de la ciencia en el entorno académico de la comunicación en México puede sintetizarse como sigue. Es posible conocer de manera correcta la realidad. Ésta es y se distingue (correcta o incorrectamente) de lo que no es. Sin embargo, sobre tal diferencia se ha instalado en diversas manifestaciones esta otra: alter/ego. Por ejemplo, con base en Kuhn se sostiene que “siguiendo un cierto paradigma o marco epistémico más o menos consensual, una comunidad de científicos intenta resolver los problemas cognoscitivos que surgen en su enfrentamiento profesional con algún dominio de la compleja realidad” (Sánchez, 1991: 50-51). La diferencia alter/ego, en la modalidad científicos/no científicos, permite indicar el ser de un determinado grupo de individuos. “Pero los modelos con los que abordamos la observación y análisis de lo real no son estáticos, sino que van modificándose y reelaborándose en la medida en que avanza el proceso –siempre asintótico, aproximativo- del conocimiento del mundo” (Sánchez: 51). Señalar que los modelos de observación “van modificándose” se consigue gracias a la diferencia de la dimensión temporal del sentido, antes/después. Ella sirve de base, por tanto, para indicar la manera de ser de los modelos de observación. A todo esto se agrega el supuesto de interdependencia entre estructuras sociales y conducta humana

Para nosotros es necesario reconocer desde el principio que las estructuras sociales son el producto de la conducta colectiva del hombre. Por lo tanto, aun cuando sean perdurables, las estructuras sociales pueden ser, y de hecho son, transformadas continuamente por los movimientos sociales. (Cardoso y Faletto, 1979: X, citados en Sánchez 1991: 63)

Tal es el carácter específico recurrente de las formas de observación del sistema de la ciencia en el entorno académico de la comunicación en México. Se reconoce que la investigación empezó a “desplazarse aceleradamente hacia las preguntas por las formas de elaboración del consenso” (González, 1994: 11). También, “que la identidad urbana, antes que una materia cristalizada, es el motivo de múltiples procesos de estructuración y desestructuración” (González: 16-17). Cosa que no es posible sin la diferencia antes/después. Al amparo de todos esos supuestos se forjan otros y se hacen diversas propuestas. Por ejemplo:

Debido a los antagonismos estructurales que genera el principio de desarrollo desigual del modo de producción capitalista, la clase dominante, a través de sus aparatos de estado, regula y atenúa dichas contradicciones con objeto de crear y conservar las condiciones de equilibrio que requiere la existencia, reproducción y transformación del capital. (Esteinou, 1992:15)

Esta oferta comunicativa, se ve, presupone tanto el carácter estructural y dinámico de la realidad, como la interdependencia entre estructuras sociales y conducta humana: determinadas estructuras antagónicas condicionan la existencia, reproducción y transformación del capital, al mismo tiempo que la clase dominante regula y atenúa dichas contradicciones. El punto de partida y el propósito de una investigación distinta hablan por sí solos:

… parto de una postura epistemológica constructivista, racionalista y dialéctica, para poder plantear históricamente la mutua determinación entre sujetos y estructuras a diversas escalas, desde macrosociales hasta individuales (Sánchez, 1991:16-17) y explicar desde una perspectiva sociocultural las relaciones multidimensionales entre actores, estructuras, y sentido (González, 1993: 211) que constituyen el campo académico de la comunicación en México. (Fuentes, 1998: 16-17)

Desde luego, la intención es conocer correctamente la realidad, o si se prefiere: “objetivar mediante operaciones y representaciones válidas una parte significativa del mundo en que se vive subjetivamente” (Fuentes, 1998: 11). Y es que toda investigación implica “reconocerse <<ciego>> ante una realidad que no se deja aprehender de cualquier modo, es entonces que tomamos ‘el riesgo del método’” (Reguillo, 1995: 55). Sin pasar por alto a Bourdieu:

Sin bien es cierto que las estructuras se constituyen por la actividad humana, es importante enfatizar que al mismo tiempo son el medio, instrumento y recurso para la acción y esta dualidad de “estructuras estructuradas y estructurantes” [referencia a Bourdieu] es puesta en movimiento por la interacción. (Reguillo, 1995: 35)

Ahora bien, si es posible conocer correctamente la realidad, también es viable que tal tarea se haga de manera incorrecta. Un error, por ejemplo, ha sido asumir que la recepción televisiva coincide con el tiempo de permanencia frente al aparato.

A este respecto, sin embargo, varios estudios muestran cómo la supuesta recepción no es tal, sino que más bien es una interacción en la que entran en juego múltiples elementos y mediaciones, tanto provenientes del propio sujeto, como de su entorno inmediato y de su contexto social (Salomón, 1982, Orozco, 1989). (Orozco en Lameiras y Galindo, 1994: 61)

Por otra parte, respecto a las agendas electorales, “existe una ya larga y relevante tradición investigativa que sostiene con abundante verificación empírica [es decir, con corrección] que en la definición de tales agendas [es decir, en una realidad dada] los medios de comunicación cumplen una función fundamental” (Aceves en Cerdán y Aceves, 2001: 27).

Inmersos en el ámbito de la comunicación política, los procesos electorales se desdoblan en una variedad de discursos emanados por sus actores legítimos: políticos, periodistas y opinión pública (Wolton, 1992) que abordan un conjunto indeterminado de temas, los cuales interactúan entre sí estableciendo una dinámica contradictoria, cuyo resultado conlleva al establecimiento de los temas dominantes y la consecuente subordinación de los demás. (Aceves en Cerdán y Aceves, 2001: 27)

Dichos temas, desde luego, “incluyen elementos histórico-contextuales” (Aceves en Cerdán y Aceves, 2001: 27). De tal modo, el contexto social influye en los sujetos, cuya dinámica contradictoria de discursos deriva en el establecimiento de temas dominantes y subordinados, lo que significa reconfigurar de algún modo el contexto social o sus estructuras. La interdependencia, una vez más.

Para finalizar, las nuevas tecnologías de comunicación “exigen que repensemos parámetros, conceptos y hasta paradigmas que teníamos como ciertos en los análisis de los medios y de los procesos de comunicación” (Crovi en Crovi, 2001: 25). En otras palabras, si se quiere conocer correctamente la realidad actual de los medios y de los procesos de comunicación, hay que revisar parámetros, conceptos y paradigmas. “Una de las posibilidades más atractivas de las redes es que permiten llevar el mundo a domicilio, virtud de la virtualidad que cambia la vida cotidiana de los seres humanos” (Crovi en Crovi, 2001: 27). Los individuos, además, han integrado comunidades virtuales, “convertidas en auténticas promotoras de acuerdos de diversa índole, verdaderos preámbulos de la institucionalización de actividades académicas, políticas, culturales o artísticas, entre otras” (Crovi en Crovi, 2001: 27). Para no variar, la interdependencia entre individuo (actor social) y sociedad.

Resumen

La construcción, puede verse (Esquema 10), es al amparo de la teoría de sistemas de Niklas Luhmann. Se hace patente que la investigación de la investigación constituye irremediablemente una paradoja. Implica saber lo que apenas quiere saberse: la investigación. Pese a ello, la producción de conocimiento es posible. Los esquemas ser/no ser y sujeto/objeto han sido fructíferos, pero resultan ya obstáculos epistemológicos. Si el conocimiento delimita identidades o seres (que no son, salvo en el conocimiento) no ve lo que deja fuera (mira lo que es e ignora lo que no es). Si supone al sujeto como único portador de saber, no ve las influencias sociales que allí actúan. Si el sujeto se autositúa en un contexto social, los límites entre uno y otro quedan confundidos. Se propone, así, observar a partir de la diferencia sistema/entorno. Una diferencia, puesto que traza un límite entre lo que pone de un lado y lo que deja del otro, permite ver lo que en el ámbito del conocimiento es y lo que no es. Hay más consecuencias. La diferencia sistema/entorno y el supuesto de la doble contingencia facilitan incorporar entre los observadores a la sociedad global y, en su interior, a la ciencia. Ambas en calidad de sistemas autopoiéticos operativamente cerrados, cuya operación es la comunicación. Además, permite mirar a la ciencia, citando previamente su dimensión evolutiva y algunas seducciones, en un entorno específico: el campo académico mexicano de la comunicación, en donde se presume una realidad para todos y la posibilidad de conocerla correctamente. Realidad que se supone cambiante a partir de las interdependencias entre actores y estructuras sociales.


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